Cuando hace mes y pico hable por aquí de como Star Trek: Strange New Worlds estaba resultando ser todo lo que esperaba que fuese y mucho mas Diógenes ya salto en su faceta de Ebenezer Scrooge para destruir mis ilusiones con la serie repitiendo lo de siempre que era pronto para juzgarla. Pero con la emisión del final de de su primera temporada la semana pasada ya puedo decir sin la mas mínima duda de que si cuando había visto tres episodios la serie me había encantado, ahora tras haber visto la primera temporada completa puedo asegurar que esta serie es lo mejor que he visto de Star Trek en muchísimos años (con permiso de Lower Decks)
Aun a riesgo de repetirme sobre lo que dije en su día, me reitero en todo lo que decía en aquel articulo y de como todo lo que apuntaba la serie en sus primeros episodios se ha conservado hasta el final. El carácter episódico de la serie a imagen y semejanza de la original, un buen ritmo derivado de esta formula que ha evitado que la serie recurra al relleno para estirar la trama y una excelente caracterización de personajes que ha conseguido que en una sola temporada conozca mejor y me importen mas sus protagonistas que otras series de la franquicia en cuatro. Aunque por encima de todo lo que mas destaca es un cariño y respeto enorme por la serie original que han llevado hasta el extremo consiguiendo que en ningún momento de la sensación que estemos ante un simple remedo de aquella.
Y es que mientras en otras series de la franquicia como Discovery, Lower Decks o Picard buscaban diferenciarse de la serie original y encontrar su propia identidad sin alejarse demasiado del espíritu de este universo de ficción, Strange New Worlds ha seguido el camino contrario y ha abrazado con entusiasmo todo aquello que hizo grande a la creación de Gene Roddenberry hace mas de medio siglo. Algo que se ha conseguido actualizando el espíritu de la serie original a los tiempos modernos sin perder de vista el mensaje que esta buscaba transmitir.
A lo largo de sus diez episodios quienes ya conocíamos la serie clásica nos hemos encontrado con un montón de situaciones tremendamente familiares. La tripulación del Enterprise enfrentándose a dilemas éticos y morales en ocasiones imposibles, primeros encuentros con civilizaciones extraterrestres que desafiaban todo lo que la Flota Estelar creía conocer sobre la vida, nuevas versiones de viejas especias clásicas, episodios mas distendidos en los que Pike y su gente tenían que hacer frente a situaciones tan estramboticas como muchas de las que en su día se encontró (o encontrara) Kirk.
Algo especialmente patente en su episodio final, con un entrañable y apasionante homenaje hacia uno de los episodios mas recordados de la serie clásica así como a otros momentos importantes de la franquicia. Y es que Strange New Worlds no parece querer limitarse simplemente a rellenar el hueco que existe antes de que James Kirk tomase el mando de la Enterprise, y en esta primera temporada hemos tenido algún cameo sorpresa que otro con el que quizás sean capaces de redimir algunos de los momentos menos memorables de la franquicia. Aunque habrá que esperar aun un poco mas para comprobar si esto es así y no se trataba de simples guiños para los mas veteranos.
Por todo ello le deseo una larga vida, y múltiples temporadas, a Star Trek: Strange New Worlds, porque lo que han conseguido con esta serie su equipo delante y detrás de las cámaras tiene muchísimo merito y se merecen todo el éxito del mundo. Y a quienes no se hayan animado aun a verla, quizás desanimados por la irregularidad que han tenido otras series recientes del universo de Star Trek (excepto Lower Decks que es perfecta) les animo a que le den una oportunidad tanto si se es fan de Star Trek como si no, porque además de sus virtudes como mas que digna heredera de la serie original es de lo mejorcito dentro del genero de la ciencia ficción que se puede ver ahora mismo.