Casi sin pretenderlo me ha acabado quedando una casi semana temática, ya que hoy toca de nuevo hablar de una serie de animación para adultos en clave de ciencia ficción, Fired on Mars. Una serie que poco tiene que ver con las anteriormente reseñadas esta semana pero que si comparte con estas el afán de hacer algo diferente y demostrar que la animación es un medio tan valido como cualquier otro para contar cualquier tipo de historias. Así que ahora lo que nos toca es viajar hasta el lejano Marte para descubrir lo sencillo que es llevarnos nuestras miserias con nosotros por mucho que nos queramos alejar de todo.
Cuando Jeff descubrió que la compañía Mars.ly buscaba voluntarios para habitar su colonia en Marte un lo dudo un instante y se lanzo de cabeza ante la oportunidad de llevar su pasión por el diseño gráfico mas allá de las fronteras terrestres. Un sueño que se hizo pedazos cuando le comunicaron que su trabajo era redundante y que ya no requerían de sus servicios. Sin poder regresar a la Tierra a Jeff solo le queda reinventarse para seguir siendo útil a la colonia y demostrarse a si mismo que es una persona valida, algo complicado teniendo en cuenta como su vida y sus ilusiones se están desmoronando ante sus ojos y ese camino para ser una persona diferente le resulta cada vez mas cuesta arriba.
Fired on Mars fue creada en 2016 en la forma de cortometraje por Nate Sherman y Nick Vokey, quienes tienen en su haber la delirante miniserie animada Wet City, y que ahora gracias a HBO Max han podido desarrollar su historia como una miniserie completa de ocho episodios. Una serie que tanto en lo visual como en lo narrativo se encuentra a grandes rasgos en la linea de lo que ha sido la animación para adultos del ultimo par de décadas, con esa estética artesanal intencionalmente “barata” y un humor ácido, muy negro y casi desganado que resultara muy familiar a muchos y que al menos a mi me había quitado las ganas de acercarme a este tipo de series.
Esta parece seguir siendo la mejor carta de presentación para que te dejen hacer tu propia serie
Pero Fired on Mars tenia algo que me atraía pese a mis reticencias a acercarme a este tipo de series. Obviamente que se enclavase dentro del genero del a ciencia-ficción jugaba mucho a su favor, pese a tratarse de una ciencia ficción mas mundana, ambientada no exactamente en un futuro cercano, sino mas bien en un pasado cercano y alternativo a juzgar por esa tecnología de comienzos del siglo XXI que salpica toda la serie. Un escenario en el que nos encontramos con una comedia en ocasiones negrísima que satiriza sin piedad el mundo laboral, especialmente el de esas startups tecnológicas que suelen vender una imagen que raramente se corresponde con la realidad, con los trabajos de siempre rebautizados para sonar especiales y la toxicidad de toda la vida muy mal camuflada.
Y allí en medio de todo eso tenemos a Jeff, un tipo corriente ciego ante su propia realidad, a quien le presta su voz un Luke Wilson experto en interpretar a tipos corrientes envueltos en situaciones extremas, y que al encontrarse con que sus sueños se hacen pedazos ante sus ojos reacciona ante ello de las peores maneras posibles. Y es que Jeff es en esencia su propio peor enemigo, un buen tipo pero demasiado ingenuo, que se deja llevar por sus impulsos y a quien sus problemas laborales y personales están llevando hacia una espiral depresiva y casi autodestructiva que por momentos amenaza con llevarse por delante la colonia entera.
Una colonia que no dista mucho de ser como todas esas empresas tecnológicas que durante el ultimo par de décadas no se han cansado de vendernos una imagen utópica, bucólica y “cuqui”, una falsa fachada bajo la cual se encuentran un montón de empleados descontentos y amargados a un paso de perder la cabeza. Algo bastante peligroso cuando se encuentran en el único lugar habitable en varios cientos de millones de kilómetros de distancia, siendo esa colonia un polvorín que siempre ha estado a punto de explotar y para el cual Jeff es una muy impredecible mecha.
Todo esto le ha servido a Sherman y Vokey para construir una comedia muy negra, y en ocasiones muy cruel, que lleva unas situaciones y escenarios que nos resultaran muy familiares a casi todos hasta extremos delirantes a medida que esta colonia va acercándose cada vez mas al abismo. Es cierto que quizás este humor tan cínico y negro no sea del gusto de todos, y que hay momentos en los que el ritmo tan pausado de la historia, no muy diferente de la monotonía de muchos trabajos de oficina, puede parecer que la historia se arrastra. Pero si uno consigue conectar con este particular (y bastante común) tipo de humor se encontrara con una serie muy divertida aunque de esas que nos deja con una sonrisa algo amarga.
No debería repetir de nuevo eso de que la animación para adultos goza de muy buena salud en la actualidad, pero es que es así. Tanto esta serie como las otras dos reseñadas los días anteriores son grandes ejemplos de todo lo que puede dar de si el mundo de la animación en estética, temática y narrativa, siendo un medio increíblemente diverso en el que cabe de todo, para todos los públicos y que aun esta lleno de posibilidades. Así que lo que nos toca es aprovechar este buen momento y disfrutar de todas las grandes series que tenemos ahora mismo a nuestro alcance, porque raro será que no exista alguna que nos ofrezca justo lo que estábamos buscando.