Anteayer pudimos ver el primer vistazo oficial al aspecto que lucirá David Corenswet en el Superman de James Gunn. Una imagen en la que podemos apreciar con bastante detalle el que será su uniforme y que estoy seguro de no equivocarme si digo que no es exactamente lo que nadie esperaba o deseaba. Yo mismo tengo desde hace un par de días sentimientos encontrados, sin tener del todo claro cómo me siento ante este nuevo rediseño del personaje, ya que hay cosas que me gustan y otras que no me gustan nada, tanto en el traje en sí como en la puesta en escena escogida para la presentación. Así que nada mejor para tratar de asimilar todo esto que ponerlo por escrito y analizarlo por aquí para compartir impresiones.
Tras meses de espera e innumerables fanarts y fakes, por fin podemos ver con bastante detalle cómo será el traje del nuevo Superman. Un traje que debo reconocer que la primera impresión ha sido mala, ya que lo primero que he pensado al verlo es que se parecía demasiado al del New52 para mi gusto, especialmente con ese cuello tan cerrado (aunque sin el casi alzacuellos de Jim Lee) y todas esas líneas, costuras y parches por todas partes que se han vuelto algo casi inevitable en el diseño de trajes de superhéroes para el cine. Un elemento que aunque me sigue teniendo muy harto por lo innecesario que resulta, tristemente ya me he acostumbrado a ello y he aprendido a que no me impida disfrutar de las películas.
Pero lo realmente triste es que no debería hacer falta que nos acostumbrásemos, ya que aunque esa estética no queda mal cuando se trata de uniformes más “militaristas” como los que llevaban los Guardianes de la Galaxia en su tercera película, y que trajes recargados de elementos pueden llegar a funcionar muy bien en pantalla como sucedía con el Doctor Extraño (especialmente en su segunda película con el amuleto pegado al cuello), el cine y la televisión recientes han probado en varias ocasiones que una estética más sencilla, limpia y minimalista, más cercana a lo que se solía ver en los cómics, funciona incluso mejor.
Sin ir más lejos tenemos ahí cerquita el uniforme que estrenó la Capitana Marvel en The Marvels, inspirado en el diseño de Carlos Pacheco para Genis-Vell o un caso más apropiado para el tema de hoy, los uniformes que llevaron los Supermanes televisivos Brandon Routh y Tyler Hoechlin en la CW. Esos trajes bebían directamente de la estética de los cómics, de Kingdom Come el de Routh y de la Edad de Oro el de Hoechlin. Colores planos, nada de elementos extras, poco más que unas mallas ajustadas con algo de relleno, e incluso con el presupuesto de la CW, que a veces no daba para mucho, eran bastante resultones en pantalla, así que algo en esa línea con el dinero que se debe mover en una película como esta, debería poder quedar infinitamente mejor, especialmente viendo lo enorme que se ha puesto Corenswet para el papel, por lo que no necesitaría ni el relleno.
Y yo debo reconocer que esperaba algo así, o para ser más exacto, esperaba algo como el traje de Christopher Reeve, que a pesar de las décadas transcurridas desde el estreno de su película de Superman, sigue siendo uno de los superhéroes del cine con mejor aspecto que hemos tenido. Por eso me ha sorprendido y decepcionado un poco James Gunn en este aspecto, porque estaba convencido de que él iría a lo más clásico posible. Aunque hay gente queriendo agarrarse a la idea de que este no será su traje definitivo, que será lo que se ponga al principio de la película para encajar entre el resto de superhéroes del DCU y que para el final de esta, simbolizando que él no es como los demás, o buscando alejarse de la estética de personajes como los de Authority, optará por algo más sencillo y a ser posible cosido por su madre. Y yo a día de hoy no soy capaz de tener ese tipo de esperanzas, pero ojalá sea así.
Y una vez que me he quitado de encima las malas sensaciones que me ha provocado esta foto, vamos a por lo bueno. Lo primero sin duda es… ¡LOS CALZONCILLOS! Sí, cuesta un poco verlos pero están ahí, por suerte se han atrevido a devolvérselos y acompañados de un cinturón amarillo. Aunque para este primer vistazo hayan puesto a Superman en una postura discreta que no permite verlos a la perfección, quizás para que los críticos de ese elemento lo vayan asimilando poco a poco. Un elemento que aunque es más que bienvenido, tanto por ser uno de los elementos fundamentales del diseño del personaje desde el principio y ser algo que durante décadas se volvió icónico en el género superheroico, choca un poco con la estética general del traje, es un elemento muy retro dentro de un traje que destila «seudomodernidad» por los cuatro costados. Y aunque prefiero esperar a ver una foto de Superman de pie para apreciar en condiciones cómo queda el conjunto, yo me alegro muchísimo de que vuelva a llevarlos.
Otro elemento que ha regresado, y me ha alegrado, es el rizo. Algo que pese a formar igualmente parte del aspecto más icónico del personaje había estado ausente en sus últimas adaptaciones a imagen real, llegando en algunas de ellas como la versión de Henry Cavill, a sacarle tan repeinado hacia atrás que casi parecía más un Ultraman cualquiera. Un rizo que como podemos apreciar en la foto refuerza el parecido de Corenswet con el personaje, y eso no puede ser más que bueno. Está claro que pese a mis reticencias a ciertos aspectos del traje, las mismas que he tenido con la inmensa mayoría de trajes de superhéroes para el cine en la última década y pico, al menos a nivel visual vamos a contar con un gran Superman.
Pero dejando el traje en sí, ahora toca echar un ojo a la peculiar composición de esta primera fotografía. Para algo así uno hubiera esperado un Superman en una pose heroica, o quizás algo más informal como una foto de las pruebas de vestuario o de los primeros días de rodaje. Pero en lugar de eso James Gunn nos ha presentado una puesta en escena bastante curiosa, en la que vemos a un Superman que parece estar terminando de vestirse de forma muy relajada, y que en su traje se aprecia casi cierta suciedad como si no hubiese podido limpiarlo antes de tener que volver a la acción. Algo que contrasta y mucho con la urgencia de esa amenaza que vemos a través de su ventana disparando un rayo de energía contra Metropolis y en la que hay gente que está convencida de estar viendo a Solaris, el villano planetario que aparecía entre en otros comics en All-Star Superman, ese que Gunn ha citado como una de sus inspiraciones para esta película.
Es cierto que resulta extraña esa combinación, la amenaza más que inminente frente a esa extrema parsimonia de Superman, pero hay algo en la actitud de este Superman que me gusta y mucho. Quizás es porque salvando las distancias me recuerda vagamente a esa famosa portada de Frank Quitely para el All-Star Superman de que hablaba antes, en la que le encontrábamos sentado relajadamente en una nube, girando la cabeza para mirar al lector. Una actitud que me gusta más para Superman que cualquier pose heroica o de acción que hubiesen podido preparar, ya que al menos para mí humaniza mucho al personaje, que nos lo acerca, que nos dice que pese a sus grandes poderes sigue siendo una persona que se viste como nosotros (no parece que sea un traje de nanobots como tanto gustan últimamente en el MCU) y que se está preparando para otro día de trabajo.
Y pese a haberlo puesto todo por escrito sigo sin tener del todo claro cómo me siento con este traje, aunque esperaré a ver más imágenes, y especialmente a verlo en movimiento, para hacerme una idea en condiciones. Lo que sí que tengo muy claro es que esta película me ilusiona muchísimo y que confío ciegamente en James Gunn, ya que se trata de un director que hasta ahora no me ha decepcionado nunca y que parece tener clarísimo quién es Superman. Así que ahora nos toca esperar nuevos avances de esta película para ver qué pinta irán teniendo el resto de personajes que aparecerán en ella, comprobar qué línea estética seguirán, y desear un poco que sea cierta esa teoría de que este será solo uno de los trajes que lleve en la película, que aunque sea algo a lo que me pueda acostumbrar sin problemas yo quiero algo 100% clásico.