El Caballero Luna es un personaje que siempre me ha fascinado desde que lo descubrí de pequeño en la clásica etapa de Doug Moench y Bill Sienkiewicz (esa que Marvel ha tardado siglos en decidirse a reeditarla a color…). Pero desde aquellos tiempos el personaje ha tenido más momentos malos que buenos en su carrera editorial. Demasiados guionistas han pasado por sus páginas sin tener demasiada idea de qué hacer con él, y tras alguna que otra muerte y resurrección la única consigna que parecían tener clara en Marvel es que el personaje estaba muy loco y poco más. Pero recientemente Warren Ellis, un guionista que al igual que el personaje es capaz de lo mejor y de lo peor, nos ha dado una cortísima y en algunos aspectos vacía etapa en la que se las ha arreglado para no contarnos “nada” y que al mismo tiempo nos quedemos ansiosos en leer el siguiente numero, algo a lo que sin duda ha contribuido enormemente el increíble trabajo del dibujante Declan Shalvey.
Si, admitamoslo, sin Shalvey esta serie no seria tan interesante…
El Caballero Luna ha pasado por muchas cosas a lo largo de su carrera, mercenario, puño de la venganza de un dios egipcio, vigilante de Nueva York, Vengador, loco… A sus múltiples ocupaciones hay que sumarle sus no menos múltiples identidades, a las que ahora habría que sumarle la de Mr. Knight, el misterioso caballero enfundado en un impecable traje blanco con mascara a juego y que colabora habitualmente con la policía de Nueva York, pero que no es un superhéroe… no siempre al menos. Asesinos en serie, secuestradores, o incluso espíritus del más allá serán los enemigos a los que esta nueva variación del personaje tenga que hacer frente en esta etapa que pese a lo que pueda parecer apenas nos cuenta nada.
No, ese no es el Caballero Luna, es Mr. Knight…
Al comienzo de esta etapa daba la impresión de que Warren Ellis iba a profundizar en la psique del personaje y aclararnos de una vez su estado mental, si estábamos ante un loco que se creía la mano ejecutora de Konshu o si en realidad era alguien a quien tener a un antiguo dios egipcio en la cabeza le había vuelto loco. Pero al final Ellis ha optado por repetir la fórmula de Planetary, contarnos una serie de historias autoconclusivas, casi anécdotas, que homenajean distintos temas que interesan a guionista o dibujante pero en los que al final realmente no nos cuenta nada. Resulta una etapa curiosa porque a pesar de contar muchísimo menos que sus predecesores, más recientes, Charlie Huston, Mike Benson, Gregg Hurwitz, Brian Michael Bendis… lo ha contado de forma más satisfactoria. Si, no ha aportado a la mitología del personaje más que una “nueva” identidad y un nuevo traje, que casi apuntan a futuro tratamiento cinematográfico/televisivo, pero lo ha contado tan “bonito” que da igual lo vacio que pueda resultar todo.
Respetuoso con el original y probablemente mas practico para llevarlo a imagen real
Pero gran parte del merito de que esta serie de historias cortas hayan funcionado tan bien se lo debemos al impresionante trabajo de Declan Shalvey. Este nos ha dado aquí el que es su mejor trabajo hasta la fecha, en el que ha sido capaz de mostrarnos con el mismo nivel de calidad las calles de Nueva York, las alcantarillas de la ciudad o unos paisajes oníricos en los que se ha notado la influencia del comic europeo, Druillet sobre todo, en su trabajo. A esto tenemos que sumarle un sentido del ritmo y dinamismo del que más de uno debería aprender y de unos rediseños para el personaje que no funcionan nada mal. Por un lado tenemos su nuevo traje de Caballero Luna algo más discreto que el clásico, y por otro el de su nueva identidad de Mr. Knight, que como apuntaba más arriba parecen creados de cara a futuras e hipotéticas adaptaciones del personaje a otros medios, que admitámoslo, con su traje clásico sería difícil llevarle a imagen real y que quedase bien. Con este comic debería quedarnos claro a todos que Declan Shalvey es uno de esos autores cuya carrera hay que seguir.
Lo de Declan Shalvey en esta serie es para quitarse el sombrero
Y tras esta corta etapa de seis números con el personaje, Ellis y Shalvey recogen sus cosas y le ceden el trabajo a Brian Wood (curiosamente otro de esos escritores capaces de lo mejor y de lo peor) y el dibujante Greg Smallwood. Habrá que esperar para ver si estos autores son capaces de mantener el interés de la serie, que como poco será curioso ver cómo encaja el estilo de Brian Wood, quien se caracteriza por sus historias de lento (a veces lentísimo) desarrollo, con sus intenciones de mantener la estructura de la serie compuesta por números autoconclusivos. Pero acabe como acabe esta serie, lo que nadie nos podrá quitar es lo que hemos disfrutado con la etapa de Ellis, a pesar de que no nos ha contado nada…
¡Vale, ya me callo!