A finales del mes pasado se estreno la serie de M.O.D.O.K. , el ultimo coletazo (a no ser que finalmente se estrene Hit Monkey) de la extinta división televisiva de Marvel. Una serie que es un poco un bicho raro dentro de la actual Marvel audiovisual al tratarse de una serie de humor negro realizada en animación stop motion. Tan rara era que me moría de ganas de verla por ver que podía aportar a esta oleada de adaptaciones de los cómics de Marvel que fuese diferente. Y es una serie que aunque con un par de pequeños altibajos ha superado todas mis expectativas, me ha hecho soltar mas de una carcajada y me ha dejado con unas ganas tremendas de que continúe.
Los planes de M.O.D.O.K. para derrotar a sus enemigos y conquistar el mundo al frente de I.M.A. han terminado en un fracaso detrás de otro, tanto que ha llevado a su organización a la bancarrota y ha tenido que venderla a una malvada corporación para poder mantenerla en funcionamiento. Pero con ello M.O.D.O.K. ha perdido el férreo control que mantenía sobre esta y no solo se ha visto relegado a recibir ordenes de un simple ejecutivo, sino que se ha encontrado con que tantos años centrado en la conquista del mundo han provocado que su familia se este fracturando y M.O.D.O.K. no sabe que es lo que realmente quiere salvar.
Como decía al comienzo esta serie parece que va a ser uno de los últimos proyectos de la Marvel Televisión de Jeph Loeb, después de que tras su esperadísima salida del MCU y la consolidación de la ramas televisivas y cinematográfica bajo el control de Kevin Feige se cancelasen casi todos los proyectos que Loeb tenia en marcha, incluyendo las series animadas que iban a desembocar, como sucedió con las series de Netflix, en la miniserie crossover The Offenders (M.O.D.O.K., Hit Monkey, Tigra & Dazzler y el Pato Howard). Un proyecto del que solo ha sobrevivido M.O.D.O.K. (y presumiblemente Hit Monkey) y que tras ver la serie puedo comprender que Feige mantuviese el proyecto en marcha.
Y es que pese a que al primer episodio le cuesta un poco arrancar y que hacia el final dos de las tramas principales de la serie casi se pisan una a la otra y una de ella es dejada de lado, la serie es tremendamente divertida, esta repleta de mala leche y un humor negrísimo y es sorprendentemente fiel a los cómics de Marvel. Una serie que no solo recuerda inmediatamente a la veterana Robot Chicken con su tono paródico a través de animación stop motion, sino que se podría decir que comparte su ADN ya que el co-creador de esta, Seth Green es co-productor ejecutivo de algunos episodios de M.O.D.O.K. y su compañía Stoopid Buddy Stoodios se ha encargado de realizar la animación de la serie de Marvel.
Partiendo de este referente M.O.D.O.K. nos lleva por todo el universo Marvel a través de una visión satírica que es demasiado a menudo casi calcada a los cómics, exagerando solo un poco los rasgos de personalidad de sus personajes (en algunos casos prácticamente nada) y respetando su apariencia de una forma que ojala se aplicase también al MCU. Esto da pie a que a lo largo de los diez episodios de los que consta la serie los ridículos planes de M.O.D.O.K. le lleven a visitar un montón de rincones del Universo Marvel y a encontrarse con un montón de caras conocidas.
De esa forma M.O.D.O.K. acabará visitando lugares como Asgard o el Bar sin Nombre, a encontrarse con el desprecio de sus camaradas villanos que no le consideran a su altura, enfrentarse en mas de una ocasión con su nemesis Iron Man (al que le presta voz un Jon Hamm que debería hacer mas comedia), iniciar una rivalidad muy ridícula con el Hombre Maravilla o fundar uno de los equipos mas villanos mas inútiles que se han visto en mucho tiempo. Y todo llevado con un gran equilibrio entre el respeto y la mala leche que no requiere de cambiar demasiado a los personajes para convertirlos en algo humorístico, muy en la línea del añorado “What The–?!”
Pero eso es solo parte de lo que es la serie, ya que el eje principal de la misma es la relación de M.O.D.O.K. con su familia a la que que el año pasado vimos debutar en el cómic en la miniserie M.O.D.O.K.: Head Games, escrita a medias entre Jordan Blum, el co-creador de la serie y Patton Oswalt, su protagonista, y dibujada por Scott Hepburn. Un cómic en el que aparecía la misma familia que hemos conocido en esta serie ambientada en Tierra-1226, aunque presentada de una forma un tanto diferente en su contrapartida del 616. Y una familia a la que aunque M.O.D.O.K. adora en el fondo tienen un montón de problemas derivados todos del cabeza (broma muy intencionada) de familia.
Y aquí es donde Patton Oswalt brilla como nadie (yo ahora mismo no soy capaz de imaginarme a otro actor capaz de darle vida al personaje si alguna vez da el salto al MCU de imagen real). Oswalt saca todo el provecho a su experiencia como cómico y actor de voz para convertirse en un M.O.D.O.K. absolutamente despreciable, egoísta, narcisista, tan obsesionado con sus planes de dominación y venganza que suele perder todo contacto con lo que sucede a su alrededor y que es incapaz de aceptar la mas mínima responsabilidad de sus actos, cuyas consecuencias siempre son culpa de otros. Pero al mismo tiempo Oswalt es capaz de conseguir que sintamos esos atisbos de humanidad que aun quedan en el y que haya momentos en los que sea difícil no empatizar con el aunque la mayor parte del tiempo solo queramos pegarle.
Por suerte parece que Feige confía bastante en la serie ya que en Abril su showrunner Jordan Blum confirmo en una entrevista que ya había planes para una segunda temporada (y tras ese final seria un crimen que no la hubiese) y esta parece haber sido muy bien recibida por el publico y la critica, así que toca cruzar los dedos para que esto fructifique y podamos disfrutar al menos de una temporada mas de esta serie tan divertida y gamberra.