En las últimas décadas se ha ido imponiendo poco a poco una forma de hacer los comics que maldita la hora en la que s ele ocurrió a alguien. Una forma de narrar las historias que ha terminado por tenerme a mi y a otros muchos lectores hasta los huevos de la misma, pero que sin embargo muchos autores han abrazado con entusiasmo al permitirles… como lo diríamos… trabajar un poco menos, o al menos de una forma mas relajada. Estoy hablando como no, del maldito Decompressive Storytelling.
Mira que me gusta como escribe Bendis, pero a veces dan ganas de pegarle…
Hay quien dice que esta maldita moda proviene del manga, el comic japonés. Que de ahí muchos copiaron esta forma lenta y pausada, pero se ve que no se pararon a pensar que no es lo mismo utilizar un método que allí siempre se ha usado y al que están mas que acostumbrados que el pasar de contar historias completas en un solo comic de 24 páginas a contar esa misma historias en seis o siete. Pero otra cosa que ha influido y mucho es la publicación de los tomos recopilatorios, lo que ha fomentado que las historias se piense para ese formato alargándolas hasta cubrir el número de páginas aunque lo que tengas que contar no ocupe tanto ni por asomo.
Alguien debería decirles que un tomo de esos también puede llenarse con muchas historias y no con una sola muy estirada
Así es como nos encontramos con autores que han hecho del Decompressive Storytelling una forma de vida, gente como Brian Michael Bendis o Ed Brubacker entre muchos otros. Pese a que son buenos guionistas y que han escrito un buen montón de comics, muchas veces su forma de trabajar me pone de los nervios. Que no es normal tener que esperar seis o más meses para ver como acaba la historia y darte cuenta de que la mitad de los números sobran. O leer sagas como Fear Itself y tener claro que una historia así hace veinte años se hubiese contado en un simple anual de 48 páginas, y seguramente hubiese sobrado espacio para meter alguna historia corta de complemento.
A mí lo que me da miedo es que todas las historias acaben siendo así
Que tampoco pido que las historias sean como en los años 40 o 50 en los que en 24 páginas daba para meter dos historias completas en los que presentabas a un nuevo villano, este amenazaba la ciudad del héroe o todo el planeta y este, solo o en compañía de otros le derrotaba y enviaba a prisión, a su planeta de origen o a donde fuese. Pero si que se llegue a un término medio, algo como lo que se hacía en los años 70/80. Sagas de tres números, muchas historias de uno solo, historias en las que la trama avanzaba y los personajes evolucionaban…
En los años cuarenta sí que sabían aprovechar el espacio que les daban
Pero hoy en día lo que tenemos son muchos comics en los que tienes que esperar casi seis meses para ver como el héroe se pone por primera vez su traje y otro par para ver como adopta un nombre. Y en medio hay un montón de números en los que los personajes tienen largos diálogos en los que apenas hablan de nada, peleas que duran más de la mitad del comic… Todo sea porque una idea que no hace tanto se podía contar en 24 páginas ahora te de al menos para rellenar el primer tomo recopilatorio, que a veces parece que es la única forma de que te cunda una lectura hoy en día. Que la cosa llego a tal extremo que no hace demasiado tiempo, a cuento de la publicación del “Ultimate Comics – All-New Spider-Man #1”, Jim Shooter acuso a Brian Michael Bendis de ser un vago, de estirar una historia que no tendría que haber ocupado más de seis páginas hasta que durase veintiuna. Y Shooter será como será, pero en este caso tiene toda la razón del mundo.
¡Y lo que tarda el jodio niño en ponerse el traje!
Por suerte no todos los autores son así, aun hoy es posible encontrar guionistas que saben, y quieren, contar historias completas en un solo numero, o sagas más o menos largas en las que todos los números son importantes. Pero se ve que puede más la “pereza” a la hora de contar una historia. Que en parte no puedo culparles, yo he usado ese recurso más de una vez en las tiras de “Don Pollito y Don Pollón” cuando estoy atascado o me siento algo vago, pero que ese recurso lo utilicen profesionales a los que se les paga por su trabajo… como que no es lo mismo.
Lo que puede dar de sí una doble página cuando se ponen ganas
Pero la tendencia está ahí y cada vez son las los guionistas que la utilizan, así que parece que no nos queda más remedio que aguantarnos y cruzar los dedos para que pase la moda o que los lectores se cabreen lo suficiente como para que desde las editoriales presionen a los autores para que se dejen de tonterías y hagan que cada numero de un comic sea una lectura por sí misma y no la sexta parte de ella.
El origen se encuentra en la nueva edad dorada de la ficción en televisión. Creo que resulta sencillo relacionar en el tiempo el éxito de una serie como ‘Perdidos’ (Lost) que daba uso (en ocasiones, abuso) de esta técnica con su adaptación al medio del cómic