Hace unos días termine por fin el visionado de Strangers Things y he acabado con un gran vacío interior y una no menos grande satisfacción, porque he disfrutado de esta serie como hacía tiempo que no disfrutaba con otra. Y es que al final se cumplieron todas mis expectativas y la serie resultó ser todo lo que yo esperaba y mucho más. Y como ya es la segunda vez que hablo de esto vamos a ir directamente al grano, pero avisando de tener cuidado porque esta vez sí que hay SPOILERS de toda la serie de principio a fin.
¡Necesito mas episodios!
De Stranger Things esperaba que fuese simplemente un homenaje al cine infantil/juvenil ochentero, un pastiche de los tópicos de aquel cine, de las novelas de Stephen King (de quien al final la historia ha bebido más que de Spielberg como me dio la impresión al principio) y poco más. Pero partiendo de una base que en manos de otros podría haberse quedado en una copia sin gracia de todo aquello, en manos de los hermanos Matt y Ross Duffer se ha convertido en una grandisima serie que va más allá del homenaje. Sí, todos los tópicos de aquel cine están aquí, al principio al menos, y jugando con ellos nos sorprenden haciendo que los personajes y situaciones no sean como nos esperábamos en un principio en una historia que consigue recuperar la atmósfera de aquellas historias sin caer en ese tópico fácil.
Los hermanos Duffer son mis nuevos idolos
Primero tenemos que partir de la base de que estamos casi ante tres historias en una. Por una parte tenemos al Sheriff Hopper y a Joyce Byers, la madre del pequeño Will, protagonizando un thriller de conspiraciones del gobierno para utilizar niños con poderes, una historia que recuerda mucho a las de The Fury o el Firestarter del aquí omnipresente Stephen King. Los adolescentes Nancy, Jonathan y Steve están por su parte en una película de horror adolescente que recuerda bastante a películas como The Blob o Pesadilla en Elm Street pero contra un monstruo que parece salido de la imaginacion de H.R Giger. Mientras que los niños, los auténticos protagonistas, están viviendo una aventura que es algo así como el E.T. de Spielberg protagonizado por los niños de los Goonies y Stand By me (King de nuevo) y en la que el simpático extraterrestre ha sido reemplazado por la niña de Firestarter (King una vez mas) Tres historias que sin embargo acaban confluyendo de la forma más natural del mundo sin nada que chirríe.
Pero esta serie es mucho mas que la suma de sus influencias
Pero sin embargo la serie es mucho más que sus homenajes y guiños. Sí, es bonito ver que Dustin y Will se apuesten el X-Men 134 (cuando Jean Grey se convirtió en Fénix Oscura) la noche antes de encontrarse con una niña con poderes psíquicos bastante temibles. También es bonita esa constante presencia de recordatorios proféticos sobre qué es lo que estamos viendo, como los niños con el poster de La Cosa, Jonathan con el de Evil Dead, o aquel policía leyendo una novela de Stephen King. Y como no es imposible no fijarse en todas esas escenas (a veces planos casi calcados) que a cualquiera que sea aficionado al cine de la época le recuerdan inmediatamente a multitud de películas de aquellos años, desde la que se homenajea más directamente como E.T a otras de las que solo se toman prestados elementos puntuales como Alien. Pero como ya digo Stranger Things es mucho más que una recolección de guiños a los nostálgicos.
Si, podemos pasarnos todo el día buscando guiños, pero esta serie es mucho mas
Y eso que con una premisa como esta uno hubiese esperado como poco encontrarse con una sarta de tópicos ya más que vistos, con una historia en la que los niños protagonistas son súper inteligentes y viven en un mundo de adultos idiotas que no se enteran de nada y recae en ellos y solo en ellos el resolver el problema. Pero los hermanos Duffer han sabido jugar muy bien con esas expectativas y darles la vuelta. Hooper por ejemplo no es como podría haber parecido en un principio el estereotipo de sheriff patán y paleto que no se entera de lo que pasa en el pueblo (¡es el puto mejor personaje de a serie!) ni Joyce es una madre histérica que solo sabe llorar (que también). Sino dos personajes que se dan cuenta inmediatamente, cada uno por su lado, de que lo que está sucediendo no es en absoluto normal y demuestran ser bastante ingeniosos a la hora de llegar a esas conclusiones y enfrentarse a ellas.
Al final lo mas extraño sera como han relanzado la carrera de Winona Ryder
Con el grupo de adolescentes sucede lo mismo. Steve no es simplemente el matón de instituto abusón y cobarde que acaba muriendo al final de forma horrible como castigo karmico. Es simplemente un tipo normal que a veces se porta como un imbécil pero que termina descubriéndose como alguien bastante decente y que para mayor sorpresa es quien acaba con la chica. Una chica, Nancy, que no es simplemente un trofeo que acaba en brazos de quien todos podríamos haber esperado, el taciturno pero noble Jonathan Byers, con quien pese a compartir la aventura de dar caza al monstruo que ha matado a la amiga de ella y secuestrado al hermano de él, no terminan juntos y son felices comiendo perdices. De nuevo los tópicos no acaban siendo tan tópicos.
El otro gran misterio de la serie ¿Que se hace Steve en el pelo?
Ni siquiera en ese impresionante reparto de niños (lo mejor de toda la serie) en donde los tópicos son más pronunciados, las cosas son como parecen. Si, como decía más arriba son los herederos directísimos de los niños de los Goonies y Stand By Me, un grupo en el que la amistad es lo más importante del mundo y su ingenuidad infantil les hace creer que pueden superar todas las pruebas que les caigan encima. Pero aquí de nuevo notándose la influencia de Stephen King no es todo tan bonito como uno hubiera esperado. Si, recuperar a Will pero a costa de perder a Eleven (ya, bueno, perderla… ¡ja!) y de forma genial los hermanos Duffer dan una última vuelta de tuerca a la historia dejándonos con la mandíbula desencajada con ese final en el que descubrimos que Will no ha regresado intacto de su estancia en esa otra dimensión, o quién sabe si tan siquiera es realmente Will, un final que la presencia casi constante del poster de “La Cosa” de John Carpenter nos tendría que haber hecho presagiar.
Al final la serie no ha tenido un final «made in Spielberg» precisamente
Aunque eso no quiere decir que no haya lugar para tópicos en Stranger Things. Para eso tenemos a ese siniestro y malvadísimo Doctor Brenner al que da vida Mathew Modine y que es el clásico estereotipo de científico malvado dispuesto a llegar a cualquier extremo con tal de conseguir sus objetivos y para lo cual tiene a sus órdenes a una horda de anónimos y siniestros agentes del gobierno no menos despiadados. Pero sobre todo, y si de tópicos hablamos, no podemos dejar de mencionar a Ted Wheeler, el padre de Mike y Nancy y quien se convierte casi en un chiste recurrente en su papel de clásico padre de cine ochentero que esta tan desconectado de la vida de su familia y casi de la realidad que consigue pasarse casi toda la serie sin enterarse de nada, un bonito guiño con algo de mala leche a todos aquellos padres ausentes del cine que aquí homenajean.
Este hombre si que parece sacado directamente del cine de la época
Tampoco podemos dejar de mencionar el grandísimo trabajo realizado por Kyle Dixon y Michael Stein, los compositores de la banda sonora de la serie, quienes terminaron trabajando en ella de una forma un tanto peculiar. Ambos pertenecen al grupo musical ”S U R V I V E” cuyo estilo retro electrónico gusto tanto a los hermanos Duffer que estos utilizaron un tema del primer disco del grupo para el tráiler que montaron como parte de su propuesta a Netflix para crear la serie, un tráiler falso que debió funcionar tan bien que acabaron contratándoles para componer toda la banda sonora de la serie. Una banda sonora que ha sido otro elemento imprescindible a la hora de hacer funcionar esta serie recreando a base de sintetizador la atmosfera ochentera que tanto ayuda a sumergirse en esta serie y que no me cansaría de escuchar.
Snifs, así debe sonar el paraíso, a sintetizador
Y para el final, pero no por menos importante, quiero destacar el grandísimo trabajo de todos los actores implicados en este proyecto y la cuidadosa elección de los mismos. Curiosamente lo que de entrada más destaca de los mismos es su normalidad, porque en lugar de plagar la serie de actores con cuerpos esculturales y niños de anuncio (que se note que esto no es la CW) lo que nos encontramos es a gente normal y corriente. El sheriff tiene algo de tripa y está empezando a perder pelo, los adolescentes son canijos, hay niños desdentados, la gente tiene arrugas, canas, narices enormes, peinados que les sientan fatal… Elementos que podrían parecer sin importancia pero que ayudan a sumergirse en la historia. Algo a lo que ayuda también el enorme talento de todos los implicados y entre los que me gustaría destacar el enorme trabajo de los niños actores.
Dios mio, el pelo de Steve es peor en la vida real…
No suelo ser muy fan de los niños actores en el cine y la televisión porque muchas veces acaban resultando insoportables o simplemente malos en su trabajo, culpa de malos guiones y castings más basados en el aspecto físico que en su talento. Pero aquí sucede todo lo contrario, Finn Wolfhard (Mike), Gaten Matarazzo (Dustin), Caleb McLaughlin (Lucas) y Millie Bobby Brown (Eleven) están perfectos en sus papeles, no solo porque parecen niños normales, sino por lo sorprendentemente buenos que son en su trabajo y lo bien dirigidos que están. Pocas veces he visto a tantos niños actores actuar de una forma tan natural y creíble sin parecer que estén limitándose a recitar diálogos memorizados como loros o que actúen como niños de verdad y no como adultos bajitos.
Las verdaderas estrellas de toda la serie y casi de toda la temporada televisiva de este año
Unos actores de entre quienes se merece una mención especial Millie Bobby Brown por el papelón que hace como Eleven, transmitiendo casi sin diálogos todo el trauma, el abuso sufrido y la rabia acumulada por toda una vida siendo tratada como poco más que una herramienta al servicio del gobierno, un trabajo que si no le hace ganar al menos una nominación a un Emmy es que esos premios están amañados y siguen huyendo de todo lo que sea género fantástico. Aunque debo admitir que me preocupa que debido a la edad de estos niños actores estos crezcan demasiado deprisa y para cuando se ruede esa segunda temporada que los hermanos Duffer quieren realizar estos niños hayan pegado un estirón raro (Recordemos a Bran en Juego de Tronos) y esto haga peligrar la continuidad de estos pequeños grandes actores.
Un emmy es poco para lo que ha conseguido en este papel
Ahora solo queda confiar en que esa intención de los hermanos Duffer de realizar una segunda temporada, continuando donde quedo esta, se materialicen y no tardemos demasiado en regresar a Hawkins para descubrir que nuevas cosas extrañas van a sucederles a sus protagonistas y sobre todo comprobar si esta primera temporada fue solo flor de un día o si realmente estamos ante dos creadores con un grandísimo talento a quienes les espera un gran futuro. Y mientras tanto habrá que matar el tiempo revisionando todo el cine que aquí se ha homenajeado a ver cuántos homenajes se me han escapado.