Hace un par de días termino la tercera temporada de The Mandalorian, una que ha generado algo de controversia por salirse de lo que para muchos era la “formula establecida” pero que para mi ha sido la evolución lógica de la misma, una que he disfrutado bastante. Así que tras un par de días digiriendo todo lo que ha sucedido, toca recapitular lo que han dado de si estos ocho episodios de nuestro Mandaloriano Solitario y su Cachorro en un articulo que contendrá algunos SPOILERS, así que quienes no quieran destriparse lo sucedido en esta temporada ya pueden dejar de leer.
Tres temporadas de The Mandalorian mas la de The Book of Boba Fett han dado para mucho, y a lo largo de estos años hemos visto a Din Djarin crecer, evolucionar y darse cuenta de que su mundo era mucho mas grande que esconderse con su clan y cazar criminales para cobrar recompensas, el problema es que no todo el mundo parece haber compartido esa visión. Antes bromeaba con lo de el Mandaloriano Solitario y su Cachorro, que es una de las inspiraciones mas evidentes de esta serie, pero que para algunos se convirtió en una de la que el personaje no debía escapar. Y es que para una parte del publico Mando y Bebe Yoda (nunca dejare de llamarle así) debían existir en un peregrinaje continuo por la galaxia, visitando diferentes mundos en cada episodio, ayudando a gente en cada uno de ellos y continuando con su viaje, como si esto fuese el Fugitivo o el Coche Fantástico.
Y aunque hay espacio para series así, esa formula a lo “procedural” del caso de la semana a mi me hubiese aburrido mucho a la larga, especialmente teniendo en cuenta que las aventuras de esta peculiar familia de dos no se desarrollan en el vacío, sino en esa galaxia muy muy lejana repleta de personajes y posibilidades. Por suerte John Favreau y Dave Filoni, las mentes pensantes detrás de esta serie, siempre fueron plenamente conscientes de este potencial y lo han aprovechado al máximo. Algo especialmente lógico en el caso de Filoni que a lo largo de su trayectoria en Star Wars ha demostrado una y otra vez que el aprovechar el vasto universo de esta franquicia y los hilos sueltos que han ido quedando por ahí, o el ir continuando historias de una serie a otra es algo con lo que se maneja a la perfección.
Porque al final Clone Wars, Rebels, Bad Batch, Mandalorian, Boba Fett y sin duda también Ahsoka, han sido en sus manos diferentes capítulos en una única historia que abarca un largo periodo de tiempo tanto dentro como fuera de la ficción. Que no olvidemos que esta una historia que comprende tanto las series en las que Filoni ha trabajado directamente como las tres trilogías cinematográficas de la saga e incluso en menor medida las películas en las que el no trabajó. Por eso esta evolución que ha sufrido la serie de The Mandalorian era tan lógica como previsible, el personaje vive en una parte de la galaxia y en un periodo de tiempo en los que no puede estar aislado del resto de lo que sucede, algo que nos indicaba ya claramente aquel final de su primera temporada cuando vimos a Moff Gideon empuñando el Darksaber.
Y esta tercera temporada ha continuado esa evolución, retomando a los personajes donde se quedaron tras The Book of Boba Fett (lo que cabreo mucho a quienes pensaron que podían saltarse aquella serie) y explorando con mayor detalle tanto a Mando como esa sociedad a la que pertenece y que da nombre a la serie. Así nos hemos encontrado con como este aun sufre los efectos del estrés post-traumatico sufrido al quedarse huérfano durante las Guerras Clon y la aversión patológica hacia los androides de la que le esta costando recuperarse o de como su relación con Bebe Yoda ha llegado a su conclusión obvia de convertirle en su hijo a todos los efectos. Alguien de quien hemos podido conocer un poco mas de su pasado como padawan en Coruscant y de como escapo a la Orden 66 gracias a un inesperado cameo de esos que tanto le gustan a Favreau y a Filoni y que enriquecen aun mas la historia de esta saga.
También hemos podido explorar con mas detalle la situación actual de la sociedad Mandaloriana, dividida y fragmentada tras esa Gran Purga de Mandalore que espero que un día Filoni nos cuente con detalle (de ahí podría salir una gran serie animada) y de los intentos de Bo-Katan por recuperar su mundo y reunificar a su pueblo, incluyendo ahí también al mas tradicionalista Clan de Mando. Una subtrama en la que a Filoni se le nota el enorme cariño hacia ese personaje que el mismo creo para Clone Wars hace mas de una década y con el que Katee Sackhoff ha conseguido tanto prestándole solo su voz como encarnándola en carne y hueso que es un personaje que merecería su propia serie.
Por otro lado hemos tenido también episodios enteros dedicados a recordar esa constante amenaza de los restos imperiales imposibles de ignorar y que aprovechan la debilidad de la recién nacida Nueva República para tratar de recuperar el poder a cualquier precio. Un tema que veremos igualmente explorado en la serie de Ahsoka y que aquí Favreau y Filoni han comenzado a enlazar incluso con la trilogía de secuelas, en un intento de legitimar algunos aspectos pobremente desarrollados de esta, y que viendo de lo que fueron capaces con las Guerras Clon no me cabe duda de que estas historias se encuentran en unas manos mas que capaces.
En medio de todo ello ha habido también tiempo para la diversión, con aventuras de esas que muchos añoraban de la primera temporada con “la misión de la semana” en un clarisimo homenaje al tono de la serie de las Guerras Clon en la que los pintorescos mundos del Borde Exterior siempre se encontraban en problemas por culpa de los Androides de Combate Separatistas. Un episodio con mas humor del habitual, un montón de cameos inesperados y un recordatorio de que Star Wars no tiene porque ser algo serio y solemne constantemente.
De ese modo hemos llegado a un final de temporada que puede resultar anticlimatico en algunos aspectos porque en esta ocasión no hemos tenido ni grandes revelaciones ni cameos de los que nadie se atrevía a soñar. Simplemente nos hemos encontrado con el final del arco argumental que se inicio con el comienzo de la serie, cerrando las tramas que se habían ido desarrollando a lo largo de estas tres temporadas, mostrándonos algún momento épico que otro y dejando claro que los Mandalorianos deben estar unidos para que nadie vuelva a pasarles por encima. Y aunque el final de esta tercera temporada haya parecido casi un final definitivo (hubiera funcionado muy bien como tal), no ha sido mas que el final de una etapa en la que se cierra el circulo y deja a Mando listo para embarcarse en nuevas aventuras que no sabemos a donde le llevaran, pero que sabemos que le van a llevar a algún lado.
John Favreau ha contado hace unas semanas en una entrevista que tras planificar con Filoni hacia donde ira la serie de Ahsoka, ya ha escrito la cuarta temporada de Mandalorian para que ambas series encajen bien y no se contradigan o se pisen argumentos, pero también para que esta próxima temporada de las aventuras de Mando sea tanto una continuación de lo que nos han contado hasta ahora como una historia completa, que disfruta mucho con la serie y que mientras el publico conecte con ella el seguirá ahí al pie del cañón. Así que tiene pinta de que por el momento vamos a poder disfrutar de las aventuras de nuestro Mandaloriano favorito (con permiso de Lady Bo-Katan) por una buena temporada, y yo que me alegro de ello, porque como suelen decir por aquí, este es el camino y espero que sea uno que dure mucho tiempo.