El final de la infancia de Jim Shooter no podía ser más dickensiano; tratando de sacar adelante a su familia, el pequeño Jim decide usar su pasión por los cómics para crear un guión que venderle al todopoderoso Mort Weisinger. En un sorprendente giro del destino, el pequeño es contratado y a partir de entonces podrá ayudar a mantener a su familia. El problema es que Mort Weisinger era más Fagin que Magwitch…
¿Eran tan malos estos cómics como para que un niño de 14 años lo hiciera mejor?
Que conste que la mayor parte de la información disponible sobre los primeros años de Shooter en DC vienen desde el propio Shooter, con lo que no he podido contrastar algunas informaciones. El propio Shooter afirma que a sus tiernos trece años era un poquito presuntuoso, ya que al más puro Steranko con su Nick Fury, él escogió hacer un guión de la Legión de Superhéroes porque consideraba que era el peor título de la editorial y en el que era más probable que lo contrataran. Lo cierto es que por aquella época todas las historias de Superman y la Legión eran ideas creadas (o robadas) por el propio Weisinger, con lo que probablemente las carencias que veía Shooter en el trabajo de Otto Binder o Edmond Hamilton venían más del desconocimiento de Weisinger de la forma de pensar y actuar de los adolescentes que supuestamente protagonizaban Superboy que de la supuesta incompetencia de los autores. Tanto da, en el verano de 1965 Jim Shooter escribe su guión de la Legión, Weisinger le pide más guiones y el chaval le envía otras dos. Siete meses después, el 10 de Febrero de 1966, Mort Weisinger en persona le llama por teléfono. Shooter dice que el editor estaba un poco preocupado por la edad del chaval, pero que aun así compró las tres historias y le encargó algunas más. Jim Shooter ya era profesional antes de tener la edad legal para trabajar…
Uno de los dos primeros cómics guionizados por Shooter, Action Comics 339.
El primer cómic firmado por Jim Shooter son en realidad dos; Action Comics 339 y Adventure Comics 346, los dos con fecha de Julio de 1966. Por aquel entonces Action se dividía en una historia larga de Superman y una corta de Supergirl, y esa fue la sección que a Shooter le tocó llevar a cabo en su estreno en el buque insignia de la editorial. La historía, con dibujo de Jim Mooney y titulada «Brainiac’s Blitz!», responde a todos los tópicos de la administración Weisinger de Superman, pero creo que antes será mejor repasar que era Supergirl antes de Shooter y que aportó el joven escritor a la serie. Para ello nos vamos a ir a Action Comics 335 y 336, una historia de continuará en la que Supergirl se enfrenta con su mayor miedo: ser fea.
Weisinger solía hacer de Ansón antes de Ansón, y le encantaba ser jurado en los concursos de belleza.
Otto Binder y Jim Mooney nos contaban una desgarradora historia que marcaba profundamente la batuta de Mort Weisinger cuando la primera parte de la misma transcurría durante un concurso de belleza, una de las grandes pasiones del editor. La historia empieza con un incidente sin la menor importancia, Supergirl salva a una ballena de una especie de boya interestelar y luego se va a tomar algo con su novio, el cual trata de convencerla para inscribirla en un concurso de belleza, a lo que la buena de Linda Lee Danvers decide no tomar parte porque eso podría destapar su identidad secreta. Sin embargo y pese a la resistencia de la muchacha, un fotógrafo consigue robarle una fotografía y enviarla al concurso de Miss Universo, los organizadores del certamen quedan encantados con su belleza y la escuela en la que estudía la desdichada muchacha la obliga a tomar parte.
«-¡Te vamos a someter a la objetificación y la tiranía del heteropatriarcado! -Todos los estudiantes me estan animando, ¿cómo podría negarme?»
Ella, no queriendo desilusionar a sus compañeros de clase, se resigna y participa en el concurso. Y lo gana. Y luego se presenta al Miss América. Y lo gana también. Y luego al Miss Mundo y Miss Universo, pero para entonces Supergirl ya esta totalmente borracha de éxito y hasta empieza a utilizar sus poderes para sabotear a sus competidoras. Y cuando llega la hora de la verdad y Kara se hace con el cetro de la más guapa del universo, se descubre todo el pastel: la boya que se encontro Supergirl al principio de la historia era una grabación que denunciaba una terrible conspiración en el concurso Miss Cosmos, concurso al que sólo es invitada la más bella de cada planeta. Resulta que Jak-Thal, el bello organizador del concurso, suele hacer algo chungo a las ganadoras del concurso que no se sabe que es, con lo que Kara decide ganar el concurso y que se lo hagan a ella, que para algo es invulnerable y se la pela todo.
¿Pero esta mujer no sabe que la curiosidad mató al gato? ¡Claro, como son kriptonianos van de sobraos!
Al llegar al concurso, lo primero que le llama la atención a Supergirl es que todo el personal del mismo son mujeres con la cara vendada con «algo que no puede traspasar mi visión de rayos X». Que digo yo que hay que ser cafre para vendarle a alguien la cara con plomo, pero ya sabes que hay que respetar las costumbres de estos alienígenas y todo eso, ellos sabrán. En cuanto empieza el concurso Supergirl encandila al público con sus superpoderes, con lo no tarda en ganarlo. Y es en ese momento en el que el organizador del evento (Jak-Thal) decide entregarle su gran premio: meterla en una cápsula que le dará la eterna juventud. Y Supergirl, que es una pardilla acepta encantada… Hasta que todas las mujeres de cara vendada la sacan de allí y le revelan la terrible verdad: la cápsula esa no te hace inmortal ni nada de eso, no, ¡te vuelve fea!
¡Pero fea fea a lo Quasimodo, oiga!
Es entonces cuando Jak-Thal aparece y se libra de las feas, encerrando a Supergirl en la cápsula de nuevo y le cuenta su horrible pasado: en realidad su cara es sólo una máscara, porque tuvo un accidente con una nébula en espiral -Junji Ito ha tenido que leer esto- que le convirtió en un señor feo, con lo que a partir de ahora se dedica a destruir la belleza. Pero Supergirl es invulnerable, con lo que al salir de la cápsula conserva su belleza natural y puede hacerla trizas sin ningún miramiento. Que digo yo que no sé que esperaba el Jak-Thal este, ¿creía que volverla fea le iba a quitar sus poderes o que? Supergirl manda al malvado feo a la cárcel y decide volver a la tierra, pero entonces…
¡Dios mío, ella no era invulnerable al rayo, sólo tardó más en hacerle efecto! ¡Eres FEA!
En el número siguiente, Supergirl le pide ayuda a Superman para recuperar su belleza, pero el Hombre de Acero es un zoquete y no consigue absolutamente nada. En una visita a un cirujano plástico al que va Lois Lane de voluntaria como enfermera -¿para que estudiar enfermería cuando puedes estudiar periodismo?-, Kara descubre la que cirugía humana no podría curar su terrible afección, porque ella es invulnerable y no le entraría el bisturí. La muchacha, desconsolada, para colmo tiene que aguantar que el malvado Jak-Thal se descojone de ella mandándole la corona de Miss Cosmos y le diga que se la ponga para «demostrar que es la más guapa del Universo»; este hombre es un cabrón con clase, no se puede negar.
¡Supergirl es tan tan tan fea, que hasta su escudo se ha vuelto feo de cojones!
Pero Supergirl es una superheroina y tiene otras obligaciones aparte de lamentarse de ser fea, con lo que cuando un mundo esta a punto de chocar con otro -¡este cómic lo tiene todo, hasta las Crisis!- Kara va al rescate y descubre que uno de los dos es Mundo Bizarro, al cual desvía tirándole una montaña encima. Los habitantes de Mundo Bizarro, encantados de ver a una supergirl fea «como ellos», deciden hacer un duplicado de ella. Pero para no variar, el duplicado es lo contrario al original, con lo que el duplicado de Supergirl es guapa (pero con la cabeza de un bizarro). El duplicado, rechazado por sus semejantes, decide que la mejor forma de hacerse querer por sus semejantes es putear a Superman, con lo que decide okupar la Fortaleza de la Soledad y echar a patadas de allí al Hombre del Mañana.
Superman lo flipa con la Supergirl esta y decide largarse (sin preocuparse a pensar por qué su prima se ha vuelto idiota o ha recuperado su belleza), con lo que la bizarra en cuestión vuelve para su mundo encantada por haber hecho «una buena acción a Superman». Mientras tanto Kara vuelve a su casa a llorar por lo fea que es, pero en un despiste se pone la corona de Miss Cosmos -supuestamente iba a ponerse la corona de Miss Universo para sacarse una foto con una máscara puesta, ¡y luego dicen que estos cómics son simples!- y descubre que lo de Jak-Thal no era cachondeo, que el malvado se había arrepentido de sus crímenes y que había puesto el antídoto de la fealdad en la corona y que ahora Supergirl volvía a ser bella. Muy convenientemente el cómic revela que el antidoto no funcionaba en el propio Jak-Thal, olvidándose por completo de las otras Miss Cosmos feas y dejándonos con la sensación de lisérgica borrachera que solían provocar los productos de la DC de Weisinger…
Y así es como DC trataba de captar al público femenino hace 50 años. Las cosas no han cambiado mucho, ¿verdad?
Pues esto era Supergirl antes de Shooter. La semana que viene veremos como era la Legión de Superhéroes y cómo el joven Jim Shooter dejó su Pittsburgh natal para ir a Nueva York y conocer a Mort Weisinger.
Con razón Marvel barrió a DC. ¿Qué carajo de historia es esta? ¡Ni siquiera es una fábula con alguna moraleja! (O una muy distorsionada).
Era el rijosillo de Weisinger diciéndole a sus guionistas que metieran a Supergirl en un concurso de belleza, el resto de la historia se la traía floja, como siempre.
debo ser un enfermo, a mi me ha molado
Hay que reconocer que es mejor que fumar crack!
Con razón Morrison flipa con estos comics ¡Y luego nos quejamos de Final Crisis!