Cuando James Robinson abandono DC tras la debacle de esa pseudo-jsa de Earth2 (quien puede culparle) y dio el salto a Marvel, fuimos muchos los que nos alegramos un montón por él y esperamos mucho de su trabajo. Pero aunque el comienzo de esta nueva etapa en su carrera con los 4 Fantásticos y los All-New Invaders no fue malo, por distintas razones ninguno de las dos series acabo de cuajar y ambas series fueron canceladas. Pero James Robinson es un guionista demasiado bueno como para dejarle sin hacer nada, por lo que Marvel no le tuvo de manos vacías demasiado tiempo y pronto encontró un nuevo personaje al que escribir. Un personaje con el que curiosamente Robinson esta vez sí parece haber encajado a la perfección, la Bruja Escarlata.
Esa portada, y como diría Indiana Jones, «Debería estar en un museo»
Hermana, gitana, bruja, mutante diabólica, vengadora, hija de magneto, villana, heroína de nuevo, huérfana… Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata, ha sido muchas cosas en la vida y en muchos casos no por decisión propia. Nuevas revelaciones sobre su ya de por si complicadísimo pasado, las secuelas emocionales que aun arrastra por su papel decisivo en la destrucción de los Vengadores, alterar la realidad y diezmar la población de Mutantes, la desconfianza que aun encuentra incluso entre sus propios compañeros y el precio que tiene para su alma el uso del lado mágico de sus habilidades sobrehumanas la han llevado a una nueva encrucijada en su vida donde al mismo tiempo que trata de averiguar que va mal con la magia, intenta encontrar de nuevo su lugar en el mundo y forjarse su propio camino sin depender de lo que nada ni nadie decida por ella.
Pero tengo que confesar que el nuevo traje aun no me tiene ganado por completo
La Bruja Escarlata es un personaje con el que demasiados guionistas no han sabido que hacer y que desde hace algo más de diez años ha sido bastante maltratado por la editorial, o más concretamente por Brian Bendis. Este, tanto en Avengers: Dissasemble como en House of M, redujo a la Bruja Escarlata a poco más que un accesorio, un “mcguffin”, que serbia para poner en marcha la trama. Todo esto dejo al personaje un tal estado que la editorial la mantuvo en el limbo argumental hasta encontrar que hacer con ella. Su regreso en Avengers: The Children’s Crusade no arregló demasiado las cosas con aquella revelación de que una vez mas Wanda había sido una herramienta manipulada por otros, el Doctor Muerte en este caso. Este intento de lavar la imagen del personaje fue un paso en la dirección correcta pero no fue suficiente. Y el trabajo que hizo con ella Rick Remender en sus Uncanny Avengers y Axis, que acabo desembocando en la revelación de que después de todo ni ella ni su hermano Pietro eran hijos de Magneto sino experimentos del Alto Evolucionador, solo sirvió para complicar aun mas al personaje.
Uno casi diría que a Bendis no le caía bien el personaje…
Pero pese a este complicado equipaje que arrastra el personaje, su reciente popularidad debida a las películas ha llevado a Marvel a dedicarle su primera serie propia (si no contamos aquella horrible miniserie de los 90 y sus legendarias series en compañía de su ex-marido la Visión) tocándole a James Robinson la difícil papeleta de arreglar al personaje. Y resulta curiosa y casi apropiada la elección, porque al igual que Wanda, Robinson es alguien que ha “renacido” tras haber pasado por una temporada bastante mala (tanto a nivel personal como profesional) y que ahora se encuentra recuperando poco a poco su lugar en el mundo, algo que con su reciente trabajo en Airboy (de lectura obligada) y esta Bruja Escarlata, ya ha dejado claro que ha vuelto a ser el que era (Su Escuadrón Supremo esta bien pero de momento no esta al mismo nivel).
Lo de este hombre si que ha sido un Born Again y no lo de Daredevil
Y es que eso es básicamente lo que nos ofrece esta serie, el renacer de Wanda, ya que aunque por una parte Robinson está tocando los temas que ha introducido Jason Aaron en la serie del Doctor Extraño, el alto precio que hay que pagar por la utilización de la magia y como esta se está muriendo, la parte principal de la serie es otra. Y es que Wanda, aunque no había llegado a los niveles de destrozo editorial en los que se han hundido personajes como Hawkman (cuanto me hace sufrir) si que era un personaje demasiado maltratado. Una situación que Robinson aprovecha no solo para arreglar al personaje, sino para explorar quien es realmente Wanda Maximoff, sin estar a la sombra de sus compañeros Vengadores, su hermano, su marido o su “ya-no-padre”. Un trabajo que hasta el momento está siendo impecable porque no recordaba la última vez que la Bruja Escarlata me había parecido un personaje tan interesante.
Y que no se queje que en DC igual le hubieran arrancado un brazo
Pero si el trabajo de James Robinson está siendo interesantísimo, el apartado grafico de la serie es para quitarse el sombrero. Lo primero que hay que destacar es el siempre impresionante trabajo de David Aja como portadista (y hay que echarle un ojo también a lo que está haciendo en la serie de Karnak). Este, con un estilo cada vez mas minimalista, una reducidísima paleta de colores y muchísima personalidad, consigue de nuevo que sus portadas destaquen con luz propia de entre toda la producción de la editorial o su competencia y sean algo digno de tener enmarcado y colgado en una pared. Un trabajo del que habría que tomar ejemplo y darse cuenta de que en muchas ocasiones “menos es mas”.
¿Había dicho ya lo del museo? Pues lo digo de nuevo, deberían estar colgadas en uno
Pero en el interior del comic el despliegue grafico continua y de una forma un tanto peculiar pero muy atrayente. Y es que Robinson, aprovechando que hasta el momento nos está contando la historia de la Bruja Escarlata a través de números autoconclusivos (casi siempre) ha optado por contar con un dibujante diferente para cada historia, adaptando esta a los puntos fuertes de cada artista. Así hasta ahora hemos podido disfrutar del gran talento de dibujantes como Vanesa R. Del Rey, Marco Rudy, Steve Dillon, Javier Pulido y Marguerite Sauvage y los que vendrán, haciendo de esta nueva serie de la Bruja Escarlata una de las más atractivas visualmente de la Marvel actual.
Debe ser la única vez que no me he quejado lo mas mínimo por el constante baile de dibujantes
Como suele suceder demasiado a menudo, cuando las series principales de las grandes editoriales están enredadas en complicados hilos argumentales que se ven sacudidos periódicamente con el evento de turno o metidos de lleno en el truco publicitario del momento, es en las rincones más secundarias y marginales donde uno puede encontrar los comics realmente buenos (mas que nada porque es donde suelen dejar trabajar a los autores en paz), algo de lo que James Robinson sabe mucho. Y es que si hace veintidós años fue capaz de convertir a un don nadie surgido de un horrible crossover en toda una estrella (guiño completamente intencionado) quien sabe de lo que será capaz ahora si le dejan trabajar a su aire con la Bruja Escarlata. Pero mientras esperamos a ver hasta donde son capaces de llegar personaje y autor, nos toca disfrutar de este más que prometedor comienzo.
Madre mía, qué portadones.
Pues lo tenía en pendientes y ahora me haa picado la curiosidad, gracias!
Se murio Darwin Cocke.