Te mostraré el horror de una lata de berberechos: X-com Terror From the Deep

Pero terror de cojones. Yo siempre pensé que X-com: Terror from the Deep, la secuela de UFO: Enemy Unknown (X-com: UFO Defense en las américas) era un reskineo cutre de la primer parte, sin mucha innovación de por medio y poco más. Pero me equivocaba. Es mucho más.

Serie B a tope. Si lo mejor del juego es el título…

Porque cuando en Microprose encargaron el proyecto de Xcom2 se encontraron que para mejorar el original, podían hacer un juego distinto o mantenerlo igual y hacerlo todo más grande. Pero mucho más grande. Tan grande que te pudieras perder en los escenarios, tan grande que te pasaras horas en la misma misión, tan grande que pasara turno tras turno hasta encontrarte con el último alienígena del nivel.

Las cosas están más o menos igual, pero un poco más feas…

Sí, ése es el primer problema. Luego esta el problema de que los alienígenas de este juego son Lovecraftianos, con lo que el juego ya no va de derribar OVNIs, va de tirar OSNIs. Aunque te parezca mentira, los OSNIs no son la versión cateta de los OVNIs, si no Objetos Submarinos No Identificados. Resulta que ahora los alienígenas provienen de una colonia submarina allende las merluzas y los cachalotes, y sus naves viajan por el mar… Y por aire. Pero claro, tú sólo puedes interceptarlos por mar porque tus naves son submarinas, y si derribas las naves sobre tierra, pues no puedes ir a recoger el OSNI en cuestión. Que digo yo que los bonitos Avenger que tenía la primera parte los habrán subastado en ebay y se los habrá quedado todos el dueño de Megaupload, vete a saber.

 ¡No lo derribes sobre tierra firme, que tenemos que estrenar escafandras nuevas!

No repiten los alienígenas del UFO en este juego, siendo la cosa más parecida a los sectoides y floaters de antaño los aquatoid, unos entrañables sectoides pasados por la factoria Lovecraft. El resto, pues hombres langosta, cerebros voladores y demás criaturas entrañables que en mecánicas de combate se parecen demasiado a las crisálidas y demás de la primera parte. Las armas, por otro lado, sí que son todas nuevas, aunque eché un poco de menos los láseres de munición inagotable que te hacían más llevaderos los primeros pasos de la primera parte. En este las primeras misiones son un suplicio, porque ni las pistolas de arpones del principio valen para nada (¿dónde están mis cañones de plasma?) ni los cañones gauss que desarrollas nada más empezar dejan de ser como tirachinas sofisticados; igual les sacas un ojo, pero lo más seguro es que te den un buen baño de plasma en el mismo turno.

Si no tienes cuidado, acabarás haciéndole una autopsia al hombre cangrejo de «Me llamo Earl». 

En su día dejé de jugar a este juego en las primeras partidas porque tenía reciente el UFO y no me pareció lo suficientemente interesante como para no jugar al original en vez de a este. No me equivocaba, Terror From the Deep tiene el grávisimo problema de obligarnos a meternos en montones de misiones intrascendentes de «rescatar» OSNIs que son todas iguales, pese a la generación aleatoria de los terrenos. Van pasando los meses, vas desarrollando tus bases y tus soldados y todo es un farmeo lamentable peor que el del Lineage y demás MMOs. Lo peor es que para avanzar realmente en el juego tienes que capturar ciertos alienígenas vivos para llegar a investigar ciertas armas, vehículos o el lugar en el que se esconde la base alienígena, el final del juego. El que aparezcan o no esos comandantes o técnicos alienígenas es por pura cuestión de suerte, y provoca que, si no estás tirando de guía, no acabes de saber a ciencia cierta si lo que estas investigando es útil o sólo es decorativo. Súmale a eso un bug en el que según acabas de investigar algo no te muestran los resultados de tu investigación, y con esto tienes que la ciencia es mucho más aburrida que en el UFO original.

¡Venganza por los cuernos de Earl, Hombre Cangrejo! 

¿Virtudes? Las tiene, las que no han conseguido mancillar del original. Lamentablemente el juego esta plagado de soporiferos turnos en los que no pasa nada, y posee además uno de los niveles finales más aburridos jamás vistos en un videojuego; para entendernos, imagina un juego en el que viajas a la tumba de Cthulu para matarlo antes de que despierte. En el primer y segundo nivel de su tumba las cosas son más o menos normales y puedes salvar partida, pero en el último no puedes. Y no desearás hacerlo por la dificultad de la misma, si no porque (agarraos) el nivel puede durar cinco horas o más, obligándote a pasear tus soldados turno tras turno por un escenario totalmente vacio (excepto a principio, que hay tiros y cosas).
En resumen, Terror from the deep demuestra que en una secuela no vale con «más grande, más todo», y que a veces es mejor pensarse las cosas con un poco más de cabeza; casos como Dragon Age II ya había hace veinte años.

La Tumba del Durmiente: Y a partir de aquí, el vacio…

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