Comienza la era de la infamia en Brainstomping, esa en donde no se puede hablar de lo que uno quiere sino que me tengo que limitar a escoger algo que pertenezca a alguno de los temas de la lista pre-aprobada por Diógenes. Así que hoy hablare de una comedia (las comedias televisivas aun son un tema permitido en la República Democrática de Brainstomping) que se ha estrenado recientemente y que ha cosechado un tremendo éxito de critica y publico, Abbott Elementary. Una de esas comedias amables que tanta falta nos hacen a veces, especialmente en estos tiempos que corren.
Ser maestro en un colegio publico como Abbott Elementary en Filadelfia no es exactamente un camino de rosas. El presupuesto escasea, los medios son los mínimos, los libros están desactualizados y los alumnos, en su mayor parte provenientes de familias de bajos recursos tienen necesidades que ni sus familias pueden proveer. Pero Janine y sus compañeros no están ahí para hacerse ricos, sino porque creen en lo que hacen y en que su trabajo puede cambiar vidas, por lo que pese a tenerlo casi todo en contra van a luchar contra lo que haga falta para conseguir darle a sus alumnos la mejor educación posible.
Se que vista así la serie no parece gran cosa, pero teniendo en cuenta que The Office giraba en torno a una empresa que vendía papel y que es una de las comedias mas divertidas de las ultimas décadas, es mejor dejar las apariencias a un lado y dejarse llevar. Y como aquella, u otras como Parks and Recreations (de las que copia el formato de falso documental), Brooklyn Nine-Nine, Ted Lasso o incluso en cierto modo The Good Place, nos presenta una versión hasta cierto punto idealizada de un lugar de trabajo, centrada en el día a día de quienes trabajan allí. Una visión que probablemente (y tristemente) no es del todo realista, pero si algo a lo que se debería aspirar.
Una serie que le debemos a Quinta Brunson, protagonista y creadora de la serie. Esta actriz, guionista, productora y cómica comenzó su carrera en 2014 con una webserie en instagram, de donde salto a producir y desarrollar webseries para BuzzFeed, Youtube Red o Verizon o Facebook Watch, proyectos que le permitieron ganar muchísima experiencia en los diferentes aspectos del desarrollo de una serie delante y detrás de la cámara ademas de ganar cierta popularidad. De allí. salto a televisión, donde alterno el desarrollo de algunos pilotos que no fueron escogidos para convertirse en series con pequeños papeles aquí y allá y algunos trabajos como guionista. Pero su perseverancia y su experiencia acumulada al final dieron sus frutos el pasado año, cuando la ABC dio luz verde a Abbott Elementary.
Su personaje viene a ser el alma de la serie, una maestra joven con apenas un par de años de experiencia que aun esta llena de ilusión por su trabajo y que rebosa de ganas de cambiar el mundo. Un personaje que podría haber resultado repelente, pero a quien el talento de Brunson y su forma de transmitir esa inocencia y determinación de Janine, siempre intentando ver lo mejor en los demás pero con los pies anclados en la realidad, hacen que se convierta en un personaje entrañable. Pero aparte de Janine hay un par de personajes mas que merecen ser destacados, pese a que todo el reparto esta perfecto en sus papeles. Barbara (una genial Sheryl Lee Ralph) es todo lo que Janine quiere llegar a ser, una maestra de primaria veterana con un par de decadas de experiencia a sus espaldas a la que Janine siempre acude a por algun consejo. Y aunque de ella se ha apoderado cierto cinismo y resignación sobre la situación de la educación publica, no deja de desvivirse por sus alumnos porque para ella son lo mas importante del mundo y acaba como el resto contagiandose por el entusiasmo e idealismo de Janine.
Y por ultimo quiero destacar a Ava (Janelle James), la directora del colegio. Una mujer escandalosa, frívola, egoísta y superficial, absolutamente inepta para su trabajo y que parece interesada solamente en cobrar su sueldo e ignorar todas las responsabilidades de su trabajo. Pero no tardamos demasiado en poder ver lo que hay detrás de esa fachada, que Ava no es una simple caricatura o la “mala” de la serie, que hay alguien ahí a quien podría valer la pena conocer y a quien la influencia de sus compañeros esta cambiando para mejor. Y ahí Janelle James lo borda al mostrarnos todas esas facetas de su personaje y conseguir que empaticemos con Ava aunque muchas veces lo que queramos sea tirarle algo a la cabeza.
Es cierto que estos, así como el resto de personajes, a veces “pecan” de ser demasiado nobles y decentes, de ser maestros vocacionales a los que por encima de todo les preocupan sus alumnos y están dispuestos a hacer cualquier sacrificio para darles todo lo que necesiten (bueno, Ava no del todo). Algo que se extiende incluso a aquellos que pueden parecer a primera vista algo mas cínicos o egoístas, pero que acaban rindiéndose a la influencia de sus compañeros y mostrando su lado mas generoso. Algo que como digo quizás no sea algo muy “realista” (aunque quiero pensar que hay mucha mas gente así por ahí suelta de lo que parece a veces), pero me encantan este tipo de comedias tan reconfortantes que durante unos minutos nos hacen soñar con un mundo un poco mejor.
Pero todo esto no impide que, como hacen en las otras comedias anteriormente citadas, detrás de ese humor amable e idealista se encuentre una buena carga de critica social también muy necesaria. En Abbott Elementary no se disimula un ápice la critica a la situación de la educación publica estadounidense (que por desgracia podemos extender prácticamente a cualquier país del mundo, incluido el nuestro) a esa falta de medios que obliga en muchas ocasiones a hacer malabarismos con lo poco de lo que se dispone, con los maestros literalmente mendigando por Internet donaciones de material escolar para sus alumnos o pagándolo de su bolsillo (algo que por desgracia es muy real). Porque la alternativa, como sucede a menudo en la realidad, consiste en rendirse y dejar que los críos pasen por el sistema escolar como si de un tramite se tratase.
Todo esto hace de Abbott Elementary una serie perfecta para quienes busquen algo reconfortante con lo que pasar un buen rato y que al mismo nos recuerde que hay cosas que se pueden y deben hacer mejor en el mundo. Aparte de que siendo una serie de tan solo trece episodios de apenas veinte minutos, una serie que se puede ver en un fin de semana. Y si la serie, como a mi, deja con ganas de mas, el mes pasado fue renovada para su segunda temporada, así que aun nos queda un poco mas por descubrir de estos entrañables personajes.