A veces es muy duro repasar todos los cómics que publicó DC el mes en el que Alan Moore empezó a trabajar para ellos. Vengo haciéndolo durante las últimas semanas, y os aseguro que repasar joyas del esperpento como Arakk o Amethyst acaba dejando secuelas en uno mismo. Pero da igual, hoy tenemos una historia de Len Wein y Dave Gibbons, hoy tenemos el número 172 de Green Lantern y todo irá bien. O no…
Casi parece que los guardianes le van a dar a un botón y el pobre Hal se va a caer por una trampilla…
¿Qué puedo decir de Dave Gibbons? DC solía tener un par de dibujantes geniales y el resto no tanto, y Gibbons es uno de los primeros. Además, la serie de Green Lantern le venía como anillo al dedo (jojojo), porque venía de hacer series de ciencia ficción en 2000AD y Doctor Who. Asi que esta portada con Hal Jordan siendo juzgado por los guardianes no deja de ser estupenda y efectiva. Preparaos, porque vamos a explorar un inmenso drama cósmico en la que un ser humano se defiende contra el insensible tribunal de los guardianes del universo…
En cuanto les pones a un tío en el espacio, ya todos se creen Stan Lee y se ponen en plan poeta…
Si a Chris Claremont se le acusa de meter siempre demasiado texto, Len Wein debe de batir todos los records. Aquí tenemos a Hal Jordan explorando el vacío del espacio, y el bueno de Len se empeña en contarnos lo amoldado que esta Hal a volar entre meteoritos y demás zarandajas, y como tiene ganas de llegar rápido a Oa y no perder el tiempo con lluvias de meteoritos… Me parece bien que intente contar todo eso, pero me temo que el dibujo de Gibbons ya contaba todo eso perfectamente y sin necesidad de tanto bloque de texto. De todas formas, hay algo que no me cuadra; ¿una lluvia de meteoritos va a caer sobre un planeta habitado y Hal se plantea pasar del tema porque «la mayoría se desintegrarán en la atmósfera»? Tanto da, el caso es que Hal liquida la tormenta de meteoritos en cosa de una página, y por fín puede volver a Oa:
¡Y a los que no he mencionado, que sepáis que me caeis como el culo!
Oa, el hogar de los Guardianes del Universo, los líderes de los Green Lantern Corps. Aquí tenemos un poco de lo mismo, Wein se preocupa más por introducir la serie a nuevos lectores que de contar una historia, y con la tontería convierte a Hal Jordan en un capullo, me explicaré: Imagínate que llegas a casa y todos tus amigos te han preparado una fiesta de cumpleaños. Y al verlos dices «¡Paco, Genoveva, Asdrubal José, Maria Luisa, Joaquín! ¡Todos mis amigos estais aquí!» Y entonces, en una esquina, tu amigo Casimiro empieza a llorar amargamente…
«¡Porque seáis unos frígidos sosos de mierda yo no tengo por qué serlo!» ¡Gran argumento!
El caso es que todo el mundo se ha reunido para ver si Hal consigue convencer a los guardianes para que le dejen volver a la Tierra. Por lo visto los guardianes creían que Hal sólo se preocupaba por su planeta, con lo que le obligaron a pasarse un añito sin entrar en ella. El hombre ha cumplido religiosamente, y lo que sigue son un montón de páginas de Hal hablando con esos entrañables cabezones y tratando de hacerles ver lo bonito que es tener amigos, familia y lo mucho que lo apoyan para ser el gran Green Lantern que es. Blablabla, cuatro páginas después, Hal Jordan ya esta de vuelta en su planeta:
«¡Hostia, esta tocando a mi hembra!»
¡AAAAAAAAAAAAAH! ¡Abandonas a tu novia durante un año entero y al volver te la encuentras con un tío rubio! Es lo que pasa por no escribir… A Hal esto no le sienta nada bien, porque creía que ella le esperaría para siempre, y después de manifestar su rabieta gritando a los cielos y todo eso, decide desahogarse un rato apalizando a unos notas que estan robando en una tienda de ultramarinos.
Aquí Hal tiene una cara de vicioso que ni el Comediante, oiga.
Hal decide que es hora de hacer las maletas, que se va a otro lado. No puede soportar ver a su Carol en manos de otro hombre, no puede sufrir un día a día plagado de… Y entonces llega la tía y le dice que naranjas de la china, que al nota ese sólo le estaba dando un abrazo para felicitarle por una beca que ha conseguido, y que le quiere como la trucha al trucho. Todos son felices y fín.
Un final digno de Cosas de Casa, Primos Lejanos y todas esas grandes comedias de los 80/90…
Y ahora es cuando yo me pregunto que carajo es lo que he leido. En veinticuatro páginas sólo he visto como en la mitad Hal Jordan pide volver a la tierra, como Hal se pone de los nervios por ver a su novia en brazos de otro y como queda como un gilipollas. Realmente, este número no cuenta nada y se podría haber liquidado todo en tres páginas, empezando la historia directamente con el juicio y quitando escenas que sobran como la lluvia de meteoritos, el equívoco con Carol Ferris o el ritual de recargar el anillo. Se intenta contar que a Hal le cuesta volver a casa después del año de exilio, pero creo que hay mejores formas de contarlo sin dedicarle supuestamente 24 páginas exclusivamente a eso y pasarse la mitad contando cosas que no tienen nada que ver. Lo mejor es ver que Gibbons es realmente bueno, y dejarle claro a más de un papanatas que un Gibbons sin Moore no podría haber hecho Watchmen igual que un Moore con Rob Liefeld sólo podría haber sangrado por los ojos.
¿Martin Nodell? ¿Gardner Fox? ¡No pienso poner su nombre ni cuando hagamos una película!
Es el primer número de la etapa de Wein y Gibbons en el personaje, y tenemos que disculpar un poco que intenten «acomodarse» al personaje. Aun así, toca la moral que ésta sea una de las mejores series de DC de por aquellos tiempos, cuando lo que tenemos aquí es un número bastante vacio de contenido al más puro estilo Bendis vago. Green Lantern sería una de las mejores series de la editorial más o menos hasta Crisis, pero aun así su serie sería cancelada por las malas ventas. El personaje pasaría sin pena ni gloria por Action Comics y demás cabeceras ajenas hasta recuperar su propia serie a manos de unos chapuceros que terminarían provocando la sustitución de Hal Jordan por Kyle Rayner. La propia DC nunca tuvo mucha fé en esta sustitución, y la serie dió montones de bandazos a golpe de crossovers que imposibilitaron que el pobre Kyle pudiera tener cualquier tipo de éxito. Mientras tanto Hal pasó de convertirse en el villano Parallax a transformarse en el nuevo Espectro, protagonizando una serie bastante superior a la de Rayner. No tardaría ya en llegar Geoff Johns con su Rebirth y recuperar a Jordan, convirtiéndolo en uno de los personajes que más vende actualmente dentro de la editorial. Ah, y también han hecho una película que recomiendo que veáis si tenéis curiosidad por ver que se siente después de ser lobotomizado.
La semana que viene toca otro cómic que debería ser bueno, la Legión de Paul Levitz y Keith Giffen.