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Silo – Una distopía subterránea con Rebecca Ferguson

Hoy quiero hablar de otra serie que nos ha llegado a través de Apple TV+, una plataforma que como aficionado a la ciencia ficción no ha parado de darme alegrías, y de la que había estado posponiendo demasiado su reseña, Silo. Una serie distópica que nos lleva a otro futuro postapocalíptico en el que pocas cosas son lo que parecen, en el que intentar descubrir la verdad sobre el reducido mundo en el que habitan estos supervivientes es algo que puede conllevar la muerte y donde Rebecca Ferguson brilla como quiere. Así que de nuevo nos toca viajar hacia otro de esos futuros que confío en que no se hagan realidad aunque a veces parezca que cada vez estamos más cerca de ellos.

Mas ciencia ficción de la buena

El Silo alberga en sus ciento cuarenta y cuatro niveles a los últimos supervivientes de la humanidad, los descendientes de aquellos que generaciones atrás consiguieron salvarse del desastre que arrasó con toda la vida sobre la faz de una tierra de la que estos no saben nada. Pero la ordenada existencia de este último refugio se altera cuando secretos que han sido guardados celosamente durante muchísimo tiempo amenazan con salir a la luz, comienzan a morir las personas que se han acercado a ellos y la investigación de lo que está sucediendo realmente allí recae en una persona inesperada que podría acabar teniendo la clave para llegar al fondo de la verdad.

Aquí hay muchos misterios que desentrañar

Silo está basada en una trilogía de libros de ciencia ficción, Wool, Shift y Dust, escritas por Hugh Howey, y que comenzaron siendo una simple historia corta autopublicada digitalmente que a medida que creció en popularidad su autor fue expandiendo y continuando a través de precuelas y secuelas y que contó incluso con una adaptación al cómic a cargo de Jimmy Palmiotti, Justin Gray y Jimmy Broxton. Y Howey es un autor que quizás les suene a los lectores del blog ya que no hace mucho hablé por aquí de otra adaptación de algunas de sus historias cortas, Beacon 23,(a este hombre le encantan los espacios cerrados) lo que parece indicar que se trata de un autor de moda de quien no me sorprendería acabar encontrando con más adaptaciones en el futuro.

Por si alguien se queda con ganas de mas tras ver la serie

Aunque volviendo a lo que nos ocupa, pese a que ahora estoy más que encantado con Silo y la considero una de las mejores series del género de los últimos años, estuve a punto de no atreverme a verla. Y es que esa premisa de un lugar misterioso lleno de secretos, personajes que no eran lo que parecían y el no saber cómo se había llegado a esa situación me hacía temer estar ante una de esas “mystery box” que tanto le gustan a gente como JJ Abrams, una obra en la que nos van dejando caer un misterio tras otro, cada respuesta deja detrás un par de preguntas nuevas y se va estirando la historia mientras piensan en cómo explicar todo lo que nos han soltado. Pero el saber que esto se encontraba basado en una trilogía ya concluida, y que ya tiene un final definido me tranquilizó lo suficiente como para animarme a dar el paso de verla. Aunque mentiría si no dijese que aún conservo cierto miedo de que los responsables de esta adaptación quieran pecar de originales y cambiarlo todo para sorprender a quienes han leído los libros.

Es que aquí hay mucho sitio para esconder misterios de esos que no van a ningún lado

Pero independientemente de cómo acabe todo esto, de momento el trabajo de esta adaptación ha sido admirable a todos los niveles y ya desde su arriesgado episodio piloto el Silo me atrapó como si fuese uno de sus habitantes. Un piloto al que defino como arriesgado por la forma en la que nos presentan a los protagonistas del mismo, unos inspiradísimos David Oyelowo y Rashida Jones, consiguiendo en un solo episodio construir a dos personajes complejos y tremendamente humanos, que nos impliquemos con su historia de una manera que en otras ficciones no consiguen en temporadas enteras… Y que inmediatamente a continuación estos cedan el foco a la auténtica protagonista de la serie.

Su presencia sabe a poco

Esta fue una jugada que podría haberles salido muy mal, ya que los protagonistas del piloto eran unos personajes muy bien construidos y con quienes resultaba fácil encariñarse. Su ausencia sumada al protagonismo de quien parecía una secundaria más, y una algo antipática, se podría haber vuelto en contra de la serie al no ser capaz de conectar con el público del mismo modo que los personajes de Oyelowo y Jones, o que la sombra de estos la eclipsase. Pero Rebecca Ferguson, quien lleva una racha profesional más que admirable en los últimos años, no tuvo el más mínimo problema en conseguir que su personaje de Juliette Nichols se hiciese con el mando de la serie de forma casi inmediata.

Ha sido un gran relevo

Con Nichols nos encontramos con un personaje peculiar, una ingeniera que se ha pasado casi toda su vida trabajando en los niveles más bajos del Silo como parte del equipo que se encarga de que la maquinaria que proporciona electricidad y aire a sus habitantes siga funcionando, algo cada vez más complicado debido a los siglos que ya pesan sobre esta. Esa dura existencia, sumada a traumas de su pasado, han provocado que las habilidades sociales de Nichols dejen un poco que desear, teniendo problemas para tratar con la gente. Por ello cuando es escogida como nueva sheriff del Silo y se encuentra con una serie de misteriosas muertes que cree que son en realidad asesinatos, su absoluta falta de experiencia en estas materias en conjunto con sus problemas para relacionarse, le complican bastante la investigación.

Las maquinas se le dan mejor que las personas

Y aunque Rebecca Ferguson es sin duda lo mejor de la serie, toca hablar también del otro gran protagonista de la serie, el propio Silo y la sociedad que existe en su interior. Aquí nos encontramos con un pequeño y claustrofóbico mundo que ha existido durante generaciones y cuyos habitantes no tienen ni la más mínima idea de lo que existe más allá. Solo saben que existe un mundo exterior destruido por alguna gran guerra y del que pueden ver un pequeño fragmento a través de una cámara colocada en por fuera de la entrada del Silo. Pero toda la información sobre cómo era el mundo antes de la guerra, lo que provocó esta o los orígenes del propio Silo se perdieron siglo y medio atrás, cuando durante una rebelión contra el gobierno del Silo todos los libros, registros y discos duros que conservaban dicha información fueron destruidos presuntamente por los rebeldes.

Lo que ven en esa pantalla es todo lo que saben del exterior

La secuela de dicha rebelión es una dictadura disfrazada de democracia en la que sus habitantes son mantenidos en una ignorancia parcial, asignándoles unos roles predeterminados de los que difícilmente pueden salir, y libertades muy limitadas. Es el gobierno el que decide quiénes y cuándo pueden tener hijos, de qué se puede hablar y de qué no, y donde la búsqueda de conocimientos o de avances tecnológicos prohibidos es un grave delito que se castiga con la muerte. Este fascinante escenario en el que pocas cosas son lo que parecen y donde es mejor no fiarse de nadie, es uno de los mayores atractivos de la serie, especialmente porque en esta primera temporada la historia avanza a un ritmo más que notable, los misterios no se alargan de forma insoportable en el tiempo y cada nuevo secreto que se desvela consigue generar aún más interés en la historia.

Al menos les dejan pensar…

Pero además de contar con un reparto increíble y con un equipo a cargo de la dirección y guiones que han sido capaces de que los diez episodios de los que consta esta primera temporada hayan cundido más que otras series en varias más extensas, también toca hablar de la parte de la producción. El mundo que han construido aquí, este Silo tan inmenso en algunos aspectos y tan reducido en otros, es un microcosmos que desborda autenticidad. Todo lo que nos encontramos aquí, los decorados, el vestuario, la tecnología, etc, desprende la sensación de que realmente estamos ante un mundo sobre el que pesan los años, desgastado y reciclado de forma extrema, en el que durante al menos un par de siglos miles de personas han hecho sus vidas dejando tras de sí las huellas de su paso. Un elemento muy cuidado que denota el mimo con el que se ha llevado a cabo esta adaptación.

Vería un capitulo que consistiese simplemente en alguien paseando por ahí

Esta serie no es más que otra muestra más del buen hacer que está llevando a cabo Apple TV+ con sus series, a quienes les agradezco especialmente el ser los responsables de un buen puñado de mis series de ciencia ficción favoritas de los últimos años (See, For All Mankind, Severance, Fundación, Monarch) un género que andaba algo huérfano últimamente pero con el que esta plataforma se ha volcado y de una forma muy diversa temáticamente. Y aunque aún no hay una fecha prevista de estreno, Silo fue renovada por una segunda temporada el pasado verano, por lo que con algo de suerte no tardaremos demasiado en ver cómo siguen desentrañándose los misterios de este Silo que tanto tiene que esconder.

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