Ya nos encontramos en los nuevos locos años 20 y no se que me esta decepcionando mas, si no haberme despertado perteneciendo a una banda mafiosa con una thompson bajo la cama y dispuesto a traficar con alcohol o el despertarme con el mensaje de Diógenes de que hay que seguir actualizando el blog (a saber para que) y que tenia que preparar algo para hoy. Pero como forma de protesta hoy voy a esforzarme poco (tampoco prometo que en el futuro vaya a esforzarme mucho) y me limitare a hacer un pequeño repaso muy particular del año que hemos dejado atrás, que aunque ha tenido de todo como suele ser habitual, en muchos aspectos para mi ha sido un año cojonudo. Y por eso este año me he propuesto ser mas positivo (y es difícil teniendo a Diógenes al lado) voy a intentar ignorar todo lo que no me guste y centrarme solo en las cosas que me han hecho disfrutar en este 2019 que hemos dejado atrás, que no han sido pocas y que vamos a ver a continuación.
Aunque técnicamente es triste que estas dos series se cancelasen tras una única temporada, se ganaron por méritos propios el estar entre lo que mas me gusto del 2019, Swamp Thing y Deadly Class, dos ejemplos perfectos de como ser fieles al material que adaptas y al mismo tiempo ofrecer productos de muy alta calidad, aunque por desgracia y por diferentes motivos ninguna tuvo la larga vida que merecía. Mas suerte contamos con una serie con la que disfrute mas aun si cabe, Doom Patrol, una adaptación perfecta que aunque se tomaron muchas libertades con el material original, fueron capaces de respetar el “espíritu” de las diversas etapas del cómic y darnos una serie repleta de momentos y personajes memorables.
No tan perfecta y con el mismo tipo de libertades fue The Boys, la segunda adaptación a la pequeña pantalla de un cómic de Garth Ennis (junto con Darick Robertson en este caso) y con la que esta vez si acertaron (casi) de pleno, dándonos una serie repleta de violencia, gore y un humor negrisimo que espero que vaya a mas en su próxima segunda temporada. Un caso curioso fue el de The Umbrella Academy, ya que no solo se tomaron las habituales libertades a la hora de adaptar en el cómic pero consiguiendo en este caso algo que no suelo ver a menudo, mejorar y mucho el material que adaptaban convirtiéndose en una de las series con las que mas disfrute el pasado año y de la que espero con muchas ganas su segunda temporada.
Y de nuevo toca hablar de finales, pero no de esos tristes donde uno acaba cagándose en todo (en los ejecutivos de las cadenas principalmente) sino de esos finales alegres en los que una serie que me ha hecho disfrutar un montón tiene un final a la altura de esos que te dejan no solo con una gran sensación de satisfacción, sino con ganas de volverla a ver otra vez. Y eso es lo que me sucedió este año primero con Legión y mas tarde con Mr. Robot, dos series que comparten ciertas similitudes, aunque con enfoques muy diferentes, y en la que sus respectivos creadores no solo fueron capaces de volarnos la cabeza durante unas cuantas temporadas, sino de culminar por todo lo alto sus obras. Una misión que de momento comparte la Alemana Dark, una serie que descubrí este pasado año y que también ha conseguido que a cada episodio me plantee lo que creo saber de la historia y que me tenga enganchado y casi trastornado, serie de la que espero que con su tercera y ultima temporada que se estrenara este 2020 sea capaz de estar a la altura de las otras dos.
El mundo del cine también estuvo lleno de muchas y numerosas satisfacciones, momentos como ver ese estreno de Shazam! Que se convertía al mismo tiempo en otro paso en la dirección correcta para los personajes de DC Comics en el cine, y en otro clavo mas en el ataúd de la “snydervision”. Con Spider-Man: Far From Home pude disfrutar y de que manera con esa sorpresa del final de volver a ver a J.K. Simmons ponerse en la piel de J. Jonah Jameson para recordarnos que Spiderman es una amenaza publica. Pero sin duda si hubo un momento en el cine a lo largo de 2019 que a punto estuvo de hacerme poner en pie y gritar de alegría fue el poder disfrutar por fin en Avengers: Endgame de un momento que llevaba una década deseando ver reflejado en la gran pantalla y que no solo no decepciono, sino que fue muchísimo mejor de lo que me jamas me había atrevido a imaginar.
De libros he leído menos de los que me hubiese gustado este año, pero ademas de aquellos que fui reseñando en el blog a lo largo de 2019, no quiero dejar pasar la ocasion para recomendar la lectura de “Go Team Venture!: The Art and Making of The Venture Bros” un libro imprescindible para cualquier amante de la que para mi es la mejor serie de animación del momento y en el que sus creadores nos desvelan los orígenes y entresijos de esta gran serie. Y aunque esto es hacer algo de trampas, es la adaptación de un libro, así que cuenta, mas o menos, en concreto me refiero a la espectacular, apasionante y divertida que fue la adaptación a la televisión del Good Omens/Buenos Presagios de Terry Prattchet y Neil Gaiman. Una adaptación en la que David Tennant y Michael Sheen están sencillamente perfectos en su disparatada aventura para salvar el mundo.
De nuevo hago algo de trampa ya que aunque este cómic comenzó en 2018 no me lo leí (del tirón) hasta 2019, el Venom de Donny Cates y Ryan Stegman (y otros) un cómic en el que Cates, quien se ha convertido rápidamente en uno de mis guionistas favoritos, consiguió lo que parecía imposible, que me importase lo que le sucedía a un personaje como Venom y ademas haciéndole protagonizar una serie de historias a cada cual mas emocionante y espectacular. Una sensación parecida a la que me encontré con el Immortal Hulk de Al Ewing y Joe Bennett, aunque en este caso si que se trataba de un personaje que me gustaba y del que había leído grandes etapas. Lo que no esperaba era encontrar con una versión tan radical, y al mismo tiempo fiel al personaje, que ha convertido Hulk en un cómic que combina el cómic de superhéroes clásico con el horror y el terror con una maestría envidiable.
La misma que han tenido Grant Morrison y Liam Sharp con su The Green Lantern, donde han devuelto a la grandeza a Hal Jordan lanzándole a vivir una serie de aventuras en las que nos encontramos con una versión actualizada y renovada de lo que fue la Silver Age. Y de la mano de Robert Venditti, un ex-guionista de Green Lantern cuya etapa en esa serie para mi paso sin pena ni gloria, este me ha dado una de las grandes sorpresas del año con su labor en Hawkman, en la que ha tratado de arreglar la muy maltrecha continuidad del personaje y consiguiendo que este se encuentre en uno de sus mejores momentos, algo que no pensé que verían mis ojos en mucho tiempo.
Pero sin duda si 2019 es un año que siempre sera especial para mi es por algo que nunca pensé que tendría y que jamas habría imaginado que necesitaba tanto y que literalmente me ha cambiado la vida para mejor… Bebe Yoda. Si, para mi la serie de The Mandalorian si no es lo que mas he disfrutado en televisión este 2019 poco le falta. Esa combinación prácticamente perfecta de ciencia ficción, western y samuráis con un protagonista que podría haber surgido de la mente de Sergio Leone, pero que en realidad es el hijo de John Favreau y Dave Filoni. Dos personas que ahora mismo parecen entender mejor que nadie lo que hace grande a Star Wars y que nos han hecho terminar el año por todo lo alto. Y a quienes tenemos que agradecerles la existencia de alguien que nos ha robado el corazón, ese “The Child” al que todo el mundo llama Bebe Yoda (y que tiene todas las papeletas de ser un clon del viejo Maestro Jedi) y que con su encanto y frescura infantil (y sus dosis de mala leche) se ha ganado el cariño del publico de una forma tan espectacular que ni en los mas locos sueños de Disney parecía posible.
Así que si, dentro de lo que cabe no me puedo quejar en absoluto de como ha sido el 2019 (mas allá de tener que seguir soportando a Diógenes, que encima este año con lo del décimo aniversario se va a poner pesadisimo queriendo hacer cosas especiales que conlleven mas trabajo para mi) y confío en que este 2020 que acaba de comenzar sea aun mejor si cabe, que podamos disfrutar de mas y mejores series de televisión, películas, cómics, libros y por que no, incluso videojuegos (un día de estos dejare de jugar solo al Overwatch)