Hoy toca hablar de un cómic que pese a haber cumplido ya mas de tres décadas es al mismo tiempo de lo mas moderno pero también muy hijo de su época, el Irresistible/Breathtaker de Mark Wheatley y Marc Hempel. Una serie limitada que hasta ahora había permanecido injustamente inédita en nuestro país y que en el suyo de origen llevaba casi tres décadas sin reeditarse pero que ahora esta pudiendo ser redescubierta por nuevas generaciones de lectores gracias a la reedición por aquí por parte de Dolmen y para el publico angloparlante por Titan Books. Y lo que podremos encontrar aquí es una serie en la que el deseo, el amor y el terror van de la mano para dar forma a un cómic por el que parece que no han pasado los años.
Chase Darrow es literalmente irresistible y cualquier hombre que la conozca cae perdidamente enamorado de ella hasta ser completamente consumido por ese amor. Esa es la maldición que Chase ha acarreado toda su vida, la de ser amada por todos quienes la conocen pero sin ser capaz de atreverse a amar a nadie porque sabe que destino les depara a aquellos a quienes deja acercarse demasiado. Pero cuando ese ciclo destructivo que siempre ha sido su vida se repite una vez mas Chase decide rendirse y alejarse de todo para vivir una existencia solitaria donde no vuelva a poner en peligro a nadie. Un deseo que quizás no pueda llevar a cabo ya que se ha colocado en el punto de mira de una poderosa organización para quienes también, en cierto modo, es irresistible…
Irresistible/Breathtaker nació en una época peculiar (1990), cuando mientras una parte de la industria se dirigía poco a poco hacia lo que acabo siendo Image y sus imitadores (el horror), en parte de DC cómics seguían la estela abierta por Mike Gold. Este fue el editor de la propia Breathtaker, un proyecto que seguía el rumbo que el había iniciado cuando co-fundó First Comics creando comics orientados hacia un publico algo mas adulto y donde editó títulos como el American Flagg! De Chaykin, el Grimjack de Ostrander y Truman, el Nexus de Baron y Rude, el John Sable de Grell o el Dreadstar de Starlin. Un editor que cuando regreso a DC siguio en la misma linea llevandose a muchos de aquellos autores consigo y junto con ellos lanzó series como la Sombra de Chaykin, el Green Arrow de Mike Grell, el Hawkworld de Truman y Alcatena y el Question de Denny O’Neill y Denys Cowan. Series que indicaban que en DC buscaban activamente aumentar su espectro de publico.
Mientras que por otro lado también allí Alan Moore había iniciado una revolución similar con su Cosa del Pantano, serie que dio paso a otros ahora clásicos como Hellblazer, La Doom Patrol o Sandman, que junto con miniseries como Kid Eternity, Orquídea Negra, The Psycho o Justice Inc entre muchas otras acabaron desembocando en la creación de la Linea Vértigo de Karen Berger. Y justo ahí en medio le toco aparecer a Irresistible/Breathtaker, pero un encadenamiento de circunstancias contribuyo a que esta serie no llegase a ser tan popular como sus contemporáneas pese a que vendió bastante bien. Por un lado apareció en una época que como señalamos tuvo que compartir espacio con series que se convirtieron en mitos del cómic y que la dejo un tanto eclipsada. Algo similar a lo que les sucedió a Wheatley y Hempel, que pese a su gran talento, quizás el no ser tan prolíficos como muchos de sus compañeros (a lo mejor si hubiesen sido británicos les habrían prestado mas atención) evito que se convirtiesen en estrellas del cómic que arrastran lectores, y el golpe definitivo fue la marcha de Mike Gold de DC. Wheatley y Hempel se encontraron con que trabajar con los sustitutos de Gold no era lo mismo, y que estos no solo no respetaban su trabajo de la misma manera que aquel, sino que pretendían decirles lo que debían hacer en dicha secuela, algo que acabo con las ganas de Wheatley y Hempel de continuar esta serie y se pasaron los años siguiente tratando de recuperar los derechos de la misma para poder continuarla como ellos querían.
Pero aunque en su momento Irresistible/Breathtaker quedase algo eclipsada, tanto que en nuestro país ni la vimos ni de la mano de Zinco ni de la de Norma (quizás no vendieron demasiado bien aquellos experimentos pre-Vertigo que si llegamos a ver por aquí por parte de Zinco) ahora tenemos la oportunidad de redescubrirla, una lectura que provoca una curiosa sensación. Y es que pese a que es innegable que esta serie es hija de su tiempo, tanto por los temas que toca como por su estética, en muchos aspectos es un cómic bastante moderno. Aquí lo que nos encontramos es con una historia que sabe aunar el amor, el deseo, el sexo y el terror con la parodia del genero superheroico y la critica social en un cóctel explosivo.
Wheatley y Hempel actualizaron en esta serie ciertos elementos clásicos del genero de terror para darles un poco la vuelta. De esa forma Chase no es simplemente una mujer fatal que va dejando un rastro de cadáveres allá por donde pasa por culpa de sus habilidades/maldición. Chase aquí es también una victima, una que carga con una maldición que le vino impuesta por otros, y aunque no fue la primera historia que nos presentaba a personajes de similares características como victimas de su condición, es la forma en la que nos lo plantean lo que la hace destacar. A través de este personaje se nos lleva hasta la objetificación de la mujer a su extremo, y tanto para quienes caen presa de su poder como para quienes quieren utilizarlo para sus propio fines Chase es poco mas que un trofeo, algo que ganar a cualquier precio pasando por encima de quien haga falta, sin que los deseos de esta sean tenidos jamás en cuenta, reforzando esa cualidad de maldición de su condición.
Un personaje que tiene su contrapunto en el “Puto Amo” (The Man en el original) y que aunque en la superficie parece una simple parodia de en lo que se estaba convirtiendo el genero superheroico en aquellos años noventa, no muy en el fondo es una critica hacia la masculinidad mas toxica. Este es mas macho que nadie, mas grande, mas fuerte, soluciona sus problemas con la violencia, conduce un coche potente y las mujeres le adoran… y es otra victima como lo es Chase. El Puto Amo es alguien que en cierto modo su destino tampoco le pertenece y cuya vida, actitud, modo de vida y personalidad están moldeadas por lo que se espera de el que sea. A medida que vamos conociendo mejor a este personaje nos encontramos con multitud de paralelismos con Chase pese a parecer en principio completamente opuestos, y pese a no ser un personaje heroico hay momentos en los que es difícil no sentir compasión por el. Un personaje que no deja de ser también un buen recordatorio de que por muchos que algunos lloriqueen, la critica social contra el machismo no es precisamente un invento reciente.
Y entre estos dos personajes, tan diferentes pero tan similares al mismo tiempo, se entabla una persecución sin tregua en la que a veces no esta claro quien es la presa y en la que Wheatley y Hempel consiguen sorprender al lector alejando la historia de los derroteros mas previsibles. Pero pese a tenerlo todo para triunfar (y a nivel de ventas lo hizo por lo que cuentan sus autores) y haber podido convertirse en otro de los grandes títulos de Vértigo., las circunstancias mencionadas mas arriba impidieron que este proyecto tuviese continuidad y durante décadas fue solo un cómic fugaz que merecía haber tenido mas suerte pero que había dejado un recuerdo indeleble en quienes lo habían leído.
Pero no quería acabar sin mencionar como este cómic ha conseguido renovar y aumentar el respeto que ya sentía hacia Marc Hempel. Yo a este solo lo conocía por su trabajo en el genial Gregory (reseñado en la prehistoria del blog) y Tug & Buster, por lo que acostumbrado al trazo caricaturesco e infantil que utilizaba en aquellas series, encontrarme con su trabajo en este Irresistible/Breathtaker ha sido como descubrirle de nuevo (estas espectaculares portadas son pequeñas obras de arte que literalmente se han expuesto en un museo) y darme cuenta de lo tremendamente versátil que es realmente Hempel.
Un “nuevo” (para mi) Hempel que además de su ya mencionada versatilidad muestra aquí un extraordinario dominio sobre el color, rompiendo el naturalismo del coloreado del cómic en momentos concretos para resaltar a través de un uso mas radical y surrealista los cambios de estado de animo o el estado mental de sus protagonistas.
Y por suerte para los que no tuvimos la suerte de descubrirlo en su día, Wheatley y Hempel no se olvidaron de este cómic en el que volcaron tanto cariño y talento, y la idea de relanzarlo seguía ahí. Así fue como a través de una campaña de crownfunding y mucho trabajo se dispusieron a realizar una edición remasterizada y ampliada de su cómic, en la que Hempel redibujo y añadió un buen puñado de paginas y ya llevan tiempo hablando de realizar aquella malograda secuela. Y es esta versión mejorada la que nos ha llegado ahora aquí de la mano de Dolmen en formato de lujo para poder disfrutar de esta pequeña joya que con algo de suerte sera solo el primer capitulo de una saga que Wheatley y Hempel podrán continuar por fin tras tres décadas de espera.