¡BAMF! ¡BAMF! ¡BAMF!: Un alemán protagonizando una serie regular en Marvel

En las últimas entrevistas a Chris Claremont, el hombre parecía cansado y harto de como Marvel estaba tratando a los mutantes. Decía el hombre que no reconocía a sus propios personajes, y que personajes como Scott Summers habían quedado tan perjudicados que ya eran irrecuperables. Lo mismo debe de opinar cierto elfo azul que acaba de regresar de entre los muertos…

A mi el Todd Nauck este no me parece gran cosa, pero habrá que darle una oportunidad…

Podría cantar las alabanzas y todos los méritos con los que cuenta la carrera de Chris Claremont, pero paso de repetirme. Si hay un guionista que conoce a Rondador Nocturno mejor que nadie, ese es el hombre que lo escribió durante sus primeros -y más exitosos- quince años de vida. Todavía está por ver que hace Jason Aaron con el personaje -de momento no va mal-, pero aunque a Kurt Wagner lo crearon el guionista Len Wein y el dibujante Dave Cockrum, es una criatura de este último y Claremont. Y aunque es cierto que en principio el personaje no dejaba de ser un avatar del propio Cockrum, el personaje empezó a crecer a lo largo de los años y acabó convirtiéndose en el alma de los X-Men de los ochenta.

A todo esto, impagable el flashback que se curraron Aaron y McGuinness en el nº3 de Amazing X-Men, era como volver a leer un cómic de los 70.

Y es que cada vez que el guionista quería hacer algo chungo con los personajes, algo que explorara sus límites éticos, Kurt Wagner desaparecía del mapa, estaba incapacitado o en otra dimensión. Con esto no estoy diciendo que el personaje fuera el guardián de la moral o algo parecido, no, a lo que me refiero es a que su presencia otorgaba un sentido común y un optimismo que evitaba que Lobezno se tomara las cosas de una forma más… Personal. Por eso era complicado para otros guionistas trabajar con el personaje, porque dependía mucho de la dinámica del grupo y si no entendías a todos los demás personajes no podías sacar adelante a Rondador Nocturno.

Kurt Wagner en su salsa.

El elfo desaparece de Uncanny X-Men a finales de los 80, cuando Kitty Pryde y él se unen a Excalibur creyendo que la Patrulla X había muerto. Así, el personaje no volvería a la serie hasta diez años después, lo suficiente como para que toda la generación que conoció el cómic gracias a la serie de televisión casi no estuviera familiarizada con el personaje. A partir de entonces y hasta su muerte en 2010, el personaje pasaría a un segundo plano gracias al exceso de personajes que caracteriza la serie hoy en día, apareciendo esporádicamente en etapas nefastas como la de Chuck Austen -más odiada que la de Lobdell, que ya es decir-, pequeños destellos en el tercer regreso de Claremont a Uncanny o historias cortas a cargo de distintos autores aquí y allá.

Al principio Cockrum y Claremont eran más partidarios de Rondador que de Lobezno, pero los dos acabaron cogiéndole cariño al canadiense a costa de contrastarlo con el alemán.

Y ahora parece que Marvel se ha enamorado tanto del personaje, que le da su propia serie regular, la primera que ha tenido nunca. La saga inicial del nuevo título contará como Kurt y Logan vuelven a trabajar juntos, lo cual supondrá un soplo de aire fresco para el mutante canadiense, cada vez más diluido entre sus apariciones en un millón de títulos en los que hace poco o nada. Kurt actuará también como avatar del propio Claremont, reintroduciéndole en la franquicia que el mismo creó y en la que ya apenas se reconoce, con lo que el propio guionista ya garantiza que el personaje planteará las preguntas que muchos lectores nos estamos haciendo como que pinta Kitty Pryde en el mismo bando que Scott Summers, en una situación ligeramente parecida a la que ocurría hace cosa de una década cuando el propio Logan se quedó en el grupo de Xavier cuando Tormenta andaba con sus Xtreme X-Men.

Jason Aaron fue el único capaz de escribir algo decente sobre la muerte del personaje en Wolverine: Weapon X #16.

Hay motivos para alegrarse por el regreso de Chris Claremont a uno de sus personajes más queridos, pero hay que mantener la cabeza fría. Aunque nos alegramos de que el hombre vuelva a escribir, sabemos que Claremont no mantiene su capacidad de antaño para conseguir éxitos instantaneos y que depende mucho de que su editor, Daniel Ketchum, evite que… Esto… Bueno, que se le vaya la olla. Es lo que tiene ser un trabajador de equipo, y no un individualista como puede ser Grant Morrison o John Byrne; cuando el equipo es bueno es el mejor posible, cuando le falla el editor… Pues como que Claremont pierde un poco la cabeza y empieza a llenarte las viñetas de texto o directamente es capaz de hacer cura a Kurt o matar a Lobezno sin darse cuenta de lo mucho que necesita al personaje. Esperemos que este no sea el caso, que buena falta nos hace que los mutantes recuperen el norte…

Aquí Dave Cockrum nos cuenta que la cola de Rondador le sale de la columna vertebral, y no del culo. Esto es importante saberlo, porque luego pasa lo que a Frank Miller en el Detective Comics 27, que le puso a Catwoman la cola en esa parte…