La mayoría de los aficionados al cómic habrán oído hablar alguna que otra vez del Juez Dredd, la genial creación de John Wagner y Carlos Ezquerra para la revista 2000 A.D. Esta pareja de creadores son también «padres» de otro personaje igualmente interesante, Johnny Alpha, que pese a ser también un personaje de éxito siempre ha estado un tanto eclipsado por el famoso Juez. Así que aprovechando que estos días he tenido la oportunidad de releer algunas de sus aventuras vamos a echarle un pequeño vistazo a la historia del protagonista de Strontium Dog/Perro de Estroncio.
Los cazadores de recompensas mas duros del siglo 22
Strontium Dog nació en 1978, un año después que Dredd, en las páginas de la revista Starlord, la publicación “hermana” de 2000 A.D. Esta revista fue creada con la intención de ser el «buque insignia” de la editorial. Iba a estar orientada a un público más adulto, contaría con mejor papel, mejor calidad de impresión, más páginas a color e historias más largas, aunque todo esto conllevaba un precio más elevado. Pero pese a que la idea no era mala, esta resulto ser demasiado ambiciosa, así que pese a la calidad de las historias presentadas y a que vendía realmente bien, más que 2000 A.D., la revista fue cancelada. Además es que sacar dos revistas orientadas al mismo sector del público no hacía más que dividir a los lectores, y aunque Starlord era la que más vendía de las dos, también era la más cara de producir, por lo que la decisión lógica fue cancelar esta y trasladar a 2000 A.D. sus series de más éxito.
¡Hagámonos la competencia a nosotros mismos!
Y como no, una de las series que continuó su andadura bajo la cabecera de 2000 A.D. fue Strontium Dog. En esta serie nos encontrábamos en el futuro de finales del siglo 22, donde tras una terrible guerra nuclear que asoló la tierra treinta años antes el nacimiento de mutantes se había multiplicado de forma desorbitada por culpa del Strontium-90 utilizado en las bombas. Pero estos mutantes no eran tan “glamurosos” como los de Marvel precisamente, a la mayoría de estos mutantes su mutación no les provocó más que deformidades físicas que les valieron ser rechazados por buena parte de la sociedad y ser casi exterminados. Pero tras una guerra civil entre humanos y mutantes estos últimos consiguieron ganar unos derechos básicos y se les permitió vivir y trabajar. Casi todos ellos acabaron trabajando para la Search/Destroy Agency, una agencia de cazarecompensas intergalácticos, un trabajo que los “humanos” consideraban demasiado sucio para ellos pero para el que los mutantes demostraron estar más que capacitados. Pronto las siglas de esta agencia, SD, les acabo valiendo ganarse el apodo de Strontium Dogs/Perros de Estroncio.
Igual tendría que haberse unido a la Patrulla-X…
Johnny Alpha era el mejor de todos ellos, un cazador legendario y un luchador temible que jamás dejaba escapar a su presa y cuya mutación le había dado un par de ventajas extras, sus ojos le permitían ver a través de las paredes y leer mentes. Su mejor amigo y compañero de aventuras era Wulf Sternhammer, un vikingo autentico al que Johnny conoció en una misión que le llevo a viajar a la península escandinava del siglo 8º y que acaba viajando al futuro de forma accidental con Johnny, donde se convirtió en el único miembro humano de la Agencia Search/Destroy y en uno de sus mejores agentes. Pero ni la mutación de Johnny ni su profesión le habían convertido en un monstruo precisamente, y eso que no le faltaban motivos para hacerlo. Johnny se había pasado toda su vida siendo despreciado por los demás debido a su condición de mutante, y su propio padre había sido uno de los principales activistas anti-mutantes de la tierra, pero Johnny tenía conciencia. Si podía atrapar a su presa con vida prefería hacerlo antes que ejecutarla, y no era nada raro verle aceptar trabajos en los que no iba a cobrar nada sencillamente porque eso era lo correcto.
Johnny en el fondo era un buenazo
Y aquí es donde encontramos una de las mayores diferencias entre las más famosas creaciones de Wagner y Ezquerra. Mientras que Dredd solía ser una maquina despiadada a quien solo le importaba el cumplimiento de la ley (algo que se ha ido moderando mucho con los años), Johnny Alpha era alguien que podía llegar a dejar escapar a su presa si esta era inocente o al menos estaba justificado el delito por el que le perseguían, era muy “humano”. Podría decirse que si Dredd era la ley, Johnny era la justicia. Otra diferencia importante era que en Strontium Dog la carga de crítica social en las historias no era tan marcada, si se trataban temas como la discriminación y el racismo, pero dando prioridad a la acción y a la aventura por encima de estos otros temas. Quizás fue eso lo que hizo que Strontium Dog no calase tanto entre el público como Dredd, o quizás fue solo que este último le eclipsó. Pero pese a que Strontium Dog en sus comienzos tuvo incluso más éxito que el Juez de Megacity-1, Johnny Alpha murió en 1990 en una historia que Carlos Ezquerra se negó a dibujar y de la que John Wagner acabo arrepintiéndose.
No, no creo que nadie este tan loco como para meterse con ellos…
Esto no fue ni mucho menos el final del personaje, ya que aprovechando que la Agencia Search/Destroy poseía la capacidad de viajar en el tiempo, un año después de su muerte se publico el primer crossover entre Johnny Alpha y Juez Dredd, a este le siguieron un segundo crossover y un serial de los Strontium Dogs escrita por el mismísimo Grant Morrison, quien llego a quejarse de que los personajes que quedaban no eran tan interesantes como Johnny Alpha. Pero en 1999 2000 A.D. revivió de nuevo el serial rescatando a Johnny Alpha en historias ambientadas antes de su muerte y de la mano de sus creadores. Desde entonces se ha ido retconeando aquella historia en la que Johnny moría, alterando algunos detalles de la misma, trabajo que culminaría en 2010 con la resurrección de Johnny Alpha, y a día de hoy continua viviendo nuevas aventuras.
Los grandes héroes nunca mueren del todo
Nunca es demasiado tarde para descubrir a este gran personaje que seguramente se merecería ser mucho más famoso de lo que es actualmente. Y es que está claro que nos encontramos ante un comic que no puede faltar entre las lecturas de cualquier amante de los comics de ciencia ficción. Un comic en el que John Wagner y Carlos Ezquerra hicieron lo que mejor saben hacer, contar aventuras duras y llenas de violencia con ese inconfundible “sabor británico” tan característico.
Rogue Trooper > Judge Dredd u.u
Siempre he sido un gran admirador del cómic británico de 2.000 A.D., y nunca he podido entender el por qué de su tímida y minoritaria respuesta en nuestro país: las reediciones en blanco y negro de hace pocos años fracasaron editorialmente, y la serie de Perro de Estroncio se quedó en sus dos volúmenes iniciales. En mi opinión (por el homenaje, a veces explícito, al western, la épica, el sentido humano de los personajes), Strontium Dog es la mejor serie de todas las de cabecera británica. Yo atribuyo el hecho de que fuera mucho menos exitosa que Juez Dredd a que esta última era mucho más cínica, satírica y corrosiva, y surgió en el año del punk (1977), conociendo su esplendor precisamente en una de las épocas socialmente más duras y políticamente más oscuras de la Historia británica: el thatcherismo. El Reino Unido de las reconversiones, el neoliberalismo feroz y el paro masivo, amén de las epidemias de SIDA y heroína, se encontraba más en sintonía espiritual con la acidez y acritud de Dredd que con la épica emotiva (no exenta, por supuesto, de acidez y mordacidad) de Perro de Estroncio… Espero que las series de 2.000 A.D. (especialmente las menos apreciadas en lo que valían: Robo-Hunter, Doomlord, esta Strontium Dog…) puedan ser algún día justamente revalorizadas por el menguante público español del cómic.