Estos últimos días Diógenes se ha puesto algo pesado restregándole a todo el mundo por la cara como el si entendió Iron Man 3 y los demás no. Y no es que no tenga razón, que la tiene, pero es que le encanta ponerse así cuando tiene razón. El caso es que ahora me tocaba a mi dar mi opinión sobre la película, pero como el ya se ha centrado en los dobles sentidos, en todo lo que está en la historia pese a que no se vea a simple vista, no me voy a centrar en eso. Mi reseña va a ser algo más básica, una de esas que me salen de las tripas. Y es que por algo Iron Man 3 me ha parecido la mejor de la saga.
Si, la primera película estuvo muy bien y tenía como villano al autentico archí-enemigo del héroe (aunque un tanto descafeinado). Pero al ser la primera daba demasiadas vueltas contándonos el origen del héroe, algo que al menos yo, tengo más que releído. En la tercera en cambio, al estar el personaje más que presentado y al poder centrarse en contar una historia, lo que nos hemos encontrado es sencillamente una historia jodidamente divertida (con una banda sonora impresionante).
Tras esta película puedo decir que Shane Black se ha convertido en mi ídolo, aunque técnicamente ya lo era, solo que no sabía que el había guionizado algunas de mis películas favoritas (Arma Letal y el Ultimo Boy Scout). Aquí lo ha dado todo y ha conseguido hacer una de las mejores películas de superhéroes que he visto, y creo que a estas alturas me las he debido ver todas. Las más de dos horas de película se me pasaron volando e incluso se me hicieron cortas, ha conseguido meter a un niño en la historia que no resulta repelente, y que pese a parecer una simple película de acción y aventuras está llena de dobles lecturas. Y porque no decirlo, tambien porque ha sacado mi segunda armadura favorita del personaje, auqnue sea durante unos pocos segundos ha sido bonito ver la «Silver Centurion» en pantalla gigante, snifs.
Porque Shane Black no se ha conformado con contar una simple historia de acción con mucha diversión. Se las ha arreglado además para colar de pleno, y sin que casi nadie se dé cuenta, la crisis alcohólica de Tony Stark (Por desgracia la de Michelinie y no la de O’Neill, sigh) Si, aunque muchos no sean capaces de verlo, Tony no sufría ninguna puñetera crisis de identidad, pero eso ya lo explico Diógenes mejor aquí y aquí. Black también se las arreglo para meter unas cuantas puñaladas a la guerra contra el terrorismo de EEUU, con Rhodey convertido en un “drone” patriotero. Además nos mostro a lideres terroristas prefabricados y nos recordó que muchas veces el autentico enemigo es interno. Nada mal para ser un guionista de pelis de acción.
Y no podemos olvidar el momento más polémico de la película, cuando descubrimos la verdad acerca del Mandarín. Sé que a mucha gente no le gusto, yo mismo fui al cine a verla con un amigo y este al ver esa escena me pego un codazo y me dijo espantado “¡Se han cargado al Mandarín!” Y yo le dije, después de pensar que ya se podía callar dentro del cine, que daba igual. Y es que es así, por mucho que durante años nos hayan vendido al personaje como la némesis de Iron Man, el Mandarín no es más que un residuo de los tiempos en los que Iron Man era el abanderado de Marvel contra todo lo que recordase a la “amenaza roja”. Pero ya hablare de eso mañana con algo más de profundidad.
Aunque no es el único punto polémico de la película. He leído mucho por ahí, tanto en foros yanquis como españoles, a gente criticando que Robert Downey Jr sale demasiado en la película y la armadura sale poco. ¿En serio la gente prefiere ver una película en la que el 90% del tiempo el “protagonista” es un muñeco generada por ordenador en vez de un actor? Que el propio Stark lo dejaba claro en la película al decirle al niño que Iron Man es él, la armadura es solo eso, una armadura. Yo agradecí enormemente que el protagonista fuese la persona bajo la armadura. Y no solo porque Downey Jr sea un gran actor al que da gusto ver trabajar, sino porque esto homenajea todas esas ocasiones en las que Tony Stark en los comics se ha tenido que enfrentar a sus enemigos armado solo con su intelecto, demostrando que el héroe es la persona bajo la armadura.
El final de la película nos transmite la sensación de que se ha cerrado un ciclo, dejando en el aire la posibilidad de ver algún día un Iron Man 4. Se habla también de que quizás Vengadores 2 sea la última vez que veamos a Robert Downey Jr interpretando a Tony Stark/Iron Man. Yo personalmente soy incapaz de imaginarme a otro actor haciendo ese papel, y es que como el mismo decía al final de la película “Él es Iron Man”. Pero aunque esto sea así y Marvel/Disney no le ofrezca un porrón de pasta a esta máquina de hacer dinero que es Downey Jr para que retome su papel en más películas, nos quedara el bonito recuerdo de Iron Man 1, 3 y los Vengadores.