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Big Game – Millar y Larraz celebran por todo lo grande los veinte años del Millarworld

Cuando hace unos meses comenzó a publicarse Big Game, el gran crossover entre todos los personajes de Mark Millar para celebrar el veinte aniversario de su Millarworld, debo reconocer que le eche un ojo con algo de indiferencia y motivado solamente por el dibujo de Pepe Larraz, ya que este era el único del equipo creativo que sabia que no me defraudaría. Y es que Millar es uno de esos guionistas que de vez en cuando ha escrito cómics con los que me lo he pasado muy bien pero que en la mayoría de los casos solo ha conseguido aburrirme, por lo que no me esperaba demasiado de esta miniserie que casi me parecía que le venia grande. Pero para mi sorpresa me encontré cada vez mas interesado en este cómic y para cuando he llegado a su final ha conseguido incluso emocionarme en algunos momentos, así que vamos a ver por que ha sido así. (con SPOILERS moderados)

Esta primera portada me echaba muchísimo para atrás

El punto de partida de este cómic resultaba a priori un tanto inverosímil e iba a requerir unos cuantos malabarismos para que encajase, combinar en un solo cómic a todos los personajes de su Millarworld, desde los protagonistas de Wanted a The Magic Order pasando por Kick-Ass, Huck, Starlight, Prodigy, Jupiter’s Legacy, Chrononauts, The Secret Service, y un largo etc. Personajes que en muchos casos no tenían absolutamente nada que ver y que era difícil imaginar que pudiesen coexistir en un mismo mundo. Pero hay que reconocerle a Millar que aunque ha tenido que forzar un poco las cosas en algún momento y aplicar mucho esa “lógica” del genero superheroico, ha conseguido que resulte relativamente verosímil dicha coexistencia.

Por suerte para el final las cosas cambiaron muchísimo

Y para ello ha partido de lo que fue el inicio de su Millarworld, de aquel mundo en Wanted en el que una sociedad secreta de supervillanos había erradicado a todos los superhéroes del mundo (y borrado el recuerdo de su existencia) y lo controlaba desde las sombras. Organización que quería repetir la jugada al encontrarse conque el mundo una vez mas se había vuelto a poblar de seres superpoderosos peligrosamente similares a aquellos héroes de antaño. Pero que esta parte de la historia estuviese encabezada por los protagonistas de Wanted y Nemesis, dos de los cómics de Millar que menos me han gustado (siendo generoso) estuvieron a punto de provocar que no me acercase a este cómic, pero al final Pepe Larraz es mucho Pepe Larraz y el consiguió que picase.

Que pereza me han dado siempre estos comics suyos

Y es que como he dicho Millar es un guionista que demasiado a menudo me resulta insoportable, algo que me cabrea mas que en otros casos porque en alguna que otra ocasión ha demostrado que cuando quiere es un escritor bastante bueno. Porque cuando este deja a un lado todos los artificios, ese afán adolescente de provocar por provocar, sus intentos de ser “alternativo”, y se limita a dejarse llevar por su amor por los superhéroes, el pulp y la aventura, se convierte en un guionista al que da gusto leer, como ha demostrado en el pasado con cómics como Starlight, Prodigy o Huck. Y por suerte para mi, en este Big Game Millar se ha acercado mas a esta faceta suya pese a que al principio parecía que iba a ir en otra dirección muy distinta.

Millar debería seguir esta senda mas a menudo

También he agradecido mucho que pese a ser un gran crossover que aglutinaba veinte años de historias, este ha sido bastante contenido, una única miniserie de cinco números (que se note que a Millar le gusta escribir para el recopilatorio) sin tie-ins, ni especiales de apertura y cierre, miniseries paralelas o cruces con otras series en publicación (ojala en Marvel y DC siguiesen este ejemplo). Solo cinco números repletos de acción frenética a un ritmo acelerado en el que uno de los elementos mas divertidos ha sido el ver las interacciones entre personajes que nunca creímos poder ver juntos en una misma historia, aunque esto requiera suspender la incredulidad y algún truco de magia que otro, pero tan bien llevados que he llegado a lamentar que esto no hubiese durado un poco mas para poder ver esos momentos desarrollados con algo mas de calma.

Es que hay personajes que funcionan muy bien juntos

Y el resultado de este divertimento sin mas pretensiones que ofrecer un buen espectáculo ha llegado a su punto culminante como no podía ser de otra forma, con una gran batalla entre todos los héroes y los villanos. Batalla repleta de momentos emotivos para quienes disfrutamos de algunos de sus cómics en concreto, como en mi caso el poder ver de nuevo al Capitán Duke McQueen empuñando una vez mas su espada para defender lo que es justo o a Prodigy demostrando que ese titulo de hombre mas inteligente del planeta se lo ha ganado a pulso. Una batalla en la que se ha notado mucho quienes son los favoritos de Millar y que han podido disfrutar de momentos para brillar mas que nunca. Un final que marca las pautas para un nuevo capitulo de este Millarworld que tengo bastante curiosidad por ver hacia donde se desarrollara.

Y esto no es nada comparado con lo que sucede al final

Pero como decía antes, fue Pepe Larraz el principal reclamo para leer este cómic (no se le puede negar a Millar que tiene buen gusto a la hora de buscar colaboradores) y su trabajo ha sido sin duda lo mejor de Big Game. Y es que si uno quiere hacer un grandioso espectáculo superheroico repleto de acción y batallas épicas, Larraz es uno de los mas indicados para dicha tarea. A lo largo de los últimos años le hemos visto evolucionar pasando de ser un buen dibujante a ser uno magnifico, siendo capaz no solo de ofrecer un espectáculo grandioso, sino de manejar con la misma soltura los momentos mas íntimos y cotidianos y conseguir que sus personajes parezcan vivos. Y todo ello ha conseguido hacer de este Big Game no solo un cómic divertido, sino uno que es además todo un espectáculo para la vista.

Si es que a Larraz da gusto ver de lo que es capaz

Big Game no pasara a la historia como un cómic rompedor que lo ha cambiado todo ni mucho menos, es sencillamente un cómic de superhéroes divertido y que aúna con relativa fortuna algunos de los mejores aspectos de los superhéroes de los ochenta con los modernos. Pero si que es un cómic que nos recuerda que ocasionalmente, cuando Millar decide dejarse llevar y quizás ser mas el mismo de lo que suele ser, mas honesto, y limitarse a dejarse llevar y divertirse sin mas, es un guionista bastante mejor de lo que suele dejarnos ver. Ahora queda por esperar una vez mas que derroteros seguirá Millar tras esto, en que linea seguirá construyendo su Millarworld, aunque no me cabe duda de que seguirá dándonos una de cal y una de arena y que de vez en cuando podremos pasárnoslo bien con algunos de sus cómics, que ya es algo.

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