Tor de Joe Kubert – 1975 (y un poquito de 1953)

¿Somos los humanos actuales tan diferentes de nuestros antepasados que vivieron en la tierra hace millones de años? Joe Kubert creía que no, que pese a los cambios que ha producido en el ser humano la evolución, la creación de la civilización, los avances científicos… en el fondo somos iguales que aquellos hombres prehistóricos, que nos mueven las mismas motivaciones y deseos  y que solo un pequeño barniz de civilización nos separa de ellos. Esa idea fue una de las principales motivaciones que le llevo a la creación de uno de sus personajes más característicos, Tor.

El triunfal regreso de Tor… mas o menos

La otra gran inspiración para crear a Tor le vino a Joe Kubert del cariño que le tenía a uno de sus héroes de la infancia y el personaje que le hizo querer dedicarse al comic, Tarzan y de su pasión por películas como King Kong que le fascinaron cuando era un niño. Con todo eso en la coctelera nació Tor, quien tuvo una breve andadura en los años 50 de la mano de la editorial Archer St. John en los inicios del comic 3D en Estados Unidos. Pero tras unos pocos números el personaje desapareció de los kioscos durante más de dos décadas, hasta que Joe Kubert lo recupero dentro de DC Comics… más o menos. Y es que el Tor de los años setenta solo consto de un primer número original, siendo el resto reediciones de parte de las historias clásicas del personaje con nuevas portadas.

Hay que ver el gusto que le cogió Kubert a meter el titulo de sus series a lo Eisner

Pero mirando el lado bueno eso nos permite poder comprobar el gran cambio artístico que sufrió Joe Kubert en los más de veinte años transcurridos entre ambas etapas del personaje, y el contraste es bastante grande. En el primer número nos encontramos con un Tor bastante estilizado y con unos rasgos que no le diferencian en nada de un hombre moderno, de hecho si no fuese por su atuendo podría pasar por un modelo actual, que demonios, incluso vestido así parece salido de una pasarela… Aquí Kubert hacía tiempo que se había convertido en uno de los grandes del comic, su estilo se había vuelto más suelto y dinámico y demostraba en cada página porque había llegado a ser un maestro. En esta primera historia lo que nos encontramos es a un Tor adulto rememorando su infancia y el momento en el que aprendió que el individualismo no servía para nada y que solo colaborando todos y ayudándose unos a otros serian capaces de sobrevivir en ese mundo tan duro.

Les habia salido demasiado filosofo el niño

Esa fue siempre la constante en los comics de Tor, este no era como la mayoría de sus compañeros, Tor razonaba más que ellos, era solidario, le impulsaban la generosidad y la curiosidad por ver que podía ofrecerle el mundo. Pero tras ser desterrado de su tribu al matar a un miembro de la tribu que quería quitarle de en medio y que había matado a un amigo, Tor se dedico a vagar por aquel mundo primitivo sin quedarse nunca en ningún lugar, en la tradición de personajes como “ El Fugitivo” o el  Kwai Chang Caine de “Kung Fu”. Esta es la etapa que vemos en las reediciones de las historias de los años 50, en las que los rasgos de Tor eran más toscos y parecía de verdad un hombre prehistórico.  Y pese a que se trata de historias publicadas originalmente en la década de los 50, seguramente al no tratarse de comics de superhéroes y estar más inspiradas en personajes como Tarzan, carecían del infantilismo exagerado característico de otros comics de la época, eso sumado a que aunque en aquella época Kubert aun no se encontraba en su plenitud, ya era un dibujante bastante bueno, hacen que no moleste el encontrarse con estas reediciones ocupando la práctica totalidad de la serie.

Matas a un tío que trata de matarte y te castigan, las leyes ya eran injustas entonces

Curiosamente una de las mayores críticas que recibía este comic en su época, como se puede comprobar en la sección del correo, es que a muchos fans les molestaba que Kubert sacase a hombres prehistóricos coexistiendo con dinosaurios. Es verdad que Kubert en las historias clásicas jugaba con la idea de que a lo mejor había sido así, que no había pruebas que contrariasen esa versión, y que en los 70 el editor de la serie seguía con esa idea. Incluso años más tarde Neal Adams (Si, el mismo de Batman: Odyssey) se metía amistosamente con Kubert por este tema. Pero es que estamos hablando de un comic de aventuras, no de un documental ni de un tratado de paleontología, un comic publicado por la misma editorial que publica a Superman, la JLA, Warlord y demás. Si te vas a quejar de que Tor no podía pelearse con dinosaurios deberían quejarse también de que los alienígenas no vivian en la tierra salvando a la gente ni los pilotos de las fuerzas aéreas acaban en mundos de espada y brujería luchando contra hechiceros y monstruos imposibles. Un día habrá que hablar de lo intransigentes que son los lectores de comics con según qué cosas.

Si, vale, algo así jamas sucedió ¿Y que?

Escasa fue la andadura de Tor en los años 70, solo seis números de los cuales cinco fueron reediciones, seguramente porque su publicación coincidió con el final de la etapa de Kubert en DC y la puesta en marcha de su escuela, lo que sumado a sus labores como editor en aquella época no le debió dejar demasiado tiempo libre. A Tor no se le volvió a ver hasta 1993 y dentro de la línea Epic de Marvel Comics, pero eso ya lo veremos en otra ocasión.