Yo sigo inmerso en esta especie de renacimiento otaku que estoy viviendo y disfrutando enormemente de la oferta actual de anima con la que contamos. Por eso hoy quiero hacer una serie de mini recomendaciones de algunas series que me han llamado la atención en los últimos meses y que hasta ahora por diferentes circunstancias no he tenido tiempo de reseñar como se merecen (pero no descarto hacerlo en el futuro). Recomendaciones que igual son incluso necesarias ya que con la actual (y necesaria) huelga de guionistas que acaba de comenzar en Estados Unidos es probable que nos haga falta encontrar algo que ver en otra parte.
Sonny Boy
Comenzamos con la mas extraña del grupo, Sonny Boy, una serie creada para televisión por Shingo Natsume, quien también la ha dirigido. Quizás su nombre no resulte familiar a muchos, pero entre otras cosas fue el director de la primera temporada de One Punch Man (la buena) así que solo por eso ya vale la pena echarle un ojo a esta serie que a veces escapa a las clasificaciones. Aquí nos encontramos conque un grupo de estudiantes de instituto han sido transportados (edificio incluido) a otra dimensión en la que han obtenido extraños y a veces inútiles poderes. A partir de ese punto se inicia un delirante viaje a través de un multiverso de mundos insólitos y surrealistas mientras tratan de regresar a su hogar. Pese a lo que pueda parecer por su premisa no estamos ante una serie de aventuras, no exactamente, sino a una serie que oscila entre el surrealismo y el drama psicológico en la que estos estudiantes aprenden sobre si mismos y sus compañeros. Se trata de una serie que es mejor tomarse con calma, poco a poco, no en uno de esos maratones frenéticos que le gustan a Diógenes, pero que tan solo por su originalidad tanto en lo que cuenta como por los experimentos visuales que permite una historia como esta, vale la pena descubrir.
Mashle
En un mundo en el que la magia lo es todo y esta es utilizada incluso para las actividades mas mundanas, nacer sin ella es ilegal. Por ello el joven Mashle vive escondido en el bosque con su abuelo para que nadie sepa de su existencia mientras se entrena físicamente sobrepasando todos los limites. Pero un día su existencia es descubierta y tendrá que recurrir a su fuerza sobrehumana para ocultar su falta de habilidades mágicas si quiere sobrevivir. Básicamente podríamos decir que esta serie, basada en un manga de Hajime Kōmoto, es como si soltasen al Saitama de One Punch Man (de hecho este Mashle parece una fusión nada disimulada de los dos personajes mas famosos del mangaka conocido como One, Saitama y Mob) en el mundo de Harry Potter para hacer el cafre. Dotada de un humor muy absurdo y una animación algo barata en ocasiones, las situaciones en las que este joven de pocas luces, gran corazón y músculos inhumanos para ocultar su falta de poderes es lo mejor de la serie. Y aunque esta es una formula que podría agotarse rápidamente (que se lo digan al pobre Saitama al que tanto le debe) de momento las situaciones absurdas en las que se mete Mashle y las brutísimas soluciones a la que recurre para salir de estas resultan de lo mas divertidas.
Heavenly Delusion (Tengoku Daimakyō)
Basada en el manga de Masakazu Ishiguro, en esta serie nos encontramos con que han pasado quince años desde que un desastre arraso la civilización y los supervivientes se han adaptado como han podido a este nuevo mundo plagado de criaturas monstruosas y criminales que se aprovechan de los mas débiles. Organizaciones secretas con propósitos nada claros, gente con habilidades sobrehumanas, científicos locos y varios adolescentes que no saben que es lo que esta sucediendo realmente ni de que forma están conectados entre si. Se trata de una de esas series repleta de misterios (y drama de ese que Diógenes llama “intensito”) que van creciendo y acumulándose y de la que uno puede esperarse cualquier cosa, pero lo visto hasta ahora resulta prometedor y adictivo y si mantiene hasta el final el nivel de los episodios emitidos hasta ahora podríamos estar ante una de las series del año.
Moriarty el patriota (Yūkoku no Moriarty)
Basada en el manga de Ryōsuke Takeuchi y Hikaru Miyoshi, que se inspira en la obra de Arthur Conan Doyle, aquí nos encontramos con una serie bastante fiel al personaje literario y contada desde el punto de vista de un villano que no lo es tanto. Y es que aunque este Moriarty (aquí acompañado de dos hermanos creados para la ocasión) también es un genio criminal que se dedica a planificar crímenes por encargo y eventualmente se tendrá que enfrentar a su archiconocida némesis, es en sus motivaciones donde difiere este de la versión de Conan Doyle. Porque aquí nos encontramos con un Moriarty con unos propósitos nobles, crear una sociedad mas justa donde todos los ciudadanos sean auténticamente iguales, aunque para ello tenga que arrasar dicha sociedad hasta los cimientos y dejar tras de si un rastro de cadáveres. Y es en esa dicotomia del personaje donde reside lo apasionante de esta serie, ya que pese a lo brutales de sus métodos resulta muy difícil no estar de acuerdo con el. Y claro, también ayuda que si uno es fan de Sherlock Holmes de toda la vida como es mi caso, el disfrute es aun mayor.
My Dress-Up Darling (Sono Bisuku Dōru wa Koi o Suru)
Esta serie es un caso especial, ya que se trata de una serie de romance adolescente algo ñoña que ha conseguido cautivar incluso a Diógenes, y solo por eso ya vale la pena echarle un ojo. Basada en el manga de Shinichi Fukuda (incomprensiblemente rebautizado aquí como Sexy Cosplay Doll) Aquí nos encontramos con Gojo, un adolescente tímido e inseguro a quien su pasión por seguir la tradición familiar de crear muñecas de porcelana tradicionales le ha convertido en un bicho raro a los ojos de sus compañeros. Pero su vida cambia radicalmente cuando Marin, una compañera de clase que es opuesta a el en todos los sentidos, descubre su habilidad cosiendo y le pide ayuda para elaborar los trajes para sus cosplays. Pero pese a que la historia suena a que la hemos visto mil veces, esta contada de una forma tan tierna y sensible que es difícil evitar que atrape al lector. En eso ayuda que Shinichi Fukuda le ha dado la vuelta a algunos tópicos del genero y ha sabido crear unos personajes que rebosan autenticidad que actúan de verdad como dos adolescentes enamorados y torpes. El resultado es una de las series mas positivas y optimistas que me he encontrado en mucho tiempo y que casi son capaces de reconciliar a uno con el mundo.
Esto no es mas que una mínima parte de todo lo que me he visto en los últimos meses y a lo que habría que añadir incontables estrenos mas que no he tenido tiempo (o ganas) de echar un ojo. Pero esta claro que el mundo del anime esta pasando ahora por un momento bastante bueno con una oferta bastante amplia en la que es difícil que alguien no encuentre alguna serie a su medida. (aunque ahora mismo hay pocas series mejores actuales que Dr Stone y Lamu)