A estas alturas sobra decir que la ciencia ficción me apasiona, por lo que suelo darle una oportunidad a todo lo que se va estrenando del genero para ver si hay suerte, algo que suele darme mas de un disgusto. Pero con Star Trek: Strange New Worlds tenia mas esperanzas de lo habitual, una serie con unos personajes y mundo que ya conozco y tocando los elementos del genero que mas me gustan. Y tras haberme visto los tres primeros episodios puedo respirar aliviado al afirmar que la serie ha sido todo lo que esperaba que fuese y mucho mas.
El espacio, la frontera final. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise. Su misión de cinco años: explorar nuevos y extraños mundos, buscar nueva vida y nuevas civilizaciones, e ir con audacia a donde nadie ha ido jamás.
Tengo que reconocer que cuando se anuncio esta serie era medianamente escéptico. Si, me había gustado lo que había visto del Capitán Pike y la tripulación de su Enterprise en la segunda temporada de Star Trek Discovery y tenia ganas de ver mas de los viajes de la famosísima nave antes de la llegada de Kirk, pero al mismo tiempo me inquietaba que la calidad de esta nueva era televisiva de Star Trek ha sido un tanto irregular. Si, Lower Decks es genial y adoro cada episodio de la misma, pero Discovery ha tenido muchos altibajos a lo largo de sus cuatro temporadas y Picard tuvo una primera temporada bastante divertida seguida por una segunda en la que parecía que no sabían que querían contar y a la que le sobraba mas de la mitad de sus episodios, así que tenia esperanzas pero no demasiadas. Pero con tan solo tres episodios Strange New Worlds me ha conquistado.
Esto lo han conseguido a través de algo tan sencillo como regresar a los orígenes, recuperando la formula de la serie original de Gene Roddenberry actualizada a los nuevos tiempos y llevándonos a descubrir todas las maravillas que encierra el espacio. Porque Strange New Worlds se aleja (de momento) de la estructura de Discovery y Picard y de sus amenazas cósmico-apocalipticas para volver a contar historias auto conclusivas que nos permiten conocer cada semana diferentes mundos y especies, evitando caer en el “relleno” que mas de una vez hemos sufrido en las otras series. Conservando también de la serie original aquel optimismo y “sentido de la maravilla” que se echaba un poco de menos (que lo hay en las otras series modernas, pero a veces demasiado ahogado por el drama y la tragedia).
Una serie que cuenta además con la peculiaridad de tener al frente a un veteranísimo protagonista rescatado ahora para las nuevas generaciones, el Capitán Cristopher Pike. Un personaje mas antiguo aun que el propio Capitán Kirk y que interpretado por Jeffrey Hunter protagonizó en 1965 “The Cage”, el episodio piloto no emitido de la serie original de Star Trek. Un episodio cuyo metraje fue reutilizado para dos episodios de esa primera temporada («The Menagerie») revelando el inesperado y fantástico destino del predecesor de Kirk, a quien aquí dio vida Sean Kenney. De Pike no se volvió a saber nada durante mas de cincuenta años Sin contar sus apariciones en las películas del reboot) hasta que fue reintroducido en ST: Discovery de la mano de Anson Mount para co-protagonizar su segunda temporada, una actualización del personaje que cautivo al publico y que acabó desembocando en la serie que tenemos ahora entre manos.
Este viejo/nuevo Capitán Pike es un arquetipo bastante clásico, muy en la linea de lo que era Kirk. Es un tipo carismático, heroico y noble, que trata de encontrar soluciones pacificas para los problemas que encuentra y cuyas principales armas son la empatía y la diplomacia, algo casi anacrónico hoy en día pero muy bienvenido. Un Pike a quien además le pesa profundamente el conocer parte del destino que le espera, pero que pese a ello no ha perdido del todo su optimismo y sigue decidido a hacer lo correcto con el tiempo que le queda. Algo que Anson Mount consigue transmitir a la perfección y que va camino de convertirse en uno de mis capitanes favoritos de la saga.
Acompañándole en esta misión tenemos una mezcla de caras conocidas entre las que encontramos personajes casi olvidados de la saga con otros icónicos y míticos y algunos de nuevo cuño con mucho potencial. Del episodio piloto original tenemos a Una/Number One, la segunda al mando del Enterprise, interpretada aquí por Rebecca Romijn a quien ya conocíamos, como al nuevo Pike, de su aparición en Discovery, serie en la que también al nuevo Spock al que da vida Ethan Peck (nieto de Gregory Peck nada menos). De entre los personajes icónicos nos encontramos con la aquí aun joven cadete Nyota Uhura, con la actriz Celia Rose Gooding interpretando al personaje al que Nichelle Nichols convirtió en mítico. Y escarbando en el canon de la franquicia se ha rescatado a otros dos personajes de la serie original como el Doctor M’Benga, con Babs Olusanmokun repitiendo el papel que en su día interpreto Booker Bradshaw, y la enfermera Christine Chapel, con Jess Bus modernizando el personaje al que originalmente dio vida Majel Barrett, quien curiosamente también fue Una en “The Cage” además de ser la esposa de Gene Roddenberry.
Un reparto de viejos conocidos (mas o menos) al que se ha unido un pequeño grupo de nuevos personajes que de momento tienen bastante potencial. Y uno de los mayores aciertos que le estoy encontrando a Strange New Worlds es como se están esforzando en desarrollar poco a poco a todos estos nuevos y viejos personajes en lugar de centrarse solo en los protagonistas. Porque uno de los mayores problemas que le había encontrado a su predecesora, ST: Discovery, es que tras cuatro temporadas aun hay personajes cuyos nombres soy incapaz de recordar y de los que prácticamente no sabemos nada, y eso es un fallo importante. Aquí en cambio el reparto de personajes es algo mas pequeño y en cada uno de los tres episodios emitidos hasta la fecha se ha ido poniendo el foco en algunos secundarios diferentes, permitiéndonos conocerlos mejor, saber que les motiva, que es lo que buscan o desean, evitando que se conviertan en parte del decorado, y eso es algo de agradecer.
Y dejando a un lado como se ha mantenido ese “espíritu” de la serie original y ese reparto repleto de personajes mas o menos conocidos, otro aspecto que quiero destacar de la serie es su estética. Algo que se criticaba mucho de Discovery cuando se estreno era lo poco que encajaba en ese sentido a casi todos los niveles con la época en la que se desarrollaba, algo de lo que han tomado buena nota aquí. Con las mejoras obvias en cuanto a materiales y tecnología comparado con lo que contaba Gene Roddenberry en los sesenta, en Strange New Worlds se han esforzado al máximo por respetar la estética. de la serie original, sin miedo a tener un diseño demasiado retro, en cuando a los interiores de la Enterprise o los uniformes, consiguiendo que parezca una serie actual pero que no desentona en absoluto con lo que conocíamos de los viajes originales de Kirk y compañía.
En resumen, Star Trek: Strange New Worlds es el complemento perfecto para el resto de las series de esta moderna era de Star Trek, ofreciéndonos un punto de vista diferente y muchísimo mas clásico que el resto y que debería satisfacer a quienes nunca han estado demasiado contentos con las otras (excepto con Lower Decks porque me niego a creer que exista gente que no adore esa serie). Pero además se trata de una serie de ciencia ficción realmente buena y con un potencial tremendo que debería encantar a cualquier amante del genero y que no requiere ser un gran conocedor de esta franquicia, por lo que es un punto de entrada bastante bueno para adentrarse en el mundo de Star Trek.