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El nacimiento de una dinastía: Vacaciones en Canarias (I)

Para este verano vamos a hacer algo distinto, y ya que M’Rabo está tan empeñado en seguir torticeramente mis propias recomendaciones de «expandir horizontes», yo he tomado la decisión de expandir los horizontes de Brainstomping con un mes dedicado no a Chris Claremont, Jim Shooter o Alan Moore, no. Ni siquiera a repasar películas de George Lucas o algo parecido, ¡que va! Vamos a crear nuestra propia épica, nuestra propia epopeya, ¡nuestro linaje milenario! Vamos a matar a nuestros padres para heredar y a tener hijos con nuestras hermanas para que no se divida el reino o, lo que es lo mismo, vamos a pertenecer a la nobleza europea.

¡Cuántos colorines!

Para ello vamos a hacer uso de Crusader Kings III, un simulador social de la edad media en el que nos vamos a dedicar a intentar por todos los medios que todos los nobles europeos sean primos, provocando todo tipo de defectos congénitos que acaben por derrumbar finalmente un sistema que acabe donde debe terminar, en la guillotina. Pero claro, a tal efecto tenemos que elegir quién va a ser nuestro personaje. Estando el percal como está, uno está tentado de elegir el escenario de la península ibérica, «Hispania en Pedazos», pero supongo que eso es demasiado actual y al personal puede que le recuerde al telediario y para eso se ven al Ferreras hablando de Florentino y en paz. Además, no os voy a engañar, es un escenario que me conozco bastante bien y me apetecen cosas nuevas, a pesar de que es bastante variado; tanto León como Castilla son la mar de facilones, Galicia es la mar de divertido porque están todo el santo día sugiriéndote formar Portugal cuando tu lo que buscas es crear un Imperio Galego y Doña Urraca… Doña Urraca es lo más parecido a jugar con un Darth Sidious de la Edad Media, porque los primeros veinte años se basan en envenenar a sus hermanos antes de que tengan descendencia y, una vez proclamada reina de las españas, soportar treinta años de rebeliones aplastadas con la doctrina Tarkin: acojonando a todos tus rivales porque ejecutas absolutamente a todos tus rivales. This bitch is all bussiness!

Urraca, la Señora del Sith de Zamora.

Otra opción es ponerse las cosas realmente jodidas y elegir el Reino de Navarra, pero si haces eso lo único que vas a hacer es admirar al viejo reino por haber aguantado casi quinientos años en un ambiente tan hostil; te van a cascar francos, occitanos, catalanes, aragoneses, musulmanes de todo pelaje y, por supuesto, los que más te cascarán serán tus queridos «hermanitos jimenos», que se esforzarán por todos los medios en borrar la cultura vasca del mapa porque a efectos de juego para ellos es un engorro. También podríamos empezar como se debe empezar, con un tímido condado como yo que sé, Asturias, y tratar de enseñarles a todos estos advenedizos quién empezó el negocio este de la «re»conquista, contándoles batallitas sobre los visigodos y cómo tú eres el auténtico descendiente de los hispanos, los íberos y de lo que haga falta mientras tratas de esconder que tu bisabuelo -como el de todo hijo de vecino- miraba a la Meca todos los días. Que hablando de rezar a la Meca, también podríamos cogernos un emirato musulman y estabilizar la península de una vez, que vale ya de tanto tomar vino en misa y tanto cachondeo.

No te engañes, el asedio a Constantinopla en realidad duró más de 500 años.

Y luego está el clásico, el incombustible Imperio Bizantino que tanto furor causa por estos lares. Soy jugador habitual del Imperio y tengo que reconocer que reconstruir el Imperio Romano es algo la mar de divertido aunque te pases la mitad del tiempo pegándote con tus propios vasallos y la otra mitad soportando invasiones, con lo que cuando empiezas a ganar territorio y a mantenerlo el Eye of the Tiger empieza a sonar en tu cabeza y todo el universo empieza a cobrar sentido. Otro clásico de los asedios es Polonia, siempre en medio y para colmo en cuanto te despistas con una invasión mongola que puede poner todas tus alianzas patas arriba. Por no hablar ya de ser un elector del Sacro Imperio Romano, lo que queda de los vikingos, tratar de ganar la guerra por el control de Inglaterra, mantener libre a Escocia… Montones de opciones, más todavía si tenemos en cuenta que podemos empezar también en el año 867:

¿Hay por aquí algún fan de Vikings?

Ya, ya sé que una gran pega del Crusader Kings III es que en su antecesor podías empezar en cualquier año entre el 700 y 1400, con los líderes históricos -dentro de lo que le fue posible a la desarrolladora- y en esta secuela no, pero aun así el año 867 es la mar de jugoso, porque aunque la península es mucho menos divertida (solo tenemos omeyas, navarros y asturianos) tenemos… Tenemos un pifostio religioso en África maravilloso, un pifostio en el que nunca me había metido y que amenaza con ser divertidísimo. Estamos hablando de montones de religiones paganas, sectas del islam, estados tribales… Ideal para empezar a conquistar, crear nuestra propia religión del espagueti volador, formar nuestro propio imperio y… Y… Espera un momento, ¿por qué no nos lo ponemos más difícil? ¿Hay algún lugar apartado y subdesarrollado en todo este pifostio, uno que no tenga ninguna esperanza de crear un imperio pero que pueda dar lugar a la saga dinástica más lamentable de la edad media?

¡Unas islas construidas sobre la falacia de decir que son europeas estando en África!

A falta de poder elegir Ceuta, Melilla o Gibraltar -o, si ya somos malas personas a las que solo le importa su culo, Andorra- las Islas Canarias reunen lo mejor de dos mundos, el aspecto tribal del pifostio religioso africano y el colonialismo europeo en toda su dimensión (después de todo, no dejan de ser la llamada «Europa Ultraperiférica») y que narices, ¿a quién le parecería mal eso de pasar las vacaciones en Canarias? Y gratis, ¿eh? Por cortesía de Brainstomping, ¡estamos que lo tiramos! Pero vamos a hacer las cosas bien, vamos a examinar con detalle cómo son las islas estas y quién vive por aquí… Según el juego este el jefe de las Canarias es el Jeque Guanareme de Canarias, ¡y una mierda! Según dice wikipedia, en Canarias ni había rey de todas las canarias ni leches, había uno en cada isla y gracias. De hecho, no se ponían de acuerdo ni en los nombres de los cargos, porque aquí pone que en Tenerife era el Mencey y en Gran Canaria era el Guanarteme. Pero como no puedo corregir el título en cuestión, vamos a editar al usurpador este de marras y a imaginar que también lo hemos «retitulado» como mencey, de la misma forma en la que le hemos cambiado el nombre y apellido y hasta las pintas: el Mencey M’Rabo de la dinastía de los Mhulargo -ahora tiene sentido ese apellido; es una aspiración, no una realidad- lamentable pastor ovejero y aún más lamentable luchador del palo canario.

El escudo familiar de los Mhulargos es el de la tristeza, ¡y en blanco y negro para que se vea bien su pasión por las historias de menores de edad fornicando!

Entre sus características tenemos una educación de intrigante aficionado (tal cual como en la vida real, sí) y una personalidad codiciosa, revanchista, irascible y, como no, de vago redomado. Y por supuesto es un «comedor de consuelo» o lo que es lo mismo, come para aliviar su vacio personal (a ser posible el equivalente medieval de Pringles con mantequilla, que debía de ser un cubo de grasa de cabra mezclado con miel o algo así). Por otro lado, sus habilidades más deficientes estarían entre su capacidad de aprendizaje y la diplomacia (solo hay que ver los comentarios de esta web) pero que compensa por una constancia cansina por intrigar, porque otra cosa no, pero a este hijoputa malmeter le encanta como a un tonto un lápiz.

Por supuesto, M’Rabo ha decidido poner su capital en GRAN Canaria, porque necesita que todo sea absolutamente largo y grande para compensar un problemilla suyo.

Y ya está, con esto ya podemos empezar. La semana que viene empezaremos nuestro (probablemente breve) viaje a la gloria (o más bien al fracaso) de la dinastía de los Mhulargos.

 

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