Tras el casi paréntesis de ayer hoy retomo mi programación habitual para estos días reseñando otra de esas obras de ficción con las que estoy rellenando el tiempo libre estos días. En esta ocasión volvemos a Gran Bretaña para encontrarnos con Survivors, una serie de televisión creada por Terry Nation (el creador de los Daleks entre otras cosas) en 1975 en la que los supervivientes de una epidemia que había acabado con la mayor parte de la población mundial trataban de reconstruir la sociedad. Otro ejemplo de que por suerte la realidad no siempre supera a la ficción (crucemos los dedos) y ademas un interesante drama que nos muestra lo mejor y lo peor del genero humano y que reúne todo lo mejor del genero post-apocalíptico.
Cuando un virus fabricado por el gobierno Chino escapa inadvertidamente al control de sus creadores este no tarda en extenderse por todo el planeta. En unas pocas semanas la practica totalidad de la población del planeta comienza a caer enferma con síntomas similares a los de la gripe para no recuperarse jamas. Y tras esto el silencio de ciudades vaciás entre las que se mueven unos pocos que no saben si considerarse afortunados que se enfrentan a un incierto futuro en el que tendrán que aprender a sobrevivir de una forma u otra…
Lo se, igual soy raro por distraerme así estos días, pero de momento me sigue funcionando esto de enfrentarme a ficción que por un lado recuerda tanto a la actualidad y por otro (afortunadamente) no se parece demasiado, y ademas desde que vi hace años el remake de esta serie (que fue injustamente cancelado) tenia muchas ganas de ver la versión original y esta me ha parecido la ocasión mas oportuna. Aunque hay que reconocer que en esta ocasión las similitudes son mas cercanas a la realidad de lo que debe ser cómodo para muchos, con el origen de la enfermedad en el mismo lugar, síntomas similares, etc.
Pero dejando a un lado esas pequeñas coincidencias lo que tenemos aquí es un drama bastante solido, que de momento avanza a buen ritmo (aun voy por la primera de las tres temporadas de las que consta) en el que se agradece enormemente que en lugar de eternizarse durante varios episodios mostrándonos el avance de la enfermedad esto se resuelve en la primera mitad del primer episodio para ir a por lo que realmente importa y en el que nos encontramos con muchísimos puntos en común con obras posteriores que se hicieron mundialmente famosas.
Aunque en honor a la verdad hay que reconocer que tampoco es que estuviesen inventando nada nuevo, muchos de estos elementos ya podíamos encontrarlos en obras como El Día de los Trifidos de John Wyndham, solo que aquí el enemigo no son monstruosos seres vegetales sino algo mucho mas peligroso, el ser humano. Y es que en esta serie se nos deja muy claro desde el primer momento que el mayor peligro para los supervivientes no es exactamente el colapso de la civilización, sino la clase de personas que han surgido para ocupar el vacío de poder y aprovecharse de la nueva situación mundial en su provecho.
Por suerte esto no nos lo muestran simplemente como un “el ser humano es malo por naturaleza” , sino que optaron por un acercamiento mas realista y del mismo modo que aparecen personas egoístas que solo piensan en si mismos y en sus beneficios personales a corto plazo (básicamente vivir como señores feudales rodeados de lujos y vasallos) a otros les preocupa mas el reconstruir lo que se ha perdido no solo para ellos mismos sino para las generaciones futuras, e incluso personajes que parecen no querer mas que quedarse solos, acaban siendo incapaces de negarse a prestar su ayuda a quienes mas la necesitan.
Y precisamente en este momento en el que nos encontramos es tremendamente reconfortante disfrutar de una ficción como esta en la que a pesar de mostrarnos un mundo hecho pedazos, se nos deja claro que sin colaboración entre todos nos vamos a la mierda y que todos esos que en momentos de crisis solo piensan en si mismos son los malo, así que este es quizás el mejor momento para disfrutar de este clásico de la televisión. Lo que no quita para que siga intentando que Diógenes pierda los nervios y la cabeza con mi cuarentena temática…