Mi historia con Neil Gaiman es una de retrasos, primero tarde (literalmente) décadas en leerme su Sandman (me leí antes 1602 y Los Eternos que Sandman)y me dio pro empezar a leerme sus libros el año pasado, pero como se suele decir, mas vale tarde que nunca. Y en este descubrimiento tardío de la obra de Gaiman ahora le ha tocado el turno a uno de sus primeros trabajos como novelista, Neverwhere. Una historia que comenzó siendo una serie de televisión y que Gaiman convirtió en novela ampliándola y mejorándola. Y el resultado fue una novela que mas de dos décadas después y pese a su simplicidad en algunos aspectos resulta fascinante y atrayente y en la que el escenario de la misma acaba siendo casi en el máximo protagonista.
Richard Mayhew tiene una vida absolutamente normal, corriente y monótona. Vive en un pequeño apartamento en Londres, trabaja en una oficina, de vez en cuando sale con sus compañeros a tomar algo y tiene una novia que quiere convertirle en la mejor versión de si mismo. Pero una noche regresando a su casa se encuentra con algo inesperado, una joven herida a la que nadie mas parece capaz de ver claramente pero a quien su instinto lleva a ayudar. Una buena acción que le llevara a descubrir un mundo misterioso y sobrenatural que se oculta a simple vista bajo sus pies y que le atrapara embarcándole en una aventura en la que pondrá a prueba todo lo que creía saber sobre la realidad y sobre si mismo.
Neverwhere ha sido uno de esos libros que me ha enganchado de principio a fin y que me he tenido que leer del tirón. Algo en lo que se nota el talento de un Gaiman que aunque por aquella época (1996) no puede decirse que estuviese “verde” (ya había escrito Sandman que no es poco) aun no tenia aun una gran experiencia como novelista. Pero Gaiman consiguió salir mas que airoso, atrapando al lector con una historia a la que aunque podemos acusar de de ser un tanto simple, de contar con unos personajes en ocasiones demasiado arquetípicos y cuya trama no es demasiado difícil de intuir, pero en la que todo funciona a la perfección. Todo gracias a la enorme habilidad de Gaiman como narrador o cuentista, “distrayéndonos” con su forma de contar la historia para que disfrutemos de algo que en manos menos capaces hubiese sido solo un batiburrillo de ideas ya vistas.
Una novela que tiene ademas un origen de lo mas peculiar, ya que originalmente fue el guion de una serie de televisión para la BBC que pese a contar con un gran reparto y una buena historia, paso con mas pena que gloria, quizás en parte porque los niveles de producción casi parecían los mismos que los del Doctor Who de los setenta, y que yo mismo intente ver hace años y apenas conseguí pasar del primer episodio. Una serie cuyo estreno vino acompañado por la publicación de la novelizan de la historia, siendo uno de esos extraños casos en las que la novelizan supera con creces a la obra original y en la que Gaiman aprovecho el formato para explayarse mas en determinados aspectos de la historia y en recuperar elementos de su guion original que habían quedado fuera de la serie. Una historia que años mas tarde contó con una adaptación al cómic (en la Linea Vertigo de DC) a cargo de Mike Carey y Glenn Farbry y otra radiofónica con un reparto de autentico lujo que tengo pendiente de escuchar.
Pero sin duda con lo que mas he disfrutado de Neverwhere es con su “escenario”, el Londres de abajo. Esa ciudad inmensa, secreta y misteriosa compuesta por a partes iguales por restos abandonados del mundo de arriba y fragmentos de otras eras entrelazados de forma mística, en la que residen toda una fauna de personajes pintorescos rechazados por la sociedad de arriba o pertenecientes a familias antiquísimas, que forman una compleja sociedad llena de rituales y complicados equilibrios de poder en las que acechan peligros estremecedores en cada esquina. Un mundo en el que pese a lo aterrador y ajeno que resulta se respira un extraño aire de libertad, de libertad de las ataduras sociales, de la rutina, de la presión del mundo moderno con la que Gaiman apela a ese anhelo de huir de la cotidianidad que todos hemos sentido en algún momento que otro. Un mundo que me daba pena que Gaiman no hubiese revisitado en otras obras posteriores, porque tras leer Neverwhere me quede con la sensación de que ese Londres de Abajo tenia un potencial enorme esperando a que lo exploten. Por suerte buscando información para el articulo descubrí que hace un par de años Gaiman confirmó que ya había comenzado a escribir la secuela, titulada Seven Sisters.
Mi admiración por el trabajo de Gaiman no deja de crecer con cada obra suya que leo (recordemos, mas vale tarde que nunca) y me sigue maravillando ese talento para aunar la realidad con su particular visión de la fantasía y lo natural que es el resultado. Por ello no me queda otra que seguir poniéndome al día con su obra, algo para lo cual ya tengo sobre la mesa el siguiente libro preparado, que me he quedado con ganas de reencontrarme con Azirafel y Crowley…