Regresamos con la segunda y ultima parte de la reseña sobre la Tercera Temporada de Stranger Things. Y si ayer comentaba todo lo que me había gustado de esta nueva entrega de la serie, hoy toca ponerse un poco mas serio y señalar también todo aquello que no ha terminado de funcionar tan bien como debería. Pequeños problemas centrados principalmente en la caracterización de algunos personajes que ha oscilado entre lo incoherente y lo repelente. Pero por suerte problemas que se pueden dejar un poco de lado y seguir disfrutando de una serie que como ya digo me ha encantado a pesar de todo. Y ojo que de nuevo esta todo lleno de SPOILERS.
Pero aunque como ya digo esta tercera temporada me ha encantado y me lo he pasado de miedo, hay algunas cosas que al menos para mi no han funcionado. Y entre todo esto el mayor lastre con el que me he encontrado ha sido el de la caracterización de algunos de los personajes. Tras dos temporadas la mayoría de los personajes han sufrido una evolución consecuente con lo que han vivido, nada en su caracterización traiciona lo que hemos visto de ellos hasta ahora… excepto en dos personajes. Y es que han habido demasiados momentos en esta tercera temporada en la que me ha resultado incomprensible e incoherente la actitud de Hopper y Jonathan, a quienes en el primer tramo de la temporada hemos visto ignorar una y otra vez los avisos de Joyce y Nancy de que estaba sucediendo algo raro en Hawkins otra vez.
Precisamente ese “otra vez” es el problema de la actitud de Hopper y Jonathan, quienes tras haber visto de primera mano las conspiraciones gubernamentales, los experimentos con niños con poderes y la invasión de seres de otra dimensión, la actitud lógica en ambos casos tendría que haber sido la de confiar en los instintos de Joyce y Nancy en lugar de tratarlas como si fuesen dos exageradas histéricas. Y aunque entiendo y comparto el mensaje que parece que querían transmitir con esto, que también apreciamos en el trato que recibe Nancy en su trabajo, lo muy a menudo que las mujeres son ignoradas y poco respetadas, han escogido a los personajes menos indicados para ello.
Tampoco me ha convencido demasiado lo separadas que han estado las tres tramas principales de la serie, la investigación sobre lo que esconde el centro comercial, lo que pasaba con los imanes y la de averiguar si Billy estaba poseído por el Mind Flayer. Que aunque entiendo que tienen un reparto cada vez mayor de personajes y que tenerlos todos juntos en la misma trama puede ser un jaleo, hay decisiones en ello que tienen poco sentido, como que Eleven y compañía no avisen a todos los demás en cuanto sospechan que los monstruos han vuelto. Una separación de tramas que también ha provocado que haya muchos personajes que apenas interactúen entre ellos.
Terminando de reseñar las cosas que no me han gustado de esta temporada, no puedo evitar hablar del humor. Un elemento que en su justa medida y bien aplicado queda de miedo casi en cualquier historia, pero que aquí se les ha ido un poco de las manos en algunos momentos, y donde sin duda peor han manejado esto ha sido aplicado a la caracterización de algunos personajes que en determinados momentos han parecido caricaturas de si mismos. Quienes mas lo han sufrido han sido Joyce y Hopper, ocultando sus sentimientos mutuos detrás de unas peleas ridículas y casposas que parecían sacadas de una comedia romántica de décadas pasadas, y con este ultimo convertido en el estereotipo de “cavernicola” celoso y excesivamente protector con su hija, caracterizaciones que no acaban de encajar demasiado con la evolución que habían seguido los personajes.
Algo parecido a lo que ha sucedido con el personaje de Erica, que pese a que la jovencisima actriz Priah Ferguson es muy buena en lo que hace (quienes hacen el casting en esta serie merecen todos los elogios) y que el personaje tiene algunos momentos memorables (You can’t spell America without Erica), hay veces en la que los Duffer han caído en el estereotipo de “la hermana pequeña repelente” que también parece sacado de cualquier tele comedia caduca de la época y que hacen que el personaje resulte insoportable, lo que es un autentica pena.
Y por poco se les cae dentro de este apartado otra de esas escenas que han dado mucho que hablar, cuando Dustin, para convencer a su novia del campamento que le de la formula que necesitan para abrir la caja fuerte, tiene que cantar a dúo con ella la canción de la Historia Interminable. Un momento que parecía ridículo y fuera de lugar (pese a que esa sea una de las canciones mas ochenteras posibles), pero entre que la canción es cojonuda (y abriré en canal al que me diga lo contrario) y la reacción del resto de personajes, a medio camino entre la incredulidad y la vergüenza ajena, consiguen que la broma les funcione.
Snifs, se me ha metido algo en el ojo, seguramente la laca del pelo de Limahl
Pero aunque esta tercera temporada no ha sido todo lo perfecta que me hubiese gustado que fuese, todos estos problemas que he mencionado para mi no han sido mas que pequeños escollos que no me han impedido disfrutar de nuevo como un niño con esta serie que de nuevo me ha dejado con ganas de mas. Pero ahora queda lo mas difícil, la larga espera hasta el estreno de la cuarta temporada en la que espero que se retomen los cabos sueltos que cuelgan desde la segunda (que paso con el Doctor Brenner y el resto de niños con poderes) y sobre todo que nos confirmen que Hopper volverá, porque me niego a creer que nuestro sheriff favorito no se haya salvado de nuevo y solo nos queda pro comprobar como se ha salvado. Pero hasta entonces siempre nos quedara seguir recordando los 80…snifs