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Dioses y monstruos: Así he visto Ahsoka (SPOILERS) (II)

Tras extenderme ayer lo más grande con el Thrawn de Lars Mikkelsen, creo que es de justicia hablar de los otros dos grandes malos de Ahsoka, el Baylan Skoll de Ray Stevenson y la Shin Hati de Ivana Sakhno, dos personajes completamente nuevos de la serie entre un montón de veteranos que aun así han encantado a buena parte de los espectadores pese a que no se sabe gran cosa de ellos más allá de que son jedis oscuros pero no sith.

La que liaron estos dos, que debían de haber estado todo este tiempo escondidos debajo de una piedra.

Creo que lo que más seduce al personal es la idea de que haya gente usando la fuerza y no vaya por las coordenadas de las sectas principales (Orden Jedi/Sith), y de que Baylan Skol sea un antiguo jedi de la Orden que busca una forma alternativa de hacer las cosas, otro camino en la fuerza. El hecho de que su búsqueda de ese camino lo lleve a ayudar a Thrawn o a sacrificar a su propia aprendiz (que la pobre no sabe ni por donde anda, parece estar deseando ser una criatura de odio y venganza pero su maestro no le enseña eso ni por asomo) hace que su última escena en la serie, subido en lo alto de unas estatuas de El Padre, El Hijo y La Hija acabe siendo mucho más dramático; para entendernos, esas tres figuras son una de las tramas más metafísicas de Clone Wars, una especie de seres espirituales que habitan en la fuerza y que poco menos que podrían ser los creadores de la propia fuerza, siendo el Padre el que simboliza el equilibrio y los hijos el lado oscuro y el luminoso; en Clone Wars Anakin Skywalker tuvo un encuentro con ellos en el que el Padre se preguntó si el chaval podría traer el equilibrio, pero su aproximación acabó fatal y el Hijo, el símbolo del lado oscuro, acabó reforzado. El que tras la caída de Palpatine la figura de la Hija sea la que está destruida y no la del Hijo da mucho que pensar…

Los «dioses de Mortis» eran unos elementos de cuidado que iban más allá del bien y del mal.

Aunque lamentablemente, es probable que no veamos mucho más de Baylan Skol, porque lamentablemente Ray Stevenson falleció hace poco y habrá que recurrir a algún tipo de magia digital o cambio de actor para mantener al personaje. No será lo mismo, pero lo que sería lamentable es sembrar a estos dos personajes para no llevarlos a ningún lado, sobre todo teniendo en cuenta que el final de Ahsoka nos muestra a las dos parejas de maestro y aprendiz exiliados en el mismo planeta de otra galaxia. Está claro que en la siguiente temporada acabaremos teniendo una bronca entre ambos tarde o temprano, y quién sabe si llegarán a un entendimiento y colaboren para volver a su galaxia. Ni Ahsoka ni Baylan Skol son jedis dogmáticos, van por su propio camino, aunque les diferencien los medios para conseguir sus fines, a pesar de que la supuestamente «buena» sea Ahsoka y a la vez la única que ha matado a alguien en toda la serie, porque por mucho que Shin Hati intentara matar a Sabine Wren o Baylan diera por muerta a Ahsoka, lo que cuenta es que al final no llegó a hacerlo, con lo que por muy pringados del mal que estén, lo que la serie nos pone sobre la mesa es un conflicto repleto de tonos de gris, llegando hasta a reconciliar a Ahsoka con la traición de Sabine al «venderse al enemigo» con tal de reencontrarse con Ezra.

¡La que has liado Sabine!

Un Ezra que, seguramente, es el personaje al que mejor le sienta la transición a la «imagen real»; Eman Esfandi consigue formar un personaje que reconcilia el pasado de Ezra como delincuente juvenil con su condición de jedi ya formado, de jedi empático únido a la naturaleza más que ninguno de los vistos hasta ahora y probablemente el que tenga que liderar un movimiento de coordinación y resistencia junto a Hera Syndulla (Mary Elizabeth Winstead) para conseguir movilizar al ejército de la Nueva República contra lo que se les viene encima. Se me antoja raro, eso sí, porque éso aleja a Ezra de la parte metafísica del cuadro y se lo cede todo a Baylan/Ahsoka, cuando en las series de animación siempre fue el de Lothal el que se encontró con las criaturas más extrañas de la fuerza como las ballenas espaciales o el árbol parlante. Sí, en Rebels pasaron cosas muy raras.

No, no hace gran cosa Hera en esta serie.

He querido dejar para el final a la propia Ahsoka, porque personalmente me ha acabado pareciendo el personaje más flojo de toda la serie. No dejas de ver a Rosario Dawson al ver al personaje, y su actitud es más sosa y aburrida que en sus apariciones en El Mandaloriano. Supuestamente ésto era algo intencionado, y tras su encuentro con Anakin en El Mundo Entre Mundos -o más bien, su experiencia entre la vida y la muerte- es lo que hace que se reconcilie con el universo y con sus frustraciones como maestra de Sabine y vuelva a «sonreir». Pero aun así sigue sin ser Ahsoka, es Rosario Dawson en una serie en la que el personaje menos interesante de todos es la protagonista. Pasa algo parecido, pero con menos intensidad, con Sabine y con Hera, la segunda porque no le dan mucho con lo que trabajar y la primera porque… No veo a Sabine por ningún lado. Han pasado los años, está cabreada con Ahsoka porque la «abandonó» y su única motivación real es recuperar a Ezra como sea, y lo único que eleva las escenas de ambas es Huyang, el androide jedi interpretado por David Tennant que funciona como figura paternal de ambas y explota realmente cuando se cruza por fin con Ezra.

Cuando dos personajes funcionan mejor juntos, lo último que debes hacer es separarlos por una galaxia de distancia.

Pero por lo demás… En fin, ya habéis leído el post de M’Rabo especulando con la identidad de Marrok (que no era nadie) y no creo que merezca la pena extenderse sobre personajes como Morgan Elsbeth, una fanática que acaba sacrificándose por una causa de la que se está aprovechando Thrawn. Podríamos hablar sobre la posible relación entre Baylan Skoll y los Caballeros de Ren, porque conocemos a Dave Filoni y le encanta eso de «arreglar» las películas dándoles un trasfondo que realmente de sentido a los mayores despropósitos, pero en el fondo sería pura especulación porque tampoco tiene mucha base; es posible que los Caballeros de Ren sean un grupo que apoya a uno u otro lado de la fuerza en función de cuál de ellos esté al alza, pero viendo los sables rojos que portan como que veo la cosa complicadilla. Y la verdad, prefiero no hablar de las secuelas…

Y bueno, que estos llevan sables más bien naranjas y no rojos.

Mi conclusión personal es que FIloni todavía tiene el chip de las series de animación y yo también, y por eso esta temporada me ha sabido a muy poco. Una temporada más larga con muchas más situaciones le habría dado tanto a Ahsoka como a Sabine más tiempo para evolucionar y retratar su relación, y la sensación que me ha quedado de la serie es que entre tantas escenas de acción y a pesar de lo mucho que se empeña Filoni en mostrar a los personajes hablando, su caracterización sigue siendo «de bajo relieve», y éso es lo último que habría deseado para las protagonistas de una serie que destacó por conseguir que te acabaran enamorando. Pero vaya, es Dave Filoni. El cabrón solo tiene que cogerle el tranquillo, tú dale y tiempo y verás…

 

 

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