En los próximos días ya habrá tiempo de hacer un análisis pormenorizado de la película, entrar en detalle en todo lo que hemos visto y de llenar esto de spoilers. Quizás incluso de tiempo a que Diógenes se reponga del traumatismo que sufrió al esperar hasta el final de los créditos para encontrarse con que no había nada mas que un acomodador dándole escobazos en la cabeza para que se largase ya de la sala para poder limpiar. Pero hoy lo que toca es hablar de, por cursi que suene, de sensaciones y de sentimientos, de como me he quedado tras ver la culminación de once años de trabajo, casi dos docenas de películas y ese pequeño resquicio de incredulidad que aun me queda y ya que nuca creí que algo así fuese posible. Y ya adelanto que el balance difícilmente podría haber sido mas positivo. (y sin SPOILERS)
Cuesta creer que hayan pasado ya once años desde que Robert Downey Jr se convirtió en Tony Stark y viceversa, un momento en el que ni siquiera los que habíamos quedado mas que encantados con la película nos atreviamos a soñar con tener algo como lo que hemos acabado teniendo. Pero década y pico y mas de una veintena de películas después aquí estamos, ante el final de un capitulo que con sus altibajos no podría haberse cerrado de una forma mas espectacular y satisfactoria.
Parte de esa satisfacción se ha debido a que en esta ocasión y muy acertadamente (ojala cunda el ejemplo) los Hermanos Russo han conseguido que la promoción de la película enseñe lo menos posible de la misma, siendo casi cierto que lo que nos mostraban en los trailers formaba parte solo del primer cuarto de hora de la película o poco mas, aparte de que de nuevo han manipulado lo que nos mostraban en esas escenas. Y esto ha conseguido que incluso con una película como esta, en la que por su naturaleza (y por seguir en buena medida los esquemas del cómic de superhéroes) había numerosos elementos que sabíamos mas o menos de que forma se iban a desarrollar y culminar, yo al menos he disfrutado de ella casi sorprendiéndome ante lo que iba viendo en la pantalla.
Una película que ademas, y pese a durar tres horas y tener que cerrar no solo las tramas abiertas en Infinity War, sino los caminos de tantos personajes y películas, se me ha hecho corta. En parte porque el disfrutar tanto con lo que veía ha hecho que se me pasase el tiempo volando, pero también porque han habido momentos en los que me hubiese gustado que se profundizase un poco mas. Momentos en los que simplemente me lo pasaba tan bien que no quería que acabasen como otros que no me han quedado claros del todo y no me hubiese venido mal o una explicación mas clara (aunque eso igual se arregla con un segundo visionado) Por no hablar de algún elemento del final cuyas consecuencias espero que exploren en otras películas ya que aquí han pasado muy de puntillas sobre el tema.
Y eso por no hablar de todos esos momentos, en los que ya entrare en detalle en futuros artículos, que casi me han hecho gritar de satisfacción, que han hecho que cada minuto de metraje de todas estas películas haya valido la pena solo por poder ver en una pantalla gigante todo eso que llevaba tanto tiempo esperando y mucho mas. Momentos que en su mayor parte se han concentrado en esa épica batalla final (dudo que eso sea un spoiler para nadie) en la que casi me he sentido de nuevo como ese niño que disfrutaba como un loco leyendo la Saga de Korvak, las Secret Wars o si, el Guantelete del Infinito.
Pero por mucho que haya disfrutado (y ha sido mucho, que iba con las expectativas altisimas y no me he sentido en absoluto defraudado) no puedo evitar haberme quedado al final con una sensación agridulce. Y es que a diferencia de en los cómics donde nadie envejece a no ser que lo requiera el guion y los personajes son tan eternos como quiera la editorial de turno, en el mundo real los actores se hacen mayores, sus contratos se terminan y quieren dedicarse a otras cosas . Algo comprensible, respetable y también un poco triste. Y es que como ya sabíamos, Endgame es el final del camino para muchos de esos actores que nos han estado acompañando durante esta década.
Actores que se van a seguir con sus carreras y personajes a los que no volveremos a ver en la gran pantalla. O al menos no hasta que los actores se tomen unos años de mas que merecido descanso, alguien tenga una idea cojonuda para una nueva historia y Disney ponga sobre la mesa un cheque lleno de ceros o llegue el inevitable reboot la década que viene. Pero hasta que ese día llegue, lo que nos queda ahora son una serie de personajes que han sufrido distintos destinos, unos mas fatales que otros y aparentemente irreversibles (pero cualquiera que lea cómic de superhéroes ya sabe que los cambios son solo puertas giratorias). Destinos que en algunos casos eran mas que esperados y otros que me han dejado bastante sorprendido. Una sensación de sorpresa que ha ido desde el ligero cabreo/mosqueo a la satisfacción de que ese destino (que no final) es casi perfecto.
¿Y que podemos esperar ahora? En el momento de escribir esto Avengers: Endgame ha recaudado ya mas de mil millones de dolares en todo el mundo en poco mas de cuatro días, así que es acertado pensar que al MCU le queda cuerda para rato. Y aunque va a ser difícil seguir sin quienes han sido los rostros mas reconocibles de la franquicia, el enorme reparto de Endgame ya nos deja claro que personajes hay para llenar un buen puñado de películas mas los que queda por introducir. Que yo personalmente espero que si en Disney deciden no seguir con los Vengadores con una nueva alineación, hagan de los Defensores clásicos el nuevo buque insignia del MCU, que con la compra de Fox ya han recuperado a Estela Plateada y solo necesitan solucionar los problemas de derechos de Namor para tener un equipo perfecto.
Pero ahora lo que toca es dejar reposar la resaca de Avengers: Endgame, meditar sobre todo lo visto y seguramente darle un segundo visionado a la película para hacer esos análisis en detalle que queremos hacer pero que de momento nos vemos aun algo sobrepasados. Lo que si podemos hacer ya es dar las gracias por todos los buenos ratos pasados, esperar que lo que nos depare el futuro (a ver si en San Diego o en esa convención que va a montar Disney nos anuncian ya las películas de la Fase 4) sea tan apasionante como todo lo visto hasta ahora.