Del cordyceps al que lee tebeos por Youtube: Renovarse y morirse

La semana pasada fue el día del cómic y apenas hablamos de cómic. Hablamos de versionar cómics para el cine y la tele, pero de cómics en sí pues eso, poco. Que yo tengo más delito, vaya que sí, porque estuve hablando sobre los tejemanejes empresariales de la Disney y de Castlevania, que es un videojuego que me encanta pero del que no me he molestado ni en mirar como son sus cómics. Que igual son buenos, pero entendedme, no. La cuestión es que por una o por otra cosa, no hemos hablado de cómics cuando tocaba hablar de cómics, y éso da que pensar.

Lo de la izquierda lo compro, lo de la derecha me repele. Y aun así, es el mismo cómic.

Echo la vista atrás y veo que ya hace más de once años (mierda, creía que «solo» diez) de mis posts sobre cómo estaba DC cuando llegó a la editorial Alan Moore y del post en el que puse a caer de un burro la portada del número 1 de los X-Men de Jim Lee (y del finiquito de Chris Claremont). Un par de hitos de la historia de la web, el uno porque me hizo cogerle el gusto por los artículos largos y el otro porque nos proporcionó horas y horas de diversión. Aun así, tengo que decir que son dos artículos que hoy en día no habría escrito de la misma forma. Ya no solo es que tenga otros intereses a la hora de escribir, si no que me alivia ver que he cambiado, que redacto mejor y me cuesta resistir la tentación de corregir estos artículos de arriba a abajo. Siempre me ha aterrado la idea de anquilosarme en el pasado -detesto la nostalgia- y seguir igual, no aprender nada nuevo y no evolucionar. Y aun así, Brainstomping es un imán nostálgico no solo porque tenemos que cargar con el lastre que supone M’Rabo, si no porque mayormente se hablan de cómics del pasado (somos un poquito historiadores, sí). La tentación es dejarse caer y decir aquello de «cualquier tiempo pasado fue mejor», y puede que en parte hasta sea verdad, porque quieras que no hace cuarenta años los cómics eran más creativos porque no eran pruebas conceptuales para películas millonarias. Que no os engañéis, hoy en día hasta el tebeo más chorra acaba teniendo aspiraciones de acabar siendo una serie de Netflix…

Luego está como lo destrocen en la adaptación a la tele, que tristemente sigue siendo la tónica habitual.

Es indudable que el cómic ha cambiado. Ya no se consume de la misma forma, la chavalería de hoy en día pide contenidos en vertical -tanto video como tebeos, ambas cosas aberrantísimas que no concibo- y yo mismo me veo en la situación de tener que darme cuenta de que tengo que acostumbrarme a los Webtoons para no acabar siendo un viejo cascarrabias. Y sí, me costó lo mío acostumbrarme al manga, acostumbrarme a leerlo al revés, y ahora tengo que acostumbrarme a los cómics koreanos que se leen de arriba a abajo como si fueran una pesadilla supuestamente utópica de Scott McCloud. Y claro, miro a mi alrededor y veo a un montón de gente de mi edad y hasta más joven diciendo «antes muerto que leer esa mierda» y lo fácil es pensar que son nostálgicos que no quieren cambiar. Que es una opción perfectamente entendible, «si yo estoy bien, ¿para qué voy a molestarme?» pero al final no estamos leyendo cómics por el formato o por los bocadillos de pensamiento, estamos leyendo tebeos porque nos gustan no ya los dibujitos o las batallitas que se cuenten -que también- si no porque nos parece que es un medio distinto al cine o a la literatura con sus propias posibilidades para comunicar de una forma distinta que nos resulta muy interesante. El cómic no tiene por qué ser un storyboard para una película no rodada ni tampoco ser un quiero y no puedo de otros medios.

Tanto DC como Marvel ya hacen cómics «verticales» al estilo de los webtoons y… El único que les ha hecho caso es M’Rabo, ¡y porque hablaban de Hulkling y Wiccan!

El cómic, como yo lo entiendo (y no soy el único) es una mezcla armónica de medios. Es dibujo, es pintura, es tipografía, es diseño, es literatura, es cine -sí, es cine- es hasta música… En la mezcla de todos sus elementos está lo que lo hace distinto a cada uno de esos componentes y lo que lo convierte en algo distinto, a pesar de que las nuevas tecnologías se hayan empeñado en dejarlo como algo obsoleto, porque la tentación de convertirlo en «anicomics» y demás aberraciones siempre estará ahí. Tú puedes meterle animaciones a un cómic, pero entonces ya deja de ser un cómic y pasa a ser animación; el que un personaje se mueva en tiempo real y no en la cabeza del espectador provoca que el leer su texto sea algo completamente desacompasado, porque el tiempo no se detiene cuando estás leyendo el texto; hoy en día se considera algo prácticamente ridículo el que dos personajes tengan una conversación mientras pelean, mientras que en su día era una convención del medio completamente aceptada; si en una película de acción dos personajes pueden pararse a pelear para decirse un par de lindezas, ¿por qué no se puede hacer lo mismo en un cómic sin necesidad de parar la acción? ¿Tan difícil nos resulta aceptar una convención no cinematográfica?

Ojo, experimentar está bien, pero hay que saber cuando un experimento tiene éxito y cuando fracasa. Y de los que se dedican a «leer tebeos por Youtube» mejor no hablo…

Y ahí es donde podemos caer en la tentación de decir «es que lo de antes molaba y ahora no». No señores, hace cuarenta años se publicaban también tebeos malísimos que abusaban de esas convenciones. Superman antes de Byrne había exprimido tanto sus fórmulas que era un cómic prácticamente ilegible, insoportable. No era de extrañar que muchos detestaran -detestáramos- el personaje, porque cada vez que nos ponían un tebeo suyo en las manos era rancio a morir. Las portadas weisingerianas y las historias completamente absurdas que acababan siendo un sueño y sobre todo el empeño de sus sucesores por replicar todo aquello porque no sabían como hacer un tebeo de Superman decente era lo que nos echaba a todos para atrás, y en el fondo eso que le pasaba al Hombre de Acero es lo que está pasando ahora mismo, con autores que no saben como hacer nuevas historias de personajes clásicos y no son capaces de separar el grano de la paja, lo que hace grande a Superman de lo que lo lastra.

¿Es esto un «tebeo a lo clásico» o un tebeo moderno? Empiezo a pensar que esta etapa de Superman (y buena parte de la DC actual) es todo un test de Rorschach de los lectores de cómic…

Buena parte de la primera generación de Vértice ha entrado en edad de jubilación, y os aseguro que algunos de ellos creen a muerte que todo lo que vino después de Lee y Kirby es fanficción, que reiniegan de ello. Hay un rollo mitómano que les hace creer que los cómics de sus años mozos -en glorioso blanco y negro, sí- son mejores que los del «color a puntitos», que el cómic de los 70 y 80 lo jodió todo y hasta lo ponen al nivel de los destrozos posteriores. El no reconocer la virtud -ni el defecto- de lo posterior hace que su opinión sea completamente subjetiva y acabe siendo irrelevante, porque quieras que no a nadie le interesa leer una crítica que se reduce a «este cómic no me ha gustado» salvo cuando eres un mamarracho con poco ego que necesita que le den constantemente la razón (y de esos hay muchos, lamentablemente). Si esto ya lo mezclas con prejuicios de otra índole -chusma reaccionaria que cree que los demás tienen que ser como ellos o directamente no ser- tenemos un cóctel de estupidez tremenda.

Adoro a Ditko, ¡pero yo no podría estar leyendo esto todos los días!

Por eso creo que no se nos tienen que caer los anillos y decirlo claramente, el cómic ha cambiado. Y en algunos aspectos ha cambiado a mejor y en otros a peor. Hay experimentación de hace cuarenta años que sigue vigente, mientras que hay otra que era un despropósito en su día y hoy sigue siéndolo. El querer repetir como dogma unos estándares de la industria sin plantearse por qué lo haces es lo realmente peligroso, y éso es lo que no se cansa de denunciar Alan Moore. El que Frank Miller se salga de sus propias reglas constantemente es algo que se critica muchísimo, y aun así me parece algo a celebrar. El que Walter Simonson y John Workman sigan hoy en día tratando de hacer una mezcla equilibrada entre dibujo y tipografía me parece que siempre ha sido el camino a seguir. Y creo que hay autores que siguen intentándolo, que aun cuando la rotulación informática nos hace creer que las letras son algo que se mete dentro de bocadillos y el resto sobra, el cerrarse la puerta a ello es estúpido. Afortunadamente, cada cómic que se realiza hoy en día es un manifiesto sobre a dónde puede ir el medio, con lo que todavía podemos ver a autores como Daniel Warren Johnson diciendo que no, que hay otro camino. Igual no les prestan mucha atención, pero lo menos que podemos hacer los lectores veteranos que tanto nos quejamos del pasado es reconocer ese esfuerzo y apreciarlo. Y dejad de llenar vuestras estanterías de omnigolds que no vais a poder leeros en la vida, ¡desgraciaos!

¡Y menos llenarse la boca a celebrar el día del cómic y más defender lo que lo hace distinto al resto!
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Payton Wynn
Payton Wynn
1 año han pasado desde que se escribió esto

«¿Es esto un “tebeo a lo clásico” o un tebeo moderno?»

Viendo más abajo las viñetas de «La casa de las sombras», quizás un buen tebeo no sólo se convierte en un clásico sino que también se vuelve imperecedero. Una cosa que me sorprendió muchísimo al pillarme el tomo con toda la etapa de Ditko del Doctor Extraño fue lo sorprendentemente bien que han envejecido esas historias y, salvo algún caso puntual, lo fácil que resultaría volver a contarlas modernizadas (en «La casa de las sombras», por ejemplo, el Doctor Extraño salvaría a algún influencer o youtuber, por ejemplo, pero la del «monstruo como una entidad extradimensional que percibimos como un edificio se podría conservar tal cual), y Clea es un personaje femenino con muchísima más «agencia» que las pobres Susan Storm o Jean Grey de esa misma época.

Lo de la viñeta que habéis colgado de Batman y nosequién emulando el meme de los dos Spidermans me parece el equivalente al «¿Has oído lo último de Tamara?» del doblaje español de «Futurama».

Last edited 1 año han pasado desde que se escribió esto by Payton Wynn
Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
1 año han pasado desde que se escribió esto

Hace mucho tiempo era mi intención comparar cómics de los ’60 con sus actualizaciones en el universo Ultimate, pero me da mucha pereza leer el universo Ultimate por cualquier razón así que nunca supe si envejecieron mejor los cómics de Lee/Ditko y Lee/Kirby o los de Bill Jemas/Ralph Macchio con Bendis/Bagley, Millar/Hitch en este mismo milenio.

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
1 año han pasado desde que se escribió esto

Hago bien en no leerlos entonces. Nada como estar justificado en mi pereza, xD.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

Pues los cómics Ultimate ya han envejecido, es lo que tiene la «modernidad», que tiene fecha de caducidad (por eso Byrne se equivocaba con lo de también él «modernizar» los orígenes de Spiderman …bueno, y en que era un truño la cosa, claro).

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
1 año han pasado desde que se escribió esto

Yo a veces echo de menos un poco esa «sobrecarga del lenguaje» … mi impresión es que los guionistas de hoy son más de influencia televisiva cuando los de antes tenian su primcipal bagaje en la literatura.

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
1 año han pasado desde que se escribió esto

Sí, por supuesto. Pero tanto para quitar como a veces añadir. Por aqui ya hemos hablado de lo fustrante que es (para algunos) pillar un comic y terminarlo en menos de diez minutos.

Un poco de prosa y lirica a lo Old School a veces también se agradece.

Antonio Jota Comu
Antonio Jota Comu
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Payton Wynn

Como decía un profe mío, los clásicos se llaman así porque son dignos de ser impartidos en clase (o, como dice la RAE: «Que se tiene como modelo digno de imitación en cualquier arte o ciencia»). En ese sentido, una obra puede ser moderna y clásica a un mismo tiempo (aunque el que tenga una cierta antigüedad ayuda a poder considerar si es clásica o no, ya que permite constatar su influencia y/o examinar la tendencia de la que forma parte con una mayor perspectiva)

No sé si apuntar esta chorrada aporta o no a la conversación, pero me parecía interesante ^^U

Manolin
Manolin
1 año han pasado desde que se escribió esto

Yo entre las Bibliotecas Marvel ( las primeras, las del «glorioso» blanco y negro, y los omnigold , perfiero los primeros porque me gusta leer en al cama , sin que se me parta la espalda , los brazos y/o el pecho. Pero …¿ tanto cuesta encontrar el termino medio ?

Meisen
Meisen
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Manolin

Bueno, precisamente ese término medio es el que pretenden ser las nuevas Bibliotecas Marvel a color.

Meisen
Meisen
1 año han pasado desde que se escribió esto

Parafraseando a Jesucristo XD (toma ya): «la estantería está al servicio del friki, no al revés».

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

Tomos como los de Power Pack: La colección completa, que todavía tienen lectura pero no hay que ponerse a hacer calentamiento antes de sacarlos del estante.?

M'Rabo Mhulargo
Admin
1 año han pasado desde que se escribió esto

Pues anda que no me he leído yo cosas así en ese formato, el Thor de Simonson, los X-Force de Remender, etc.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

A alguno conozco que se ha comprado un atril (y se lo lleva a la cama!?).

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Manolin

Aparte que algunos tenemos un espacio de almacenaje limitado en casa…

Zatannasay
Zatannasay
1 año han pasado desde que se escribió esto

A ver…
Que nadie se meta con los omnibus.
Con lo livianos que son,
yo que me llevo mis artifact edition para ojear en las visitas al trono de porcelana.

Lo bien que van mis omnibus; para llevar al parque, cuando acompaño a los vejetes mientras leen el periodico.

Ditko no envejece. Algunas de sus historias tienen puro fuego narrativo.
«The Sand that Change» tiene un dominio del ritmo, unos scorzos y un uso del cambio de plano de viñeta a viñeta, que muchos de las estrellas del dibujo actuales no podrán ni soñar en tener jamás.

Veo mucho de McCloud en lo que dices. Pero esperemos que su concepto del scroll infinito sea acompañado de algo de calidad.
¿Os parais a pensar, que poniendo el raton de costado para que la ruedita esté en horizontal al pulgar, ya permitiría el scroll infinito a la derecha de forma instintiva?
Voy a patentarlo.

Matias Mendoza
Matias Mendoza
1 año han pasado desde que se escribió esto

Me voy de tema, pero recordando esos posts de «Cuando Alan Moore salvo a DC», siento que se podría hacer una secuela de ello, detallando cómo estaban los cómics de la editorial cuando Moore entrego su última colaboración para ésta.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

El Superman de Marv Wolfman y Gil Kane no era rancio.