Las localizaciones, las traducciones, valen para algo. Porque puede que vayamos de políglotas por la vida porque hemos aprendido tres idiomas en el instituto y en realidad no hablamos ninguno -inglés nivel medio, ¡ja! ¡Prueba a pedir que te quiten los pepinillos de una hamburguesa!- pero a la hora de la verdad, una buena localización añade a la experiencia.
Que sí, que tradutore traditore y todo eso, que queremos la obra original para entender todos los chistes y los requiebros, pero por mucho que seamos incapaces de entender que hay otra voz de Batman que no sea la de Kevin Conroy, hubo un momento en el que no entendíamos ni patata de inglés (no digamos ya de japonés, cabrones, que sois cuatro y presumís mucho de ello, pero seguís llamando Follet Tortuga, Duente Tortuga, Iratxo Dortoka o Mestre Mutenroi al pobre Mutenroshi aunque seáis capaces de leer a Toriyama en el original). Y tranquilos, que lo entiendo, soy el primero para el que son Pícara y Lobezno, y aunque sea una traducción horrible sin pies ni cabeza, seguiré defendiendo el derecho de los ancianos a llamar Dan Defensor a Daredevil o Gatubela a Catwoman. Cada uno tiene sus localismos, por locos que sean, y eso nos enriquece a todos y nos da razones para pegarnos por temas irrelevantes en los comentarios de cualquier video de youtube sobre los Simpson, estupendo. Paz y amor para todos, cabrones, soy todo tolerancia aunque estéis como una puta cabra, que sí.
Sí, todo esto viene al hilo de que claro, en España Disney ha decidido traducir Wandavision como «La Bruja Escarlata y Visión» en un referente claro a la traducción que tuvo la obra original de Englehart y Howell -aunque aquella era La Visión y la Bruja Escarlata, pero no nos engañemos, ésta serie va sobre Wanda porque Vis es un soso de mierda- y, sobre todo, porque por aquí ya se había metido el todopoderoso grupo Wanda con su Wanda Films y sí, había registrado Wanda Visión. Pero la cuestión es que hay gente a la que lo de Bruja Escarlata le molesta muchísimo, a pesar de ser una de las traducciones más literales que uno se pueda echar a la cara: Witch significa Bruja, Scarlet significa Escarlata. El que en ninguna de las películas en las que ha aparecido el personaje se la bautizara como tal da igual, en los muñequitos si la llamaban así y cualquiera que mire un poco sabe que Wanda Maximoff es La Bruja Escarlata. De toda la vida, oiga.
Otro cantar es el caso de Jennifer Walters, que al hilo -cómo no- de que parece que ya hay actriz para interpretarla en su futura serie de televisión, de repente ha surgido una tropa de desnaturalizados denunciando lo contra natura que es una traducción como «Hulka». Perdónadlos, porque en el fondo son unos benditos que acaban de oír esa traducción por primera vez -mejor no les hablemos de Estela Plateada, je- y claro, en mitad de una pandemia mundial y al borde de una recesión como no se ha visto en décadas, esa mezcla entre inglés y castellano les parece el fin de la civilización. Pero tranquilos, la cosa tiene su explicación. Explicación histórica y práctica, sí, sobre todo porque Jennifer Walters -la Sensacional Hulka- es un personaje de finales de los 70 que aparece en España en 1981. Para entonces, Ediciones Vertice lleva años traduciendo a su primo Hulk como La Masa -porque vaya, hulk no es una palabra que tenga traducción directa al castellano y en Vertice decidieron quedarse con su acepción más obvia, la de que Hulk era una Masa de músculos- así que se encuentran en un brete cuando se se encuentran que la traducción literal de She-Hulk debería ser La-Masa. Pero claro, La Masa ya es su primo, que es un señor, así que necesitarían llamarla La Masa Femenina o algo así, por lo que deciden llamarla… La Increíble Mujer Masa. Y se quedaron tan anchos, total la edición española duró un suspiro y justo en ese momento Televisión Española empezó a emitir The Incredible Hulk, la serie de televisión de Bill Bixby y los lumbreras de RTVE decidieron que ni tirar de la traducción de Vertice ni puñetas, el tio este verde se llamaba Hulk y a la mierda la Masa.
Pero claro, en aquel momento todo era un caos y Bruguera también estaba publicando cómics de La Masa. Mantenían la traducción de Vértice, sí, pero en el interior era Hulk esto y Hulk lo otro, y así es como dos años después, y ya con Cómics Forum (sí, en realidad era Planeta) publicando Marvel, la editorial decide mantener el nombre de La Masa en la portada pero, como ya había hecho Bruguera en su edición de Pocket de Ases, añadiendo el subtítulo de «El Increíble Hulk»; para qué nos íbamos a engañar, en aquel momento «Hulk» ya era más conocido entre el público en general que «La Masa», y sería cuestión de tiempo que Forum optara por abandonar la traducción de La Masa y empezar a llamarlo Hulk. Sin embargo, estábamos hablando de Hulka…
A absolutamente nadie le gustaba el nombre de La Increíble Mujer Masa, con lo que si Bruguera poco a poco había empezado a rebautizar a La Masa como Hulk, era cuestión de tiempo que se diera la genialidad de rebautizar a la susodicha como Hulka la Salvaje, y así es como figurará en su primera aparición en la edición de Forum a finales de 1983.
Y es una genialidad porque, desengañémonos, es una solución muchísimo más elegante que su nombre en el original, She-Hulk que, lo mires como lo mires, es un aborto horrendo. Es como si a Spiderwoman la llamáramos She-Spiderman, La Espidermana o algo parecido; y es que si llamamos a Hulk Hulk en español, lo suyo sería llamar a She-Hulk «La Hulk». Y eso, perdonadme la pedantería de que lo diga en alemán, es una putísima mierda enorme. Recientemente Marvel ha intentado «corregir» ese error llamando al personaje Hulk -si puede haber dos lobeznos y dos spidermanes, ¿por qué no dos hulks?- pero por más que lo haya intentado Jason Aaron, Shulkie sigue siendo mucha Shulkie y el nombre vino para quedarse, y con más razón todavía si vamos a tener una serie de televisión de por medio; es irónico que en España La Masa fuera rebautizado como Hulk gracias a una serie de televisión y Hulka vaya a volver a ser She-Hulk gracias a otra, ¿no? Pero en fin, ya veis, la historia de que a She-Hulk se le llame Hulka tiene su sentido y bien mirado es una solución elegante que libera espacio para la rotulación, se pronuncia mucho mejor que Si-Julq o La Mujer Masa y, en definitiva, que con ella estamos ante una de esas raras veces en las que la traducción supera el nombre original.
Pero hay tontos para todo, así que no deberíamos extrañarnos de que haya cráneos previlegiados que, a pesar de que haya argumentos históricos y prácticos aplastantes, sigan poniendo el grito en el cielo y pronunciando espaiderman en vez de espiderman sin ni siquiera saber que en inglés, of course, it’s written with a hyphen. Y perdonadme que lo escriba en inglés, pero si tanto inglés saben que lo descifren ellos solos, so mamarrachos. La historia del género de superhéroes en el reino democrático de España está llena de contradicciones a lo largo de sus 80 años de historia, de traducciones completamente disparatadas y, como deciamos antes, la locura aumenta exponencialmente si unimos a la lista todas las locuras de Novaro, Vid y demás editoriales de hispanoamérica. Pero es la historia de los fans, es nuestro legado, y es algo a abrazar y atesorar, algo de lo que reirse, que examinar críticamente y sin los cristales en glorioso blanco y negro de la nostalgia, pero, ante todo, algo a respetar.
Nos quejamos mucho de que la chavalería no nos respeta los clásicos, que siguen a youtubers que no han leído un cómic en la vida y no les importa una mierda el pasado, pero a estas alturas deberíamos estar acostumbrados a que el instinto de la chavalería sea buscar lo nuevo, lo contemporáneo, y no la cuatricomía de cómics amarillentos por mucho que se puedan leer prácticamente gratis en algún que otro servicio de suscripción si sabes inglés o te manejas con las VPN. Pero maldita sea, los mayores tienen que tener paciencia con los jovenes, y aunque de vez en cuando nos podamos permitir el desahogarnos con ellos a bastonazos, sabemos que los que tenemos que mantener la cabeza fría y enseñar a los que se dejen enseñar somos los viejos. Y puede que la ignorancia sea muy atrevida y hasta haga campañas de recogidas de firmas para destruir el pasado, pero no podemos tratarlos como si fueran fans de Zaq Esnaider porque, quieras que no, estos chavales son el futuro y lo mejor será llevarlos por el camino del bien y no dejar que se los lleve al huerto cualquier youtuber bocazas. Y no, lo de decir nombres os lo dejo a vosotros, que yo con esos no quiero tener nada que ver que la última vez que escribí bien el nombre de Zuck Snider tiraron de alertas de Google y vinieron en manada, que perezón…