Si le preguntamos a John Byrne cuándo alcanzó su madurez como profesional, probablemente refunfuñe y maldiga un rato hasta alcanzar a decir que fue con Los 4 Fantásticos. Y es lógico que lo diga, porque a lo largo de su etapa hay una evolución y hasta alguno diría que hay una degeneración, un acartonamiento de su estilo. Y aun así, cómics como este Capitán América que tenemos (figuradamente) entre las manos corresponden a una de las etapas preferidas por los fans, ésa en la que combinaba Vengadores con X-Men y en las que cada mes sorprendía más a los lectores. Byrne considera que no tuvo tal degeneración/simplificación de su estilo, que solo fue hacia arriba y cuanndo ve estos cómics solo ve los errores, pero el entusiasmo que se ve en estas primeras colaboraciones con Roger Stern es bastante patente y uno de los pocos trabajos de los que no echa pestes cuando los fans se lo recuerdan.
Y es que hay que darse cuenta de que, si bien había tenido una estrecha colaboración con Claremont en Uncanny pero acabaron fatal, en el caso de Stern todo son cumplidos y si terminaron su colaboración se debió simplemente a un tema de agenda, porque los dos estaban encantados. Este Captain America 253 es el arranque de la saga del Barón Sangre, una de las historias más recordadas de la pareja creativa y de lo mejorcito que publicó Marvel aquel año. Basado parcialmente en El Sabueso de los Baskerville, mezclando el misterio de Sherlock Holmes con las memorias de veteranos de la Segunda Guerra Mundial, los autores son capaces de crear una atmósfera de película de la Hammer durante toda la parte británica de la historia, cambiando de tercio completamente en las escenas en Nueva York con la vida privada de Steve Rogers -todavía la tenía, y Stern se esforzó mucho en ello- y tres páginas del Capi evitando un atraco que no acabo de entender el papel que toman en la historia en general; nos recuerdan que el Capitán America es un símbolo, un icono, pero eso no tiene mucha continuidad en el propio cómic. No pongo pegas por el contrario a la escena con Bernie Rosenthal, que demuestran otra vez que Steve Rogers es un adicto al trabajo y un zoquete, como todo el mundo.
Y aun así, la escena del atraco probablemente sea una de las imposiciones editoriales de aquellos años, colocándonos en las primeras páginas una escena presentándonos al héroe y sus motivaciones. En este caso esas primerísimas páginas están dedicadas a la presentación del misterio del asesino en serie -vampiro- que lleva al Capi al Reino Unido, pero acto seguido tenemos el pegote. Posteriormente tenemos una página en parte irrelevante con el Capitán América cruzando el control de pasaportes del aeropuerto por la puerta grande, que suena a página de relleno que se mata pero ayuda a la caracterización. Una vez metidos en harina, las viñetas se llenan de texto y los diálogos son larguísimos como corresponde en el género detectivesco, pero si lo contrastamos con el trabajo de Miller en Daredevil ese mismo mes tenemos que reconocer que hay bastante más caracteres por página en este cómic que en Daredevil… Y aun así no molesta en absoluto, aunque el cómic se sienta mucho más denso a pesar de que su trama sea relativamente bastante directa y basada en tópicos con una investigación en la que un personaje tiene claro desde un principio quién es el asesino y para colmo de males tenga toda la razón del mundo, con el resto del cómic enfrentando al héroe contra el villano hasta llegar al cliffhanger de la splash page final, que a estas alturas ya es una de las imágenes más icónicas de la carrera de John Byrne.
Aun así, no se puede decir que éste sea un cómic tremendamente influyente en su época. De Roger Stern lo es mucho más su Doctor Extraño, porque define al personaje para la modernidad más allá de los Colan o Ditko, o incluso su Spiderman, que a posteriori ha sido mucho más imitado y referenciado. Por parte de John Byrne, su etapa en Uncanny X-Men no está considerada como «seminal» por nada, y sus planteamientos en Alpha Flight o Los 4 Fantásticos muy poco después son mucho más referenciados a posteriori, el primero porque no deja de ser el creador de los personajes y el segundo porque es la gran referencia del grupo después del mismísimo Jack Kirby. Dice mucho y muy bueno de la carrera tanto de Byrne como de Stern que esta breve etapa de Capitán América sea casi un pie de página en el conjunto de su trayectoria, pero la verdadera huella de ambos autores en el personaje reside más en Steve Rogers que en el propio Capitán América; como comentábamos más arriba y a diferencia de varias etapas anteriores que la ningunearon, el Capi en esta etapa tiene una vida privada, amigos y un entorno que a largo plazo será ninguneado y sacado a patadas de la serie porque a guionistas como Gruenwald les estorbaba en la serie.
La semana que viene tenemos a uno de los grandes del género en un momento extraño de su carrera; viniendo de éxitos de crítica y público como Mahunter para DC o su adaptación de Alien para Heavy Metal, Walter Simonson se encuentra aprendiendo a guionizar en una licencia de segunda, Galactica. Podía haber trabajado perfectamente en los cómics de Star Wars o Star Trek, pero Simonson elige Galactica y por la época diría aquello de que con los royalties de un número de X-Men puedes alicatar tu apartamento de oro, pero con los de treinta números de Galactica no tienes ni para pagarte un viaje en metro. Veremos.
Mi padre comprándome tebeos de Los Invasores y hablándome de la II Guerra Mundial…perdón por la nota personal. En resumiendo: una magnífica etapa Stern/Byrne.
Y de Frank Robbins, aviones y Johnny Hazard.?
Grande también Frank Robbins, of course.
Digan lo que digan de sus comic-books, un gran narrador (yun gran dibujante de aviones, como decía Roy Thomas, ja?).
Y sí, estupendo el Capi de Byrne y Stern-O. Y cortito (gracias a Shooter).
El pegote es lo que hace entender el tono a lo Hammer sin necesidad de haberse visto una peli a lo Hammer así como entender el día a día del Capitán América (que le es normal; una baseline) sin necesidad de haberse leído un cómic del Capitán América (sea de Steve Englehart, Jack Kirby, Steve Gerber, Roy Thomas, Roger McKenzie, xD). Es un ejemplo de Stern usando contrastes y paralelos; la distancia entre Estados Unidos e Inglaterra no siendo solo geográfica sino que también de tono y tipo de historias a contar. Hay varias pequeñas referencias en ese pegote como el acento europeo de la victima de robo, la forma en que rompe la voluntad del atracador, alguna que otra frase sutilmente sumando a la idea de Capitán América como hombre fuera de su tiempo (importante a esta historia con su conexión a Invasores) y por supuesto agrega peso a la pelea luego con Baron Blood (sea cual sea la imagen preconcebida que tenga el lector de los vampiros; esta historia le cuenta que es considerablemente más peligroso que dos atracadores armados). Esa independencia de sus referencias (funcionar en el vacío) e intencionalidad en el texto hace al cómic denso sin ser pesado o demasiado obvio.
En estos cómics Stern se veía editado por quien había sido su asistente; Jim Salicrup, quien sería también editor de Byrne en Los 4 Fantásticos pero que iría siendo desplazado en buena medida por editores que probaron manejar las series mejor que él. Salicrup llegó a ser editor de prácticamente todas las series de Marvel más importantes en algún momento u otro pero su mayor logro es estos proyectos con un Byrne que se sale de la página y que aparentemente no estaba para hacer muchas concesiones (al menos no a Claremont y Shooter, xD).
Añado a lo que comentas del «pegote» que la escena del atraco sirve para 1) hacer una pequeña presentación del personaje (o al menos la forma en que se comporta, tratando de solucionar un enfrentamiento por la vía pacífica antes de recurrir a la violencia) a un lector novel, 2) se podría decir que, como Union Jack, demuestra que el personaje es algo más que un superhéroe: es un símbolo, y 3) aumenta el contraste con la manera en que se resuelve el enfrentamiento con el Barón Sangre, donde no sólo no hay solución pacífica, sino que el Capi se ve obligado a aplicar fuerza letal.
«Que le corten la cabeza!»?
Además de vampiro era nazi, había que decapitarlo sí o sí.
Que también es lo curioso del destino de estas criaturas, más fuertes, más rápidas, pero a la hora de la verdad ni media hostia tienen que se comen la estaca en el pecho (o el escudo en el cuello en este caso) a las primeras de cambio.
Es como los personajes robóticos o ciborgs, que ya pueden estar hechos de acero endurecido, titanio reforzado o adamantium que sabes que siempre en alguna historia van a terminar desguazados mientras que sus frágiles compañeros de carne, sangre y hueso siempre acaban de una pieza.
Era basura blanca no-muerta. Sobre lo otro, algunos escritores, para justificar que los cuerpos de los vampiros eran empalados con tanta facilidad (a veces sin el clásico martillo o maza que se usaba para golpear la estaca) han apuntado que los cuerpos de los no-muertos son más blandos que los de los humanos vivos.
Cono el titanuo de los ciborgs y eso
?
De basura blanca nada, que era de la aristocracia inglesa. Era tan establishment que no lo finiquitaron después de la guerra, sino que lo dejaron con estaca clavada en un ataúd en la Torre de Londres.
De hecho para clavarle una estaca a alguien hace falta fuerza física. EN la novela original el único «empalamiento» con estaca lo hace Godalming, y ya te dicen que es un hombre muy corpulento y requiere un gran esfuerzo.
Por eso mismo lo digo. En las primeras obras los cazadores de vampiros iban con martillos y mazas para clavar las estacas, luego, con el pasar de las décadas ya a pulso muchos (Hollywood ayudó …en las de la Hammer no iban tan de machos en cambios). Luego se ver tantas pelis y otras obras en las que era relativamente fácil clavársela a un vampiro se empezó a teorizar que sus cuerpos eran más blandos (creo que también lo mencionan en la irreverente Abierto hasta el amanecer).
Se puede discutir si estaba bien o mal lo de obligar a que cada número presentara a los personajes -yo creo que estaba bien- pero lo que está claro es que si este cómic se hubiera hecho hoy en día habrían ido directos al meollo británico… Y lo hubieran alargado bastante más; desde luego el vampiro no se habría topado con el Capi hasta el tercer número o así.
Yo también soy de la opinión que estaba muy bien.
Y para mí esa página de pegote nada. Ese tebeo en concreto me flipó bastante de niño por todo el ambiente lúgubre. Pero recuerdo que esa escena en concreto con el caco se me quedó marcada. Y con los años me he fijado que no fui el único. He visto mucho blogero nostálgico que la comenta.
Es que Stern en esos pocos números define al personaje maravillosamente. No era como ahora que el Capi es un personaje flipadísimo y es poco más que invencible. Los Capi (y Batman) de esa época eran el epítome de un físico humano, pero nunca llegaban a ser sobrehumanos. Era un personaje vulnerable, realmente un tipo armado podía ser un desafío, pero su mayor arma eran su presencia y decisión. Y eso es lo que hace la escena, definirte que el Capi es más que un hombre, es un símbolo y uno tan poderoso que es capaz de desarmar a un enemigo. Byrne no se curra mucho estas páginas en concreto en cuanto a fondos (en contraposición a las inglesas, con unos ambientes muy trabajados), lo que refuerza tu idea de que eran páginas de trámite. Pero hace una cosa de composición estupenda al dibujar al capi como si le estuviera dando una luz cenital muy potente (en contraposición al ladrón postrado). El hecho de oscurecer los ojos y aclarar la máscara hacen que deje de ser un un hombre (al que puedes matar) y sólo veas lo que representa. Si me dijeran de hacer un top de las mejores escenas del personaje, ésta entraba fijo. Pero es que Stern te regalaba un momento así casi a cada número. Me gusta mucho cómo arrancan la etapa, con el Capi recorriendo el puente y las reacciones de la gente y me gusta mucho también la escena nocturna en que visita su antigua escuela y recuerda las palabras de su maestra.
Stern es muuuuy bueno con estas cosas donde una escenita rutinaria “sin importancia” resulta que está contando más de lo que uno piensa. La forma en que las escribe hace que no exista cosa que cuente que no estén sumando a la historia aunque sean cosas que uno ya conoce.
Salicrup, el guionista del cómic en el que «tocaban» al joven Parker en el colegio (Skip!).?
El guionista del team-up de Spiderman y Hulk impreso en papel higiénico para que leyeses algo mientras…esto…bueno, eso.
Salicrup; el editor acreditado a Vengadores #200, Fénix cargandose un planeta habitado, la saga del Hank Pym golpeador, la Amazing de Michelinie tras la marcha de Jim Owsely, el Spiderman de Todd McFarlane, el Thor pre-Simonson y un montón de cosas más.
Efectivamente, imposición editorial de la era Shooter. A veces se hacía mejor y otras peor, en este caso contextualizan para crear un contraste entre la rutina diaria del capi y la situación en la que lo meten.
Los buenos escritores se la pasan no tanto rompiendo reglas básicas sino que usando esas mismas imposiciones para contar más de lo que se supone que están haciendo.
También cabría mencionar que así como Stern se lleva muy bien con Byrne, creo que su relación con Shooter es también una de las más amigables que el Editor en Jefe ha sabido tener, no?
Bueno, la amistad de Byrne con Stern venía de sus tiempos fanzineros.
Del Charlton Bullseye de la CPL gang que incluía también a Bob Layton y Roger Slifer (que si no recuerdo mal, es quien conecta a Stern con Marvel llamándole para que se entrevistara para un puesto editorial con Marv Wolfman).
Lo del homenaje a las pelis antiguas se nota ya al ver que el policia inglés que sale en la primera viñeta lleva un fanal antiguo en lugar de una linterna de pilas. Por no hablar de un uniforme que creo ya estaba anticuado en los 80.
No el homenaje; el tono. Esas dos escenas (la introducción del número a lo película de terror y el pegote que presenta a Capitán América/Steve Rogers) ponen lo que sería más usual al personaje ante el terror de lo que está sucediendo al otro lado del océano, dejando saber al lector tanto el tipo de historias “comunes” al personaje como el tipo de historia que está por leer sin importar si entiende las referencias o se ha leído cualquier otro cómic antes de este número. Más allá del homenaje esas escenas sientan las reglas de la historia que dan a entender que es normal y que es extraordinario; que tanto se puede estirar la verosimilitud; cual es un momento dramático y cual es más parte de la rutina.
En resúmen: son un primer acto de una historia, xD.
Madre mía, qué dominio del vocabulario técnico tenéis algunos… Lo digo en serio.
Es que de día va cualquiera, hombre.?
A esta etapa le ayuda que es cortita e intensa. No hay lugar a que Byrne empiece a hacer «Byrnaidadas» por aburrimiento.
Y Byrne, ilusionado de verdad y en plena forma, era el mejor.
En cuanto al cómic en sí. Pues que es un repaso a la iconografia del personaje. Su relación con el ejercito; encontrarse con camaradas de la segunda guerra mundial; ser no solo un heroe, si no ser el icono patrio; ser una figura histórica viva pero al mismo tiempo una persona discutiendo con la novia que canal de televisión ver; etc.
Muy bien hecha. Sin rollos raros y con magnífico ritmo.
Lo del atraco es accesorio. Pero no sobra.
¿Y supuestamente un vampiro no es un muerto viviente? ¿Se puede matar algo, que ya está muerto?
Teoricamente un vampiro es un muerto animado. Por lo tanto lo que haces es «desanimarlo».
Básicamente, si le dices a un vampiro: «De tan feo que eres no ligas ni en la fábrica de ligueros» pues obtienes el mismo resultado que clavandole una estaca de madera. Lo desanimas.
Aparte de la calidad intrínseca de esta etapa es que encadeno después con Dematteis, y luego Gruenwald haciendo de esta colección (y de su protagonista) una de las más interesantes de leer de la Marvel de toda la década de los ochenta. Aunque nunca fuera una superventas.
Otra de mis etapas favoritas del Capi la de Zeck, coño. La manita abanderada para mí serían: Brubaker y compañía, DeMatteis & Zeck, Englehart y compañía, Kirby (solo y con Lee …lo de Simon más por valor histórico que otra cosa, aunque sin eso nada hubiese sido posible, claro) y Stern & Byrne.
Gru/Dwyer (con historia familiar con Byrne). Te digo que hasta les prefiero sobre Brubaker: el dibujo y especialmente el color me tiran muchísimo para atrás en esa etapa. Y realmente no me parece que haga todo lo que puede hacer con las ideas que juega. Pero yo soy de los que hasta rompe una lanza por John Ney Rieber (ojo, lo leí mucho después de publicado) y/o Christopher Priest haciendo Capitán América y Halcón una vez le quitan a Bart Sears del dibujo.
Extrañamente; no creo que lo que intentó Gerber con el personaje fuera para nada acertado. Y Remender con Romita Jr. merece mención honorable (aunque sea solo por Romita Jr haciendo Kirby!), no?
Sí, hijastro de Byrne. La llamada saga del «Capi Indiana Jones» (la saga de la gema sangrienta) estaba bien. No me desagradan partes de la larga etapa de Gru en la serie, pero hay también mucha paja en esos años. Lo de Dwyer está en la parte positiva (y hasta encajan casi mejor entre cómics marvelitas de unos años antes que entre sus contemporáneos). Personalmente me quedo con Bru (cuestión de gustos). Y me encanta su Proyecto Marvels, por cierto (pese a no tener al dibujante más dinámico del mundo precisamente … aunque dibuja bonito, claro). Lo de Remender también tiene su gracia, pero tampoco me entra ya en la misma liga que las etapas anteriores (y en parte también porque Romita Jr ya no es el Romita Jr que me mola…su evolución posterior a DD: El Hombre Sin Miedo y El Castigador ya no es para mí … aunque me comprase lo de Kick-Ass y Hit-Girl más por él que por Millar, que de Millar). Gerber (y Thomas) no estuvieron tan acertados como solían con el Capi, pero tampoco es que lo que hiciesen fuese malo (como no lo es lo del olvidado Roger McKenzie o el en esta serie anecdótico Claremont), simplemente ni está a la altura de ellos ni de lo que hicieron otros y se puede considerar fallido (como el intento de cambiar sus orígenes, luego considerado «programación» falsa para contrainformar si los nazis le atrapaban vivo). Lo de John Ney Rieber hasta me gustó en su día, grapa a grapa (releído luego de tirón pasados unos años ya no, no solo es la más ligerita con diferencia de todas las etapas «políticas» de la serie, es que la historia tampoco tiene mucho más que el componente político, y se hubiese podido contar además en solo dos números o tres y hasta hubiese quedado mejor así …Ni siquiera el dibujo de Cassaday, otro más ilustrador que otra cosa, me parece para tanto ya hoy…de hecho su Star Wars lo revendí tan pronto como me lo leí, que lo único que tenía a su favor era el parecido con los actores, vale que tampoco el ligerito guion ayudaba…supongo que cómics así, sin chicha ya no me atraen si no hay un componente nostálgico de por medio). Personalmente (y eso suele ser intransferible), en la manita (y porque solo hay cinco puestos) solo me falta la breve etapa Steranko (también ligera, pero tampoco se puede pedir mucho a tan pocos números …y bastaron para hacerse un hueco en la historia del personaje).
Bastante de acuerdo en casi todo (el gran debate Gru vs Bru! xD). A mí lo de Bru es menos por Brubaker y más por todo el resto del cómic; los colores de D’Armata me sacan completamente de las historias y no estoy seguro de que el dibujo y los diseños de página se salgan de lo eficiente. La identidad visual de la serie me repele y aburre a partes iguales y eso no es culpa de Brubaker (yo, como siempre, culpo a Brevoort, xD) pero sigue siendo una parte intrínseca de esos cómics. Lo de Casssaday es a la vez peor y mejor en ese sentido porque creo que se las arregla mejor justamente imitando el tono y estilo cinematográfico que Epting/Guice quieren dar a la serie (pero eso no significa que sea un buen dibujo o estilo para un cómic).
Lo claro es que lo de Waid va quedando en el olvido con todo lo bueno que se suponía que era y toda su aparente significación histórica, xD.
Con el que tenía problemas Gru era Stern, por sus Vengadores. O al revés, que Gru no soportaba que el Capi no fuese el líder del grupo. Lo llevaba mal con La Avispa y ya no pudo soportarlo más con la Capitán Marvel II (Monica Rambeau).
Sip. También le quitó a los Vengadores Costa Oeste para que los hiciera Englehart con Milgrom.
Ningún problema con Gru (aunque en su Capi hay de todo, bueno, malo y regular …con su extensión tampoco fue raro, coño, que duró lo suficiente para llevarlo hasta a la moda de los esteroides y dientes apretados de los noventa). Amo su Escuadrón Supremo (a punto estuve de teclear Suicida …alguna vez me ha pasado ya) y le tengo mucho cariño a su Ojo de Halcón y a esas historias de complementos varios (a veces con ayuda de su amigo Macchio o de Gillis) que repasaban, entrelazaban y rellenaban la historia de los Eternos, los Uranianos, los Titanes, los Celestiales, los Inhumanos y los Kree, o los Russell, el Darkhold, los Maximoff, el Evolucionador, la Drew,…
Como con Roy Thomas; creo que no hay que olvidar el trabajo de Gruenwald como editor (pero me imagino que también ya estoy aburriendo con tanto martillar esa idea, xD). Marcó mucho a Marvel en ese rol.
Su Quasar con Greg Capullo es bastante aceptable para lo que se estaba viendo en esa Marvel, pero independiente de eso es bastante soso y demasiado derivativo de DC (Gruenwald le tenía muy claramente tanto o más cariño a la Distinguida Competencia como a Marvel). Y ese es probable su último buen trabajo como escritor.
Tengo que ponerme algun día a leer a Brubaker, porque cuando lo intenté en su época encontré que me aburría. Aparte de que su primer número ya salía el Capi matando unos terroristas y diciendo que «se lo merecían», lo cual me hizo tirar el cómic (a mí ya Darwin Cooke, QEPD).
Ojo, mi primer cómic del Capi. Aunque era la versión de Forum, con lo que también venía la continuación, con ese FINALAZO.
Y de nivelazo.
A mi me hizo mucha gracia cómo, conociendo las propiedades del uniforme del Capi, se resuelve el cliffhanger del Barón Sangre a punto de darle un muerdo.
Tuvo su gracia, sí (y fue una buena ocurrencia).
Creo que con eso nos reímos todo. Solo faltaba una viñeta del Barón Sangre en el dentista en plan Mortadelo tras un piñazo: «qué pafa? mofdí un melón muj duro! Ponfame unos postifoz y cálleze!»
Gran cómic
Y tenéis que comentar el pedazo de retcon que acaban de hacerle al origen de Kurt Wagner, Spurrier ha tenido el valor que se ve que no tuvo Lobdell en su momento
A Spurrier (más o menos acertado, según las ocasiones …y por lo general con mayor tino lejos de los superhéroes) el valor nunca le ha faltado (a los que les faltaba a veces era a sus editores en todo caso).
Se ha hecho justicia.
Pero ya me extenderé más en un post, porque ésta es una de mis obsesiones personales. Yo que sé, llevaban cebándolo toda la semana pasada y me olía que podían ir los tiros por ahi, y no veas que alegrón me he llevado, porque lleva años siendo mi headcanon personal, la idea original de Chris Claremont y de buena parte de los lectores.
Te voy a pisar el post con una cosa apresurada y a medio hacer!
Cuidado que un post del tema probablemente me tenga a mi comentando que cualquier orígen y/o trasfondo para Kurt que no sea ser una persona completamente normal que nació con el gen mutante me parece mala. xD
Éste es el único «pero» que le pongo al retconeo del origen de Kurt; que como tienen que tener en cuenta lo de Azazel y los Draco, le han dado al origen de Kurt cierto toque de «Hellboy» que me sobra completamente, porque incluso implica darle cierta razón a los pueblerinos alemanes que querían matarlo («¿Veis como teníamos razón en que tenía algo de demonio?»).
Aunque cabe decir, si lo he entendido bien, que el «rollo Hellboy» que podía tener Kurt al final es una especie de «humo y espejos» por parte de Destino para engañar a Azazel; ¡pero no voy a releerme «los Draco» para verificarlo!
Existiendo Rogue la idea de conectar a Mística y Kurt pasa a ser mala. Lo que se tenía que contar se cuenta mejor con ella mostrando a la pareja no-binaria (¿o los cómics le han dado otra denominación a Mística y Destino?) que (para bien o para mal) se hacen cargo de la pobre Rogue y forman una familia sin que su género o relación sea un impedimento o les afecte de manera alguna.
Mientras que con esto de Kurt en esencia lo que se cuenta es que es físicamente posible para Mística ser hermafrodita y la única razón para decir que son familia se queda en que tienen el mismo color de piel. No cambia nada para Mística (ya tiene una hija con Destino que acabo con los X-Men) o para Kurt (es solo otro retcon a su orígen, otra complicación innecesaria como lo fue lo de Azazel y los Draco).
Y como bien mencionas, lo que necesita Rondador Nocturno en su orígen y trasfondo es justamente 0 intriga y/o rarezas tipo Hellboy que “explican porque es distinto”. Es un ser humano normal que tiene poderes; ni hijo de, ni heredero de, ni nada: Es su propia persona y una persona admirable sin necesidad de ser o hacer algo extraordinario (a Kurt se lo quiere por su hermosa personalidad, no su árbol genealógico).
Que la idea sea de Claremont no cambia estas cosas pero teniendo en cuenta a Chuck Austen metiendo sus asquerosas manos en el origen del personaje, es totalmente comprensible que se tome esto como un logro y una reivindicación.
Pfff….
JAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
O mejor dicho,
BWA HA-HA-HA-HA-HA!!
????
Sip.
Y empezando comentario con la frase arquetípica de El Azote (no sé si decir que me emociona o me da yuyu …un poco de ambas cosas).
Deseando leer ese post, que a Kurt le tengo perdido y ya ni recuerdo qué origen fue el último que leí. Ni he empezado su nueva spider-serie.
Me parece un poco fuerte que no dediquéis más espacio a esa joyita… Aunque parezca anodina y no tenga el tono trascendente de un cómic de Claremont, consigue una nota muy alta. Excelente ritmo, buena caracterización, dibujo genial, buen toque de continuidad, momento cliffhanger… A ver qué comic moderno consigue éso.
¡Es discriminación anti-byrneana! Si Claremont hubiera escrito una coma de ese cómic, le pondríais 20 imágenes y 5000 palabras!
Falta comentar el detalle de la portada: ¡Que aquí Forum la publicó en glorioso blanco y negro! Y quedaba de lujo. De hecho, cuando vi años después la americana, me extrañó muchísimo, ya que por el estilo de dibujo siempre pensé que era en b/n originalmente. Siempre he tenido la duda de si fue una decisión artística o que no les llegaron los fotolitos y tiraron porque les cuadraba con el tono lúgubre de la escena.
Probablemente lo último.
Es algo raro, porque tiene algo de color:
Igual solo les llegó una o dos de las cuatro láminas de fotolitos.