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Kane en la era de los bulos y fake news: Command & Conquer Remastered

Diez años llevamos sin un Command & Conquer numerado, y trece sin un juego como es debido porque sí, a mi Red Alert 3 me encantó; ¿cómo no puede gustarme un juego de osos asesinos y mechasamurais gigantes pegándose contra Gina Carano?

Obligatoria referencia al maestro Frank Klepacki, que puso la música de videojuegos en lo más alto en una época en la que a lo más que se había llegado era meter MORTAAAL KOMBAAAAAT en las discotecas.

Porque sí, yo siempre fui más de Red Alert que del propio Command & Conquer, con lo que cuando oí que se iban a remasterizar en un recopilatorio los dos primeros juegos me hizo ilusión sobre todo por volver a ver esa segunda guerra mundial alternativa, ese Einstein matando a Hitler y ese entrañable Stalin borracho que se enfadaba porque la guerra que el mismo había empezado le molestaba durante sus orgías. Y sin embargo, cuando me he puesto a jugar al C&C original, me he sorprendido al darme cuenta de que la historia de este había envejecido hasta mejor. Me explico.

Dos juegos que marcaron una época, pusieron de moda un género y definieron el juego en PC de la era de los cibercafés. Tela.

No nos engañemos, los C&C son un producto de su época y la historia de estos juegos no es más que una excusa para la siguiente misión, se la nota improvisada y atropellada, pero la música de un Frank Klepacki descomunal y ese Kane interpretado por un Joe Kucan en estado de gracia acaban por quedársete grabados en la memoria. Por eso lo que más recordaba del juego era la música, la jugabilidad (que no deja de ser un RTS pre Starcraft, con lo que está un poco mayor) y las barbaridades de Kane, pero no las desventuras del GDI, la Iniciativa de Defensa Global creada por la ONU para hacer frente al grupo terrorista/secta liderado por Kane, la Hermandad de Nod. El GDI eran «los buenos», su papel en la historia era salvar el mundo y ya, con lo que la gracia estaba en jugar y vero los videos de la secta fascista de Kane. Pero claro, estamos en el año de la locura, en 2020, y jugar a esto ahora… Asusta.

Kane, 25 años después.

Asusta, porque los temas que trataba el juego aquel con todo su «camp» y cutrerío de pantalla verde antes de que George Lucas se volviera loco con el chromakey están la mar de actualidad, y mira que los teóricos expertos en geopolítica de principios de los 90 no se equivocaron ni nada con sus mamarrachadas como lo del «fin de la historia» y demás. Porque Command & Conquer nos habla de un conflicto en dos frentes: la ecología y la propaganda mediática, y sí, es cierto que en aquella época esos temas ya estaban en el candelero, pero en 2020 aún más, todo son bulos y hablar del cambio climático y las enfermedades que trae consigo, estableciendo pavorosos paralelismos con la Hermandad de Nod de Kane mintiendo con todo el descaro en sus boletines de noticias, enmierdando la reputación del GDI -miente, miente que algo quedará- y mientras tanto el tiberio inundándolo todo y provocando todo tipo de enfermedades en la población. Sí, Command & Conquer da miedo.

Stalin debería haber aparecido en todos los Red Alert, con mucho es el mejor personaje de la subsaga.

Y sin embargo, creo a pies juntillas que es el videojuego que nos hace falta en estos tiempos. Porque, a diferencia de Red Alert o la basura fascistoide de Generals, la saga del tiberio de C&C nos da una forma rápida de entender muchos de los conflictos actuales, aunque sea a golpe de parodia. Kane, con todo su carisma de líder iluminado, tiene un mensaje totalmente vacío que gracias a la interpretación de Joe Kucan es totalmente magnético, que te atrapa sin saber como lo consigue, porque quieras que no el credo de Nod de «Hermandad, Unidad y Paz» está totalmente vacio y es completamente falso, porque en Nod se matan unos a otros, las puñaladas traperas están a la orden del día y simplemente son una banda de matones con un megalómano sonado al frente. Por su parte, el GDI no tiene las manos precisamente limpias, pero por lo menos trata de guardar las apariencias y en ocasiones -en C&C3- dejan claro al jugador que no todo vale en la guerra, y te escupen en el ojo si crees que el fin justifica los medios.

Klepacki ha vuelto a grabar buena parte de los temas del juego original, para nuestro disfrute. Eso sí, sigo pensando que la Hell March de Red Alert 3 es la mejor.

Por lo demás, y a pesar de que la limpieza de las películas originales no es todo lo buena que nos hubiera gustado -que aun así es milagrosa, ojo- Command & Conquer Remastered da todo lo que promete, una nostálgica remasterización a 4K del juego que por veinte euros pone a nuestra disposición todo el contenido que tuvo en su día -tanto expansiones como misiones extra en los ports para consola- y modos online, además de pequeños apaños de interfaz por si quieres tener una forma de control más moderna que las de unos tiempos en los que la gente todavía tenía ratones sin rueditas y un solo botón -que la culpa la tiene Apple, te lo digo yo-.

Con solo pulsar la barra espaciadora pasamos del pixelaco original a la versión «limpia» en 4K, además de meternos un cómodo zoom para poder ver más y más mapeado. De lujo.

Aun así, tengo que decir que más allá de la nostalgia este juego puede tener cierto valor para los nuevos jugadores, porque las primeras misiones de cada campaña son tan condenadamente simples -ojo, solo al principio, en misiones posteriores la curva de dificultad hace hasta loopings- que más de uno se va a sentir como si esto fuera un juego moderno; mientras Blizzard y los C&C posteriores liquidaban lo básico del género con la primera misión -crea un edificio de generar tropas, crea tropas, ataca al vecino- en C&C remastered primero tienes una misión de llevar tropas, luego otra de hacer edificios y finalmente otra de atacar bases enemigas. Pasaba lo mismo en Warcraft I, y hasta cierto punto es entrañable ver como a mediados de los 90 el jugador de PC, ése que había estado manejando estadísticas complicadísimas en otros juegos como buen grognard, de repente necesitaba ser llevado de la manita hasta el punto de que aquello parece un juego de movil de esos gratuitos que tanto les gustan a los nenes de hoy en día. Y no, no hay nada de ironía en el comentario.

Pues sí, es LA banda sonora.

Porque tal vez el problema de los ETR y otros géneros de los 90 que yacen moribundos en nuestros tiempos venga de ahí, de habernos pensado que los juegos cuanto más inaccesibles mejor. Tal vez haga falta que tengamos tres o cuatro misiones de llevar de la manita y luego subir la dificultad, pensar un poco más en los novatos y enseñarles lo básico aunque luego ellos sean tan idiotas de pasar de la campaña y meterse directamente al online en el que son aplastados bien merecidamente. Vete a saber, al final si algo ha hecho este C&C Remastered es recordarme los tiempos en los que los ETR eran simples, directos y no eran en absoluto pretenciosos porque nunca se tomaban demasiado en serio (no como Age of the Empires). Echo de menos esos tiempos, así que este remastered -a diferencia del de Warcraft III Reforged, sí- ha complido bien su objetivo.

 

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