Mas de una vez me ha sucedido de encontrarme con series (o cómics, o libros, películas, etc) de las que estoy a punto de pasar por tenerla sensación de que no me ofrecen nada realmente nuevo o interesante, pero por suerte en este caso no hice caso a esa primera impresión y seguí adelante con la que ha sido una de mis series favoritas del verano, Altered Carbon. Una serie que combinando el genero negro con el cyberpunk y tomando multitud de elementos ya de sobras conocidos por los amantes de ambos géneros consigue ser un producto con una identidad propia y de lo mas entretenido.
En el año 2384 y gracias al descubrimiento de la tecnología de una raza alienigena extinta hace mucho la humanidad a alcanzado las estrellas y la inmortalidad… si eres lo bastante rico como para permitírtelo. Y es que el paso de los siglos no ha cambiado demasiado a la humanidad, los que están abajo siguen sobreviviendo como pueden y los que están arriba (literalmente en este caso) siguen haciendo lo que quieren, mas que nunca en toda la historia. Pero cuando uno de estos multimillonarios inmortales es asesinado se ve obligado a buscar respuestas en alguien que esta muy lejos de su posición en todos los sentidos, en un viejo mercenario, soldado y rebelde (o terrorista, depende del punto de vista) que lleva siglos almacenado en una prisión digital y que es devuelto a la vida en un nuevo cuerpo y en un nuevo mundo para proteger aquello que juró destruir…
Visto así podría parecer que Altered Carbon no ofrece nada realmente nuevo, y en la superficie así es. Pero el acierto de esta serie (y supongo que también de la novela en la que se basa, obra de Richard K. Morgan y primera de una trilogía que aun no he comenzado a leer, y no por falta de ganas) es combinar todos esos elementos ya vistos, tanto narrativos como estéticos, y crear una historia apasionante que nos va desvelando poco a poco como ese mundo ha llegado a ser y que esos personajes que parecen tan planos sobre el papel son mas complejos de lo que parecen.
Arriba decía que parece no ofrecer nada nuevo y es cierto que a nivel visual, y en parte también en el narrativo puede parecernos que ya hemos visto esta historia antes principalmente por la innegable y nada disimulada influencia de Blade Runner. Basta con visionar unos minutos del primer episodio para darse cuenta de ello al ver esa Costa Oeste (San Francisco aquí y no Los Ángeles como en la cinta de Ridley Scott) de los Estados Unidos transformada en una megalopolis de rascacielos y luces de neón surcada por coches voladores y esa sensación de que siempre es de noche y que acaba de llover. Sumemosle a eso el estoico protagonista siempre envuelto en su gabardina y que investiga un crimen muy relacionado con esa tecnología que ha cambiado el mundo, y resulta mas que obvio lo influyente que sigue siendo esa obra maestra del cine de Ciencia Ficción.
Pero Altered Carbon es mucho mas que una obra que va a remolque de un clásico. Y si algo consigue evitar que sea así son sus personajes. Una agradable sorpresa la encontramos en su protagonista, ese aparentemente duro y frio Kovacs (a quien al principio interpreta Joel Kinnaman) y que a medida que vamos descubriendo mas acerca de su pasado y de lo que le llevo a ser como es se revela como un personaje bastante mas complejo de lo que parecía a primera vista aunque sin sin dejar de ser una mas que eficiente maquina de matar.
Un protagonismo que Kovacs comparte con la Teniente Kristin Ortega (Martha Higareda), una dura oficial de policía con una complicada y enrevesada relación con Kovacs y que aunque también cae un poco en los tópicos, en este caso en el de policía que hahará lo correcto caiga quien caiga, incluso si es ella misma, su fuerte personalidad, su cabezoneria y ese detalle tan natural de como cada vez que se enfada se olvida de hablar en ingles (porque nada como el español para insultar) hacen de ella un personaje que se hace querer. Y este ultimo es un detalle que me ha encantado de la serie, como numerosos personajes en la serie alternan el ingles con su idioma natal con total naturalidad y entendiéndose entre si sin problemas, como si en ese futuro todo el mundo fuese poliglota.
Un apartado, el del protagonismo femenino, del que en esta serie no podemos encontrar motivos de queja con otros dos personajes de los que prefiero no revelar nada por su importancia a lo largo de la trama. Por un lado tenemos a Quell, interpretada por Renée Elise Goldsberry y por otro a Rei, a la que da vida toda una veterana en esto de la ciencia ficción, Dichen Lachman. Dos personajes fuertemente entrelazados con el pasado, presente y futuro de Kovacs y que en cierta medida le han hecho ser quien es.
También resultan entrañables, por lo despreciables que resultan, Laurens Bancroft (James Purefoy) y su esposa Miriam (Kristin Lehman) dos de esos multimillonarios decadentes o “Meths”(de Methuselah/Matusalén) que llevan tantísimo tiempo ejerciendo un poder tan absoluto sobre todos quienes les rodean y tan alejados del resto de la humanidad que esa disociación les lleva a estar convencidos incluso de que son básicamente personas decentes (y no negare que disfruto como un niño con estos retratos anti capitalismo desbocado incluso cuando son un tanto superficiales).
Pero si de personajes entrañables hablamos hay que mencionar forzosamente a uno de los personajes mas delirantes y cautivador de la serie, Poe (Chris Conner), una inteligencia artificial modelada a partir de Edgard Allan Poe y que como el resto de sus congéneres regenta un hotel (que como no podía ser de otra forma se llama El Cuervo) y que a lo largo de la historiase convertirá en uno de los mas leales compañeros de Kovacs y paradojicamente en uno de los personajes mas humanos de toda la serie.
Y este es un tema en torno al que se le dan muchas vueltas en la serie, en lo que nos hace humanos. Tenemos a personajes como los Bancroft que dan tan por sentada su inmortalidad, gracias a su inacabable suministro de cuerpos clónicos que en cierta forma han dejado de ser humanos, otros que con el constante cambio de cuerpos, tanto humanos como sintéticos, también han perdido ese contacto. Y siempre esta de fondo ese debate de si una serie de recuerdos almacenados en un disco duro futurista que pueden descargarse en un cuerpo tras otro o ser lanzados a otros mundos hacen de esas personas auténticos seres humanos u otra cosa diferente.
Resumiendo mucho, que Altered Carbon es una serie mas que recomendable y que se puede ver en un fin de semana (si uno es muy viciado), con un nivel de producción altísimo en la que Netflix ha debido gastarse un dineral obsceno (se dice que ha costado tanto como las tres primeras temporadas de Juego de Tronos) y repleta de acción y gore, un poco para todos los gustos y con la que no creo que los fans del cyberpunk queden decepcionados. Una serie de la que ademas podremos disfrutar de una segunda temporada (confiemos en que puedan ser tres y adapten la trilogía de novelas completa) Así que ahora es tan buen momento como cualquier otro para disfrutar de esta gran serie, sobre todo ahora que aun no ha comenzado la nueva temporada televisiva y tenemos un poco de tiempo libre.