Que la risa es cosa del demonio ya nos lo decía Jorge de Burgos en “El Nombre de la Rosa”, uno empieza riéndose y a saber que acabara haciendo. Junji Ito parece compartir en parte esta creencia y en esta historia nos relata lo peligrosa que puede llegar a ser la risa incontrolada, de esa manera tan peculiar suya que nunca sabes que pretende contarte realmente. Así que veamos que nos ofrece en “Ghost of Golden Time, que igual al final nos reímos y todo.
No soy emo, solo amargado
Todo comienza cuando un famoso comediante es encontrado muerto en la calle con una sonrisa de oreja a oreja. Si esto fuese un comic normal en la siguiente pagina aparecería Batman tratando de averiguar porque el Joker está matando comediantes. Por desgracia esto no es un comic normal, es uno de Junji Ito y la historia va por otros derroteros.
La noticia ha interesado a dos amigos, Tsuguo y Keisuke. El primero cree que hay gente que pasa por la vida sin mostrar ni una sonrisa y se lo echa en cara a su amigo Keisuke, quien siempre tiene cara de póker y no se ríe jamás porque ha tenido una vida dura. Pero Tsuguo cree haber encontrado una forma de hacer reír a su amigo. Llevarle a la versión japonesa de barrio del club de la comedia.
O te ríes o me obligaras a hacer lo del cuñaooo
Yo no sé si es que el humor Japonés no es lo mío o si Junji Ito pretendía mostrar que los humoristas que pasan por estas páginas no tenían gracia, sea como sea todo el auditorio estalla en carcajadas menos el pobre Keisuke, al que nada le hace reír. Es entonces cuando suben al escenario “Twilight Pacific Peace”
Hasta la Macu y la Lore tienen más gracia
Una vez en el escenario declaran que su intención es gobernar el mundo, que lo harán a través de la risa y que una vez conseguido irán a la “Golden Palace Comedy Hour” (Un programa de televisión) a actuar tantas veces como quieran. Los futuros dictadores mundiales cada vez se conforman con menos.
Gobernar el mundo… ¿Haciendo el baile del gorila?
El espectáculo comienza y las chicas empiezan a hablar de tonterías, nadie en el público parece reaccionar, no tienen la más mínima gracia. Pero entonces algo inesperado sucede, alguien de entre el público no puede contenerse y comienzan a reírse a carcajada limpia como si su vida dependiese de ello. A este le sigue otro y otro mas, pronto todo el público estalla en carcajadas sin motivo aparente dejando desconcertados a los dos amigos. Al final incluso Tsuguo sucumbe a las risas incontroladas, solo Keisuke se mantiene con su cara a lo Steven Seagal. ¿Qué es lo que esta pasando?
Así me siento yo cuando veo el Hormiguero
Keisuke se da cuenta de que lo que sucede no es normal, que esas chicas les están haciendo algo raro, así que agarra a su amigo y sale huyendo de allí como pueden. Una vez en la calle Tsuguo consigue calmarse, ninguno de los dos entiende que ha pasado, como han comenzado todos a reírse de esa manera, por lo que Tsuguo quiere volver allí para investigar un poco. Keisuke se niega y vuelve a casa, no quiere saber nada más de eso.
Arréglatelas tu solo, yo allí no vuelvo, que creo que he visto a Pablo Motos
Pero las cosas se complican, Tsuguo llama a Keisuke para quedar con él, cuando este aparece se encuentra a su amigo acompañado por las dos misteriosas chicas y de pronto Tsuguo estalla nuevamente en carcajadas sin poder controlarse. En serio ¿Qué demonios está pasando?
¡Pero si no tienen gracia! ¡Cálmate!
Las chicas acusan a Keisuke de ser un enfermo por no reírse mientras este trata de despejar a su amigo a puñetazos, al no conseguirlo le agarra por el brazo y de nuevo huye con él. Esto comienza a volverse rutinario. Pero entonces por fin comenzamos a saber qué es lo que sucede realmente.
Menos mal que eres un japonés escuálido y pesas poco
Una vez escondidos en casa de Keisuke este le confiesa a su amigo que en el teatro y la calle vio algo que los demás no podían ver pero que lo había mantenido en secreto hasta ahora. Vio como de las dos chicas salían numerosos espíritus que se dirigían hacia el público y… comenzaban a hacerles cosquillas. Fantasmas… que hacen cosquillas a la gente…
Lo que no dejo de preguntarme es… ¿Estarán estos espíritus que hacen cosquillas emparentados con el fantasma que tocaba los huevos? Quizás nunca lo sepamos…
Keisuke también le revela a su amigo que es lo que siempre le ha mantenido serio, desde niño ha podido ver toda clase de espíritus, los de los vivos, los de los muertos… Con razón jamás tuvo ganas de sonreír, ni el niño del sexto sentido estaba tan agobiado.
Pero no tienen un momento de respiro, las dos chicas les han encontrado y al descubrir que Keisuke puede ver sus espíritus de las cosquillas deciden matarle, no quieren que nadie las descubra aun. Así que envían a sus espíritus a matarles literalmente a cosquillas. Keisuke sigue siendo inmune pero entonces aparece su madre al oír el ruido y los espíritus se lanzan a por ella.
La pobre mujer al contrario que su hijo no es inmune a la risa y sucumbe a las cosquillas. Keisuke impotente se ve desbordado y trata de ahuyentarlos a paraguazos, pero todo es inútil. Las misteriosas chicas se alejan dejando que sus espíritus sigan su ataque dando por muertos a todos los que se encuentran en la casa…
¿Comprobamos que estén muertos? Nahh, vámonos ya
A la mañana siguiente Keisuke se despierta, dolorido pero aun vivo, observa con alivio como su madre está agotada pero aun respira, pero el pobre Tsuguo no ha podido resistirlo y ha muerto de risa, con su cara congelada en la misma mueca siniestra del comediante del principio de la historia.
Oh Dios mío, han matado a Tsuguo! ¡Hijos de puta!
Las chicas mientras tanto han tenido una carrera fulgurante, son por fin las estrellas del “Golden Palace Comedy Hour” y sus espíritus son ahora capaces de viajar a través de la señal de televisión para hacer cosquillas a todo el mundo en sus hogares y parece que ya nadie podrá detenerlas…
Si es que llamándose Twilight tenían que ser algo chungo…
Así que, como Jorge de Burgos afirmaba, parece que sí que la risa es cosa del demonio. O igual lo que es cosa del demonio es la extraña mente perturbada de Junji Ito, de quien cada vez estoy más convencido de que está muy mal de la puta cabeza.