De Junji Ito se suele decir que es el maestro del terror en el manga y cosas así. Yo la verdad es que aún espero encontrarme una sola historia suya que de miedo de verdad. Porque no sé si será intencionado, imagino que no, pero sus mangas más que terror me han proporcionado mucho asco y sobre todo toneladas de diversión. Así que vamos a adentrarnos un poco más en la vida y trabajos de este autor que, o es un cachondo, o está muy mal de la cabeza.
Eso sí, quiero comenzar dejando bien claro quién es el culpable de que yo haya terminado enganchándome a los trabajos de este autor, el maldito Diógenes. Un día se aburría, le dio por leer uno de los mangas de este tipo y me lo resumió, me pico la curiosidad y acabe leyéndome todo lo que producía Ito. ¡No solo me obliga a trabajar a diario, sino que me jode la vida! ¡Ojala acabes protagonizando uno de sus mangas!
Pero volviendo a lo importante, Junji Ito tiene una idea del horror tan extraña que al menos en mí lo que consigue es provocar una carcajada tras otra. Debe ser la extrema exageración a la que lleva sus historias, o quizás lo absurdo de la inmensa mayoría de sus propuestas. Y es que en lo que parece ser un intento de ser más original que nadie, se dedica a escribir unas historias sin pies ni cabeza que sirven como excusa para mostrar imágenes que van de lo delirante a lo repugnante.
Niñas que mueren y son descuartizadas para volver a la vida como zombis devoradores de caviar, pueblos asediados por las espirales, niños que se convierten en caracoles gigantes, peces con piernas mecánicas que arrasan ciudades, planetas con lengua que babean la Tierra, lluvia de personas, pelo asesino… Si es asqueroso y muy absurdo, seguro que Junji Ito ya lo ha utilizado en alguna de sus historias.
De la vida de este autor no se sabe demasiado. Nació en Japón en 1963, y una de sus principales influencias fueron los dibujos de su hermana mayor, lo que le llevo a querer dedicarse el mismo al mundo del comic. Estas tareas las compaginó inicialmente con su trabajo de protésico dental, aunque acabo abandonando su trabajo para dedicarse en exclusiva al comic de horror que tanto éxito estaba empezando a darle.
Tal ha sido este éxito que buena parte de su obra ha sido adaptada tanto al cine como a la televisión. Aunque por lo que he visto ninguna de ellas, pese a los esfuerzos de los adaptadores, está realmente a la altura del horror absurdo que Junji Ito le da a sus obras. Es difícil superar al maestro. Y por suerte éste sigue en la brecha produciendo sin parar una obra tras otra.
Es por eso que como homenaje a este autor que tan buenos ratos me ha hecho pasar, voy a dedicar un día a la semana a comentar todas y cada una de sus obras que han caído en mis manos. A partir de ahora los Miércoles, salvo emergencia nacional o similar, serán el día de Junji Ito, el día en que nos horrorizaremos juntos admirando su obra, y probablemente el día en el que a más de uno se le desencaje la mandíbula de tanto reír.