No, no me estoy refiriendo a X-Men 97, la continuación que se acaba de estrenar… O más bien sí. Se podría llamar Ex-Mutants (heh) o algo parecido y lo mismo hasta era el mayor fan de la serie, pero… Se supone que es la jodida Patrulla X.
Y no.
Para mí la Patrulla X de Chris Claremont es una catedral inacabada en toda regla. Sí, los cimientos son de Stan Lee, Arnold Drake, Roy Thomas, Neal Adams, Len Wein y algún otro guionista que se me olvidará, pero… Todo lo demás es Chris Claremont. Grant Morrison, Hickman, Gillen y todos los demás son irrelevantes, ejercicios teóricos de intentar hacer lo mismo en tiempos menos elegantes. Algunos consiguen construir personajes interesantes y hasta recrean parte de la magia, pero no llegan. Y la magia no es algo esotérico incomprensible, no. La «magia» es un trabajo de caracterización a machamartillo, número a número, constante y sin tregua, en el que los personajes van creciendo a ritmo lento pero seguro, a través de la forma en la que se mueven, la forma en la que hablan, todo. Inicialmente con giros y acentos, frases que repiten hasta la saciedad y que a mucha gente sacan de quicio (pobres) pero pronto descubres que, aun sin esas frases, eres capaz de identificar quién dice qué sin ver quién lo dice. Claremont me hizo ver que lo importante no es la historia que cuentes, si no quienes son los personajes y cómo reaccionan a ella. Que las explosiones están bien, pero que el verdadero conflicto está en el interior de cada uno.
Cuando ví por primera vez la serie de animación noventera de X-Men, pues no me gustó un pelo. Me parecía cutre, y lo achaqué a la animación. Sí, debía ser eso. Tampoco ayudaba que lo basaran todo en los rediseños horrendos de Jim Lee (PUAJ) habiendo existido cinco minutos antes Pryde of the X-Men destilando Cockrum por los cuatro costados, pero… Bueno, yo que sé. Los personajes no eran ellos, y que Lobezno perdiera a su mejor amigo Morfo -¿QUE COJONES PINTA ESE PERSONAJE AHÍ?- y dijera «era el único que me hacía reir» hasta en aquel momento me di cuenta de que ése no era Lobezno. Por supuesto, con los años me di cuenta de que ninguno de todos los demás eran lo que se suponía; Tormenta era el personaje más agredido, convertida en una loca de los pelos que iba gritando y hablando de forma rara todo el santo día, pero en el fondo ésto no es raro porque muy poca gente hasta ese momento había sabido «entender» a Tormenta. Algo parecido pasaba con Pícara y los demás, convertidos en simples caricaturas. Lo sencillo en estas cosas es reducir los personajes a arquetipos para que la caracterización del equipo de guionistas sea más o menos consistente sin necesidad de reescrituras constantes, pero aquello era tan masivo que no tenía ni gracia. Cada vez que alguien me decía «es que tal o cual historia es una adaptación fiel del cómic» resoplaba y me callaba, porque a fin de cuentas… ¿Qué les iba a decir? ¿Que el que Jean Grey acabara con el cristal M’Kraan y se sacrificara en la Luna no importaba una mierda, que lo que era vital era el viaje a lo largo de treinta números para hacer que el personaje y lo que hacía te importara? Todas las piezas en su sitio, tenías que ser Jean Grey, tenías que confundirte con Jean Grey, tenías que corromperte con Jean Grey. Y aun así, Jean Grey no es un trabajo de caracterización tan importante como es el de Cíclope, y verdadero camino empieza después de esto.
Yo veía la serie como si estuviera completando de vez en cuando una «score card» de los mejores momentos de Chris Claremont/Byrne/Cockrum, con un grupo que no le pegaba estar ahi y añadiendote pegotes de la era Nicieza y Lobdell en cuanto tenían una oportunidad. Y cuando he visto los dos primeros capítulos de X-Men 97, esa sensación de usurpación, de caricaturizar a los personajes exagerándolos la he vuelto a ver. La Tormenta de X-Men 97 sigue siendo la loca de los pelos pero esta vez con voz de señora mayor (totalmente lógico y comprensible, sí) y se ve que los showrunners saben lo que se traman y están intentando adaptar la etapa de Paul Smith y Romita Jr, con algunos de los mejores -si no directamente lo mejor- trabajos de Claremont de toda su carrera profesional. Pero… Para contar esa historia necesitas a los personajes que la movían. Necesitas a Kitty, a Peter, a Kurt, Aleytis Forrester, Illyana Rasputin, Lockheed… No le veo ningún sentido a contar la historia de Magneto director de la escuela sin Los Nuevos Mutantes, y aunque es probable que funden el grupo a lo largo de esta temporada, ni de lejos el papel de Magneto sería el mismo sin el conflicto con sus alumnos por verlo como un usurpador.
Porque del Magneto «bueno» hay varios vectores que hay que tener en cuenta, y todos son personajes que tienen un papel importante en su cambio como Kitty y el resto de los Nuevos Mutantes. Otros como Tormenta si que los tenemos, y seguramente hasta veamos una versión del enfrentamiento entre ella y Scott por el liderazgo del grupo. Y puede que esta serie sea mucho más interesante para su capítulo diez que en el uno, porque personalmente se me hace insufrible esta versión. Morfo es un personaje odioso e insoportable que considera que ser gracioso es molestar a los demás, Lobezno lo único que hace es discutir con la gente como un niñato malcriado y La Bestia… Mejor no hablar de La Bestia, porque aunque Claremont ni tocó al bueno de Hank, todos sabemos que estaban intentando canalizar el de los Vengadores y caían en la misma caricatura esteril. De verdad, vería encantado como matan a casi todo el grupo y nos traen a Kurt, Peter y Kitty para que espabilen a Lobezno de una vez, pero lo veo difícil. A los actores de doblaje les han llamado para interpretar el mismo bodrio de hace treinta años y éso mismo van a hacer. Para mi desgracia.
No, no me gusta X-Men 92; es precisamente lo que me está amargando X-Men 97.