A pesar de que Spider-man 2099 era la serie con más ventas del sello, el título más importante del 2099 es, probablemente, Doom 2099. En ella vemos a un personaje que realmente tiene impacto en la sociedad y en el mundo en el que se mueve, mientras que las otras series eran un poco más «tópicas» en el sentido de que el protagonista luchaba contra los malos y poco más. El Doctor Muerte es el equivalente del 2099 de Napoleón, llegará y pondrá todo patas arriba.
¿Dónde están mis hombros? ¿Dónde están mis hombros? ¡Muerte exige que le devuelvan sus hombros!
Y es que no estamos ante un Doctor Muerte sólo de nombre, el protagonista de la serie es Víctor Von Muerte. O al menos, eso cree él.
La serie fue encargada en un principio al relativamente desconocido John Francis Moore, que se encargaba de los guiones, y a Pat Broderick, un tipo con cierta veteranía perpetró cosas como la serie de Capitán Atom en los 80 o Batman Año Tres, del cual es mejor que no te acuerdes. Con estos mimbres, no parecia que el cesto fuera a ser gran cosa. Pero lo que no se puede negar que los dos hicieron un trabajo esforzado, y aun a pesar de las limitaciones de uno y otro, acabaron dando como resultado una serie bastante apañada, que para los tiempos que corrían ya era bastante.
Los viajes en el tiempo no son lo que eran, ¡en los años 60 la máquina del tiempo era una alfombra y en paz!
La historia empieza cuando el Doctor Muerte acaba, no se sabe ni porqué, en el universo 2099. Llega tal cual es en la Marvel actual preguntándose que cojones hace aquí y sin recordar como ha acabado allí. Para más inri sólo unos meses despues y en la serie regular de Los 4 Fantásticos, Reed Richards y el Doctor Muerte desaparecían misteriosamente, con lo que uno podía empezar a creerse que la versión 2099 no era ningún impostor, después de todo lo de viajar en el tiempo no es nada raro en el personaje.
¡No tendré hombros, pero tengo una mala leche…!
El encuentro de Victor con la Latveria ciberpunk empieza accidentado, pero tras una rápida cura de humildad comienza a organizar la reconquista de su reino, al fin y al cabo él no había abdicado en ningún momento. La serie contará con un núcleo de secundarios fijos pertenecientes a su tribu gitana y algunos hasta descendientes de su criado Boris, y llama la atención la habilidad del guionista para crear historias en las que el protagonista «hace de héroe» pero siempre saca algún beneficio en último término.
La versión del Doctor Muerte que tenía la gente del 2099. La wikipedia ya no es lo que era…
Tras esos 25 números, Muerte descubre cómo y porqué llegó al 2099, y armado con ese conocimiento, decide emprender la conquista de lo que queda de los EEUU (usease, de Alchemax, la corporación que domina ese barrio). Para entonces, el guionista pasará a ser un tal Warren Ellis que disfrutará como un niño haciendo que el Doctor Muerte cite a Noam Chomsky mientras «libera» Estados Unidos de la tiranía del capitalismo salvaje de las corporaciones:
El Doctor Muerte, un rojo peligroso.
Después… El caos. Realmente Ellis sólo esta un año en la serie, y el baile de dibujantes lo convierte en algo un poco confuso; aparece de la nada un fulano paniaguado por las corporaciones para echarle al Doctor Muerte, nos agua la fiesta a todos y se carga Latveria. Víctor se venga y acto seguido viaja al pasado para pelearse consigo mismo y de paso cambiar la historia para salvar a todos los latverianos.
Al final de la serie, el dibujante pasó a ser Jeff Lafferty, un tipo que no sé muy bien como clasificarlo…
Y fín. Porque para cuando vuelve del viaje en el tiempo la serie se acaba. Marvel, en un acto de estupidez «para reducir costes» despide a Joey Cavalieri, el editor que ha conseguido que la linea 2099 tenga sentido, y muchos autores se van con él. Tom Peyer intenta capear el temporal con los guiones durante la saga del viaje en el tiempo, pero la catástrofe se consuma y la editorial, que se encuentra en bancarrota, decide reducir los títulos del 2099 a uno genérico del que sería mejor no hablar, porque en él básicamente lo único que hicieron fue cargarse la tierra y el 2099 entero, para acabar cancelando la serie en el número 9, falleciendo Muerte 2099 dos números antes.
¿Merecía esta serie algo mejor? Probablemente. Hay que reconocer que, pese a la irregularidad imperante, el equipo Moore/Broderick consiguió sacar adelante una serie interesante, y la flojera gráfica del dibujante se hizo hasta soportable. Eso, sumado a que lo que veía uno cuando iba al kiosko era bastante desolador (a un lado veías los X-Men de Lobdell y al otro las catorce series nuevas que a Liefeld se le había ocurrido inventarse ese més, os juro que estuve a punto de dejar de leer tebeos) provocó que el Doctor Muerte 2099 fuera una de las pocas series que mereciera la pena en aquella edad oscura de los años noventa…
[…] Admitámoslo, en la casa blanca ha habído gente mucho peor que los Saints… […]