Pues si, ha sucedido lo que creía imposible, algo que me parecía imposible que pudiese suceder… he salido de ver la película de la Liga de la Justicia relativamente contento. Pero ojo, que eso no significa que estemos ante una gran película, que no lo es, ni siquiera ante una buena. Ante lo que estamos es ante una película que arregla por fin muchos de los errores del pesado, que tira a la basura a la que pertenece la mayoría de los elementos “made in Snyder”, que me hace tener un mínimo de esperanza por el futuro y que ha conseguido que en mas de una ocasión, y pese a sus muchos defectos, me alegrase en serio de ver lo que estaba saliendo en la pantalla… Así que vamos a ver que nos ha ofrecido esta película.
Tras la muerte de Superman el mundo ha perdido la esperanza (en serio) una ausencia que es sentida a lo largo y ancho del planeta y que ante la amenaza que acecha a la Tierra va a sentirse mas que nunca. Y es que una antigua amenaza ha regresado para terminar el trabajo que dejo inconcluso hace miles de años, destruir la Tierra. Una amenaza ante la que Batman sabe que no podrá hacer frente solo, por lo que reclutara la ayuda de un equipo muy especial con el que quizás pueda hacer frente a dicha amenaza. Y así llegó un día, como ningún otro, en el que los héroes más poderosos de la Tierra unieron sus fuerzas contra una amenaza común – ese día nacieron Los Ven…ups, La Liga de la Justicia.
Como decía mas arriba, no estamos ante una buena película, ojala lo estuviésemos, que la Liga de la Justicia se merecía mucho mas, pero tampoco es realmente mala. De entrada se nota mucho mas de lo que yo creía que se iba a notar la mano de Whedon en todo esto (y no solo porque Ben Afleck engorde o adelgace dependiendo de si estamos viendo una de las escenas que rodó Snyder o una de las que Whedon rodó de nuevo) y que con los antecedentes de Snyder gracias a sus dos películas anteriores con los personajes, me hace pensar que Whedon debió sentirse ante este proyecto como se sintieron James Robinson y Walter Simonson cuando les toco “arreglar” los desaguisados de Rob Liefeld y compañía en el Capitán América y los Vengadores de Heroes Reborn.
Así vamos viendo como se alternan momentos que en la cabeza de Snyder debieron ser profundos y poéticos, adornados con una cámara lenta innecesaria y vacíos de contenido real (esto es muy evidente en los momentos iniciales de la película) con momentos mucho mas convencionales en los que se nota mucho la mano de Whedon y que sirven para hacer avanzar la trama sin intentar pretender que estamos ante una película de cine de autor experimental y que sirven para mejorar una muy perjudicada caracterización de los personajes, de la que el mejor ejemplo es la escena que abre la película.
Un choque de visiones que provoca situaciones un tanto absurdas y casi ridículas como que el mundo, y especialmente Batman, echen de menos a un Superman que no existe en este Universo. Durante toda la película se nos recuerda constantemente lo mucho que significaba Superman para el mundo, Batman lamenta su ausencia como si se tratase de la ausencia de un viejo amigo (al que llama Clark)… pero nada de eso se corresponde con lo visto en Man of Steel o Batman v Superman. Es como si Whedon (ha tenido que ser el) tratase a los personajes como si fuesen los del cómic en lugar de ser los de las entregas anteriores, casi como en esa tradición del cómic de ssuperhéroes de “ignoremos la etapa anterior como si jamas e hubiese publicado”.
El problema de todo esto es que eso perjudica, en ocasiones mas de la cuenta, la cohesión de la película, ya que resulta demasiado evidente que partes pertenecen a cada director y no podrían ser visiones mas diferentes y contrapuestas de lo deberían ser estos personajes (algo que podríamos decir que viene a ser un New52 vs Rebirth). Un trabajo de parcheo que afecta también al ritmo de la película, haciendo que la trama avance a trompicones, casi como si se hubiese cortado mas metraje de la cuenta, y que de pronto, sin tener muy claro como ha sucedido, nos encontremos en el acto final de la película.
Pero si el ritmo y la coherencia interna de la película ya es es bastante frágil de por si, no contribuye nada mejorar eso la pobre o nula caracterización de algunos personajes, algo de lo que es difícil no responsabilizar del todo a Snyder. En este sentido el caso de Flash el caso mas sangrante de todos. Si sus dos películas anteriores ya nos habían convencido de que Snyder no entendía ni a Superman ni a Batman, esta nos deja claro que tampoco tiene ni idea (o probablemente ni le importa) quien es Flash. Porque aparte del poco parecido físico que tiene Ezra Miller con cualquier versión de Flash o lo horroroso que es su traje, la personalidad del Flash que vemos aquí solo se puede calificar como absolutamente original… y horrible. Resulta difícil, por no decir imposible, identificar en este personaje una sola característica, mas allá del nombre o los poderes, de Barry Allen, mostrándonos Snyder a un crio algo cobarde y “nerd” que vive de ocupa y que esta tan desesperado por tener amigos que se une a Batman solo para no estar solo… ¿De donde puñetas ha salido todo eso?
Aquaman es otro que básicamente es Aquaman en nombre y poco mas. Aquí Jason Momoa hace lo que mejor sabe hacer, ser Jason Momoa, y su Aquaman podría ser el primo lejano de muchos de los personajes que ha interpretado en el pasado. Una personalidad que sumada a su gran físico le hubieran hecho mas que perfecto para interpretar a Lobo, pero claro, para saber algo así habría que molestarse en conocer y entender a los personajes, algo que ya nos había quedado claro que no era una prioridad en estas películas. Y pese a que Batman en general esta bastante mejor caracterizado que en la película anterior, la actuación a ratos desganada de Ben Afleck (que recordemos estaba pasando por problemas personales bastante serios en aquel momento) le quita algo de credibilidad al personaje.
Pero sin duda lo peor de la película, al menos a nivel de personajes, es esta versión de Steppenwolf que nos ha tocado sufrir. Ya no es solo que sea uno de los villanos mas sosos de los que creo Kirby, o que su caracterización aquí se resuma a “soy muy malo y tengo que hacer el mal”, sino que visualmente da una vergüenza ajena que no sentía desde hacia mucho en una película de este tipo. Por algún motivo alguien (Snyder) decidió que este personaje debía ser enteramente CGI, algo a lo que en principio no hay nada que objetar, pero el problema es que estamos ante un CGI que parece salido de un videojuego de hace quince años. Ese aspecto inacabado, monocromático y de movimientos casi ortopédicos sumado a su nula caracterización casi consigue que el Zod/Doomsday de la película anterior sea un villano mejor. Y esto es lo que consigue que ante la ausencia de un villano de peso, la película cojee un poco mas.
Y claro, con todo esto mas de uno estará pensando que como es que he podido salir moderadamente satisfecho con la película. Pero es que pese a sus defectos, que son numerosos, la película también contiene muchos elementos que han funcionado bastante bien dentro de lo que cabe, y sobre todo me ha hecho sentir algo optimista con respecto al futuro del DCU. O dicho de otra forma, por primera vez desde el estreno de Man of Steel me he creído que de verdad esa S significa esperanza.