A ver, ésto me lo habéis pedido y ya he remoloneado bastante, pero es que me daba mucha pereza porque quieras que no es un autor al que respeto y admiro a pesar de que muchas veces es un pelín energúmeno. Y esto se ha notado a lo largo de su carrera en una barbaridad de ocasiones, sobre todo cuando tocaba un tema referente a los mutantes en general y Chris Claremont en particular. Vamos a refrescar la memoria del personal y luego ya vamos al lío…
A principios de los 80 Uncanny X-Men ya era el gran éxito de crítica y público de Marvel, y el duo creativo de Chris Claremont y John Byrne parecía algo irrompible. Habían arrancado la nueva década con la culminación de la Saga de Fénix Oscura, una historia de corrupción y sacrificio en la que Jean Grey se suicidaba con tal de evitar que sus inmensos poderes acabaran consumiéndola y transformándola en el monstruo devorador de estrellas que había sido unos números antes. La Patrulla X se había enfrentado a la Guardia Imperial Shi’ar en la luna en un juicio por combate por la vida de Jean y en última instancia habían perdido cuando Jean se dió cuenta de que los alienígenas tenían razón, que ella era un peligro y jamás podría controlar ese poder aunque lo suprimiera. Una tragedia en toda regla que dejó a los lectores de la época profundamente devastados… Pero no tanto como cuando unos pocos meses después John Byrne anunció que se marchaba, que estaba hasta las narices de Chris Claremont y que a otra cosa mariposa.
Claremont se quedaría en la serie once años más y mediante una caracterización como no se había visto hasta entonces en el género acabó transformando Uncanny en algo mucho más grande de lo que había sido con Byrne, mientras éste último se convertía en la gran superestrella de los 80 con series como Alpha Flight, Fantastic Four, Superman o The Avengers, además de meterse en un millón de proyectos más. Aun así y durante todos los años siguientes Byrne seguiría quejándose amargamente de Claremont, proclamando que el verdadero autor del éxito de X-Men era él y en general despotricando de todo lo que había hecho su antiguo compañero en la serie mientras iban lanzándose puyitas el uno el otro a través de sus cómics. A finales de los 90 y con Claremont fuera de la serie, Byrne lanzaría X-Men: The Hidden Years, miniserie que venía a servir de precuela de la etapa de Claremont en la serie, enmendándole la plana en numerosas ocasiones y dejando claro que Byrne seguía un tanto herido por haber perdido su pulso con Claremont por el control de la serie.
Pero a pesar de que las ventas de Hidden Years habían sido bastante decentes, la llegada de Joe Quesada a Marvel se tradujo en la cancelación de la serie, algo que Byrne se tomó como algo personal (hacer la serie de la Patrulla X original había sido su sueño desde que era un chavalín) y que provocó que hiciera el juramento de no volver a trabajar jamás para la editorial durante los últimos veinte años. Y así es como su carrera fue haciendo un lento fundido en negro, cerrándose las puertas de las dos grandes y su estilo siendo cada vez menos comercial, hasta el punto de que a día de hoy el propio Byrne afirma que ninguna editorial le paga lo suficiente como para que dibuje un cómic y esté en un estado de semirretiro forzoso. No obstante y por aquello de que el diablo cuando se aburre mata moscas con el rabo, el dibujante canadiense no tardaría en cansarse de hacer comissions para fans y poco a poco empezó a crear su propia versión de Uncanny X-Men, su fanfiction de los cómics que él habría hecho si le hubiera ganado el pulso a Claremont. Su punto de inicio es un tanto curioso porque aunque la acción empieza más o menos donde dejó la serie, arranca con una breve secuencia tras la muerte de Jean Grey para luego dejar claro que Jean sigue viva, pero sus recuerdos han sido borrados y su mente se ha retrotraido al estado de una niña de cinco años.
Los cómics, publicados en el foro de su página web sin color ni tinta, llamaron la atención del nuevo editor jefe de Marvel CB Cebulski, que llegó hasta a hacerle una oferta para publicarlos, pero Byrne se negó en redondo; ya fuera porque no le pagaban lo suficiente o porque no quería romper su juramento, Byrne mantiene su obra como fanficción y no parece querer verla publicada en papel. Y así es como lleva ya casi cuatro años dibujando lo que el ha bautizado como X-Men Elsewhen, una mezcla entre obra de amor y ajuste de cuentas que sigue posteando página a página en su foro, solo para sus incondicionales, los cuales no dejan de agasajarlo porque no dejan de ser eso, sus fans. Y una vez hecha esta aclaración histórica vamos a, por primera vez en toda la historia de Brainstomping, reseñar una obra de fanficción (aunque las tonterías románticas de niños besándose de M’Rabo sean una excepción en todo esto).
La caracterización verbal prescinde de los claremontismos, logicamente, pero también de acentos o frases sueltas en otros idiomas que Byrne parece ir recuperando poco a poco a medida que se va dando cuenta de que no son claremontismos y ya estaban presentes en el Giant Size X-Men 1 y los números de Len Wein; no obstante y según va pillando carrerilla, en los siguientes números empezará a tomar más y más de los diálogos de Claremont sin ningún complejo. Así, tenemos a una Kitty más inocente e infantil que la original -Byrne no tenía los mismos planes para ella que Claremont- pero a otros personajes veteranos tampoco se les ve mucho más maduros; una cosa que me sorprende de todo esto es que Lobezno sea uno de los más perjudicados, con un comportamiento errático y muy alejado del «profesional» que conocemos, abandonando toda rivalidad con Cíclope (que ahora es infalible) y con el que acaba haciendo auténticas barbaridades. Por otro lado, Byrne tampoco parece saber muy bien que hacer con Kurt, Ororo y Peter, demostrándose así lo mucho que le interesan más Cíclope, Xavier o la propia Jean que los nuevos miembros.
Pero tras varias historias autoconclusivas «de precalentamiento» y con algún villano en la sombra, pronto empezamos a ver su primera gran historia de continuará, recuperando a uno de los enemigos favoritos de Byrne que, según sus propias palabras, Claremont no quería utilizar jamás porque los consideraba «cutres»: los centinelas. Para ello utiliza una idea que ya se usó en los cómics de los 80 poniendo a Sebastian Shaw, el Rey Negro del Club Fuego Infernal, al frente de una conspiración gubernamental para construir centinelas bastante más duros y que no tuvieran ningún reparo en acabar con vidas humanas para completar su objetivo, emprendiendo un ataque indiscriminado contra mutantes de todo el mundo, capturando a mutantes como la Bruja Escarlata o Franklin Richards y poniéndose en la diana de casi todos los superhéroes del mundo. No deja de ser una suerte de remake de la historia de los centinelas de Thomas y Adams (ésa en la que participó un poquito Chris Claremont, pero que no se entere Byrne) pero a la que le han subido todas las apuestas al incluir en el saco a ciento y la madre.
A medida que avanza Elsewhen y cuando Byrne se deja de intentar ajustar todo tipo de cabos sueltos y espinitas clavadas -llega hasta a usar a Willie Evans, un mutante que apareció por primera vez en los 4F de Marv Wolfman y que supuestamente iba a formar parte junto a Kitty y Calibán de un prototipo de los Nuevos Mutantes que nunca se llegó a dar porque Shooter vetó el proyecto- la serie empieza a coger ritmo y Byrne demuestra que su personalidad como autor sigue intacta tras todos estos años, a pesar de que pide a gritos un buen editor que le obligue a pulir ciertos detalles (algunos diálogos son tremendos y a veces la trama se mueve de forma muy errática) y que, por supuesto, estas historias se contradigan con tantos tebeos que amamos con locura y que con Elsewhen pretende enmendarles la plana… Hasta lo enfermizo.
Porque aunque ésto sea algo que hace para disfrutar él mismo y que invita al resto de la humanidad a ver sin que él tenga obligación de hacerlo, lo cierto es que John Byrne es un retentivo anal de cojones y es incapaz de dejar las cosas estar, de pasar página. Llegado cierto punto Elsewhen empieza a parecer el día de la marmota, rehaciendo páginas enteras de la Saga de Fénix Oscura -y hasta va más allá, rehaciendo el origen de Fénix con Cockrum hasta sus propias páginas de los 4F en las que «resucitó» a Jean Grey- con un revanchismo pasmoso contra Claremont que va en detrimento de la trama, de la que en algunas ocasiones parece olvidarse porque está demasiado ocupado con su venganza. Trama que, dicho sea de paso, avanza de forma tan vertiginosa que parece construida en una sola secuencia, sin que los personajes puedan pararse un segundo a comer en veinte números seguidos, hasta el punto de que el paso del tiempo solo ocurre entre viñetas (algo muy byrneano, por otro lado) pero que acaba haciendo de Elsewhen una lectura bastante más farragosa y difícil de seguir que cualquier cosa que haya escrito Claremont. Y lo que es peor, aunque en un principio con el villano de la historia de la Tierra Salvaje parece tener la intención de abrir camino hacia historias diferentes, pronto volverá una y otra vez sobre Fénix y el Imperio Shi’ar, no siendo capaz de salir de ahí, y haciendo que los números avancen a borbotones como si esto fuera un manga shonen de esos.
En definitiva, que es un Byrne aturullado y que necesita que alguien le eche el freno, porque desde luego que yo no esperaba que lo hiciera mejor que Claremont, pero por lo menos pensaba que el guión tuviera cierto nivel y no cayera en tantos errores de aficionado que Byrne en su trabajo profesional jamás ha cometido. Si tomamos como referencia los 28 números -¡VEINTIOCHO!- publicados hasta ahora de Elsewhen y lo extrapolamos a lo que se publicó en Uncanny, nos colocaríamos en el número 171 de la serie, cómic en el que en la etapa original ya se habrían enfrentado al Nido, Magneto ya habría empezado a caerse del caballo, Tormenta acababa de ser proclamada líder de los Morlocks y es precisamente el número en el que Pícara se une al grupo. En el otro lado, el de Elsewhen, tenemos que la mansión es destrozada un porrón de veces de forma constante casi hasta la parodia, toda la trama del Fuego Infernal que coleaba tras la muerte de Jean es liquidada con una historia de centinelas muy parecida a la de Thomas y Adams y lo peor de todo, que la evolución de los personajes prácticamente es nula; con la excepción de Lobezno, que le ha dado un jamacuco y le han borrado por completo la memoria, convirtiéndolo en una versión infantilizada de si mismo, todos los demás están más o menos igual y Jean hasta es revertida otra vez al 98 de Uncanny, «a las navidades de tres años antes». En fin, que supongo que Byrne se lo está pasando bien y lo celebro, pero si esto es lo que él habría hecho de ganarle el pulso a Claremont… Pues como que me alegro muchísmo de estar en ésta línea temporal, aun con todo lo que nos ha caído encima desde entonces.
X-Men Elsewhen: Un artículo donde se listan todas las cosas que todos ya vimos en los West Coast Avengers de Byrne… De Diógenes Pantarújez.
Para mi a Byrne (y a Claremont también) les vendría mejor no estar escribiendo los mismos personajes que escribían hace más de 30 años que un editor. Y hasta me parece más fácil de conseguir incluso. Apostaría que Byrne sabe más de como contar historias en cómics que muchos editores, y Claremont muchísimo más.
El tema es que estos personajes están demasiado apegados a sus filias y fobias. Escribiéndolos solo con lo que le gusta y pisoteando todo lo que no le gusta, y esa no es forma de contar historias (al menos no historias tremendamente satisfactorias).
Me parece que si algo hay claro es que no existe un solo cómic al que no le vendría bien un Byrne como artista. Nada que envidiarle a nadie en ese sentido.
Le tienes una manía tú a los editores que no es ni normal, cuando a la hora de la verdad son una cosa la mar de útil para evitar que el personal «fanfictionee». El trabajo de un editor no es tanto saber cómo contar historias -que también- si no saber qué es lo que funciona y no funciona en una historia. El editor es más crítico que escritor, y éso es lo que falla en muchos escritores, que no son capaces de alejarse dos o tres pasos de la historia que están contando y ver que falla en el conjunto. Y ése es el problema principal de Elsewhen que no se ve en ningún otro trabajo de Byrne, que no es capaz de darse cuenta de que la historia necesita ciertos puntos donde pararse a descansar, que los personajes necesitan reaccionar y actuar respecto a lo que les está pasando y que la tiranía del «ésto, y luego ésto, y entonces ésto» no ocurriría si se parara a pensar un rato.
Pero de verdad, los dos sabemos que Byrne ni lo esté intentando y éso es una auténtica pena, porque a nivel de dibujo es de lo mejorcito que se le ha visto en décadas.
Hey, que lo que dije no lo diría de cualquiera que haga un buen cómic, es un reconocimiento a la trayectoria tanto de Byrne como de Claremont que tienen ya sus añitos de experiencia y una obra bastante importante.
Pero si los editores me sacan de quicio es justamente porque creo que tienen un efecto no menor sobre un cómic y no me parece que puedan decir «uh, no eso fue el autor». El editor es tan responsable de lo que se publica como el autor que lo escribe/dibuja. Y si eso es tenerles manía, pues les tendré manía.
Y una pregunta seria que se me ocurrió con esto; Las cosas de Legend en Dark Horse ¿era estilo auto-editado o Richardson tenía algo que ver ahí? ¿Cómo se compararía con Image en ese sentido?
En Legend por lo que sé el editor actuaba como tiene que actuar, avisa de errores que se hayan podido cometer, revisa el proyecto y demás. Pero a diferencia de Marvel o DC -y esto pasa también en Image, que ahí es el autor el que paga- la última palabra la tenía el autor.
Lástima de talento desaprovechado…
Y sí: la figura de editor es imprescindible. Pero supongo que un sujeto a extinguir en Marvel y DC.
Uno de los problemas de los editores hoy en día está en que les dicen que trabajen para el tomo y no la grapa, con lo que muchos de los trucos del oficio han tenido que ser reformulados por completo. Y éso se ve muy bien en la Vertigo de los 90, con sus primeros números orientados a la grapa y creando pequeñas codas entre las historias «fuertes», con números autoconclusivos de por medio y demás que poco a poco empezaron a desaparecer. Ahí había un trabajo de Karen Berger preguntándole al guionista dónde había quedado tal personaje, si zutano iba a hacer algo respecto a lo que hizo mengano y demás que esos números podían resolver la mar de bien, pero son incógnitas que ahora hay que resolver durante la historia gorda de seis números y así nos luce el pelo.
Ahora mismo va por el número 30, y después de haber contado el origen de Lobezno (la primera mitad de lo que ha contado no ha estado mal, pero luego parece haber perdido el interés y la segunda mitad va a toda prisa para cerrar la trama), no se le ha ocurrido otra cosa que hacer iniciar una especie de Fénix Oscura 3.0, como si con su Fénix Oscura 2.0 no hubiéramos tenido bastante.
Una cosa que me ha llamado la atención es que cada página viene a ser una especie de escena autocontenida que acaba con cliffhanger, como si fuera una tira semanal ampliada a una página. Esto, aunque funciona muy bien para crear interés por cómo seguirá la cosa, acaba provocando esa especie de saltos en los que la historia avanza entre viñetas (o entre páginas), y olvídate de hacer un diálogo que empiece en una página y termine en otra curiosa. Curiosamente, esto hace a su vez que Byrne deba incurrir en una de las cosas que le achacaba a Claremont: ¡que los personajes están todo el rato hablando para explicar cosas que podrían haberse contado con imágenes!
Sí, es de lo que más me quejo, llega un punto en el que empieza a ser una tortura leer esto porque no hay un respiro, el propio Byrne se deja cabos sueltos por todos lados -y hasta se retconea, que lo de la pierna de Coloso es de un jeta que no veas- y la historia deja de ser creíble cuando en un mismo día vuelve Fénix, se pegan con Magneto y luego vuelven a pegarse con Fénix que vuelve a venir sin parar para comer. Éso y que la mayor parte de las veces tiene al 70% del reparto mirando y sin reaccionar a lo que está pasando, están de fondo y ya.
Por eso creo que necesita un editor como el respirar.
Cronológicamente, «X-Men Elsewhen» empezaría justo después del «Uncanny X-Men 143» (el número navideño de Kitty contra el N’Garai en la mansión), con las modificaciones de que aquí los shi’ar acabaron lobotomizando a «Jean», la verdadera Jean estaba encerrada en un capullo (¡combinando así el final original para la saga de «Fénix Oscura» con el retconeo posterior perpetrado para «Factor-X»!), y, dado que «Jean» no murió, Cíclope permanece en la Patrulla-X.
Cuando uno ve los agasajos que le hacen sus fans incondicionales, uno no puede evitar comparar lo que ha ocurrido en estos 30 números de «X-Men Elsewhen» con lo ocurrido en los siguientes 30 números del «Uncanny X-Men» de Claremont, donde tenemos el inicio de la redención de Magneto, la llegada y posterior saga del Nido, la corrupción de Illyana por parte de Belasco, los Morlocks, la incorporación de Pícara al equipo, las andanzas de Lobezno en Japón, Tormenta volviéndose punk y la venganza de Mente Maestra que traerá consigo la boda de Scott y Madelyne. Y a esto hay que añadir los primeros ocho números de «New Mutants», que Claremont estaba escribiendo en paralelo. ¿Cómo puede haber gente diciendo que la Patrulla-X de «Elsewhen» es la que prefieren? (supongo que porque son los componentes de la Patrulla-X que leyeron de niños, y no quieren salir de ahí, obviando que con esa mentalidad seguiríamos con los cinco originales de los años sesenta)
También cabe decir que a Claremont le dejas la misma libertad que tiene Byrne con «Elsewhen» y te acaba haciendo «X-Men Forever», así que al final vamos a acabar llegando a la conclusión que sin un buen editor marcando límites y un dibujante (Cockrum, el propio Byrne, Smith, Romita, Sienkewicz… incluso McLeod y Silvestri me parece que tenían muy buenas sinergias con Claremont) que tenga algo que aportar, tanto Byrne como Claremont pierden mucho.
Buff… Prefiero mil veces Forever a Elsewhen, ande va a parar!!
Con Romita parece que química no tenía mucha por lo que decía Jr.
Un pequeño detalle sobre una de las páginas que habéis colgado. En la del «Esto lo he visto mucho mejor contado en Classic X-Men», la primera viñeta tiene un recuadro diciendo «Una navidades hace dos años y medio en el pasado». Esto es un ejemplo de la coherencia cronológica interna que tiene la Patrulla-X claremontiana. El Proyecto Armageddon tiene lugar en Navidad, más tarde volverá a ser Navidad cuando Banshee pierde sus poderes en el enfrentamiento contra Moses Magnum en Japón, y cuando más adelante Kitty se enfrentara a un N’Garai en la mansión, vuelve a ser navidad. Como «Elsewhen» empieza un tiempo indeterminado después de ese número, eso harían los «dos años y medio» que se mencionan en el recuadro.
Aunque cada vez le resulte más difícil (y habrá que aplicar ciertos retconeos temporales para evitar cosas raras como que la luna de miel de Scott y Maddie dure unos nueve meses), Claremont seguirá tratando de aplicar cierta «coherente cronológica», con detalles como que la miniserie de «Kitty Pryde and Wolverine» empiece con Kitty comentando que descubrió sus poderes mutantes «hace dos años». Dado que el primer número de esa miniserie es de finales de 1984 y Kitty aparece por primera vez en 1980, aquí vemos que para Claremont han pasado unos dos años desde la saga de Fénix Oscura; esto, evidentemente, no cuadra en absoluto con el hecho de que Kitty cumpla quince años en el número 24 de «Excalibur», pero de ahí lo que comentaba de los «retconeos temporales»; se cambia el diálogo de Courtney Ross para que diga 16, 17 o 18 en vez de 15, y Santas Pascuas.
A mí lo que me ha quedado claro después de leer Elsewhen es que a Byrne no les sento nada bien Classic X-Men, porque deshace hasta la historia de Rondador rompiendo el inductor de imágenes pese a que durante su propia etapa Kurt lo dejó de usar sin decir nada.
Yo es que dudo mucho que esto fuera lo que Byrne hubiera hecho de quedarse en X-Men en 1981, y por eso me parece injusto compararlo con lo que hizo Claremont en esa época. Más justo sería la comparación con X-Men Forever (que tampoco es lo que hubiera hecho Claremont de continuar en 1991), y aunque Forever es mejor que Elsewhen, ya no hay tanta diferencia. Y es que la decadencia de Byrne como guionista, tristemente, es mayor que la de Claremont, y empezó antes (en West Coast Avengers, concretamente). Otra cosa es que, como Lennon y McCarney, su mejor trabajo lo hicieran colaborando, y para mí desde luego la edad dorada de la Patrulla-X es la etapa Claremont-Byrne, por muy bueno que fuera lo de antes y después.
Y, por muy bajo que caiga Byrne como guionista, como dibujante me sigue chiflando, y es una auténtica lástima que no lo tengamos haciendo lo que le dé la gana en una de las dos grandes.
Yo me mostraría mucho más benévolo con este «Elsewhen» (y haría lo que tú dices de compararlo con «Forever» y no pensar en él como «esto es lo que habría hecho Byrne en 1981) si no fuera por las ganas de enmendarle la plana a Claremont que veo aparecer continuamente, como si fueran espinas que Byrne ha llevado clavadas cuarenta años y ahora por fin puede vengarse.
Mi problema con la Fénix de «Elsewhen» no es que sea mala, es que su maldad bordea la ridiculez, y lo mismo ocurre con Magneto, con lo que «Elsewhen» deja de ser un camino no tomado y se convierte en un paso atrás, en una obra de desmantelamiento de lo que Claremont y Byrne habían estado construyendo durante dos años, y a veces ese desmantelamiento lo hace con lo que me parece un revanchismo infantil, como la forma en que se carga a Amanda Sefton (cuando una Amanda Sefton que fuera sencillamente una azafata enamorada de Kurt, sin todo el trasfondo de hechicera que le metió Claremont, podría ser un buen personaje secundario) o a todo el Club Fuego Infernal.
Me pareció tremendamente hipócrita por parte de Byrne que en uno de los primeros números pusiera en un recuadro «A Wein y Cockrum, pioneros», cuando poca gracia creo que le habría hecho a Cockrum ver a Byrne arrasando el Imperio Shi’Ar y masacrando a la Guardia Imperial. Menos mal que no se ha acordado a los Saqueadores Estelares, que si no, los mata también.
Y puede que otra razón por la que se me ha cruzado tanto «Elsewhen» es que, como a ti, Byrne me sigue chiflando como dibujante, y no es que su dibujo en «Elsewhen» se cuente entre lo mejorcito de lo que se la ha visto a Byrne en décadas, es que, con un buen entintador, para mí se contaría entre lo mejorcito de lo que se ha visto en Marvel en décadas. Por eso esta combinación de amor en el dibujo y revanchismo en el guión se me hace especialmente dolorosa.
Es que es un Byrne que se está tomando su tiempo para dibujar, que lo está haciendo con mimo. Y aunque algunos vicios de ir con prisas se le han quedado, sigue siendo el mejor Byrne que he visto desde principios de los 90.
Yo tampoco creo que Byrne hubiera hecho esto en el 81, sobre todo porque mucho de lo que lleva arrastrando desde entonces en realidad viene de trabajos de Claremont posteriores.
Sigue siendo mejor que casi todo lo que se ha hecho con los mutantes en la última década. Hala, lo he dicho.
Aún así… lo poco que he visto, sí, el tufillo de venganza es horrible. Y aunque como dibujante Byrne siga siendo mejor que 95% de la industria actualmente (pero siguen sin gustarme esas caras que pone en los personajes, la Jean Grey / Fenix esa me da grima), como guionista es lo que decís, pide un editor como el comer.
Ahora…
«arranca con una breve secuencia tras la muerte de Jean Grey para luego dejar claro que Jean sigue viva, pero sus recuerdos han sido borrados y su mente se ha retrotraido al estado de una niña de cinco años.»
Esa no era la idea original antes de la intervención de Shooter? Porque me acuerdo de haberlo leído hace muchísimos años, mucho antes de que Byrne empezara el fanfic ese.
Sí, si era la idea original que tumbó Shooter porque «había que matarla». Porque claro, si nos ponemos en el punto de vista de Byrne, Fénix era un ente maligno que Jean mantenía encerrado y soltó Wyngarde, con lo que lo justo sería separarla del Fénix y en paz. Que en Elsewhen mete también ideas que se le ocurrieron (a Busiek) luego sin cortarse un pelo, dejando claro que Fénix es el demonio y punto, pero es tan cansino que vuelve una y otra vez sobre lo mismo llegando hasta a empañar su trabajo anterior.
No diga resentimiento, diga John Byrne.
Off-topic
Ahora que ha fallecido Mezieres es buen momento para que recuperes esos artículos que preparaste para la peli de Valerian, Diógenes.
Me da rabia no haber hecho un post para hoy mismo, pero últimamente estoy funcionando mucho con material precocinado porque no me da la vida. Pero en fin, quedará en la terrorífica montaña de pendientes…
Otro disgusto. ¡Como disfruté Valerian!
Otra vez voy a comentar algo fuera de tiempo.
Excelente los 2 posts anteriores (esté también jeje) abren bastante el panorama con respecto a las repercusiones de esa compra. Mas tomando en cuenta que mucha gente está emocionada porque Kotick al parecer mencionó que quiere revivir viejas franquicias como guitar hero y skylanders, teniendo presente que, esta última les resultó bastante potable.
Saludos.
Ya veremos lo que dura Kotick, espero que los abogados de Microsoft hagan su magia y se vaya sin un solo céntimo…
Lo que me queda claro, es que Byrne no aprendió la lección para la vida que es «Dejarse fluir»
Permitirse ser agua.
Pues sin haberlo leído, diré que visualmente me atrae, me recuerda al Byrne más clásico, mejor definido que cuando sacó la sgunda saga de Next Men.
No sé por qué tengo la impresión de que, en algún momento, veremos todo esto publicado por Marvel. Quizás haya que esperar a que el pobre Byrne la diñe pero dudo que dejen esto en un foro cuando tanto Byrne (o sus herederos) como Marvel pueden sacar beneficios con ellos. Porque parece atroz pero todos los viejos fans de los mutantes lo queremos leer en papel. Ya veremos.
A mi me recuerdan a los cómics actuales de Neal Adams, son una montaña rusa de emociones tremendamente conflictivas.
Así eran un poco los Años Perdidos. Disfruté aquellos cómics pero es verdad que, a día de hoy, no recuerdo casi nada, así que supongo que no serían muy relevantes. Me pareció simpático el hecho de que Byrne aprovechará para atar algún cabo suelto, como el de la muerte de la madre de Ángel, que no sé si entró en la continuidad o no, o lo de convertir a Candy Southern en una muchacha más aguerrida. Algún guionista posterior podría haber aprovechado al personaje si el cerdo de Lobdell no se la hubiese cargado, como hizo con la mayoría de secundarios humanos de la Patrulla. Ya podrían inventar un método en Krakoa para resucitarlos.
Yo no voy a decir nada por cargarse secundarios humanos porque me pasé todos los 90 echando pestes para que luego llegara Claremont y se cargara al padre de Kitty y a los padres de Jean.
Unos psicópatas es lo que son!
Eso es verdad, menuda masacre lo de El fin de los Grey. Qué entrañable el señor Carmen Pryde. El problema también es que no ha habido nuevos personajes humanos memorables en los últimos años. Bueno, ni con poderes…
Yo diría que algunos de los de New X-men y para de contar, porque Hisako, Gen Hope, Young X-Men y toda esta banda han sido bastante insoportables.
Igual el último personaje interesante fue Broo, pero para lo que ha quedado…
X-MEN ELSEWHEN mi calificación para cada issue:
#1. «IN THE JUNGLE, THE DEADLY JUNGLE» (3.5/5)
#2. «PROTOTYPE» (3.5/5)
#3. «FATHER AND SON» (3.5/5)
#4. «WIDEAWAKE» (4/5)
#5. «AND CALL HIS NAME MAGNETO» (3.5/5)
#6. «ISLAND IN THE SKY» (3.5/5)
#7. «HOME IS WHERE THE HURT IS» (4/5)
#8. «IN THE DARK SUBURBIA» (4.5/5)
#9. «REUNION» (4.5/5)
#10. «CONVERGEANCE» (4.5/5)
#11. «FROM THE STARS HE COME» (4/5)
#12. «STOLEN SOULS» (3.5/5)
#13. «THE FIRE THAT’S CLOSET KEPT» (4/5)
#14. «ASHES» (3.5/5)
#15. «JEAN» (3.5/5)
#16. «HEARTS OF STONE» (3.5/5)
#17. «A DISH BEST SCRED COLD» (4/5)
#18. «BROKEN MIRROR» (4.5/5)
#19. «NOTHING SIMILAR IS THE SAME» (4.5/5)
#20. «DREAFUL SYMMETRY» (4.5/5)
#21. «PARALLEL LIVES MEETS AT INFINITY» (5/5)
#22. «WHEN WORLDS COLLIDE!» (5/5)
#23. «VANISHING POINTS» (4.5/5)
#24. «MIRROR/RORRIM» (5/5)
#25. «THERE’S NO PLACE LIKE HOME…» (4/5)
#26. «WHERE MONSTERS DWELL» (4/5)
#27. «WHAT PRICE YESTERDAY? PART I» (4/5)
#28. «WHAT PRICE YESTERDAY? PART II» (4.5/5)
#29. «WHAT PRICE YESTERDAY? PART III» (4.5/5)
#30. «CHILD OF LIGHT AND DARKNESS» (4/5)
#31. «FRIENDS AND ENEMIES» (3.5/5)
#32. «TWICE UPON A TIME» ( 3.5/5)
#33. «FAIRY TALES CAN COME TRUE.. «