Todos los superhéroes viven en el día de la marmota; Los 4 Fantásticos viven en su número 102, cuando se va Kirby más o menos, La Liga de la Justicia vive en la etapa Conway, Los Vengadores en la etapa Shooter, Spiderman poco después de la muerte de Gwen Stacy… Y para la Patrulla X, lo que todos llaman los X-men hoy día, su día de la marmota es el día en que murió Jean Grey.
Y ahí es donde empieza la serie que, en la linea de la de Lobezno y la de Iron Man, han realizado estudios de animación japoneses Madhouse para Marvel con la inestimable guía de Warren Ellis, experto en mutantes fracasados como su Excalibur o el revamp de las series mierda de mutantes llamado «Counter-X». Pero bueno, a lo que íbamos, este anime de los X-men peca de los mismo que los otros que ha realizado Madhouse para Marvel; personajes planos, caracterización dudosa (que se quedan en lo anecdótico, vaya) y una historia alargada a matar. Pero mejor contamos de que va esto antes que nada…
La serie empieza un año después de la muerte de Jean Grey, ya sabéis de que va la historia; la Fuerza Fénix es corrompida por los tejemanejes del Club Fuego Infernal y Jean acaba suicidándose para que Fénix no se cargue el universo y todo eso. La Patrulla X llora mucho su pérdida, se disuelve y Cíclope comienza su carrera para ser El Emo Más Grande del Universo Marvel.
La cuestión es que un año después y con la escuela vacia, Xavier detecta un nuevo mutante en Japón (Armor, la japonesa creada por Joss Whedon en su Astonishing X-men), y llama mentalmente a toda la banda para que vayan a ver que pasa. El primer episodio es básicamente eso, ver como Tormenta se va de crucero pijo (algo que a Tormenta le pega tela, oiga), a Lobezno con problemas para pasar el detector de metales del aeropuerto (y su solución tan diplomática que misteriosamente no consigue que se le eche encima toda la seguridad del aeropuerto) y a la Bestia dando clase en la universidad. Ah, y Cíclope haciendo el emo, pero eso no es nada nuevo.
Y ahí se acaba más o menos el primer episodio, que no me ha apetecido ver más. Y es que ver un episodio entero de remoloneo llorón de Cíclope es algo que a estas alturas de la película ya no es muy tolerable, y más cuando sabes que al final se juntará al resto de la banda y dejarán para otro episodio el empezar la «historia de verdad». Vamos, que esto es un «Decompressive Storytelling» en todo su esplendor. Da la impresión de que la idea de la serie es hacer una especie de continuación de X-Men III, la película aquella horrible en la que Brett Ratner y la gente de Fox se cargaba todo el trabajo de Bryan Singer (y el Chris Claremont, Stan Lee, Roy Thomas…). El punto de partida es parecido, pero da la impresión de que la serie girará sobre el Club Fuego Infernal y la posible resurrección de Jean (porque para eso esta la niña, vaya).
Serie sosa, aburrida y con pocas ideas, tal y como vimos ya en Iron Man y Wolverine. Para colmo, no han estado muy inspirados ni han sido originales en la elección de los personajes, y Warren Ellis, el «story guide» de estas versiones anime, ha optado por usar la alineación de su Astonishing X-men, pero la historia no acaba siendo ni la mitad de interesante que la original. De todas formas, habrá que ver como evoluciona la cosa, aunque a priori estas versiones anime esten a años luz de Wolverine & The X-men o X-men Evolution, no digamos ya de Avengers: Earth’s Mightiest Heroes o Young Justice.