Veneno de Rick Remender, haciendo bueno al simbionte

El comic que hoy nos ocupa es otro de esos casos de “No hay malos personajes, solo malos autores”. Veneno/Venom, fue considerado durante mucho tiempo como “el ultimo gran villano” de Spiderman, pero nunca fue gran cosa. Solo la idea reciclada del traje alienígena de Spidey poseyendo a alguien combinada con un rediseño de macfarlane que otros se encargarían de mejorar. Pero por mucho que en Marvel se empeñasen sacándole por todas partes y dándole una miniserie tras otra, Veneno nunca fue ni un gran villano, ni un personaje interesante… Hasta que llego Rick Remender y lo redefinió por completo.

Homenaje al macfarlane que supera por goleada al original

Hacía tiempo que el simbionte ya no estaba fusionado con Eddie Brock, en los últimos tiempos había estado unido a Mac Gargan, el Escorpión, para crear a un Veneno más brutal y despiadado que su predecesor pero seguía sin ser gran cosa. La fórmula del “Spiderman malvado” hacia mucho que había pasado de moda y ya daba más pena que otra cosa. Fue en las páginas de la serie de Spiderman, durante la saga de Spider Island, cuando apareció el nuevo Venom. Este nuevo personaje era un agente al servicio del gobierno que utilizaba el simbionte alienígena, que había quedado en manos del gobierno tras el fiasco de los Dark Avengers de Norman Osborn, y que poseía todas las características y poderes asociadas al simbionte pero conservando el control de su personalidad. ¿Pero quien se encontraba bajo la máscara de Venom?

Le pusieron unas piernas tan raras que acabo cantando mucho quien era

Como todo el mundo se dio cuenta enseguida, con esas rodillas tan raras que llevaba el nuevo Venom, quien se encontraba debajo del simbionte debía ser alguien sin piernas, y aunque haya miles de personajes en el Universo Marvel no son muchos precisamente los personajes sin piernas relacionados con Spiderman. Como todo el mundo había supuesto enseguida era Flash Thompson quien había sido escogido por su gobierno para utilizar el simbionte alienígena de una forma algo más productiva de lo que había sido utilizado en el pasado, dándole al gobierno estadounidense su propio “súper agente” a sus órdenes. Después de todo ¿Quién no iba a querer un agente con superfuerza, superagilidad y unas habilidades de camuflaje impresionantes?

Visto así como que no apetece mucho unirse a eso

Pero lo que podría haber sido una mamarrachada patriótica o un simple comic de tiros y violencia, en manos de Rick Remender se convirtió en algo bastante más interesante. En esta serie teníamos como protagonista a un hombre que había tenido una vida de mierda, un padre alcohólico que le maltrataba, un desastroso record de fracasos sentimentales, la amputación de sus piernas, su propia adicción al alcohol… Pero que a pesar de todo, lo que más quería en el mundo era ser un héroe, un Superhéroe. Pero es difícil cumplir ese sueño cuando eres un asesino a sueldo a las órdenes de una división secreta del ejército de tu país.

Visto así parece ridículo, pero la serie es muy buena

Mes a mes Remender nos trajo el drama de este aspirante a héroe que al mismo tiempo que tenía que hacer frente a las diversas amenazas que ponían en peligro su país, tenía que luchar también contra las dudas y dilemas morales que le provocaba su trabajo para el ejército, la amenaza de que su nueva identidad secreta acabase poniendo en peligro a todos aquellos que le importaban, los peligros de acabar fusionado permanentemente con el simbionte y al mismo tiempo la adicción que le provocaba estar unido a este. Todo ello acompañado al dibujo por un Tony Moore (Walking Dead, Fear Agent, etc) que le da a la serie la ambientación tétrica y “sucia” que necesitaba.

Esto sí que es ser un adicto y no lo de Tony Stark

Por desgracia Remender ha dejado la serie de Venom y esta se encuentra ahora en manos de Cullen Bunn (The Sixth Gun), y aunque no es mala, como que ya no es lo mismo sin Remender. Pero aunque el comic de Venom no remonte, nos quedara el consuelo de tenerla como una prueba más de que no importa lo mierda que sea un personaje o concepto, un buen autor siempre será capaz de convertirlo en algo más que digno.