En 2002 Dan DiDio era el nuevo vicepresidente y director ejecutivo de DC Comics, y la presencia de Paul Levitz cada vez se notaba menos. Ese mismo año se publica dentro de la serie regular de Batman «Hush», una historia de Jeph Loeb y Jim Lee que cambia radicalmente el rumbo que había llevado el personaje en el último lustro.
Hay tantísimas cosas mal en esta portada…
«Hush» es una especie de montaña rusa de Batman en la que el personaje se encuentra con casi todos los grandes villanos de su historia en una trama un tanto revuelta digna de Jeph Loeb. El principal villano de la saga es un misterioso asesino ligado al pasado de Batman que Loeb se saca de la manga y que apenas es desarrollado, siendo sus motivaciones las de ser una suerte de «antiBatman», un crío nacido con el mal en el cuerpo y esas mamarrachadas. Hush daría a DC la suficiente publicidad y éxito de ventas como para que Jim Lee se pusiera a trabajar junto a Brian Azzarello en Superman, en una etapa que tendría un éxito más discreto y que tampoco sabía entender al personaje con el que estaba tratando. Pero aun así la editorial había empezado a levantar la cabeza y a disputarle ventas a la «nuMarvel» de Joe Quesada, la misma Marvel que les había «robado» a Grant Morrison para New X-Men y que hasta había conseguido que nuevos talentos de DC como Geoff Johns estuvieran guionizando The Avengers. Trabajar en la DC de aquellos tiempos era como soportar un asedio de los pieles rojas en una película de John Wayne.
¡Sí, Geoff Johns escribió los Vengadores! ¡Y eran una puta mierda que obligó a Marvel a cargárselos del todo en Disassembled!
Porque a principios de la década pasada Marvel estaba librando una guerra con DC en todos los frentes posibles; si X-Men se había legitimado ante la crítica con Morrison, X-Force les maravillaba con el trabajo de Milligan (otro ex de DC) y Allred, mientras el Spiderman de Straczynski y Bendis se comía las listas de ventas. El que Jim Lee hubiera conseguido plantar cara al monstruo marveliano allá donde el mismísimo Frank Miller había fracasado con su Dark Knight 2 -que en cuanto empezó a ser leído bajó en ventas espectacularmente- suponía para un outsider como Dan DiDio un camino claro a seguir; el hombre no había trabajado en cómics en su vida y no sabía que puñetas hacer con la editorial, pero sabía que si algo tenía éxito, por narices debía de merecer la pena explotarlo.
Dan DiDio trabajaba en ABC. Imaginaos lo que podría haber sido Agentes de SHIELD con DiDio y Loeb a los mandos…
Y es que Dan DiDio venía de la televisión, de ser ejecutivo de la tele y decirles a los guionistas de los culebrones que tenían que escribir sin haber escrito él nada en su vida. Tras 5 años en distintos puestos «organizativos» en CBS, en 1985 Didio se pasó a la competencia de la cadena ABC durante la polémica compra de la misma por Capital Cities y obtuvo el puesto de Mánager de Relaciones Públicas de las series filmadas en Nueva York, lo que venía a significar que se encargaba de dejar bien ante la prensa a la incombustible Hospital General y todos sus culebroneros spinoffs, convirtiendo a DiDio en un vendedor de culebrones -experiencia que estoy seguro debería de haberle venido muy bien para su trabajo en DC-. Ya en los 90, Didio dejaría la Gran Manzana para asumir el puesto de director ejecutivo de la programación infantil de la cadena, responsabilizándose de conocidísimos programas como Tales from the Cryptkeeper, Hypernauts, Madeline, Dumb and Dumber o Reboot, en la que venía a funcionar como enlace del canal de televisión con los creadores de la serie, siendo el tipo antipático que te dice «más/menos sexo, más/menos violencia» y al que un sector del fandom acusaría con el tiempo de haber cancelado la serie. Pero tampoco se le puede decir que la culpa fuera suya, ya que ABC fue comprada por Disney a finales de los 90 y las posibilidades de que la poco exitosa programación infantil del canal (y el empleo de DiDio) sobreviviera eran escasas. Con lo que, sabiendo que tenía los días contados, DiDio se lió la manta a la cabeza y permitió a la gente de Mainframe Entertainment -la productora de ReBoot- volverse locos, matar personajes y todo ese tipo de cosas que son pecado en la televisión infantil. Cuando Disney finalmente los mandó al cuerno, DiDio aprovechó que la serie iba a continuar en la TV canadiense para unirse a Mainframe como guionista freelance. Y es que DiDio en el fondo era un tipo simpático con un gran don de gentes…
ReBoot, ¿demasiado adelantada a su tiempo?
Pronto empezaría a medrar en su nueva empresa -¿os he dicho que Dan es un tipo muy simpático?- y no tardaría en adquirir un puesto ejecutivo desde el que sacó adelante proyectos de discreto éxito como Weird-Ohs, Beast Machines, Scary Godmother (en serio, ya por entonces a Dan le interesaban los cómics) y Gatecrasher, una serie de Mark Waid y Amanda Conner para Black Bull cómics, lo que vino a ser un desafortunado intento de Wizard Entertaiment y Gareb Shamus de meterse directamente en el negocio de los cómics. Tras no poder sacar adelante estos proyectos y llevarlos a buen puerto, DiDio dejaría Mainframe para entrar a trabajar en DC Cómics, y millones de lectores de cómics siguen sin saber a día de hoy como todo esto fue posible…
Y en la próxima entrega, hablaremos de como Dan DiDio se hizo guionista de cómics.