A estas alturas supongo que todo el mundo conoce ya la triste noticia, pero hace un par de días George Pérez anunció que padece un cancer de páncreas terminal y que no le queda demasiado tiempo de vida. Una noticia devastadora y trágica para todos quienes nos gusta el cómic superheroico y para el mundo del cómic en general y a la que sinceramente no sé cómo enfrentarme, aparte de recordando todos los motivos por los que George Pérez siempre ha sido uno de mis artistas (diría dibujante, pero en su caso solo puedo decir artista con mayúsculas) favoritos.
Yo no sé si tendría la entereza que está demostrando George Pérez ahora mismo de encontrarme en su situación, viendo como esté planeando realizar un último encuentro masivo con sus fans para despedirse de ellos y tratando de aprovechar al máximo cada día que le queda, pero supongo que ante una situación como esta es mejor hacer eso que dejarse llevar por la desesperación ante lo inevitable. Mientras que yo ante esta noticia llevo dos días sin saber ni que escribir por lo que le está sucediendo a una persona a la que jamás he conocido.
Pero es que para mi, y para muchísimos otros en todo el mundo George Perez no es simplemente un dibujante de cómics de superhéroes, es una parte fundamental del genero y sin quien muchos no podemos concebir el cómic de superhéroes. Yo no recuerdo exactamente cual fue el primer cómic suyo que leí, aunque probablemente fue ese infame Avengers 200 en edición de Surco, un cómic que pese a lo problemático que resulta su historia, para un niño en 1982 aquello fue un espectáculo visual como pocos.
La primera vez que me encontré con la historia de amor de la Visión y la Bruja Escarlata, la mejor versión de la Bestia, los Vengadores enfrentados a dinosaurios, naves espaciales, mosqueteros, caballeros medievales y hombres prehistóricos… Pese a los años transcurridos y a que ahora comprendo mucho mejor la historia de lo que lo hacía entonces, me resulta imposible no volver a emocionarme como un crío cada vez que lo vuelvo a leer y me reencuentro con el increíble trabajo de un Pérez que pese al entintado de Dan Green (que no le sentaba tan bien como los de Dick Giordano, Romeo Tanghal o Bruce D. Patterson unos años más tarde) brillaba como nadie.
Probablemente después de eso leí algún otro cómic suyo de Vengadores o los 4 Fantásticos, pero lo mejor estaba aun por llegar. Primero fueron aquellos espectaculares Nuevos Titanes en los que consiguió que un puñado de personajes absolutamente desconocidos para mi, con la excepción de Robin, se convirtiesen en uno de mis cómics favoritos de aquella década, y poco después la autentica explosión artística que me convirtió en admirador suyo para siempre y uno de los primeros autores cuyo nombre memorice como sinónimo de calidad, Crisis en Tierras Infinitas.
Pese a los años transcurridos aun recuerdo la emoción de ir a la pequeña papelería en la que compraba los cómics en aquella época para ver si había llegado un nuevo numero de Crisis y cómo cada vez que conseguía uno nuevo los devoraba repasando cada viñeta y cada detalle, sin saber nada de cuestiones artísticas pero teniendo claro que si Perez dibujaba algo aquello iba a disfrutarlo a lo grande.
No conocía a la mayor parte de los personajes, la historia a veces me sobrepasaba, pero el trabajo de Perez era inmenso. Por aquel entonces no conocía a ningún dibujante capaz de dibujar esas ingentes multitudes de personajes y que todos fuesen reconocibles y estuviesen haciendo algo, no simplemente estando ahí al fondo haciendo bulto. Personajes que se movían por mundos creados con un nivel de detalle tan minucioso como imponente, acción desarrollándose a diferentes niveles de profundidad, fondos complejisimos que parecían reales… Aquello era un cómic de los que valía la pena releer una y otra vez en buena medida gracias a a su trabajo, en el que uno podía encontrar algo nuevo en cada relectura, y que en esa especie de epilogo que fue Historia del Universo DC tuvo el complemento perfecto.
Y Pérez mantenía un nivel artístico altísimo que parecía ir a mas, como comprobé poco después con su Wonder Woman, un personaje del que por aquellos años sabia muy poco (si vi la serie de Lynda Carter no la recordaba y conocía mas a la Diana de Tierra-2 por verla en Infinity Inc que a su versión joven) y de quien George Perez me convirtió en fan durante una larga temporada. Aunque ya le había visto tocar el tema mitológico en sus Titanes aquí de nuevo se superó a si mismo en un cómic en el que da la impresión de que lo dió todo de si mismo. No solo por convertirse aquí en autor completo y demostrar que podía ser un guionista bastante competente, si no que a nivel artístico dió la impresión de querer ir mas allá y conseguirlo.
Aspectos en los que a veces flojeaba, como en el diseño de personajes, en el que a veces se le iba la mano recargando demasiado sus creaciones, aquí se le veía más inspirado que nunca, o quizás es que estos personajes se prestaban mas a ese “barroquismo” suyo, pero el resultado fue espectacular y nos regalo un Olimpo inolvidable con el Ares más aterrador de toda la historia.
Más o menos paralelamente a aquello pudimos disfrutar también de su trabajo en Superman, y mientras se preparaba para celebrar el cincuenta aniversario de Wonder Woman por todo lo alto con el evento War of the Gods, Jim Starlin y Marvel le pusieron delante un proyecto de esos a los que no se les puede decir no: Infinity Gauntlet, uno de esos eventos que definieron una época hasta el punto de que fue el colofón elegido para los diez primeros años del Universo Cinematográfico Marvel, adaptando en la gran pantalla tal cual algunas de las viñetas del gran George. Sin embargo y porque la vida es como es, Pérez se encontró que no podía abarcar sus proyectos en DC y Marvel lo que, unido a algunas diferencias de opinión respecto a los guiones de Starlin, provocó que Pérez tuviera que dejar la serie al poco tiempo para ser reemplazado por un Ron Lim que ni en su mejor día podía soñar con estar a su altura.
Y entre el plantón a Marvel y que en DC ninguneaban el cincuenta aniversario de Wonder Woman -para no variarpor aquí ya hemos hablado bastante sobre lo mucho que ninguneó la editorial a Diana casi hasta que sacaron su película- Pérez decidió dejar las dos grandes para sumarse a un proyecto un tanto exótico, el Ultraverso de Malibú donde creó su propia versión de los Vengadores/Liga de la Justicia junto a Gerard Jones: Ultraforce. Serie que no llegue a conocer hasta un tiempo después, por lo que el siguiente trabajo suyo que leí fue su colaboración con Peter David en la miniserie Hulk: Futuro Imperfecto, en la que de nuevo demostró que seguía siendo uno de los grandes no solo a la hora de dar vida a batallas más grandes que la vida, sino a convertir sus paginas en pequeñas obras de arte en las que uno podía perderse admirando cada pequeño detalle.
Y a finales de los 90 llegaría su regreso a la grandeza y su regreso a los Vengadores, encargándose junto con Kurt Busiek de una etapa muy necesaria en aquellos años que algunos han tachado de demasiado clásica y retro pero que sigue siendo todo un placer leer y que en aquellos años tras encrucijadas y Heroes Reborn fue un soplo de aire fresco que nos vino muy bien a lectores y personajes. Una etapa que casi podría considerarse un prologo de un esperadisimo proyecto con el que de nuevo George Perez consiguió hacerme sentir como un niño, el crossover entre los Vengadores y la JLA.
Con el JLA/Avengers George Pérez nos devolvió aquel sentido de la maravilla de su Crisis en Tierras Infinitas, aquella historia mas grande que la vida en la que multitudes de héroes y villanos se enfrentaban por el destino de dos universos, con la diferencia de que en esta ocasión Pérez tenia a su disposición prácticamente todo el reparto de personajes de Marvel y DC para jugar. Un cómic que he comenzado a releerme estos días por enésima vez y que sigue siendo de lo mejor que ha hecho en su carrera y que es un crimen que sea imposible de conseguir fuera de un mercado de segunda mano con precios que llegan a lo astronómico. Por ello no estaría mal que Marvel y DC pudiesen llegar a un acuerdo para reeditarlo, porque es una obra que merece muchísimo la pena tanto para los aficionados al cómic de superhéroes como al trabajo de George Perez.
Por aquellos años su nivel de producción bajó, en buena medida debido a su edad y los problemas de visión derivados de su diabetes, pese a lo cual siguió regalándonos ocasionalmente con obras como La Legión de Tres Mundos, donde de nuevo demostró que pocos como él son capaces de dibujar tan bien multitudes de superhéroes (y tres Legiones de Superhéroes juntas son muchísimos superheroes) su regreso a los Titanes junto con Marv Wolfman en la novela gráfica New Teen Titans: Games y una breve etapa en el Superman del New52 que se vio truncada por culpa del desastre editorial que era la DC de Dan DiDio, especialmente en aquellos años en lo que nadie parecía saber que rumbo iba a seguir la línea de cómics. Tras lo cual publico en BOOM! Studios su miniserie Sirens y poco después anunció su retiro del cómic debido a sus problemas de visión.
Pero cuando parecía que Perez iba a poder disfrutar de su retiro llegamos a donde estamos ahora, con que le queda menos de un año de vida por culpa de un puto cáncer. Unos meses que este grandísimo artista quiere aprovechar entre otras cosas para encontrarse por ultima en compañía de sus fans, algo de lo que siempre ha disfrutado como pocos y para lo cual quiere organizar una ultima sesión de firmas enorme. Algo de lo que pese a las trágicas circunstancias todos podríamos aprender de el sobre como exprimir la vida al máximo.
Y como muchos amigos y compañeros de profesión han señalado estos últimos días, pese estas circunstancias tan horribles George Pérez aún sigue ahí, todavía podemos despedirnos de el y hacerle saber lo mucho que ha significado su trabajo todos estos años. Algo para lo que ha puesto en marcha una página de facebook a través de la cual facilitar el hacerle llegar los mensajes y evitar de paso el perturbar su vida personal en unos momentos como estos y donde ir anunciando las novedades que haya sobre sus apariciones publicas y su estado. Una oportunidad que creo que deberíamos aprovechar para intentar hacerle saber lo mucho que ha significado para tantísima gente, que siendo como es Pérez estoy convencido de que tratara de leer hasta el ultimo mensaje. Éso y desearle que el tiempo que le quede lo disfrute a lo grande.