Cuando uno repasa lo que ha escrito en el blog los pasados meses y se plantea esa pregunta que a todos se nos ha pasado por la cabeza de ¿Que podría hacer ahora para llevar a Diógenes al borde del ataque de nervios? La respuesta era obvia, ¡pasarme a reseñar Doramas BL!. O no exactamente, ya que para comenzar la serie de la que quiero hablar hoy no es exactamente una serie BL sino una parodia del genero, A Man Who Defies the World of BL, o como se conoce en Japón, Zettai BL ni Naru Sekai VS Zettai BL ni Naritakunai Otoko (Algo así como “Un mundo que definitivamente se convierte en un BL vs un hombre que definitivamente no quiere estar en un BL”). Una serie en la que su protagonista se da cuenta un día de la terrible realidad del mundo que le rodea y se dispone a vivir una lucha constante contra el mundo del BL.
Un joven universitario (Inukai Atsuhiro) que hasta entonces vivía una existencia monótona pero tranquila descubre un buen día la autentica realidad de su existencia, es un personaje secundario en un manga BL. Todas las pistas estaban ahí, las mujeres son escasas y con nula personalidad, se encuentra rodeado constantemente de hombres atractivos y el amor entre estos puede surgir en cualquier momento. Desde ese día tendrá que dedicar todas sus energías a luchar contra esa realidad, a conservar su heterosexualidad a cualquier precio y a no dejarse arrastrar por la seductora realidad en la que vive…
Esta serie de larguísimo nombre se basa en el manga llamado igual que comenzó su existencia en la cuenta de twitter de su autora Konkichi en 2017 y que al año siguiente paso a publicarse en las publicaciones digitales Manga Jam y Pixiv Comic. Un manga que sigue la tradición de romper el cuarto muro y que une a nuestro protagonista a otros como la Hulka de John Byrne, o los personajes de Arnold Scharzenegger y Ryan Reynolds en The Last Action Hero y Free Guy respectivamente, entre muchos otros. Solo que este pobre secundario sin nombre no es un superhéroe ni un héroe de acción, solo un pobre tipo normal y corriente que quiere conservar su heterosexualidad a cualquier precio en un mundo que lucha activamente contra el.
Ayudar a un compañero de clase con sus trabajos, un choque casual en la calle, simplemente ser amable con un desconocido, cualquier pequeño acto inconsciente puede desencadenar la llama del amor y atrapar a a uno en sus redes. Algo contra lo que tiene que luchar nuestro protagonista de forma activa cada momento de su vida esforzándose al máximo para no llamar la atención de nadie y no convertirse en uno de los protagonistas, manteniéndose en su papel de secundario que esta ahí en el fondo haciendo bulto. Algo para lo que no dudara en utilizar cualquier estrategia, sobre todo la de “sacrificar” a cualquiera que se encuentre cerca convirtiéndole en el nuevo objetivo de cualquier tipo enamoradizo que mire en su dirección.
Esta trama tan absurda da pie a multitud de situaciones ridículas y bastante divertidas que se burlan sin piedad alguna de todos los tópicos y lugares comunes del manga BL, de esas situaciones a veces muy absurdas que se repiten sin parar en multitud de obras, como esos favores de la infancia que se convierten en un amor secreto que dura décadas, discusiones que se convierten en pasión o incluso momentos extravagantes como lo de encontrarse a un atractivo desconocido inconsciente en la calle al que tienta llevarse a casa para que se recupere, algo esto ultimo que nuestro protagonista reconoce que le sucede varias veces al mes y que siempre pasa de largo deseándole que algún otro se haga cargo de el y que sean felices juntos.
La pena es que aunque la serie es divertida podría haberlo sido mucho mas, ya que en comparación con el manga se ha quedado en algo muy contenido que no ha llegado a abrazar del todo la locura de la premisa. A la hora de burlarse de los tópicos del manga BL se han quedado con los mas convencionales y han dejado de lado los realmente ridículos que si aparecían en el manga como esos atractivos fantasmas masculinos de los que uno solo podía librarse contratando los servicios de un exorcista (igualmente atractivo por supuesto) algo que también le sucede a nuestro protagonista demasiado a menudo. Y tampoco a ayudado que mientras que el manga esta compuesto de capítulos muy cortos que van al grano, en la serie, pese a que cada episodio de 25 minutos esta dividido en dos segmentos, no se consigue el mismo efecto de inmediatez que tendría si fuesen una serie de sketches cortos.
Pero aunque la traslación del manga a la imagen real no ha sido todo lo perfecta que podría haber sido (quizás funcionaria mejor como anime de mini-episodios de cuatro o cinco minutos) A Man Who Defies the World of BL es una serie muy divertida y de tan solo cuatro episodios (con posibilidad de contar con segunda temporada el año que viene) que es perfecta para quienes sientan curiosidad por este mundo del BL pero que como el protagonista de esta serie no tengan interés en meterse del todo en dicho mundo. Y ya que estamos espero que algún día podamos ver publicado por aquí el manga en el que se basa que eso si que vale la pena.