Ayer vimos como John Wagner y Colin MacNeal habían llevado al Juez Dredd a explorar de nuevo sus contradicciones y a enfrentarse a esa dura verdad a la que ha tenido que hacer frente muchas veces a lo largo de su carrera, que ese sistema que ha defendido siempre con su vida no es ni mucho menos justo. Y en este caso lo hicieron mostrándonos una faceta muy humana del personaje al hacer que hasta que una de esas leyes injustas no le afecto personalmente ni siquiera había reparado en lo injusta de la misma. Una historia que Wagner y MacNeal no quisieron dejar como una simple anécdota y la continuaron inmediatamente llevándola hasta sus máximas consecuencias, dejándose sentir las repercusiones de la misma durante los años siguientes.
The Facility comenzó en el Prog 1546 de 2000 A.D. la semana posterior al final de Mutants in Mega-City One, y continuo en The Secret Of Mutant Camp 5, historias en las que nos encontramos con un Dredd incapaz de quitarse de la cabeza lo sucedido tras el arresto de aquel matrimonio que solo quería proteger a su hijo y a quienes sorprendentemente Dredd se refiere como inocentes pese a que habían quebrantado unas cuantas leyes. Con esta simple linea de dialogo Wagner ya nos deja claro que Dredd ha llegado a tal extremo que al considerar las leyes anti mutantes injustas no es capaz de tratar como culpable a quienes las incumplen.
Con todo eso metido en la cabeza y aun frustrado por el rechazo del Consejo de los Cinco a su moción para eliminar esa ley, Dredd decide llevarse a un grupo de Jueces a la Tierra Maldita para inspeccionar personalmente las condiciones en las que su ciudad trata a los mutantes a los que deporta y comprobar cuanto hay de cierto en las acusaciones realizadas por uno de los testigos a los que interrogó durante su investigación.
Y lo que encuentra allí es exactamente lo que esperaba, los centros de acogida de Mutantes llevan tantísimo tiempo sin un control estricto por parte del Departamento de Justicia que se han convertido literalmente en campos de concentración en los mutantes son tratados como esclavos, obligados a realizar trabajos forzados, siendo maltratados de forma sistemática y viviendo en unas condiciones infrahumanas que deben hacer que en comparación los Isocubos sean el paraíso. Algo que en buena medida es responsabilidad directa de esas leyes que ahora Dredd se da cuenta de que son injustas y que durante demasiado tiempo les han metido en la cabeza a demasiada gente que los Mutantes no son personas.
En ese punto nos encontramos con otro de esos pequeños momentos que a Wagner se le dan tan bien, en el que con un simple dialogo nos muestra lo insidioso del racismo, lo fácil que es mirar para otro lado cuando las cosas no te afectan personalmente, cuando tras responderle uno de sus compañeros que nunca le había prestado demasiada atención a la situación de los mutantes, Dredd le responde que ese es precisamente el problema. Y es que aunque Dredd, Hershey y muchos otros jueces no sientan ese desprecio que buena parte de la sociedad siente hacia los mutantes, durante toda su vida se han limitado con mirar para otro lado, algo con lo que Wagner y MacNeal nos recuerdan que no basta con no ser racista, que hay que ser anti-racista.
Pero aunque es difícil atacar la raíz del problema, Dredd si que tiene una solución para algunas de sus consecuencias. Y dado que los responsables de ese campo han estado tratando a los ciudadanos a su cargo peor que a animales, incumpliendo su deber y siendo responsables de incontables muerte, eso les convierte en culpables. Por ello y de forma sistemática Dredd se dedica a hacer un arresto tras otro, poniendo a los propios internos a cargo de los campos y asegurándose de que estos reciban un trato justo.
Algo que no pasa desapercibido en la ciudad, donde algunos jueces se escandalizan por las acciones de Dredd y lo que le costara al gobierno implantar las medidas que este ha estado tomando. Pero sintiéndose culpable por haber mirado hacia otro lado durante demasiado tiempo, la Juez Jefe Hershey ordena cumplir con todas las peticiones de Dredd.
Pero Wagner y MacNeal no dejaron aquí las cosas, aun quedaba un punto importante que tratar, algo que hicieron en el especial de Navidad de aquel año de la revista 2000 A.D. en una historia titulada The Spirit Of Christmas. Allí Dredd se deja arrastrar un poco por el ambiente festivo de la ciudad y no puede evitar pensar en como incluso alguien como el tiene familia pese a que no sepa como sentirse cerca de ellos, familia que incluye a sus primos de la Tierra Maldita y lo que le incomoda aun le haber tenido que rechazar que visitasen Mega-City One. Aquel recuerdo le atormenta, el no ser capaz de olvidar que permitió que una ley injusta que castiga a personas inocentes que no son culpables mas que de haber nacido de una forma algo diferente, y que no ha hecho nada desde entonces mas que poner parches como con sus acciones en las instalaciones para mutantes.
Por ello, incapaz de seguir ignorando dicha injusticia, Dredd se presenta de nuevo ante la Juez Jefe para solicitar que se presente de nuevo una moción para anular las leyes anti mutantes, pero pidiéndole a Hershey que esta vez no se abstenga y que le ayude a convencer al resto de miembros del Consejo que voten a su favor, y que de no ser así dimitirá y abandonara la ciudad. Para Hershey eso es poco menos que chantaje, pero sabe que perder al Juez mas temido y respetado de la ciudad no es algo que Mega-City One se pueda permitir, por lo que a regañadientes acepta la petición de Dredd de intentarlo de nuevo.
Y aunque resulta extraño encontrarse a Dredd hablando de mostrar algo de compasión, no lo es tanto si uno ha seguido esa lenta y tan bien dirigida evolución del personaje. El meticuloso trabajo de Wagner y otros autores han conseguido que Dredd cambie sin cambiar demasiado, utilizando su lealtad fanática por el cumplimiento de la ley para que este se de cuenta de lo injustas e innecesarias que son muchas de esas leyes que ni el mismo se atrevió a cuestionar hasta que se dio cuenta de ese pequeño matiz de que no era justo que no se aplicasen las leyes por igual y que se castigase a gente inocente por el mero hecho de haber nacido.
Pese a que pueda parecer que he contado mucho de esto por aquí, estas pequeñas historias no fueron mas que un pequeño prologo de lo que estaba por venir y que Rebellion recopilo, junto con las historias que muestran las consecuencias de todo esto, en dos tomos titulados Tour of Duty: The Backlash y Tour of Duty: Mega-City Justice. Dos tomos muy recomendables en los que Dredd tiene que hacer frente a las complicadas consecuencias de sus acciones y que por supuesto recomiendo su lectura. Unas historias que quizás ahora que se esta volviendo a publicar material del personaje por aquí podamos ver algún día en nuestras librerías para que el publico pueda descubrir que el Juez Dredd es mas que una sátira de nuestra realidad y que se trata de un personaje mucho mas complejo de lo que parece a simple vista.
Qué raro es ver una historia de Dredd que termina bien… Más o menos. Los mutantes siguen en los campos, pero por lo menos ya no parecerán campos de concentración.
La verdad es que tienen una pinta interesante esas historias.
Todos somos expertos en mirar a otro lado cuando nos conviene… Ahí están los centros de refugiados de Lesbos. En mi ciudad he conocido un hogar católico para madres solteras que, aunque está en buenas condiciones, trata a las mujeres como si fueran delincuentes arrepentidas (cuando su único «crimen» es no estar casadas, tener padres que pasen de ellas, o exnovios cabrones que no quieren saber nada de sus hijos).
Lo bueno de Dredd es que estas cosas nunca terminan. Las repercusiones de estas historias cortas se dejaron sentir no solo a lo largo del Tour of Duty que menciono en el articulo, sino que desde 2007 hasta hoy, en mayor o menor medida sigue dejándose notar todo esto en algunas historias.
Es que, crean lo que crean los ingenuos, no basta con que el hombre al mando cambie de ideas para que un sistema cambie completamente.
Y que Dredd ni siquiera esta al mando, es alguien muy influyente pero no tiene un poder real aparte de su reputación.
Me parece interesantísimo que 1) los autores están dispuestos a hacer que el personaje vaya cambiando su carácter, y 2) que sean conscientes de que los temas que deben tratar en el cómic también deben ir evolucionando (pasando de la sátira a la crítica).
Lo malo de estos es que no todos los guionistas son como John Wagner, y Dredd en los últimos tiempos ha protagonizado muchas historias que aunque no dejan de estar bastante bien, no dejan de ser simplemente una mezcla de acción y ciencia ficción sin buena parte de la mala leche y critica social que caracterizaban al personaje. Por suerte aun nos queda Wagner y que nos dure muchos años.
Sin el cinismo cáustico (y político) la serie de Dredd no es lo mismo.
Por lo menos para mí, lo exagerado del personaje, el toque cáustico y la reflexión ocasional es lo mejor de Dredd. Para acción futurista distópica ya hay otros personajes.
Es que si te tomas a Dredd, los Jueves y Mega City One un poco en serio son todos horribles, coño (Dredd apenas se salva por sus principios, pero sigue siendo horrible como persona y policía …y desde luego no es un héroe, salvo quizás para los devotos de series de películas de justicieros como los interpretados por Charles Bronson y tal…y no me refiero a aquellos que simplemente disfrutan con una peli que es una ensalada de tiros, sino a los que compran el mensaje, que los hay…y demasiados, como demuestra el éxito de los Trump, Bolsonaro y otros hijos de Puttin de nuestro mundo).
«Dredd apenas se salva por sus principios»
Yo es que no diría tanto. Es cierto que Dredd defiende que no debe haber privilegios ante la ley, que todo el mundo debe ser tratado por igual. Pero sigue pensando que la gente en general son criminales en potencia, sobre reinstaurar la democracia, pese a que Dredd estaba a favor de que los ciudadanos decidiesen, seguía defendiendo que el sistema de los Jueces era el que debía prevalecer… Vamos, que sigue siendo un señor fascista, lo que tiene a su favor es que es incorruptible y que es capaz de sentir algo de empatía de vez en cuando.
Dredd es un fascista, solo que menos hipócrita que los demás en algunos sentidos.
Dije principios, no ideología (en eso Dredd es declaradamente fascista, ideológicamente/políticamente no tiene salvación).
TOtalmente de acuerdo. Los «yo-soy-la-ley» dan un miedo que te cagas.
¿Jueves?
Justo con esta Tour of duty empecé a leer a Dredd, aprovechando un viaje a Londres y a una tienda en Shaftesbury road (que tenía cantidades industriales de grapas USA a precio tirado, en una de las calles más caras de Londres, flipadlo) y desde entonces ahí sigo. Lo que me recuerda que tengo pendiente de pedir The citadel (y en nada Heltrekkers).
Aunque The Citadel no es lo mejor de Wagner, me encanta como cuarenta años después de la Guerra del Apocalipsis sigue encontrando elementos aprovechables allí. El Trabajo de Wagner (y Grant y algunos mas) con el personaje es todo un manual de como manejar la continuidad en la ficcion.
A su edad y que siga trabajando…, eso ya lo hace una compra segura para mí, porque aunque sea por lo bien que me lo ha hecho pasar con otras cosas. Pero es que además el puñetero tiene aún destellos de genio.
Helltrekkers tuvo edición en castellano (pero Argentina … hará siete u ocho años).
Sí, he visto scans aquí y allá, x eso ahora q sale edición definitiva tengo ganas de pillarla. Y alguna cosa más de la serie histórica británica de Rebellion, por lo menos esa cosa dibujada por Eric Bradbury que tiene pinta de haber influido bastante a Byrne.
No sabía que Hershey acababa de Juez Supremo; si no me estoy confundiendo, creo que su personaje lo vi de juez a secas en un número de Zinco donde se enfrentaban a un criminal mutado llamado «el Rata», y me hace gracia enterarme no solo de que no muriera en algún número posterior, sino que la hayan ascendido a ese puesto.
Ascendió, fue reemplazada por el Juez Dan Francisco unos años, fue reelegida para el puesto y la reemplazo el Juez Logan, quien de momento sigue en el cargo. Y ya que estamos ahora mismo esta protagonizando su propio serial en 2000 A.D. a cargo de Rob Williams y Simon Fraser.
¿No es bonito cuando los personajes evolucionan y los cambios son persistentes en vez de reseteados para volver a «lo de siempre»?
Bueno, yo no contaría con que no lo reseteen )o simplemente ignoren en unos años). Tampoco que lo empiecen a escribir algún día como fascismo glorificado en vez de una sátira crítica.
Es admirable como siguen comprometidos con ser consecuentes con las historias del personaje, aunque también es verdad que con Dredd eso es mas fácil de manejar porque aunque ha tenido numerosisimos spin-offs, estos han sido de escasa duración y nunca ha tenido un «universo» de decenas de colecciones como Marvel o DC que provoque que se desmadre todo.
Todo el Dredd de John Wagner y Alan Grant, juntos o por separado, es imprescindible.
Yo añadiria ahi las primeras colaboraciones de Mills como en la saga de la Tierra Maldita. Y aunque ya no imprescindibles pero si muy recomendables, muchas de las cosas que hicieron Garth Ennis y Al Ewing.
El doblemente rojo (y muy pirado/ de Pat Mills es habitualmente alguien a seguir también (y fue además un gran editor … aunque también como editor era un poco alocado).