El número 232 de Fantastic Four aparecía en verano de 1981 y John Byrne titulaba aquel cómic con toda una declaración de intenciones que se convertiría en un mantra a lo largo de toda su carrera: Back to Basics, vuelta a los orígenes. Esto, que en otros títulos era más llamativo porque al fin y al cabo otras series se habían distanciado bastante de su planteamiento, en los 4 Fantásticos en principio era bastante redundante porque el cuarteto y las relaciones entre los personajes seguían siendo los mismos que habían dejado Stan Lee y Jack Kirby diez años antes. Pero no, Byrne no se equivocaba con esa declaración de intenciones…
Hay una decisión muy inteligente por parte de Byrne y que luego se vería también en la etapa de Walter Simonson, y es que, a pesar de que en aquel momento ya habían pasado por la serie varios guionistas planteando el cómic como una familia de superhéroes, Byrne se dió cuenta de que aquello era completamente secundario, que los 4 Fantásticos son un grupo de aventureros y que la ciencia «a lo Kirby» tiene que tener un papel importante en el cómic; los 4 Fantásticos no deben explorar las leyes del universo real, deben explorar las del Universo Marvel, ya sea la magia de Diablo, los cachivaches del Doctor Muerte o las leyes fundamentales del universo que hacen que Galactus vaya por ahí zampándose planetas y eso sea algo normal. En definitiva, John Byrne se pone a jugar con los juguetes que le construyó Jack Kirby sin limitarse a repetir historias con los mismos personajes o con criaturitas nuevas, trata de ver hasta que punto puede forzarlos sin llegar a romperlos y crea una de las etapas más memorables de la historia del grupo, estableciendo su reputación como gran renovador y actualizador de conceptos que otros daban por caducos.
Por eso y aludiendo a ese «back to basics», sus primeras historias son autoconclusivas y vienen a beber mucho de Twilight Zone o las propias antologías como Tales of Suspense o Journey Into Mystery que Stan Lee había estado escribiendo durante años antes de sacar adelante Fantastic Four. Byrne aprende a escribir la serie mediante esas historias, haciendo auténticos estudios de personaje mediante historias cortas durante todo su primer año en la serie, introduciendo las semillas de historias que irán tomando protagonismo durante su segundo año, cuando ya empieza a trabajar más las historias de continuará y se abandona el formato más conservador. El Byrne guionista es tremendamente inteligente y, a pesar de su fama, es tremendamente consciente de sus limitaciones y trata por todos los medios de tapar sus carencias usando sus fortalezas, con lo que para cuando aprende lo suficiente como para quitarse las ruedas de apoyo, Byrne se revela como un gran autor completo, no solo siendo capaz de hacer sus primeras grandes historias de «continuará» si no emprendiendo por iniciativa propia experimentos como Fantastic Four 252 o lo que él llama «un cómic cinemascope»:
Byrne habla de esta época como la de «el juego de los editores musicales», a imitación del famoso juego infantil de las sillas musicales en las que los jugadores van cambiando de asiento a cada pausa de la música: según Byrne, Jim Shooter había visto el éxito de la serie y «por joderle a él» se dedicaba a cambiarle a de editor cada dos por tres, con lo que Byrne nunca sabía con quien se iba a encontrar a la hora de entregar su trabajo. El editor del número 252 de Fantastic Four era nada más y nada menos que Tom DeFalco, el cual al encontrarse el peculiar formato de aquel cómic le preguntó a Byrne si le había consultado la idea de realizarlo de esa forma y Byrne le respondió que no, a lo que DeFalco no puso ninguna pega pero misteriosamente tal vez Shooter sí, porque el número siguiente ya fue editado por Al Milgrom. Para Byrne aquellos tiempos eran un tanto raros porque, a pesar de que se lo estaba pasando de miedo en la serie y disfrutando como un niño, cada vez que conseguía empezar a entenderse con un editor Shooter se lo cambiaba, con lo que empezó a crecer en él la paranoia de que le estaban haciendo algun tipo de mobing a pesar de que la serie seguía siendo una de las mejor vendidas de Marvel, rivalizando con la gran vaca sagrada del momento que era Uncanny X-Men. Finalmente, dice, acabó encontrándose con un editor con el que no se entendía, Bob Budiansky, y decidió decírselo a Shooter. La reacción de Shooter fue tomar nota de la queja y… Dejar a Budiansky como editor de la serie por una buena temporada.
Curiosamente, Budiansky entra en escena en el número 259 de la serie, justo después del que probablemente sea el mejor cómic jamás realizado por John Byrne: Fantastic Four 258, protagonizado integramente por el Doctor Muerte en una historia con uno de los planteamientos mejor realizados. Sin embargo, el cambio de editor no le sentará del todo bien al desenlace de la historia y es que, aunque Byrne está en su mejor momento tanto como dibujante como guionista, la resolución de la historia se hace algo torpe -lo que para él en ese momento es torpe para otro sería excelente, tampoco nos engañemos- y todo se ve eclipsado por la resolución de la historia que John Byrne lleva desarrollando casi desde que empezó su etapa: El Juicio de Reed Richards.
Budiansky duraría en la serie hasta el verano de 1984 y el número 270 de Fantastic Four. Para entonces Byrne ya ha pasado su mejor etapa y la serie vive inmersa en un baile de entintadores que no ayuda precisamente a mantener su frescura. Byrne empieza a notar que, a pesar de que con el nuevo editor Mike Carlin se entiende mucho mejor, la sombra de Jim Shooter es tremendamente alargada y su paranoia le dice que está complicándole la vida no solo a el, su no a Carlin también. Y sin embargo de por medio tenemos números como el 286 de Fantastic Four, un crossover con los Vengadores de su amigo Roger Stern en el que se certifica la gran puñalada trapera de Jim Shooter a Chris Claremont con la resurección de Jean Grey, pergeñada a pachas entre Shooter, sus amigos Layton y Michelinie, un fan de la Patrulla X original muy rencoroso llamado Kurt Busiek y un John Byrne que con tal de fastidiar a Chris Claremont es capaz de pactar con el mismísimo demonio.
Y total, ¿para qué? Unos seis meses después Byrne se da cuenta de que ya no puede dar más de sí en la serie y decide dejar los 4 Fantásticos, dejar Marvel y cambiar de aires por completo. Su último número, el 293, lo deja completamente a medias, en mitad de una saga, con tramas sueltas por todos lados y el desaguisado lo tiene que acabar limpiando otra vez Roger Stern. Los 4 Fantásticos nunca volverán a ser los mismos y, aunque durante años Byrne justificará su salida alegando que ya había hecho todo lo que tenía que hacer con el grupo, con los años ha venido a reconocer que simplemente se quemó, y que hoy en día volvería a tener ideas para el grupo, que su etapa de los 4 Fantásticos fue en el momento en el que mejor se lo pasó de su carrera. Por el camino, y entre 1981 y 1986, se dejaría la serie de La Cosa, Alpha Flight, su espantada de Alpha Flight para acabar en Hulk, su espantada de Hulk… La Marvel que deja John Byrne no es la misma a la que llegó ni por asomo, y aun así se va dando por hecho que su archienemigo Jim Shooter seguirá en el cargo por una eternidad, con lo que no merecía la pena seguir tratando de ponerle puertas al mar. Y mientras firma un suculento contrato con DC para hacerse cargo de Superman, en Marvel los días de Shooter empiezan a estar contados…
¿Era Gru el editor del Thor de Simonson? Porque a lo mejor era Macchio pero no sé. Si no estuviera en el móvil me haría un repaso de los editores de la época porque de memoria se me hace que Louise Simonson, Ann Nocenti, Denny O’Neill y Gru eran los destacados seguidos de DeFalco y Owsley (una mezcla de Shooter y Hama, Hama que creo que con Milgrom vendrían a encabezar una “tercera línea” de editores). Y creo que Budiansky editó Secret Wars pero la verdad es que ni idea.
Vamos, que hablo de esto porque no voy a hablar de Jean. Y el resto de los 4F de Byrne son obvia, fácil y simplemente oro puro; desde entender a Sue y Reed como dos adultos y no como los clichés que los haría DeFalco luego a el impecable cambio de La Cosa por She-Hulk cuando Stern le dice que es el opuesto de Ben Grimm con su “ay, soy un monstruo” (cuando en realidad ya era un hombre hecho y derecho y como el Summers que retira Claremont, aburrido). Y obviamente Johnny Storm, si Spider-Man era el de Stern y Romita Jr. Johnny no podía ser menos, salvó que al tener justamente a Ben y Reed al lado para comparación se nos había estancado en niñato.
El reemplazo de Byrne tras Stern es Englehart, no? Para que no se olvide esa etapa tampoco, xD.
Sí, Simonson empieza con Gruenwald y acaba con Macchio. Y sobre lo de Ben Grimm pues como que me da que Byrne nunca pretendió retirarlo a lo Scott Summers, porque bien que lo escribe en su serie regular y se explaya con el personaje con sus aventuras en el planeta de las Secret Wars.
Si pero en términos de lo que daban para contar a mí me parece que ambos eran personajes que ya estaban “al dente”. Que al fin y al cabo la serie buena de La Cosa es Two-in-One donde la gracia es la interacción y no tanto desarrollar a Ben Grimm.
Pues a mi en el global me parece mucho mejor la de La Cosa en solitario y, de hecho, me parece que está bastante infravalorada. Two-in-One es muy irregular, pero eso es normal teniendo en cuenta el baile de autores que tenía.
Pues así en el global puede ser ¿En cuál aparece Sharon Ventura? Porque quiero decir que es en la serie en solitario pero podría ser al final de Two-in-One. Si es en la serie en solitario me parece que hay mucho contraste entre de que arrancó la serie y en que terminó. A ambas series las hunde lo que se hacía en sus contemporáneas; con Two-in-One a la sombra de Marvel Team-Up y la serie de La Cosa entre 84 y 86 cuando confluyen todas las bestias en Marvel.
Uy, esa aparece después de que se largue Byrne, y ahí si que empieza la decadencia de La Cosa!
Quizas SHooter entendio que Byrne estresado funciona mejor que en calma y por eso lo buleaba, para sacar lo mejor de él.
No quiero ni imaginarme que te podría decir Byrne si leyera tu teoría…
Por suerte Byrne no habla español. Ni creo que le interese aprender.
Paul Ryan contaba que él acabó de dibujante de los 4F porque Byrne iba a a volver a los 4F a principios de los 90 y se lo ofreció. Inicialmente, con JRJR y cuando este declinó, pensó en él. Y si él hubiera dicho que no, Dan Jurgens era el siguiente en la lista.
Pues no tenía ni idea, ¿dónde puedo leer más sobre el tema?
A ver si lo hago bien: http://www.kleefeldoncomics.com/2012/07/old-paul-ryan-interview.html?m=1
El dato de JRJR lo leí en algún lado pero no soy capaz de encontrarlo
Joder, según la leo ya veo que Byrne estaba haciendo otra de las suyas «es el editor el que me tiene que llamar a mi si quiere que guionice los 4F, no yo a el». Si será desgraciado…
No os voy a sorprender si os digo que opino que esta etapa está sobrevaloradísima… Aunque menos si lo comparamos con lo que había por la época.
Curioso que digas eso, teniendo en cuenta que la idea original de estos posts es la de reivindicar el papel de Byrne, que hoy en día está infravaloradísimo. Que en los 80 estuviera hinchado ya no entro, pero hoy en día los 4F de Byrne podría decirse que están infravalorados, se los considera como una mera puesta al día de Lee y Kirby y poco más. Y van mucho más allá, vaya que sí.
Diría que el Byrne actual esta infravalorado, y muy especial desde los Next Men, pero su etapa de los 4F en los 80 no… Es decir: sigue siendo una de las etapas de las que se considera que son básicas de los súpers de los 80, solo ensombrecida por la «invasión británica».
Lleva casi 14 años sin publicar nada para las grandes y unos 7 sin hacerlo para las independientes.
Además, sus proyectos de más relieve son todos anteriores a 1992.
Es una figura muy ajena para los menores de 40.
Por no hablar de que su último trabajo de perfil alto para Marvel es Chapter One, que es detestado por todo el mundo.
No sé, yo estos posts los voy a acabar allá por el 92 con Namor, no me interesa para nada hablar de «la decadencia».
Muy a mi pesar, gran parte de su obra no supera la prueba del tiempo.
Sus espantadas hacen que sus etapas largas p.ej en 4F o Superman no tengan un final más o menos cerrado y queden cojas.
Simonson es el contraejemplo: cerró sus etapas en Thor o en Orión y da sensación de obra completa (aunque le obligaran las ventas en el segundo caso)
No estoy de acuerdo. Su trabajo en $F es bastante universal.
Bueno, yo nunca he ocultado que mi autor favorito de superhéroes es don Walter Simonson, y por algo es.
«The Judas Coin» es la mejor carta de amor a DC y al comic y la ilustración mundiales que se ha hecho
Eso díselo a Cebulski, a Breevort y a cualquiera que cada vez que hace un cómic o película de los 4F no hace una sola referencia a Byrne, mientras que en el caso de Daredevil la referencia es Miller o en Thor es Simonson. Yo eso no lo entenderé nunca, el trabajo de Byrne en X-Men y Superman si que ha servido de referencia, pero su trabajo en los 4F es ignorado y hasta malinterpretado de mala manera.
Que no nos engañemos, Millar decía que su inspiración era Byrne y no se notó, mientras que Zdarsky dijo que Simonson, y se notó muchísimo más.
No quiero ofender pero… El resultado de los posts no parece ser que se le reinvidique. Veo más quejas que reconocimientos.
Pues yo creo que es más bien al revés; lo que pasa es que las críticas cantan mucho más. El ejemplo más claro creo que está en este post, el único comentario negativo respecto a Byrne lo hace Pengallan al decir que no le van mucho sus 4F. eso tampoco es una crítica demoledora, vaya.
Vais muy a saco… Una etapa tan buena merecería que os detuvierais un poco a saborear sus meandros, en mi opinión. La verdad no encuentro tan interesantes las movidas editoriales, aunque entiendo que puedan ser influyentes.
Sobre Johnny Storm, diré que Byrne es de los pocos autores que han intentado tomarse en serio el personaje. Muchos no son capaces de ver más allá de «mujeriego-irresponsable-famosete». Primero con el drama de Frankie Raye, y luego con su romance con Alicia Byrne hizo un Johnny adulto, o casi.
Sobre las puyas de Byrne a Claremont, yo prefiero la del 258, cuando Muerte desintegra uno de sus dobles robots porque dejó que el Amo de las Marionetas se encendiera una cerilla en su hombro (cosa que pasó en un cómic de X-Men de Claremont). Y aquí estoy con Byrne. Muerte NUNCA deja que nadie le vacile.
Ese comic, el 258 es quizá uno de los mejores de la etapa. Se ve «un día en la vida del Doctor Muerte». Y vemos cosas curiosas, como que quizá es mejor padre que Richards… Por lo menos pasa más tiempo con su hijo adoptivo que Mr Fantástico con Franklin. Eso es algo que no se había hecho nunca hasta la fecha. Y es que Muerte sacaba lo mejor de Byrne. Hasta el punto que creo que su papel como gran villano de Marvel se debe en parte al barbudo de Calgary.
«-Y el mutante llamado Magneto, señor? He oido que su poder rivaliza con el vuestro!
-Rivaliza… ¿RIVALIZA? ¡NADIE RIVALIZA CONMIGO, NADIE! ¡NADIE EN TODA EL UNIVERSO, EN TODA LA CREACIÓN RIVALIZA CON MUERTE! ¡Me has ofendido más allá de toda medida, vete a tu cuarto!»
El padre del año. Y sí, me se ese puto cómic casi de memoria!
¡He dicho que es «mejor» que Richards, no que sea «buen» padre!
Pues Reed Richards mandó a su hijo con una niñera sus tres primeros años, le disparó con un arma, y pasaba bastante de él en general.
Hubo una historia especial en la que se reúnen Magneto (ya de «bueno» por la vida) y Muerte, y el latveriano intenta convencerlo de que vuelva por el mal camino. Ambos repasan sus biografías en un duelo mental y concluyen que son lo que son y no tienen que disculparse… Lo mejor es que Muerte decide que jamás seguirá la vía del control mental masivo, como hizo en Emperor Doom. ¡Cuando aplaste a la humanidad, quiere que sepan que han sido aplastados!
En Emperor Doom era un muertebot, por eso no le afecta el Hombre Púrpura.
(JODETE MICHELINIE!!)
¿En serio? Pues lo he leído hace poco y no lo pone en ningún lado.
Pues a mi las historias de Michelinie con Muerte (como el Iron Man 150) me gustan bastante.
La historia especifica que Muerte es inmune a los poderes del Hombre Púrpura y lo achaca a que tiene una «voluntad inquebrantable» (sacada de chorra, oiga). Pero teniendo en cuenta las fechas en las que sale el cómic y que años después el propio Muerte rechazó en más de una ocasión el control mental como herramienta de dominación mundial, todo apunta a que era inmune porque en realidad era un muertebot.
Otra cosa es que esa no fuera la idea original de Michelinie, (BWAHAHAHAHAH!!!)
Seguro que lo programo BOB LAYTON!
Kurt Busiek, Bob Layton y David Michelinie. FUCK, MARRY, KILL! Venga, responde deprisa!
M-K-F respectivamente (obviamente)
Ahora responde tu!
No sería tan idiota como para hacerlo!
No vaya a ser que te encuentres con uno de ellos y tengas que cumplir! Cobarde!
Por si acaso, no vayas a un salón del cómic…
Eso díselo a Bob Layton
Cásate con Michelinie, hombre, que cobra derechos por parir a Venom!
No es mejor que Reed Richards ni de broma, Muerte quieras que no le lavó el cerebro al chaval hasta convertirlo en una copia barata de él mismo, mientras que Reed ha intentado por activa y por pasiva que su hijo tuviera una infancia normal a pesar de sus poderes y su entorno. Llegados a cierto punto, tanto Reed como Sue acabaron teniendo que claudicar y hoy en día va por ahi recreando el multiverso y vacilando de que en el futuro tendrá un Galactus.
Lo se, solo estaba vacilando. Y hablo solo hasta los 80, ojo.
El lavado de cerebro fue cosa de un Doombot, que conste.
¿Quién programa a los Doombots? (La respuesta 3 comentarios más arriba)
O sea que lo que Emperor Doom era un Doombot es una teoría… Me lo temía.
Los Doombots son listos, pero tienen limitaciones. Según la versión oficial, Muerte no quería que hicieran eso con Kristoff (por lo menos, no tan joven).
Entiendo lo que quieres decir y tienes razón, pero esto es un repaso general a sus grandes éxitos y la idea es que en un futuro me detenga más en lo concreto con otros posts. Quieras que no me daba cosica que esto lleve casi diez años y todavía no hubieramos repasado la trayectoria de Byrne, hicimos algún post aislado sobre alguna cosilla suya y poco más. Y joer, es que las redes sociales están llenas hablando sobre lo chungo que es Byrne, lo carcamal que es y blablabla.
Pero vamos, que yo haría una serie de posts solo con el 258 de Fantastic Four, pero hasta que no me toque la lotería y pueda dedicarme solo a escribir, pues como que no hay nada que hacer.
Pues ya tienes un motivo para seguir currando: encontrar tiempo y recursos para destinar tus siguientes posts al 258 de Fantastic Four!
Aunque yo creo que el número en que una revista guarra saca a Hulka en porretas también tiene su qué…
la etapa de los 4f de byrne tiene una cantidad de ideas apabullantes algo que es muy difícil encontrar hoy, enumero arbitrariamente: ese plan del doctor doom de meterlos en esa «realidad virtual» que prefigura temas que se van a poner de moda dp; el destino de los skrull hipnotizados en vacas por reed richards (los que no se despertaron para la guerra con los kree); ese viaje por ego el planeta viviente que en mi opinión fue homenajeado por James Robinson en starman (el nro 50 creo), la batalla con terrax una de las mejores que leí en mi vida; la batalla con gladiador de la guardia imperial shiar la segunda mejor que leí en mi vida donde byrne ya empieza a tejer ideas que usara en Superman: porque puede violar las leyes de la física? no habrá algo más? no será que su verdadero poder es su fuerza de voluntad ? y mucho mucho más perdón amo a byrne. pedidos: una serie de post así pero con Chris clar3mont (si lo hicieron disculpas) y una serie sobre la mejor serie de la hsitoria de dc: el starman de James Robinson. saludos!
Bueno, no he hecho otra serie sobre Claremont porque pensé que si hacia otra más me echabais a los perros, sobre todo no habiendo hecho una sobre Byrne… Pero ahora que ya he hecho una de Byrne, supongo que tengo licencia para seguir hablando de Claremont por una buena temporada!
Eso sí, si quieres posts sobre Claremont solo tienes que usar el buscador, he hecho un porrón de posts y los que vendrán!