Para 1969 los abusos de Weisinger habían llegado a tal punto, que a los 18 años Jim Shooter decidía tirar la toalla y buscar trabajo en otra parte. La gota que había colmado el vaso había sido el paso de la Legión de 24 a 12 páginas, pasando a ser el complemento de Superman en Action Comics. Shooter, harto de intentar hacer cómics como los de la competencia en una editorial que detestaba Marvel -porque esto no era cosa sólo de Weisinger-, decidió romper con todo y pedirle trabajo a Stan Lee.
La Marvel de aquel momento estaba publicando cómics como este… ¡Como para no querer cambiar de aires!
Y así fue como llamó por teléfono al Bullpen y consiguió hablar con el mismísimo Stan Lee, que consintió en concederle diez minutos de su tiempo para entrevistarlo en su despacho. Lee repasó el trabajo de Shooter en National y no quedó muy impresionado, comunicándole que no estaba interesado en trabajar con el ya que no les gustaba el material que hacían en DC. Shooter le explicó como las reglas de Weisinger perjudicaban al producto final, y de como en la editorial se desvivían por conocer el secreto del éxito de Marvel. Stan Lee le preguntó entonces cual creía él que era el secreto de ese éxito, y Shooter respondió que no había tal secreto, que sólo hacían las cosas lo mejor posible. Lee se quedó impresionado con el chaval y empezaron a hablar durante dos horas y media sobre cómics… En fín, una historia que más parecía una leyenda urbana inventada por cualquier marvel zombie de la época, pero que tristemente tiene toda la pinta de ser verdad.
¡Y esto salía en Fantastic Four! ¡Con los skrulls mafiosos de los años 20!
Lo importante es que Jim Shooter salió de aquella entrevista con un contrato en Marvel como escritor residente. La vida en la editorial era totalmente distinta a lo que suponía trabajar para National/DC, sin etiqueta a la hora de vestir, con la oficina revuelta y llena de tebeos por todos lados… Pero lo más importante estaba en que Marvel te obligaba a trabajar en el Bullpen, con lo que se creaba una sinergia creativa interesante; Stan Lee reunía periodicamente a todo el personal de la empresa -ya fueran escritores o no- y se montaba largas sesiones de brainstorming para sacar adelante nuevos guiones para los cómics. Shooter destaca que Lee era el que solía tener la mayoría de ideas, pero eso no quita que usara las de un colorista o las de la secretaria. Daba igual, la gente se tomaba aquello como un juego y, aunque Marvel no fuera el paraíso que intentaba reflejar Lee en los cómics, el lugar era bastante más atractivo para el joven escritor de lo que había sido trabajar bajo las órdenes de Mort Weisinger. Pero aun así, aquello no iba a durar…
DC en el mismo mes. Tenían cosas interesantes como Challengers of the Unknown y Batman empezaba a despertar, pero en lo básico seguían como siempre…
Porque una cosa es ser un adolescente explotado por Weisinger pero que trabaja desde su casa, y otra cosa es ser un joven de 19 años que tiene que vivir fuera de casa con 125 dólares. Shooter malvivió en albergues y de la beneficencia, pero se dió cuenta que con ese dinero no llegaría ni a fín de mes y tuvo que abandonar a las tres semanas. Al fallarle Marvel y al haberle fallado a Wesinger, Shooter se había cerrado las dos editoriales principales del país, con lo que tenía la sensación de que su carrera como escritor de cómics había terminado antes de cumplir los 20. Y así se pasó los cuatro años siguientes, trabajando como dependiente y escribiendo alguna pieza para agencias de publicidad, sin saber muy bien que hacer con su futuro. Y fue entonces cuando el pasado volvió a llamarle…
Porque durante aquello época muchas cosas habían cambiado en las dos grandes. Mort Weisinger se había retirado para dedicarse a sus libros, artículos y sus concursos de belleza, mientras Stan Lee ya no era el escritor de la mayor parte de los cómics de Marvel y ahora ejercía un papel prácticamente consultivo. Y mientras que en los viejos tiempos era Lee el que editaba todas las series, ahora había un editor jefe para el que trabajaban varios editores, siendo uno de ellos -Duffy Vuhland- el que recuperaría a Shooter para los cómics. Por lo visto había conseguido su teléfono gracias a un fan y la editorial andaba necesitada de guionistas, con lo que le ofreció a Shooter una visita a las nuevas oficinas de la editorial y conocer al nuevo editor jefe, un tal Roy Thomas. Pero en aquel momento Jim había dejado de leer cómics por completo, se había desligado de aquel mundillo y el trabajo que le ofrecían era el de escribir Manwolf, una serie que no tenía nada que ver con la Marvel que él había conocido en sus tiempos y que se vió incapaz de escribir, con lo que rechazó el trabajo.
No confundais Man-Wolf con Jack Russell, que también se publicaba por la época en Werewolf by Night.
Ese mismo día decidió pasarse por las oficinas de National, que tras la marcha de Weisinger parecía una editorial mucho más relajada. Sin embargo, las cosas tampoco habían cambiado mucho, y a pesar de que las series de personajes como Batman se diferenciaban sustancialmente en tono y ejecución con sus etapas anteriores, Superman seguía más o menos igual. Y la Legión de Superhéroes volvía a tener cabecera propia, y estaba dibujada por un tal Mike Grell que no estaba nada mal, con lo que Shooter decidió que, por el momento y hasta conocer mejor el terreno, volvería a National…
¿Será este cómic el regreso triunfal de Shooter a los cómics?
El número 209 de Superboy fue su regreso a los cómics, y si no fuera por el dibujo de Mike Grell uno pensaría que las cosas no habían cambiado en absoluto. Pero lo habían hecho, y vaya que sí, porque en los cinco años desde la march de Shooter el dibujo había estado en manos de un tal Dave Cockrum que había rediseñado los uniformes de gran parte de los personajes. Unos más afortunadamente -ese Karate Kid de K’un L’un- y otros más desafortunadamente -Saturn Girl y sus pintas de… uh…- pero lo importante es que la Legión parecía ya un grupo de superhéroes moderno y actual, muy superior a la media de lo que había en DC en ese momento. Pero metámonos en harina, con la Princesa Proyecta perdiendo el control de su nave y Timber Wolf haciendo un comentario la mar de desafortunado…
Porque en el siglo XXX no tienen #gamergate, que si no…
Pero no es que la Princesa sea mala conductora, es que está enferma de la Plaga del Dolor, una enfermedad que mata a la gente de puro dolor y cuyo tratamiento es a base de traspasar ese dolor a otros durante una hora (porque más tiempo los mataría). El primero que se ofrece a soportar la carga es Timber Wolf, que se vuelve loco por el dolor y se pone berserker perdido cual mutante con garras de adamantium encerrado en una alcantarilla del Club Fuego Infernal. Una vez Karate Kid reduce al pobre Lobo, le llega el turno a Saturn Girl, que se pone un inhibidor de poderes y pasa su penitencia como puede. Finalmente le toca el turno a Karate Kid, que sobrevive gracias a su meditación de kung fu y esas gaitas orientales. Es en ese momento en el que llega Superboy para relevarlo, pero las cosas no salen como el pensaba…
¡Pues tómate un cubata de kryptonita, desgraciado!
¡Su invulnerabilidad no le deja absorber el dolor! La cosa se pone fatal en ese momento, y justo cuando Karate Kid esta dispuesto a sacrificarse por la Princesa, llega Duo Damsel y salva el día:
Yo siempre quise ver un crossover entre Duo Damsel y Jamie Madrox.
Dividiendo el dolor en dos, consigue salvar a la Princesa y… Sí, la historia se acaba ahí. No es gran cosa, ¿no? Puede que el no tener que soportar a Weisinger fuera una mejora, pero su sombra era alargada y los casi 50 años de vida de la editorial la habían anquilosado en un sistema totalmente formulaico. No sé que encorsetamientos tuvo que sufrir Shooter en la Legión, pero en Superman tenía que introducir siempre una escena en la que Clark engañara a Lois/Lana para poder cambiarse a Superman y otra con Steve Lombard gastándole una broma pesada de la que Clark tenía que vengarse usando sus superpoderes… En el fondo aquello era más insoportable todavía, con lo que Shooter pidió trabajo en Marvel y por fín pudo escribir su primer cómic para la editorial, el Super Villain Team Up 3. Tras combinar las dos editoriales por una temporada, Chris Claremont haría algo que lo cambiaría todo…
Karate Kid cambia de uniforme durante la historia? xd
Sí, en aquellos tiempos el uniforme naranja era el de «andar por casa» y el blanco era el de superhéroe.