Duele esto de que vivamos en un lugar del mundo en el que decir las palabras «memoria histórica» provoque que algunos ya se revuelvan en su asiento. Porque no deja de ser uno de nuestros mayores fracasos como sociedad, pero ésto es lo que hay. Japón no es una excepción en todo esto, pero allá por los años treinta y a diferencia de los españoles, contaban con la pequeña «excusa» de que para ellos la edad media terminó en el siglo XIX y su sociedad tuvo que modernizarse a pasos agigantados, con lo que tecnológicamente podían ser una mala bestia, pero su constitución ética y moral todavía estaba entroncada en conceptos de lealtad inquebrantable a individuos y conceptos abstractos y no en algo que ahora se nos hacen tan básico como la empatía.
Con esto no quiero decir que tanto españoles como japoneses fueran unos bárbaros sin compasión -que algunos lo eran- si no que su cultura estaba justificando la barbarie constantemente, y relativizando los fundamentos morales más básicos. Que, en resumen, el fin justifica los medios, y que si te haces el oprobiado, el agredido, el ultrajado, puedes justificar cualquier respuesta por desmedida que sea. Vamos, lo que sigue haciendo la gentuza hoy en día. La cuestión es -y con esto vuelvo al Japón de los años treinta, sí- que hacer estas barbaridades nunca sale gratis, y que las consecuencias se quedan grabadas en la memoria de la ciudadanía. Que por más que intentemos borrarlas ahí se quedan, y que si McArthur firmó la paz con Japón a costa de arrebatarle la condición de divinidad al Emperador Hirohito y forzar al país a dejar de tener un ejército «en condiciones», muchos ciudadanos aquel tratado lo vieron como una humillación, como otro oprobio. Porque ellos no vieron los horrores del imperio japonés en Corea, en China y el sudeste asiático, no vieron los campos de trabajos forzados, las «mujeres de consuelo» y la segregación racial que crearon forzando a los nativos a ser ciudadanos de segunda en su propia tierra.
Por eso Japan (Buronson y Kentaro Miura, 1992) y Zipang (Kaiji Kawaguchi, 2000-2009), dos mangas que tratan el trauma japonés «a su manera», son piezas curiosas; ninguno de los dos lo explora de una forma directa ni trata de reconciliar el presente con aquel pasado, porque en realidad están escritos desde la óptica de los japoneses que vieron/sobrevivieron a la posguerra, de gente que no fue consciente del horror que desencadenó. De caer en la excusa fácil «Hitler era peor», «Stalin mató más gente», «los chinos ya se mataban solos» o el muy imperialista «nosotros fuimos a civilizarlos para que pudieran resistir al europeo». Absolutamente todas esas excusas se ven en Japan, un manga sobre un grupo de japoneses de 1992 que es trasladado por el fantasma de un cartaginés a un futuro postapocalíptico. En realidad el mensaje final del cómic es un llamamiento bastante tontorrón a que Japón se rearme, porque la gente de fuera odia Japón y solo les gusta su dinero; Buronson expresa esto claramente en su metáfora de Cartágo, hablando del imperio de Aníbal como uno netamente comercial -mentira- que fue odiado por los demás por su poder económico y que por eso lo hundieron, igual que estaba pasando con Japón en ese mismo momento. Poco sabía Buronson que al poco la burbuja japonesa estallaría y llegaría una recesión de cojones que duraría hasta nuestros días, y que lo único que mantendría Japón fuera de la esfera de influencia china -por el momento- serían sus alianzas con «occidente» y no tener el palo más duro y más grande.
En Japan se resucita el fantasma colonial europeo en un mundo absurdo en el que los europeos se reorganizan en un imperio «neo europeo» que esclaviza a los japoneses. Más tarde nos hablan de que también han esclavizado a algunos asiáticos que se solidarizan con los japoneses, pero es algo que se ve en dos viñetas y cerca del final del cómic en el que los protagonistas refundan Japón con los «amables asiáticos» sin diálogo como ciudadanos. Un país sin clases, sin distinción de razas y blablabla, pero de entrada está fundada por japoneses y se llama Japón, no Libertonia o Estados Unidos del Mundo o algo así, sin disimular. No hay una reflexión, es un cómic escrito con una mentalidad adolescente, directa y, en definitiva, lo que podríamos esperar del escritor de El Puño de la Estrella del Norte. Todo esto va aderezado también con racismo contra los españoles, con una escena inicial en Barcelona en la que unos niños «locales» desharrapados le piden dinero a los japoneses protagonistas, que se lían a tirarles monedas al suelo para demostrar su generosidad; desde el punto de vista del cómic, ellos son gente estupenda y si acaso aquí los malos son los niños, porque solo les quieren su dinero, cuando en realidad la escena es la cosa más repugnantemente clasista que te puedas echar a la cara, con el rico obligando al pobre a recoger moneditas del suelo. Y también podríamos hablar del protagonista yakuza que se enorgullece de ser yakuza y sus valores yakuza, idealizando a unos mafiosos que ni siquiera los japoneses actuales se creen ya que son lo que predican, o de como los personajes femeninos son tremendamente lamentables y los estereotipos típicos de los mangas de la época. Y luego tenemos Zipang, de Keiji Kawaguchi.
Si en su día me provocó todo tipo de incomodidad Battleship Yamato por reflotar el buque insignia del fascismo japonés y transformarlo en la nave espacial que salvaría la Tierra de unos nazis espaciales -recordémoslo, los nazis alemanes peores que los japoneses- Zipang es algo bastante más sutil; no solo nos muestra un guión bastante más adulto y trabajado en su documentación, si no que los protagonistas son los tripulantes de un crucero AEGIS moderno que se ven desplazados a la batalla de Midway. Vamos, como el Experimento de Filadelfia pero a la inversa, con los marineros enviados del presente al pasado y tratando de cambiar la historia, pero esta vez son japoneses siendo conscientes de que Japón no estaba haciendo lo correcto y enfrentados al dilema enorme de saber que si su país pierde la guerra otra vez el pueblo japonés es el que lo va a pasar tremendamente mal. Y claro, así pasan de tratar de ser neutrales «yo me vuelvo a mi casa pero no se como y mientras tanto me quedo aquí» a que la situación se vaya forzando, y que los americanos les ataquen tanto, que poco a poco acaban casi poniéndose del lado del fascismo japonés… Porque no pueden permitir que mueran otros japoneses.
Y sí, el manga está documentadísimo, los personajes están bastante mejor trabajados y sus motivaciones y contradicciones morales tienen sentido, pero en todo momento te das cuenta de que esto lo ha escrito un japonés que valora la vida de los japoneses por encima de las de los demás. Que, hasta cierto punto, la perspectiva de un autor que se ha documentado tanto como Kawaguchi sigue siendo la misma que la de Buronson, la de entender el pasado como un agravio a la nación japonesa y no como la vergüenza de haber cometido un genocidio mayor del que cometió ninguna potencia europea en Asia, llegando incluso en el caso de Buronson a atribuir algunos de los crímenes de guerra más característicos del imperio japonés a los «neoeuropeos» con las llamadas «mujeres de consuelo» y enfrentando a las protagonistas al dilema entre sobrevivir «o perder el honor» y prostituirse. Finísimo.
Si una persona no puede aprender realmente de sus errores hasta que los reconoce, ¿cómo no lo van a hacer los estados, los países, las culturas? Podemos leer estos cómics e interpretarlos solo como historias de aventuras, sustituir mentalmente la palabra «Japón» por «Latveria» o cualquier país imaginario, y aun así te darías cuenta de que la brújula moral de los protagonistas no atina a dar con el norte, que no todo encaja en su sitio. Cuando los superhéroes americanos llegaban a cualquier país del mundo y arreglaban absolutamente todo el país, cuando los 4 Fantásticos de Waid invadieron Latveria y se quedaron a gobernarla poniendo la camiseta de Mr Fantástico como bandera, te dabas cuenta de que algo no iba bien. Que sabías que unos eran los buenos y los otros los malos porque éra lo que te decía la historia, pero sojuzgar a los demás creerte en el derecho de hacerlo, ya sea porque tenía armas de destrucción masiva o porque creías que eran nazis -el nazi eres tú, pedazo de basura- no son maneras. Cuando las bombas vuelan y empiezan los genocidios muchos se preguntan aquello de «¿cómo pudimos llegar a esto?», y la respuesta suele estar en las pequeñas cosas, en no haber querido entender el pasado, en explicaciones maniqueas, en querer poner en manos de la divinidad o los hados trabajo diplomático e intelectual que deberías haber hecho tú mismo. Vivir es aprender, tratar de mejorar, y solo se mejora entendiendo que funciona y qué es lo que falla, lo contrario es un suicidio a distintas velocidades.
En fin, que Japan es una puta mierda de cómic, un absoluto desastre que no hay por donde cogerlo. Que no solo es que el cómic sea malo, es que el mensaje es vomitivo, con lo que mejor que podemos hacer es decirle a M’Rabo que vuelva al BL, que por lo menos ahí se celebra el amor y no se dan excusas para el genocidio. Que por cierto, ¿se puede saber para qué saca Buronson a la vieja cartaginesa esa al principio del manga, si luego no vuelve a aparecer por ningún lado? ¿Que clase de advertencia es esa que te manda directo al futuro apocalíptico y luego no te devuelve al presente? ¿Que cojones de sufrimiento desastroso y terrible sufren los protagonistas si lo único que vemos es una agresión sexual y ninguno de los demás personajes muere? Si es que cuando digo que todo el cómic es un desastre digno del peor Liefeld me quedo corto…
Tenía mejor opinión de Kawaguchi tras leer Eagle, pero ya veo que el hombre tiene matices… Los «nativos» no les agradecen a los japoneses que monten trenes con manos de obra esclava a los que seguramente no permiten que se suban. Manda huevos.
En los años 80 había un Japón un dentista que tenía en su sala de espera fotos de la masacre de Nanking y un cartel diciendo: el profesional de esa consulta es un criminal de guerra culpable de matar mujeres inocentes. Si quieren cambiar de clínica por ello lo entiendo. Ese era un hombre poco habitual.Los japoneses llevan fatal la memoria histórica. Los españoles quizá peor. Incluso te dicen que hablar de memoria es atentar contra la reconciliación.
Pero no son los únicos. Garth Ennis ha soltado varias veces que lanzar la bomba atómica fue «un acto de coraje». Ha incluso un cómic de Chuck Dixon defendiendo que, si no hubieran lanzado la bomba ellos, lo habrían hecho los otros. Madre mía…
Lo de Kawaguchi es triste porque por lo demás es un manga en el que muchas de las dudas de los personajes y su forma de actuar es la mar de lógica, se intenta que no haya buenos muy buenos y malos muy malos, pero a la vez te encuentras con situaciones en las que se da por hecho que la vida de un japonés vale más que la de varios chinos y americanos. Y claro, por mucho que te joda ver morir a tus compatriotas, están cometiendo un genocidio en toda regla.
¿Y dónde ha dicho Ennis eso de la bomba atómica?
Pues en el cómic de Hitman/JLA Superman menciona el coraje de Hitman al matar unos astronautas poseídos por aliens y lo compara al «coraje moral absoluto» de Truman en lanzar la bomba A sobre Hiroshima. La alternativa según él era «anegar las islas en sangre de marine» (eso o negociar la paz, en lugar de imponerla… lo cual al parece es impensable).
Tendría que repasarmelo, pero tal cual la cuentas es la misma mierda de «las vidas de los míos valen diez veces más que las de los tuyos».
Supongo que en tiempos de (relativa) paz es fácil juzgar ese tipo de actitudes o decisiones desde fuera. Pero estar en esos contextos no creo que sea lo mismo. Es un matiz de gris demasiado amplio.
Tal como se veía la cosa Japon no iba a rendirse, tenían una vision divina del emperador, lo que supongo que hacia que su devocion no fuera solo nacionalista, sino religiosa tambien. Y sabemos que tan dispuesto a ceder es alguien con motivaciones religiosas, por lo general ¿no?
El uso de la bomba tambien respondio a varios otras motivaciones, (ahorro de recursos, que la guerra es cara, sino preguntenle a Putin, imponerse al nuevo poder mundial la Urss, mantener la moral del pais, etc) no solo claro el salvar las vidas de sus soldados, (como la liberacion de los esclavos lo fue de la guerra civil, que siempre hay mas causas pero dejemos en los libros la que suena mas heroica) pero si es claro que era una alternativa a una guerra de desgaste que al final era lo que estaba haciendo Japón, a pesar de que habian voces que llamaban a la rendición. Pero eran las voces más acalladas tambien. La vision reaccionaria que podemos atestiguar en estos mangas de los que habla la entrada son una muestra de cual era la posttura japonesa en ese aspecto.
Pero es un actitud muy humana poner la vida de los de tu tribu por encima de la del vecino, en especial en medio de un conflicto. Ojala no fuera asi, pero es algo que dificilment e el ser humano va a poder sacarse por muchas capas de «civilizacion» que pretenda colocarse encima. Tampoco creo que ocurra, nisiquiera por una invasion extraterrestre, que mira que por un virus, se mostro que tan unidos y firme era la «globalizacion».
Se consideraba al emperador descendiente directo de los dioses, un semidiós, vamos, una deidad viviente, que de hecho era infalible. Pese a no tener contacto directo con su pueblo, que recibía sus instrucciones siempre a través de terceros (cuando no eran en realidad las de terceros a veces). De hecho parte de la oligarquía militar (la mayoría todavía de la nobleza de rancio abolengo, recalcando lo de rancio) todavía se negaba a rendirse aún tras el segundo pepinazo nuclear y hubo que recurrir a subterfugios para que el discurso de rendición (primera vez que la mayoría de japoneses oyeron la voz de su emperador) llegase a la radio.
«Zipang» es un manga que me gustaría leer en su totalidad, porque dentro de las cosas cuestionables que se le puedan encontrar, parece que al menos te presenta ciertos enfrentamientos entre la tripulación del barco venido del futuro y la armada imperial japonesa: hay un momento en que [SPOILERS] el Mirai acaba interceptando con sus cañones una andanada del Yamato para evitar que masacren a los marines nortamericanos en Guadalcanal porque el plan inicial consistía en provocar su retirada mediante la intimidación, y creo que la batalla final acaba siendo contra el propio Yamato (al que terminan hundiendo). Eso no excusa que para ciertas cosas el autor elija mirar para otro lado, por supuesto; una de las críticas que leo al manga no es que la tripulación del Mirai decida intervenir a favor de las fuerzas armadas japonesas (al fin y al cabo, viene a ser lo mismo que pretendía hacer la del Nimitz en «Al Final de la Cuenta Atrás»), sino que lo hagan con completa uniformidad.
Sí, ya digo que el caso de Zipang no es el mismo que Japan -que directamente es un mojón- pero al final quise ponerlo como contraste porque sigue pecando de ese revisionismo aunque de una forma más «sutil».
Aunque de sutil no tenga nada XD
Estos comics hay que leerlos para flipar con la capacidad de Miura para dibujar las idas de olla que se le ocurren al otro y ya.
Y aun así en este cómic todavía está verdusco, que mete unas morcillas bien guapas.
Sigue molando mucho, hater.
Buronson es así, sin ningún complejo. Y no lo oculta.
Y le fascina la figura del «duro» con código. De ahí que salga tanto yakuza «positivo» (eso dice ya demasiado sobre él como persona y sobre su madurez moral e ideología) en sus obras. Añadidle su fijación por la violencia y su gusto personal por las armas y que su nombre artístico sea la traslación al japonés de Bronson (por el actor más representativo de la Canon, con el permiso de Chuck Norris).
Soy incapaz de encontrarle una sola virtud a Buronson. Quiero decir, casi todos los autores de manga son autores completos, y él precisamente solo es guionista. Es una de las cosas más raras del mundo, un guionista de manga, y resulta que probablemente sea el peor guionista de todos, ¿cómo lo hace? ¿Tiene contactos con la Yakuza, es primo del dueño de Shueisha? Misterios de la vida, oye…
Yo tampoco le encuentro virtudes a Buronson. Lo tolero cuando se alía con Ikegami.
…Por volver a matizar: Aunque en Japón es mucho más popular la figura del guionista-dibujante (al menos oficialmente, que luego muchos de estos autores usan «negros» como guionistas) aún a costa de que muchos guiones sean casi ridículos (pues en muchas ocasiones son realmente son dibujantes intentando ejercer también de guionistas bien por confiar demasiado en sí mismos, bien por no palmar pasta, que es lo que hacen muchos durante meses o incluso años para mantener una producción que requiere de ayudantes pero no da los suficientes beneficios hasta que obtienes un éxito, a veces hasta que tienes un anime …que en el manga hay también mucha precariedad, aunque no lo parezca …de ahí las sesiones maratonianas que se meten, que hasta que tienes un anime y merchandising no te queda otra, luego ya depende de lo responsable que seas o de lo que pases o no de tus editores …o del tamaño de tu equipo)… Uf, y vuelvo a empezar: Aunque en Japón es más popular la figura del dibujante-guionista, hay muuuuucho guionista también, reconocido (ahí los guionistas profesionales acreditados (que a menudo ejercen también de novelistas, periodistas, guionistas televisivos o editores de manga …gente como Jiro Taniguchi tiraba mucho de ellos, pese a escribir también ellos y, como era debido, los acreditaba) o no (el número de negros allí es enorme, aquello sí es producción en cadena y no lo de los comic-books, ja …se dice que en los últimos años el fallecido Saito ya solo dibujaba los ojos de Duke en su célebre Golgo 13 …nada raro pues, dado el nutrido equipo que tenía montado de guionistas dibujantes, entintadores y «tramitas» que la serie siguiese sin problema sin él de cuerpo presente, pero siguiendo perfectamente con su «estilo»).
La virgen, tu segundo párrafo es una conjunción de paréntesis en círculos concéntricos que parece eso los dibujos raros que le hacían a Mel Gibson en el sembrao en aquella peli de Shyamalan! Tremendo!
Fuera ya de coñas, lo dicho, es una figura rara de ver pero comprensible si tenemos en cuenta lo que tú mismo dices, la cantidad de «ayudantes» que tienen por sistema. Aún así pues oye, siguen teniendo algún guionista decente como el Inagaki de Dr Stone, que curiosamente también colaboró con Ikegami.
Sí, que haya tenido que volver a empezar la frase ya indica que la cosa pedía un remontajes total, ja. Se siente.???
Puestos a matizar, al menos el cómic de Jawaguchi es bueno.
Kawaguchi.
A mí me recuerda también a Eclipse en el tiempo, una peli en la que un batallón de soldados japoneses de finales de los setenta acaba en el Japón medieval de las guerras de conquista. Pero estos se hacían poco los moralistas y rápido se metían en el ajo intentando convertirse en los caciques locales …y así acababan.
¿Niños desarrapados por Barcelona a la caza del dinero del turista japones? El autor ha descrito a la perfección un día random cualquiera en Barna.
¿Les tiran monedas al aire en mitad de las ramblas y se quedan mirando como las recogen? ¿Sí? Tienes que decirme como consigues escribirnos desde tu dimensión alternativa!
No son tan finos como los fel manga, eso es cierto. Normalmente les rodean y les pegan hasta que les roban, les arrancan el reloj de cuajo, los tiran a la acera y del golpe quedan moñecos (como le pasó a la enviada por el gobierno de Corea del Sur)etc, eso cuando no aprovechan un disturbio y se meten a saquear el Decathlon de Portal del Ángel. Me temo que el que vive en una realidad alternativa eres tú. Por mi trabajo veo ésto día sí día también.
Eso no tiene nada que ver con la idea de los japoneses viniendo aquí porque les sobra el dinero y sintiéndose guays porque les tiran dinero al suelo a los niños, otra vez has aprovechado la mínima para expresar tu cabreo con la humanidad.
En realidad hay mucho guionista profesional en el manga, pero a la mayoría no se les acredita nunca o solo se hace a modo de reconocimiento a su carrera y muy ocasionalmente poco antes de que se jubilen (y si escriben entonces para un novato). Si hay unos cuantos que pese a todo se han construido una carrera (aunque no todas sus obras estén acreditadas …y es que casi lo raro es que se acredite a los guionistas, como hace Taniguchi …o Naoki Urasawa) y otros (poquísimos) que son equiparables en fama a los dibujantes con que colaboran (no se entendería la figura de Koike sin la de Kojima …pero tampoco la de Kojima sin la de Koike).
Hombre, una cosa que me hace gracia ahora mismo es que Toriyama es guionista, pero como los dibujos se los hace otro el personal hace mucho de menos a su labor en Dragonball Super… Cuando igual trabaja más en ella que Bendis en cualquiera de sus series!
Que Bendis tampoco es difícil.?
Yaya, pero los tebeos son «de Bendis»… Cuando curiosamente sin dibujantes como Immonen mete un bajón tremendo!
Bueno, yo ayer por la mañana acabé de releerme (han pasado ya unas décadas desde los noventa) el Akira de Otomo y compañía, que un poquito mejor que Japan es, ja (aunque incluso el modernete de Otomo al final juega la baza de reivindicar el aislacionismo nipón frente a los poderes extranjeros). …Por la noche, para desengrasar, me leí el tomo de Nimona (Noelle Stephenson, coguionista de la serie esa teen de las Leñadoras, Lumberjanes, que tuvo hasta un cruce con la simpática pero ya olvidada Academia Gotham …y showrunner de la serie animada teen inclusiva de She-Ra, que supongo gustaría a M’RABO), que tenía hace meses esperando turno: entretenidillo (tampoco es que sea yo precisamente su «target* objetivo …pero se va a quedar en mi colección por ahora, y mira que últimamente descarto libros y cómics a mansalvas, incluso cosas que llevan décadas conmigo)
Una de las cosas que le critico más a M’Rabo de su «apertura de horizontes» es que solo ha ido en una dirección, la del BL, que son especificamente historias románticas entre dos hombres que tienen un final feliz. Que las de lesbianas no le interesan nada, a pesar de que probablemente haya hasta más y mejor material. Pero si no las repaso yo como con el Lorna Dearn de Tamaki, como que ná de ná.
Hay que ser más abierto de miras, como Nazario: «Esa Sevilla (…) Desde que, con 18 años me independicé dando clases, tuve un novio guardia civil y otro noruego, rubio como la cerveza, follé con el que luego sería papa del Palmar de Troya y frecuenté los ambientes homosexuales de una ciudad de provincias, hasta que cogí el tren y me vine a Barcelona»
«Hubo mujeres que se sintieron atraídas por mí y yo, que no era de nuestra y abogaba por la pansexualidad, me dejé arrastrar y gocé de unos encantos que hoy me quedan muy lejanos.» (Nazario).
Y, tras el gran Vangelis, nos ha dejado también el ilustrador Colin Cantwell, diseñador de 2001, Star Wars y Encuentros en la Tercera Fase. El fan de la SciFi en la gran pantalla es cada vez un poco más pobre. Descanse en paz.?
El problema no es la memoria histórica sino el no salir del marco maniqueista. Como historiador estoy convencido de que conocer bien el pasado es algo que debería ser obligatorio, pero como a la peña eso no le gusta, que al menos se destierre la educación tradicional, que en todos los sitios es igual: nosotros= buenos y ellos= malos. El problema es el maniqueísmo más que la desmemoria y la ignorancia. Lo ideal es el combo (Historia y tolerancia) pero si no puede ser al menos que la peña entienda que todos merecemos respeto y que normalmente estar mejor que otro ha sido cuestión de suerte y no de superioridad. Cuáles son esos nºs de Waid en los 4F? Ese tipo de chorradas me dan mucho morbo.
Fantastic Four 503, justo después de que Hungría trate de invadir Latveria y los 4F los echen a patadas. Waid manifiesta un conocimiento espeluznante de política internacional.
No sé si la etapa de Waid en los Cuatro Fantásticos se ha comentado por aquí, pero de no haberlo sido, quizás merecería un resumen rápido, porque empieza muy bien (con «Imaginautas») y luego (para mi gusto) descarrila que da gusto.
Gracias!
«La vida de un soldado no tenía más valor que la de un gato.» (Shigeru Mizuki, al que cuando todavía era el jovenzuelo Shigeru Mura mandaron al frente sur de Papúa Nueva Guinea porque pidió en el cuartelillo de su provincia a su oficial que le relevase de su puesto de corneta, instrumento al que no lograba cogerle el tranquillo …a su unidad la masacraron en una emboscada mientras estaba de vigía y se embobó observando las cacatúas con el catalejo …luego casi la palma de la malaria, pero volvió a salvarse por poco …y todavía casi la doña después en un bombardeo, en el que perdió el brazo izquierdo).
«Nací con un estómago muy resistente. Aunque la comida estuviese un poco podrida, no me afectaba.» (Shigeru Mizuki).
«Todo Japón estaba contagiado de un fervor militarista. La ciudadanía tenía la firme y estúpida convicción de que los militares eran defensores del bien. Por eso, toda nuestra de hombría estaba bien vista.» (Shigeru Mizuki).
Muy cierto todo. Cuesta mucho reconocer errores, tanto en personas y más en paises. Y con partidos políticos polarizados que si uno dice negro el otro enarbola el blanco ya ni te cuento.
En Japón el mayor problema que yo le veo es su cultura laboral. Es atroz. A ver si mejoran en eso. Un compañero me contó que los mangas no sólo suelen tener protagonistas jovenes (época estudiantil sobretodo) porqué estan enfocados a ese público, si no porqué también es la época que produce más nostalgia a los japoneses, tengan la edad que tengan, cuando empiezan a trabajar. Simplemente cuando entran a una empresa su vida social pasa a ser casi nula.
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No se porqué, me ha venido a la mente una sensación que tuve viendo la última pelicula de Miyazaki: «El Viento se Levanta» si no me equivoco. Vaya por delante que a mi las pelis de Ghibli me encantan.
Esa peli en cuestión te pinta como un santo un hombre que existió en la vida real que diseñaba aviones de guerra, en la peli sale además que admira a un italiano que diseñaba bombarderos. Allí ya hay cosas que me chirrian en esa imagen santurrona que da Miyazaki de su protagonista. Ergo entiendo Miyazaki ama los aviones, admira el trabajo de esa persona y por tanto te lo va a pintar como si hubiera sido el más buenazo de los más buenazos. Soy antibelicista pero diseño tanques.
Pero bueno eran tiempos de guerra se puede llegar a entender.
Lo que no puedo pasar es el romance que nos explica Miyazaki.
Tenemos a la amada del protagonista muriendose de una enfermedad. Le quedan unos meses de vida. Y al prota pasando de ella. Ya se ha vuelto el mejor ingeniero de su empresa y tal, pero digamos que ni se le pasa por la cabeza pedir un triste día para pasarlo con su mujer que se muere.
No sólo eso. Si no que podemos ver como la rutina era que el prota se iba de madrugada a trabajar y no volvia hasta bien entrada la noche a su casa, donde le espera la pobre enferma. Incluso en una escena podemos ver como al llegar a casa, tras saludar a su mujer que anda cada vez peor, va el tio y con dos webs se pone a trabajar en la mesa con sus diseños. «Hola cariño, ya se que estas muriendote, pero me gusta mucho diseñar, es mi hobby, así que aunque lleve todo el día fuera, permiteme ponerme aqui a diseñar apenas llego a casa y tu duermete va.»
Y Miyazaki lo pinta como algo bonito. Miyazaki lo idealiza al extremo y nos lo presenta como si a la mujer eso incluso la hiciera contenta.
Me pareció horrible. Si ese señor de verdad actuo así es que su calidad humana debía ser 0.
Si quitas la musiquilla, ambientación y el diseño artístico de la película y analizas esos echos, te choca descubrir lo cabronazo hijoputa que te resulta entonces el protagonista, al que el director admira tanto.
Hay mangas con protagonistas de todas las edades porque hay mangas para todos los perfiles de edades, género, opciones sexuales y preferencias en cuanto a temáticas (otra cosa es que aquí, pese a la actual variedad, nos siga llegando mucho más del manga para adolescentes, claro).
…Lo laboral ya es otro rabo allí, siguen siendo la mayoría muy esclavos (ya los educan desde muy chicos para que se esfuercen mucho, se sacrifiquen por el grupo, obedezcan a las figuras autoritarias y no se salgan de las normas establecidas, y aunque hay cada vez más disidencia entre los más jóvenes, la mayoría siguen encarrilandose como ovejitas). Y siguen dándose las muertes por exceso de trabajo (también entre los mangakas …que no es que sea una profesión muy sana: largas maratones de trabajo, poco dormir, mucho café, mucha comida instantánea y muchas horas laborales …el dolor de riñones por ejemplo es normal en la profesión, igual que la pésima forma física).
…Miyazaki lo idealiza porque es un apasionado de los aviones. De todas formas esas actitudes allí no son mal vistas, son todavía hoy normales (allí algunos padres de familia apenas pasan unas horas a la semana con sus hijos …a lo sumo el finde …y tampoco mucho más con la parienta, salvo para dormir) y ya en la época en que se desarrolla la película era lo más normal del mundo.
…Otro problema todavía de la sociedad japonesa es el machismo. Vale, les superan por mucho los países árabes (y la mayoría de los africanos y gran parte de Asia), pero en pleno siglo XXI y con todo lo que han avanzado (imagina como serían antes) siguen siendo muy machistas. Por lo general es una sociedad muy conservadora todavía. Por ejemplo, la nacionalidad sigue transmitiendola la mujer (el hijo de japonesa es japonés, siempre, desde su concepción), en cambio un hijo de japonés cuya madre no sea japonesa tiene un problema si su padre no lo quiere reconocer o se muere antes de que nazca, el estado no lo reconocerá (y apenas conceden tampoco la nacionalidad a extranjeros, vivan lo que vivan allí, alguno que a dado servicios relevantes al país y poco más)…está el caso de una célebre concertista hija de un banquero japonés y una británica que solo consiguió la nacionalidad ya adulta y famosa (su padre había muerto en el célebre accidente de aviación que le costó también la vida al cantante Kyu Sakamoto, ella todavía no había nacido …el estado japonés no la reconoció entonces …y la familia de su padre se ahorró darle su herencia) y solo por su fama internacional con su instrumento.
…En cuanto al tema LGTBQ+, también se ha avanzado mucho, pero no tanto como parece (el manga y anime de la segunda mitad de los noventa para acá dan una imagen un tanto engañosa): una cosa es Tokyo y otra el resto del país (y ya si nos salimos de las otras grandes urbes todo cambia muuuuucho). La norma social ahora para el tema es: no está mal, pero tampoco está bien (en Japón se ve de entrada mal todo lo que se salga de la norma y te haga destacar, incluso teñirte el pelo …salvo que sean de pelo castaño y te lo tiñas a moreno para parecerte más a la mayoría, ja …de todas formas la juventud rompe cada vez más con estas normas de uniformidad social …pero siguen siendo minoría …como los que se niegan a hacer horas extras). En comparación con el resto del país Tokyo es abierto, pero lo justito, salvo los barrios de marcha (como Shinjuku, que es también el barrio de marcha gay por excelencia, con un buen puñado de clubs y bares temáticos …os va a sonar a fantasía, pero es verdad: en Shinjuku hay un bar de ambiente llamado …Vox! De ambiente gay, of course). Sayonara.
Muy interesante todo lo que explicas. Gracias por responder, tengas una gran semana.
Un placer. Igualmente.??✌️
Yo es lo que digo siempre, no puedes salir de la edad media en un siglo; les pasó a los países árabes y les pasa a los japoneses, la sociedad en su conjunto no puede evolucionar tan rápido sin que se provoquen tensiones.
Que, visto lo visto, a veces da la impresión de que por estos lares pasa exactamente lo mismo, pero en fin, mejor me callo que hoy no tengo ganas de pegarme con nadie…
Bueno, decía un compositor uruguayo que habían pasado quinientos años pero algunos se seguían comportando como si recién hubiesen bajado del barco.
Es el concepto del deber por encima de todo, ¿no? Una vez llegas a cierta edad tu responsabilidad es cumplir tu función en la sociedad y todo se somete a ello, tu familia incluída. Luego te haces viejo, te retiras, y pasas a ser una especie de tesoro nacional que ya no sabe que hacer con su vida porque te has olvidado de cómo vivirla. En realidad no es algo muy distinto de lo que pasa en occidente, con la diferencia de que aquí hoy en día el señor de los aviones habría recibido una bonita carta de divorcio. Y vete a saber, lo mismo le habría hecho más feliz.
Allí mucho alto ejecutivo y alto funcionario residentes en la capital o los grandes centros de poder, al jubilarse, se vuelven a su pequeña ciudad o su pueblo y se presentan a alcalde o concejal (no pueden vivir sin seguir mangoneando gente …y los capos políticos son por ello casi siempre gente bastante mayor). El jubilado medio, si se ve con energías, intenta retomar sus aficciones de sus días de instituto o de universidad (salvo que fuesen solo de deportes) porque no saben qué hacer de repente con tanto tiempo libre tras décadas de esclavitud …y el que no se ve con fuerzas (o era solo de deportes) viaja y saca muuuuuchas fotos.
En todo caso, sobresalir (salvo que sea en los deportes) o seas una eminencia (y por tanto respetado) en lo tuyo está muy mal visto. (Y allí demostrar que sabes más que tu jefe es pecado, tienes que hacer ver que le estás explicando algo que, por supuesto, él ya sabe).