De Cuarentena con Superman y Batman en World’s Finest 277 de Cary Burkett y Don Heck

Un día mas seguimos al pie del cañón teniendo que hacer frente a la doble tragedia de la epidemia y del mal carácter de Diógenes, quien ahora insiste en decir que todo es una mentira fruto de una conspiración de Tom DeFalco para tenerle encerrado en casa. Así que para soportar sus desvarios nada mejor que viajar espiritualmente hasta la mejor década de la historia, los ochenta, y rescatar un viejo numero de World’s Finest en el que Superman y Batman tuvieron que hacer frente a la peligrosa amenaza de las Bestias de la Plaga…

Comenzamos en lo que es una noche rutinaria en Gotham City, con Batman acechando desde una azotea lo que hacen unos conocidos criminales recientemente fugados de prisión cargando cosas en un camión aparcado en un callejón. Un camión que cuenta con un enorme cartel publicitario de Superman porque incluso allí debe molar mas que Batman.

Este no se anda con rodeos y aunque quizás hubiese sido mas lógico seguirles para ver hacia donde transportaban su misteriosa mercancía, Batman decide saltar sobre ellos, noquearles y revisar el mismo el contenido del camión (y supongo que sera parte de su plan interrogarles luego para saber hacia donde llevaban ese camión)

Para sorpresa de Batman ese camión no cargaba con mercancía robada, drogas o cualquier otra cosa que uno esperaría de criminales experimentados, sino un cargamento de perros y gatos…

Y mientras Batman se pregunta para que querría nadie traficar con animales entre Gotham y Metrópolis, en esta ciudad Perry White esta indignado porque uno de sus periodistas aun no se ha presentado, y aunque Lois enseguida salta a defender a Clark asumiendo que hablan de el (que el pobre tienen que desaparecer mucho cada vez que le toca actuar como Superman) en esta ocasión se trata de Ed Anders, quien ha desaparecido tras avisar a Perry de que estaba trabajando en una historia importante.

Pero aunque Lois esta preocupada por la desaparición de su compañero Clark le quita hierro al asunto y da la impresión de que no se vuelve a preocupar por el hasta que esa noche durante su patrulla nocturna sobre Metrópolis como Superman se encuentra por casualidad a Ed tirado en un callejón. Eso es de mal compañero y de mal superhéroe.

Y aunque Superman, en su identidad de Clark Kent, corre a auxiliar a su compañero, este cae muerto en sus brazos mientras la avisa de un peligroso virus. Una amenaza que Superman confirma tras examinar el cuerpo de Ed con sus poderes y encontrar un virus mortal y desconocido en su sangre.

Con una amenaza tal hay que tomar medidas extremas, y tras dejar el cadáver del pobre Ed en los Laboratorios S.T.A.R. para que lo descontaminen, en lugar de descontaminarse el mismo allí, Superman prefiere darse un paseito hasta el sol y tumbarse allí un rato mientras espera a que el intenso calor aniquile cualquier rastro del virus que pueda quedar en su cuerpo.

Por su parte Lois, quien si que sabe lo que es el compañerismo, a diferencia de don “el sol es mi descontaminador personal” ha seguido investigando la desaparición de Ed (sin conocer su trágico final) y tras hablar con su prometida ha averiguado que Ed estaba investigando algo para su reportaje en unos almacenes en el puerto de Metrópolis. Pero lo que le sobra de compañerismo a Lois le falta en sigilo, y unos matones armados que vigilan el almacén la capturan enseguida…Igual vestirse de rojo brillante y llevar tacones no es lo mejor para pasar desapercibida.

Ajeno a todo ello Batman se encuentra en el despacho de Jim Gordon dándole vueltas aun al extraño contenido del camión que había detenido, pero no tiene demasiado tiempo para pensar en ello porque enseguida llega Superman para reclutarle por sus dotes deductivas y que le ayude a averiguar que es lo que le sucedió a Ed.

Juntos llegan a los Laboratorios S.T.A.R. para revisar el cadáver y las ropas de Ed, y mientras que Batman se ha envuelto literalmente en plástico transparente para evitar contaminarse, Superman se pasea alegremente sin nada y en el fondo sabemos a donde ira cuando acabe allí… Y tras encontrar restos de sal marina, tinta y fibras, Batman deduce no solo que Ed debía andar trasteando en algún almacén cerca del mar, sino que el gran numero de pelos de perros y gatos de diferentes razas le hace darse cuenta de que este caso esta conectado con el suyo.

Pero antes de ver como piensa descontaminarse Superman tras terminar allí, toca volver a Lois. Esta se encuentra por fin ante el responsable de todo lo que ha estado sucediendo en Metrópolis y Gotham, se trata de un anónimo científico que ha creado una bacteria tan letal que puede matar a cualquier persona expuesta a ella en una hora, y dado que los animales son inmunes a la bacteria pero pueden transmitirla, se ha dedicado a acumular perros y gatos a los que ha infectado y pretende soltar en Metrópolis. ¿Pero para que quiere hacer semejante barbaridad?

Las motivaciones del científico son bien simples, este considera que el mundo tiene un exceso de población, pero curiosamente no le preocupa la escasez de recursos ni nada tan mundano, lo que le preocupa es que las ciudades se encuentran muy masificadas y que pronto no quedara un lugar en el mundo en el que encontrar algo de calma y soledad… En serio, eso es lo que le preocupa y su solución es un poco de genocidio que pretende extender a todo el planeta para poder disfrutar de algo de soledad. Y mientras Lois piensa (con razón) que se encuentra en manos de un loco, toca regresar a nuestros héroes…

Batman se ha quedado esperando en la puerta de Laboratorios S.T.A.R. a que Superman se diese OTRO paseito por el sol, ya que se ve que eso de envolverse en plástico no es digno de el. Y a Batman no parece haberle hecho mucha gracia la espera ya que insiste a Superman para que vayan rápido a prisión para interrogar al conductor del camión que transportaba todos esos perros y gatos.

Allí, tras hacerle ver al criminal que ha podido estar expuesto a un virus mortal, este no tarda en contar todo lo que sabe y les da la localización del almacén donde debía entregar su peluda mercancía, el mismo en el que se encuentra secuestrada Lois Lane. Y aquí toca hacer un pequeño inciso para recordar que si Clark se hubiese fiado de Lois, ambos habrían investigado la desaparición de ED y había localizado ese almacén mucho antes… Que digo yo que ya que Lois es una prestigiosa periodista de investigación igual seria buena idea hacerle caso.

Y cuando Batman y Superman llegan al almacén se desata la locura. Superman se da cuenta de que Lois esta allí secuestrada pero no sabe como ha podido suceder eso (¡porque no hablas con ella ni le haces caso!) y mientras Batman se entretiene aporreando a los matones de fuera el científico loco decide intentar detener a Superman lanzándole perros y gatos… No, ese hombre no esta bien de la puta cabeza.

Tras el aviso de Lois de que no deje escapar a los animales (menos mal que ahora si le presta atención) Superman fabrica a supervelocidad una enorme jaula de madera para contenerlos en lugar de volver a meterlos en las jaulas de las que escaparon porque… No se, ya estoy empezando a creer que el virus ha dejado tonto a Superman.

Pero mientras Superman esta entretenido fabricando innecesarias jaulas, el científico loquisimo ha agarrado a Lois y amenaza con inyectarle el virus si no le dejan escapar de allí. Y aunque a lo mejor Superman se lo hubiera pensado o se hubiese puesto a fabricar mas jaulas, Batman es algo mas decidido en esta historia y con un certero Batarang desarma al científico, con tan mala suerte que este al tratar de escapar cae sobre el contenedor de su virus empapándose a fondo en el, un destino que a punto están de compartir Batman y Lois.

Justo en ese momento aparece Superman presumiendo de que el siempre esta ahí para rescatarla (pero no para escucharla cuando ella se preocupa pro la desaparición de sus compañeros) y utilizando su superior capacidad pulmonar absorbe el virus y se lo lleva… AL SOL. Si, Por tercera vez ese día Superman se ha marchado otra vez al sol para soltar allí el peligroso virus, y por la forma en la que habla del Sol empiezo a creer que Superman tiene algún fetiche raro con el astro…

Y una vez que el virus ya no es una amenaza, Superman Batman y Lois acuden a Laboratorios S.T.A.R. donde sus científicos solo pueden certificar la muerte del anónimo científico. Y aunque nunca llegamos a saber que fue de todos esos perros y gatos contaminados (no descartemos que Superman los lanzase al sol) Superman trata de consolar a Lois diciéndole que al menos ha conseguido un gran reportaje de todo esto. Algo que ella le corrige rápidamente y demostrando tener mas empatía que el, anuncia que todo el crédito de la noticia ira para su compañero Ed.

De esta historia creo que la principal conclusión que podemos sacar es que al Superman de Cary Burkett (famoso por ser el co-creador de Nemesis) le faltaba un poquito de humanidad, otro poco de empatía y que le gusta mas de la cuenta viajar al sol (¿Y si eso para un kryptoniano es como la heroína para un humano?) También nos deja claro que con historias así es difícil entender como Lois se enamoro de Superman y que una vez mas los científicos locos del cómic tienen unas motivaciones de lo mas retorcidas para sus planes, pero este con lo del genocidio mundial para tener algo de soledad se lleva la palma. Mañana terminaremos la semana con alguna otra epidemia del cómic a ser posible una en la que Superman haga el idiota, eso si Diógenes no termina con mi paciencia y acabo tirándome yo mismo al sol para no escucharle mas quejarse de las dichosas fases…